CAPÍTULO 18

Hacía más de una semana que Tristán habló con Amelie, y no había vuelto a tener noticias de ella desde entonces. Pensó que Amelie no habría descubierto algo importante, y por eso no se contactó con él de nuevo. Tristán tampoco consiguió información relevante durante esos días. Solo pudo confirmar lo que ella le dijo; la boda sí se adelantaría. Tenía menos de dos semanas para encontrar la forma de regresar a casa, y evitar el matrimonio.  

Bradford le había contado la historia de los dos lugares sagrados de Kauyen; el Prado de la Luna y la Colina del Sol. Le explicó las costumbres de los primeros pobladores de la isla, y la clase de sacrificios que se ofrecían en cada lugar. Tristán consideró que podría encontrar alguna respuesta sobre lo que sucedía, si visitaba el segundo lugar sagrado del pueblo. Él no era devoto de ninguna religión; pero sí creía que en ciertos lugares de la tierra, las energías se concentraban. Eso lo llevó a pensar que, quizás, el portal podía cambiar de lugar.

El viaje de Tristán a la Colina del Sol duró dos días; pero fue igual de inútil que el primero que hizo. Su madre y los guardias del castillo insistieron que él vaya en el carruaje real, pero Tristán se rehusó; no quería llamar la atención. Brad, y tres de sus amigos, lo acompañaron a caballo. Aunque la travesía le pareció agradable, y disfrutó conocer algunas de las ciudades de Kauyen, no podía evitar sentirse frustrado por no encontrar lo que esperaba. Nada de lo que había en ese mundo parecía vincularse con la realidad. 

Tristán desayunaba en silencio, junto a su nueva familia; como ya se le había hecho costumbre. Oía a los demás hablar, pero él no les prestó atención. Sentía su cuerpo comer, más por impulso, que por hambre; y casi no saboreó la comida. Su mente llevaba días ocupada, pensando cómo hallar la salida de ese lugar. Se encontraba atascado, y no lograba ver las cosas con claridad.

Él pidió permiso para retirarse, y se levantó de la mesa. Anna asintió y le sonrió antes de verlo salir. Ella estaba feliz que su hijo retome sus actividades cotidianas, como si no se hubiese accidentado jamás. Además, lo veía más centrado que antes; y se alegró de saber que él al fin aceptó su destino. Sabía que el lugar que Charles dejó sería muy difícil de suplir, pero confiaba en que Dominic haría lo mejor por el reino.

Tristán salió al patio principal del castillo, y respiró el aire fresco con premura. El día estaba frío, y aunque eran más de las ocho de la mañana, aún no salía el sol. El estrés lo consumía, y ya no sabía que hacer. Sintió el viento correr y acomodó su cabello hacia atrás. La fuerte brisa ayudó a que se relaje un poco; sin embargo, su mente permanecía nublada. La frustración e inquietud no desaparecían.

El joven caminó a las caballerizas, pensando si sería una buena idea salir a montar. Dos empleados, que alimentaban a los animales, hicieron una reverencia al verlo llegar. Tristán fingió una sonrisa, devolviendo el saludo. Él ya les había dicho que no eran necesarias las reverencias, pero la mayoría de criados parecía no entender. Tris se paseó por el lugar, observando a cada uno de los caballos y las yeguas. Llegó hasta el lugar donde solían guardar a Blanca, y se estremeció recordando el sermón que Thomas le dio después de obsequiarla. 

El rey le recordó que, aunque él pronto sería rey, no tenía autoridad para regalar los animales del castillo; mucho menos cuando no eran suyos. Tristán no sabía que Blanca fue un regalo de su padre para Anna; y de haberlo sabido, él no se la hubiese dado a Brad. Esa fue la primera vez que vio a Thomas enojado, y aunque él y la reina eran bastante tranquilos, jamás creyó que les afectaría tanto la pérdida de la yegua. 

─Príncipe Dominic, ¿desea que ensillemos un caballo? ─Preguntó uno de los trabajadores, acercándose a él. 

Tristán negó con la cabeza, cansado. Se sentía agotado física y mentalmente; y pensó que lo mejor sería no ir a montar. No se arriesgaría a sufrir otro accidente, o perderse en el camino por estar distraído. 
─No en necesario ─repuso tranquilo─. No saldré hoy.

El muchacho asintió y continuó con su labor. Tristán se despidió de ellos y regresó al patio después de varios minutos. Tuvo un leve dolor de cabeza, y prefirió seguir caminando por los alrededores del castillo para despejarse. Él sabía que, algunos metros detrás de los establos, había un estanque pequeño, cercado con rocas. Se extrañó al escuchar ruidos en esa zona y se aproximó a ver qué pasaba. Casi nadie iba allí.

Una niña y un niño estaban discutiendo en el borde del estanque, sentados junto a las rocas. No distinguió sus palabras al inicio, pero observó cómo forcejeaban entre ellos. Avanzó con sigilo, tratando que los menores no distingan su presencia. Al oír con más claridad sus voces, supo que se trataba de sus hermanos. 

─Quiero que me devuelvas mi muñeca─ gritó Jeaninne, haciendo puchero.

─Pero necesito que alguien esté en el bote─ repuso Jerome, sin voltear a verla─. Debo tener un capitán.

La niña tomó a su hermano por los hombros, jalándolo hacia atrás para que saque su juguete del agua. Jerome opuso resistencia, y se movía con fuerza para evitar caer al estanque. Tristán llegó a su lado, sin saber qué decirles exactamente. Él no sabía cómo actuar con los niños, ni cómo detener la insipiente pelea entre los mellizos.  

─¿Qué pasa? ─Preguntó dudoso, agachándose un poco. 

La niña se levantó y corrió a él, tomándolo de la mano. 
─Dile a Jerome que me dé mi muñeca─ exigió, con los ojos vidriosos─. No quiero que la moje.

Jerome soltó el barco en el agua, y giró por completo para verlo. Había miedo en sus ojos, y Tristán sintió pena por el pequeño. No quería que ellos le tengan miedo. Él sospechaba que la relación de Dominic con sus hermanos no era buena. Y, aunque él todavía se sentía incómodo con la mayoría de sus familiares, no deseaba que le temieran. 

─Yo solo quería jugar con mi nuevo bote─ habló cabizbajo, con la inocencia de cualquier niño de siete años─. Lo lamento. 

Tristán soltó la mano de su hermana, y caminó hasta la orilla del estanque. Frotó el cabello de Jerome con cuidado, antes de agacharse para sacar el barco del agua. Tomó una pequeña muñeca de porcelana de su interior, y escurrió ambos objetos. Él examinó el bote a escala con detalle; era tan preciso que parecía real. Una nueva idea apareció en su mente, y rio al sentir que, todo el tiempo, tuvo la respuesta a su problemas frente a sus ojos. 

Él les devolvió los objetos, pidiéndoles que no jueguen en ese lugar sin supervisión de su nana. Tristán los dejó y caminó apresurado al castillo; quería encontrar a Thomas antes que él se vaya. En los últimos días, el rey pasaba la mayor parte del tiempo fuera. 

Tristán entró a la sala del trono con el pulso acelerado. Sus mejillas estaban rojas y gotas de sudor caían de su frente. Él trató de recuperar el aliento para saludar, pero Thomas no le dio oportunidad de hablar. Su padre hizo un ademán con la mano, llamándolo antes que pueda decir algo.

─¡Dominic! ─Exclamó alegremente al verlo─. Pensé que hoy también saldrías─ comentó, palmeando la espalda de su hijo. 

Tris se aclaró la voz al hablar. 
─No padre; de hecho, hoy quería hablar contigo─ lo vio a los ojos─. ¿Tienes un momento libre?

Thomas asintió.
─Claro Nick, ¿sobre qué deseas hablar?

Tristán se acercó a la mesa de los mapas, y tomó el más grande de todos, extendiéndolo en la superficie. 
─Quisiera que me expliques algo, por favor─. Pidió─. Es sobre los mapas del reino.

Thomas quedó asombrado con las palabras de su hijo. Dominic jamás se había interesado por estudiar los mapas antes, y siempre decía que conocía bien el reino. Era bastante complicado que él le preste atención a sus tutores cuando ellos le explicaban la historia de cada condado, o los límites de las ciudades. Tom se sintió feliz de ver que Dominic finalmente se interesaba por el reino. 

─Yo te explicaré lo que necesites─ repuso el rey, sin ocultar su alegría─. ¿Qué necesitas saber? ─Sonrió. 

─Es sobre los límites de la isla─ señaló un punto en el mapa─. ¿Sabes el nombre del océano que nos rodea? 

 ─De hecho, son dos─ afirmó─. El océano Makasai al noreste, y el Furanni al suroeste. 

Tristán se sintió decepcionado con la respuesta. Esperaba escuchar algún dato conocido, que lo ayude a orientarse para volver a casa. 
─¿Y qué sabes sobre los otros continentes? ─Curioseó, apoyando ambas manos sobre la mesa, y elevando la mirada. Él no se daría por vencido. 

El rey frotó su nuca y arrugó la frente antes de contestar.
─No tenemos mucha información sobre eso. Por años, los reinados se han esforzado en elaborar mapas exactos de cada lugar de la isla, pero no hemos logrado lo mismo con los territorios que no nos pertenecen─. Explicó─. Cuando hemos realizado expediciones, han sido por periodos muy breves, lamento no poder decirte más. 

El joven examinó el mapa de nuevo. Él podría llegar a tierra firme después de un par de días, pero no sabía a qué lugar llegaría exactamente. 
─Padre, ¿no tenemos los mapas de nuestros ancestros? ─Inquirió, recordando las historias que Bradford le contó─. Los que usaron para llegar a esta isla y colonizarla hace cientos de años.

─Esos mapas jamás existieron, Dominic─ él negó con la cabeza─. ¿Por qué crees que los invasores se quedaron aquí? ─Cuestionó, cruzándose de brazos.

─Ellos no pudieron irse─ repuso Tris en un susurro, agachando la cabeza─. Estaban varados aquí. 

Thomas no entendía por qué su hijo parecía decepcionado con la respuesta que le dio. Todo el mundo sabía que las tribus invasoras llegaron por casualidad al Valle. 
─¿Estás bien? ─Preguntó preocupado. 

Tristán asintió, pasando saliva con dificultad. Él acababa de sentir en carne propia lo que aquellas personas sufrieron en el pasado. Si él no encontraba un mapa exacto, también se quedaría atrapado en ese lugar, para siempre.

─Solo quiero saber una cosa más, ¿contamos barcos en nuestra flota? ─Indagó con voz temblorosa. El temor se había apoderado de su cuerpo. 

─Tenemos diez navíos en el puerto de Saewa, y ocho en el de Jillev─. Contestó tras recordar la cantidad exacta de barcos que tenían─. Pero, ¿por qué preguntas? ¿Planeas hacer una expedición? 

Tristán negó con la cabeza y fingió una sonrisa. Trató de relajarse, y pensó que él sería capaz de encontrar el camino a casa. No podía perder la fe en sí mismo. 
─No, no, claro que no─. Repuso quitándole importancia─. Solo tenía curiosidad.

El rey rio al notar que su hijo se puso nervioso. 
─Dominic, si es que planeas hacer una expedición, cuenta con mi apoyo─. Habló con determinación─. Aunque claro, esta deberá ser después de tu coronación.

─¿Coronación? ─Preguntó desencajado. 

─Un rey no puede mandar sin una corona─. Expresó, acercándose a él─. Es solo un formalismo; no debes preocuparte. Tu madre y yo nos estamos encargando de todo. 

Thomas se sacó la corona, y se la colocó al príncipe. Era pesada, pero Tristán no flaqueó la cabeza al tenerla puesta. 

─¿Cuándo será la coronación? ─Tris preguntó con verdadera curiosidad. 

─No hemos visto una fecha exacta, pero será después de tu boda con Rosalie.

El joven sonrió al oír a su padre.
─Yo siempre pensé que primero era la coronación ─musitó con sorna. 

─No necesariamente─. Refutó el rey, poniéndose frente suyo─. Discutí esa posibilidad con Garfield; pero ambos acordamos que lo mejor sería que primero se casen. Así se consolidará la alianza entre familias y la unificación de los reinos en uno solo─. Explicó─. Luego, los coronaremos como los reyes del Valle de Kauyen, para que todo sea oficial. 

Tristán no dijo más. Le devolvió la corona a Thomas, y le agradeció por la charla que tuvieron. Tris tomó una silla, y se sentó a seguir analizando los mapas. Él no planeaba seguir en la isla hasta el día de la boda; mucho menos de la coronación. Si lograba descifrar las rutas, podría irse cuanto antes para retomar su vida normal. 

Thomas miró con orgullo a su hijo. A pesar que ellos tuvieron muchas peleas en el pasado, le alegraba ver a Dominic comenzar a atender sus deberes reales. Anna no se equivocó cuando le dijo que Nick sí podría gobernar el Valle con sensatez. 

─No te molesta quedarte solo un par de horas, ¿verdad? ─Consultó el rey. Tristán negó con la cabeza─. Saldré a supervisar unas obras, además de ir a hablar con el canciller sobre la corona que te harán. 

─¿La van a hacer desde ahora? ─Curioseó asombrado. Le tomó varios minutos volver a la realidad, y comprender lo que Thomas decía. 

─Esta no es tu corona oficial─ habló sereno─. Es solo para que la uses durante la boda. Después de eso, a ti y a Rosalie les harán unas nuevas. Las coronas de los reyes siempre deben combinar. 

─Entiendo, padre─ Tristán sonrió─. Yo puedo quedarme solo, no te preocupes por mí. 

Thomas se despidió de su hijo y salió del castillo en el carruaje real. Sus obligaciones se habían retrasado por el tiempo que él pasó conversando con Dominic, pero eso no le importó. Para él, sus hijos siempre estarían primero. 

Tristán pasó gran parte de la mañana leyendo los mapas, y tratando de hacer anotaciones en hojas en blanco. Comprobó lo que Amelie le dijo el día que se vieron, escribir con tinta y pluma era en extremo complicado. Después de dos horas, el bosquejo de su plan de escape estaba casi listo. 

Regresó a su habitación, llevando sus apuntes, el tintero y una pluma con él. Se sentó en el pequeño escritorio que tenía, y tomó otra hoja en blanco. Él necesitaba comentarle a Amelie su plan; y que ella le ayude a determinar los detalles finales. Tristán era consciente que su plan no era el mejor de todos, pero serviría. Si todo salía según lo previsto, ambos podrían dejar la isla en menos de una semana. Leyó una vez más el mensaje para su vecina, cerciorándose que la letra sea legible. 

Amelie

Te veo mañana, martes; a las diez en el mismo lugar. Tengo un plan.

Tristán dobló la hoja y la guardó en un sobre. Tomó algunas monedas que encontró en el cajón del escritorio, y salió al patio. Él aun no conocía con precisión el valor de las divisas en el reino, pero confiaba que aquel dinero sería suficiente para hacer que la carta llegue a Sarauta. Él sabía a qué empleado pagarle para esa misión, y sonrió al pensar que quizás, pronto, él estaría de nuevo en casa. 


¿Qué creen que pase en el próximo encuentro de Tristán y Amelie? Dejen sus teorías aquí 👇👇

Nos leemos pronto
Bye

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