La tristeza me dura más bien poco, cuando despierto por la mañana, estoy enojada.

Enojada porque Liam es un estúpido. Enojada con la idiota idea de que debe convertirse en el alfa que Scott fue, como si el moreno ya no existiera y él debiera ocupar su lugar, dios, si tan sólo tuviera la fuerza de Abby.

Mi mejor amiga, como lo esperaba, no pudo evitar utilizar sus supersentidos para escuchar la conversación que tuve con mi ahora exnovio. Así que decidió quedarse conmigo durante la noche una vez todos se fueron, y ser el hombro sobre el que llorar durante horas de la madrugada.

Tal vez lo más triste es que ya lo esperaba. Las señales eran obvias desde hace semanas. Yo sólo quería creer que, como habíamos superado todo los últimos años, también superaríamos esto. Pero claramente es diferente. Aquí no hay algo sobrenatural de por medio, aquí sólo está él, con un ideal que no puede cumplir, y yo, que no tengo manera alguna de llegar al Liam junto al que estuve durante tanto tiempo, ese que ahora está oculto bajo una capa de ira, culpa, dudas y preocupación.

Al menos anoche hicimos avances como manada. Zoey encontró un hechizo en el libro, algo sobre "Arranca verdades" que le hizo justicia a su nombre. Theo contó todo lo que sabía contra su voluntad: hay tres brujas, aparentemente tres "supremas", en el pasado ellas y los doctores habían tenido ciertos roces, por lo que cuenta, ellas habían encontrado una forma de ser inmortales o algo por estilo, y su ritual iba perfectamente hasta que nuestra amiga se escapó.

Según Theo, las tres brujas necesitan cuerpos capaces de contener su poder, sino simplemente se acabarían perdiendo, siendo incapaces de mantenerse en este plano junto a nosotros. Por eso fueron por Amara, porque era sobrenatural y joven, su cuerpo podría resistir su presencia. Probablemente las otras dos brujas aún estén rodando por ahí como espíritus, esperando encontrar un huésped.

Mas no sólo debemos preocuparnos por todos los adolescentes sobrenaturales de Beacon Hills, sino que también por nuestra amiga. Y es que Zoey es la única pieza que les falta para completar su ritual como aparentemente lo hacen todos los años: matan a todo un aquelarre, dejando a una joven saludable cuyo poder luego drenan. Theo habló de que una vez los doctores les habían construido cuerpos, y que cuando los ocuparon, habían intentado asesinarlas.

Claro que en el estado en el que me encontraba anoche, aquello no eran más que un montón de palabras sin sentido, pero Abby se encargó de resumirlo bastante bien: Debemos jugar a los caza fantasmas. Nos encargamos de las dos que andan sueltas por ahí y luego vemos una forma en que la que ocupa el cuerpo de Amara lo abandone, lo cual son palabras delicadas para no decir directamente "Rematar a Amara". 

Si el plan no funciona, siempre podemos apelar al plan de los doctores: darles cuerpos de los que no puedan escapar y acabarlas en ellos.

En cualquier caso, debemos pasar por lo de rematar a Amara.

Y por la manera en que todo el mundo la rodea en la escuela, incluyendo a Mason y Liam, lo cierto es que no me importaría.

  —Y luego dicen "vigilamos que no lastime a nadie"  —suelta la rubia a mi lado con una mueca—¿Puedes creerlo?  —cuestiona cruzada de brazos y poniendo sus ojos en blanco durante unos segundos—Ugh, hombres.

  —Sí pero Mason es gay  —suelto frunciendo mi ceño—. Digo, tiene sentido que el resto del equipo de Lacroose la rodee, es linda, pero ¿Por qué sólo chicos? ¿Por qué sólo de nuestra edad?  —cuestiono mientras cierro mi casillero—Debe ser un hechizo, o un ritual, o algo por el estilo.

  —Riles, te amo, ¿Lo sabes, no?  —pregunta ella alzando ambas cejas y mirándome con ojos de cachorro inocente—Pero dime, ¿Cómo es que aún no has ido hasta allá a patear a Liam en las bolas frente a todo el mundo?  —suelta frunciendo el ceño, ocasionando una pequeña sonrisa en mi rostro—No, en serio, ¿Es por vergüenza? Porque yo puedo hacerlo si quieres  —propone luego de hacer sonar su cuello, a lo que yo poso una mano sobre su hombro.

  —Abby eres la mejor amiga, pero ni siquiera es por esto por lo que lo quiero golpear  —digo desanimada, dedicándola una mirada al rubio—. Digo, si fuera por esto... Al menos es un hechizo, lejos de ella se le pasará, o Zoey puede encargarse  —Desvío mi mirada hacia mis libros y suelto un pequeño suspiro—. Pero nop, sólo es él  —murmuro—. Mira, no quiero hablar de eso ¿Sí?   —Ella asiente mientras acaricia mi mejilla.

  —Lo siento  —Se disculpa con su mirada cargada de pena—, si la comida ayuda, te pago el almuerzo  —propone ladeando su cabeza, y yo me esfuerzo por sonreirle, ya que no quiero hacerla sentir mal por mí.

Y como tampoco quiero pensar en el rubio, simplemente la tomo del brazo y la dirijo hacia el salón donde será nuestra siguiente clase.

La mañana pasa tranquila, sin acontecimientos para destacar. Ni siquiera puedo decir que me sirvió para aprender algo, ya que por mucho que intento no hacerlo, no dejo de pensar en Liam, ni en todo lo que hemos pasado, anoche pensé haber sido consciente de lo que había sucedido, que lo nuestro se había acabado. Pero creo que apenas lo hago en esos periodos monótonos en clases donde finjo escuchar al profesor de turno. Así que también me la pasa yendo al baño para llorar.

Acabo regresando a casa más temprano, porque en verdad no creo poder resistir más tiempo en la escuela por el resto del día, y en soledad que mi casa me ofrece, me permito llorar de forma libre. Y es que si bien sigo enojada con Liam, ahora estoy de luto por la relación que perdí, por todo lo que quedó en la basura de un segundo para otro.

Al menos durante la tarde me distraigo, y es que por mensaje, Allie y los demás idean un plan en el que poco puedo aportar, ya que hoy no es el día para pedirle a mi mente algún tipo de esfuerzo minúsculo. Aunque aún en mi estado no me cuesta notar lo horrenda que cada parte se ve.

Y es que hemos tenidos planes que han fallado, algún error en uno u otro, o malos planes a cecas. Pero lo que los chicos crearon es definitivamente el peor plan de todos. Y comienza con una fiesta.