Final

Jimin andaba tan precioso que se me era imposible no mirarle tanto durando toda la fiesta, sabía que cuando saldríamos de aquí era porque había logrado sacar la información del cargamento de drogas que necesitaba, yo solamente era una tapadera para que creyeran que él era mejor persona.

No habíamos mencionado nada sobre el beso de ayer, y me parecía bien, porque si era un poco incomoda la situación, pero me había gustado tanto, como sus pomposos labios dulces habían besado los míos con tanta sutileza, había sido mágicamente perfecto. Nunca había sentido con un beso tanto como sentí ayer con el suyo. Era sensual, erótico y apasionado, todo en uno, Jimin era el paquete completo que yo necesitaba.

También me había dado cuenta de cómo me miraba de vez en cuando, no era una sorpresa que llevara un vestido extremadamente descarado, y solo era porque quería provocar un poco a Jimin, y vaya que lo estaba provocando, porque no paraba de mirarme de reojo y cada vez que tenía la oportunidad me pasaba un brazo por los hombros marcando territorio, porque también habían viejos pervertidos que no paraban de mirarme, y Jimin eso no parecía gustarle mucho.

La noche transcurrió normal, viendo cómo Jimin hablaba con gente y más gente sin enterarme yo nada de lo que hablaban, cuando Jimin me dijo que ya era hora de irnos me alegré mucho, porque había estado aburrida toda la noche y había deseado ya llegar a una cama y dormir, y hoy me quedaría en casa de Jimin porque la mía quedaba muy lejos y no me apetecía irme a estas horas de la noche, además de que ka casa de Jimin era mucho más cómodo que mi apartamento de un cuarto y un baño con cocina, definitivamente prefería quedarme en la enorme casa de Jimin.

Condujo en silencio todo el rato, el simple hecho de hallarme en silencio me desesperaba, así que decidí yo romper el silencio.

—Vale, ya basta, no sabes como me enoja que no me hables y que apenas me hayas dicho nada de como voy vestida, de verdad, Jimin, ya me estás poniendo de los nervios —dije, desesperada, vi como Jimin sonreía de lado sin mirarme ya que se encontraba conduciendo.

—Te has puesto el vestido para provocarme ¿verdad? —preguntó, yo me sonrojé.

—Pues...

—Estás malditamente caliente con ese vestido, y solo quiero arrancártelo y hacerte el amor hasta cansarme —todo mi cuerpo entró en un calor abrazador, y la chispa de la excitación se encendió dentro de mi.

—¿Y qué te detiene a hacerlo?

—Te deseo, Kang Yoora—dijo con voz ronca y bajó a mi mejilla, plantando un suave beso a lo largo del borde de mi mandíbula.

Más besos siguieron trazando una línea de fuego por mi cuello, y mi cuerpo se estremeció cuando los nervios se despertaron por sus labios acariciando mi piel.

Deslizó sus manos alrededor de mi espalda y trazó los contornos a lo largo de mi cintura, luego mis caderas. Cuando sus manos recorrieron mi culo y luego se deslizaron hacia arriba para tomar mi pecho izquierdo, una ráfaga de humedad fluyó de mi coño y supe que me tinía bajo su hechizo. La mirada malvada en sus ojos era una señal de que él también lo deseaba con locura.

Agachó la cabeza, regresando sus labios a mi cuello, ahora mordisqueando la piel.

—¿Esto es lo que quieres, Yoora? Porque es lo que yo quiero desde la vez que te vi—susurró en mi oído y su voz era profunda y sexy, gruesa y ronca.

Mis labios se abrieron, pero las palabras no me salían aunque quisiera.

Giré mi rostro y rocé mi mejilla contra la suya. Sus ojos me perforaron con anticipación, esperando una respuesta.

—Dime. —Su voz adquirió un tono más áspero deseando que dijese las palabras.

Los ojos de Jimin me recordaban al chico que me gustaba. El chico que todavía me gustaba. El chico al que nunca había podido decirle que no.

Mi respiración se entrecortó y mi garganta se cierró cuando me acompañó hasta que me apretó contra la pared. Volvió a apretar mi pecho y rozó su nariz con la mía.

—Dime Yoora, que te voy a follar y no podrás detenerme.

Sus groseras palabras enviaban una oleada de necesidad que me recorría, paralizándome a su voluntad mientras evocaba imágenes del beso que habíamos compartido y lo húmeda que me sentí con solo besarlo.

Me sentí completamente a su merced cuando atrapó mi rostro, deslizando su mano hacia mi garganta de una manera casi amenazadora.

A medida que el castaño de sus ojos se oscurecía yo cada vez me sentía más caliente. Mi cuerpo traidor tomaba el control y me encontraba pasando mis dedos por la suave piel de sus brazos.

Una sonrisa diabólica iluminó su rostro y apretó su agarre en mi garganta.

—¿Quieres que te folle?—dijo y yo asentí con la cabeza.

El pecado en su sonrisa se mostró con la codicia de mi confirmación y tuvo un aire de triunfo que me recordó nuevamente a ese depredador. Era la imagen perfecta del diablo disfrutando de algo que había logrado ensuciar.

—Dilo. Di las palabras.

—Yo... quiero que me folles—le dije, obedeciendo al vacío.

Tan pronto como las palabras salieron de mis labios, su boca cayó con fuerza sobre la mía para un beso cruel y devorador. Era conmovedor y estaba lleno de pasión, pero estaba contaminado con una veta salvaje de hambre que provenía de los dos.

Nos besamos durante unos segundos y él se apartó para tirar de la parte superior de mi vestido sin tirantes y escotado, enseñando las duras puntas que eran mis pezones.

Pasó su dedo por el profundo valle de mi escote y se detuvo justo en la marca donde está la cicatriz. Una cicatriz que me había hecho mi padre una vez que intenté salvar a mi madre de sus abusos, se lo había contado a Jimin una vez y él se había acordado de ella.

Mi corazón se abrió cuando su mirada se movió rápidamente hacia arriba para encontrarse con la mía, parecía sentir el dolor que yo había sentido en ese tiempo, pero ya estaba superado y él lo sabía, yo me había alejado de todos ellos por mi bien y ahora estaba bien.

Ahuequé su mandíbula, acariciando su barbilla, y guié sus labios hacia mí. Esta vez, cuando nos besamos, había pasión y hambre, como el beso que nos habíamos dado ayer.

No tenía la fuerza para resistir la cruda y primitiva necesidad que se abría paso a través de mí y quería que él me tomara, me poseyera y me follase contra esta pared. No tenía la fuerza para luchar contra la lógica o el miedo porque quería que él hiciera lo que fuera que quisiera hacerme. Necesitaba que lo haciera.

Me empujó contra la pared, bajó mi vestido y me bajó las bragas dejándome completamente desnuda ante él.

—Joder—dijo cuando miró mi coño y metió dos de sus dedos en mi húmedo pasaje. Ni siquiera me molesté en ocultar mi vergüenza por estar tan mojada por él—. Perfectamente mojada para mí.

Un gemido desesperado salió de mis labios cuando deslizó sus dedos dentro y fuera de mi coño y regresó a mi pecho para cerrar su boca sobre mi pezón izquierdo.

Me apreté contra la pared, saboreando el ardiente placer que caía en cascada a través de mi cuerpo mientras me follaba con los dedos.

Cuando se retiró, Jimin me sorprendió mientras lamía el jugo resbaladizo de mi excitación que cubría sus dedos.

—Joder, sabes demasiado jodidamente bien—gimió. Antes de que pudiera recuperar el aliento, se agachó y enterró la cara entre mis muslos, forzando su lengua a entrar en mi hendidura.

Gemí contra el salvaje empuje de su lengua, sintiéndome casi en la locura por el orgasmo que se estaba construyendo en mi centro. Había pasado tanto tiempo desde que me había sentido así que ya ni me acordaba, y si me acordaba no era comparable con como me sentía justo ahora.

Levantó mi pierna y la enganchó sobre su hombro para poder penetrar más profundamente en mí con su inteligente lengua. Tenía que agarrarme de su camisa para no caerme. Jimin era demasiado bueno con su lengua.

—Jimin... —grité, apenas capaz de sacar las palabras de mi boca mientras él lamía la dura protuberancia de mi clítoris y me corrí.

Ya estaba tan cerca que no era de extrañar que me corriera sobre su rostro, maullando como una gata en celo mientras me agarraba a sus hombros como si estuviera tratando de no caerme de la faz de la tierra.

Cuando logré recuperar el aliento, lo miré mientras levantaba la cabeza y se limpiaba la boca con el dorso de la mano. La amplia y salvaje sonrisa en su rostro me excitó de nuevo.

Se puso de pie y mi mirada cayó al bulto de su gruesa polla empujando contra la parte delantera de sus pantalones. Parecía que podría estallar, pero él parecía tener el control.

Con una mano posesiva en mi barbilla y la otra agarrada alrededor de mi cintura, levantó mi barbilla para que pudiera mirarlo directamente a los ojos y ver lo serio que estaba hablando.

—Estoy limpio… quiero sentirte sin barreras. Déjame follarte sin condón —me dijo.

Conseguí asentir con la cabeza, haciendo rápidamente una comprobación mental de que tomé mi píldora anticonceptiva esta mañana.

Empezó a desabrocharse el cinturón y cuando la hebilla tintineó, mis ojos se movieron de sus manos bajando la cremallera de su bragueta hasta la expresión severa de chico malo en su rostro.

Sus pantalones se deslizaron por su cintura, revelando la pretina de sus bóxers Calvin Klein. Empujó sus pantalones y bóxers por sus piernas, liberando la gruesa longitud de su enorme polla.

Él era grande.

Mientras me daba la vuelta para mirar hacia la pared, presionó mis manos contra la superficie lisa. Mis rodillas temblaron cuando agarró mi cintura y movió su polla sobre mis labios vaginales. Estaba tan mojada que cuando se deslizó en mi cuerpo, éste le dio la bienvenida, pero estaba apretada y él se dio cuenta.

—Yoora —susurró y comenzó a moverse dentro de mí. Mientras lo hacía, cada pensamiento que tenía se desvanecieron, fundiéndose en las capas de mi mente.

Su monstruosa polla me llenaba por completo y cuando mis paredes se ajustaron para tomarlo, Jimin bombeó dentro de mí salvaje y feroz como si estuviera desatando a la bestia dentro de él. Entonces, el placer vino en oleadas que se precipitaban sobre mi cuerpo en ondas de éxtasis puro y el mundo se oscureció.

Un gemido salvaje y animal retumbó en su pecho cuando comenzó a follarme crudo y duro. Estaba tan perdida en el ritmo primitivo que me olvidé de todo el miedo que me suponía estar con él y me rendí a la llamada del deseo. Tomé sus implacables embestidas, amando la sensación de él dentro de mí y el eco de nuestros cuerpos chocando juntos.

Otro orgasmo codicioso me reclamó momentos después y mis rodillas se doblaron. Me atrapó y me folló más fuerte mientras me corría, avivando mi excitación una vez más. Cuando comenzó a machacar con una velocidad feroz, chocando contra mi cuerpo, grité su nombre con un aliento ahogado.

—Yoora, joder, quiero estar contigo siempre de esta manera —me dijo.

No había nada en la tierra que pueda refutar esas palabras. Nada era más cierto y las acepté como un hecho independientemente de lo que eso signifique para mí.

—Oh Dios—gemí en voz alta cuando un frenético estallido de energía extática me recorrió.

Ambos gritamos cuando aceleró y subimos juntos la escalera del placer. Ahí fue cuando su polla palpitó dentro de mí y se corrió, eyaculando su semen en mi cuerpo. El chorro de esperma caliente inunda mi pasaje, golpeando mi punto G.

El calor fluyó desde mi núcleo e irrumpió en el resto de mi cuerpo.

Me tomó un momento para recuperar el aliento. Él también lo hacía, pero siguió abrazado a mí. Probablemente fuera algo bueno porque no sabía si tenía la fuerza para no desvanecerme.

Acabábamos de tener sexo.

Cuando se apartó de mí, me dio la vuelta para mirarlo y ahueca mi rostro.

—Quiero más de ti. Yoora, quiero que pintes mi mundo de esos colores tuyos, estoy listo para sentir eso que quiero sentir contigo —sus ojos me acogieron.

Yo también quería eso.

Podía preocuparme por la realidad cuando estuviera muerta y no sintiera nada.

Cuando sus labios recuperaron los míos, le devolví el beso con las mismas ganas, luego se separó de mí para volvernos a mirar a los ojos.

—Yo también, yo también quiero todo eso a tu lado.

Pedido por jjyy97

Bueno, intenté hacer lo que pude, espero que me haya salido bien y te haya gustado linda personita.

Lxs sarangheo

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