7 ; Sentirse normal

En un breve repaso, nuestra manada, porque Scott ya no está aquí para ponerle su apellido de título y Liam no está actuando precisamente como un líder, se está enfrentando a su primer gran adversario. Hasta ahora: alguien murió, no tenemos ninguna pista, y de alguna manera la que murió regresó a la vida. Y poniéndolo así tal vez no estaríamos tan mal, pero también hay que tener en cuenta que hay algo más en camino porque este maldito pueblo ama ser el centro de atención.

  —¿Aún sin noticias de tu novio?  —pregunta Abby cruzándose de brazos, yo quito la vista de mi celular y le doy una mirada asesina.

  —¿Qué no tienes que estarte besuqueando con tu lobo budista? —atacó, ella sonríe y cierra sus ojos como si le hubiera dicho un cumplido y lo estuviera disfrutando.

  —Riles, en primer lugar, es un lobo rubio budista jugador de lacroose y bisexual —Me corrige ella, y luego su sonrisa se ensancha, mostrándome sus perfectos dientes—, y ya nos tocamos, digo, ¿Besuqueando? Riley ya hablas como abuela.

Gruño por lo bajo y guardo mi celular para tirarme a la cama, Abby se sienta a mi lado y acaricia mi espalda mientras yo intento ahogar mis pensamientos con mi almohada.

  —No  —respondo finalmente a su primer pregunta—, ni siquiera se ha conectado, no creo que siga con ella ¿Verdad?  —giro para mirarla esperando apoyo.

  —Mason acaba de subir historias a instagram de los tres juntos, parecen mejores amigos  —responde ladeando la cabeza un poco, yo ruedo los ojos y me dejo caer nuevamente.

  —Abby  —Zoey le reprocha su sinceridad.

Ya van dos días en el que el dúo está pegado a ella. Y toda la información que recibimos por su parte fue "Ella está bien" digo, ¿Son idiotas? Claro que está bien, ¡Está viva! Viva y hermosa, yo recuerdo ese corto periodo en el que estuve muerta, a mí el regreso a la vida no me hizo mil veces más bella. Es todo muy extraño, sólo espero que sigan reuniendo información.

  —Hey chicas  —Allison aparece en mi cuarto, le dedico una pequeña sonrisa y luego se sienta en la silla de mi escritorio—, ¿Alguna novedad?  —No escucho nada, pero imagino que Abby debe haber negado con su cabeza y la castaña debe haber hecho alguna mueca.

  —Ya sabes lo que pienso.

Levanto mi cabeza y ahora le dedico una mirada a la castaña por colarse en mi cabeza. Por muy buena que sea nuestra relación no tiene derecho a hacer eso cada vez que quiera, tengo derecho a que mis pensamientos permanezcan siendo privados ahora que ella puede vivir fuera de mi cabeza.

Puede que también esté de mal humor. Pero Liam y Mason nos están ignorando y no sólo eso, sino que también evitando. No tenemos idea de lo que pasa con Amara y nuestros problemas se van a seguir complicando. Tal vez sólo es el cansancio y la frustración.

Veo mis llaves pasar flotando frente a mis ojos y entonces me siento, mi mirada se dirige a Zoey, quien, sentada en el suelo, sonríe mientras parece estar jugando con algunas cosas de mi cuarto.

  —Hey, ¿Cuándo...

  —El libro de Deaton me está ayudando bastante —comenta ella, soltando una pequeña risita.

Por ahora mis llaves, un par de papeles, unos lapices y un osito de peluche levitan alrededor de la castaña. Comparto miradas con las otras dos presentes, y entonces Allison "accidentalmente" tira un libro, el cual no llega a tocar el suelo porque, centímetros antes, se eleva y se une al resto de cosas.

  —¿Cuánto puedes aguantar?  —pregunto curiosa, Zoey se encoge en hombros.

  —Bueno el libro decía algo de la intensidad de las palabras y yo prácticamente las susurre, así que no sé sí...

  —¡No me decepciones brujita!

  —¡Abby!

La rubia salta de mi cama claramente ignorando las palabras de la chica, y aunque tengo la impresión de que mi mejor amiga se estrellará de lleno contra el suelo, no lo hace, sino que comienza a flotar a la altura de la cama, a ella se le escapa una risita y el resto unos unimos a ella, entonces comparto una mirada picara con Allison e imitamos a la rubia.

Zoey se levanta y repite unas palabras extrañas antes de que nos dejemos caer y en unos minutos las cuatro nos encontramos flotando entre otras cosas de la habitación, moviéndonos a lo largo de ésta como si fuera una piscina.

  —Zoey amo ese libro  —suelta Allison, y mi mejor amiga y yo nos mostramos sumamente de acuerdo con ello.

En un momento, Noah abre la puerta de mi habitación y la cara que pone hace que tenga que contener una carcajada.

  —¿Riles puedes bajar un segundo?  —pregunta, yo niego divertida y él se cubre su rostro con una mano—Mira, iré a lo de Melissa a cenar, así que te dejó...  —Él nos observa como si en algún momento esperara descubrir que está soñando pero al darse cuenta que es real, continúa—comida, en... El... Congelador.

  —Gracias Noah  —respondo flotando hacia él.

El pobre hombre se queda estático unos cuantos segundos y luego esboza una sonrisa y asiente, cerrando la puerta. Las cuatro podemos oírlo mientras baja las escaleras quejándose de lo sobrenatural y diciendo que un día acabaría internado.

Nos la pasamos flotando, hablando y riendo y la tarde se pasa sin que me de cuenta, estar en compañía de las chicas es genial y, por más extraño que en realidad resulte el hecho de que estemos volando literalmente por arte de magia, se siente bien simplemente pasar el tiempo, sin preocupaciones, ni haciendo planes ni en una reunión de emergencia, sólo haciendo idioteces. Es como sentirse normal... Mientras flotas.

El celular de Abby interrumpe nuestra conversación y claramente la concentración de Zoey, ya que todas caemos acompañadas por el resto de cosas que también flotaban. En segundos, mi habitación resulta un desastre y me siento adolorida por el impacto, nos reímos un poco pero no tenemos tiempo a burlarnos de lo sucedido como se debe, ya que la cara de Abby nos indica que nuestro recreo terminó.

Hora de volver a ayudar a Beacon Hills.

  —Era Brett  —Nos dice una vez corta, seria—, la manada budista encontró algo.

  —¿Otro cadáver?  —pregunta Allison preocupada, la rubia niega, en las tres fluye el alivio.

  —A alguien  —dice Abby mirándome, manteniendo su inusual seriedad—. Tenemos que ir ahora.

Y por la forma en que habla y la cara que tenía, sé rápidamente de quien está hablando.

Encontraron a Theo Raeken.

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