Capítulo 4
—Estrella naciente—
Un nuevo día de clases y nuestra protagonista estaba echada en su asiento mientras dejaba salir un largo bostezo.
"Mentiría si no dijera que estar aquí es aburrido" Pensó la rubia mientras observaba como llegaban sus demás compañeros.
La verdad Anne comparó sus recuerdos de su anterior vida, ella jamás le prestó atención a su alrededor hasta que luego de varias semanas de insistencia, Hatsume se volvió su amiga. Pero, pocos rostros reconoció durante la inauguración y cae en cuenta que su mundo no gira solo en ella.
Su mirada siempre ojerosa se giró hacia la ventana y dejó salir un suspiro.
—Acaso mi hermosa clienta tiene sueño—Yue aparecía debajo del suelo y se elevó hasta colocarse frente a la rubia— Será... que fui muy rudo anoche—Dijo con ese tono sensual, pero que a la rubia solo le repugnara.
—No confundas las cosas, maldito fantasma pervertido— Se quejó ella hablando lo más bajo para no llamar la atención—Fuiste un odioso y ruidoso mientras trataba de seguir con mi trabajo.
—¡Yo solo quería dormir!— Se quejó Yue.
—Un fantasma no necesita dormir. No seas ridículo—Bufó la rubia mientras giraba su mirada a otra parte.
—Pues no mi ciela, mi sueño de belleza es importante para mantener mi rostro terso y regio— Anne tenía ganas de saltar desde el cuarto piso para evitar escuchar las barbaridades de un fantasma alterado psicológicamente.
—Además no quiero tener ojeras como tú— Finalizó el pelinegro mientras la rubia solo le lanzó una mirada fulminante.
Su pleito no pudo seguir ya que el ojiamarillo volvió a desaparecer y su maestro ya entró al salón con una carpeta en mano. Todos se levantaron al unísono, excepto la perezosa de Anne quien hace todo lento y extrañamente Mei estaba durmiendo en su escritorio.
Un borrador le fue lanzado a la pelirrosa y esta se levantó toda exaltada.
—¡Buenas noches!— Destacó ese grito mientras los demás de sus compañeros comenzaban a reír.
Anne jamás recordó una escena así, y lo que su futura mejor amiga se ganó fue un golpe de parte de Higari-sensei.
—Será mejor que no se repita, Hatsume— Dijo el pelinaranjo una vez que regresó frente sus alumnos— Bien, como ustedes ya saben, hoy se les asignará una pareja y un taller para que comiencen con su preparativo para el primer festival de la UA que será dentro de tres meses— Explicó.
—Sensei, y para que es esa carpeta— Anne levantó una ceja al escuchar el distintivo tono fastidioso de ayer.
—Esa es una buena pregunta, Honto—Dijo el maestro mientras comenzaba a repartir a los primeros de cada fila unas hojas— Esto es una prueba para saber que tan avanzados están sus conocimientos y de acuerdo a su puntaje, su pareja le será asignada— La sonrisa de la mayoría se borró y una queja casi colectiva comenzó.
Solo Anne tenía una sonrisa ladeada una vez que su hoja llegó. La prueba consistía en ejercicios de profesionales de empresas y casos para aplicaciones de varias ramas de la matemática como: Física, la misma aritmética, business y un poco de lógica.
Nada del otro mundo.
—Tienen treinta minutos para— Una mano fue alzada y su mirada se fijó en la chica de sudadera bajo el abrigo del uniforme.
—Terminé— Dijo esa voz apagada y sin ánimo alguno de Fukukado.
Todos los alumnos regresaron a ver sin poder creer que ella había acabado los 5 ejercicios que demandaban por lo mínimo 15 minutos de análisis.
—Es una charlatana— Se quejó la misma presumida de cabello negro y ojos violetas.
Pero, Higari-sensei recordó quien era ella y pues no había duda en no creerle.
—Claro, entrega tu examen—Anne giró los ojos por el hecho de que debía pararse en mitad de los murmullos de sus hostigosos compañeros, excepto Hatsume, ella mantenía su atención en su prueba.
Una vez adelante, Anne le entrega perezosamente en la mano su hoja de examen y tenía toda la intención de marcharse nuevamente, pero el pelinaranjo se lo impidió.
—Tus respuestas están bien, pero no hay ningún procedimiento— Los murmullos entre los alumnos se volvieron más fuerte, y entre esos salían comentarios como: "Mínimo hizo trampa"—Los demás hagan silencio— Ordenó el pelinaranjo— Fukukado, podrías explicar como hiciste el último.
Los demás estudiantes giraron la hoja al unísono, pero sus expresiones eran de total horror. Un caso empresarial con más de diez cálculos y varias tablas incompletas de análisis, aplicaciones de fórmulas y demás para sacar un balance y determinar dentro de diez años si la empresa podrá seguir o no en el mercado.
—Esto es una broma... nosotros solo nos encargamos de hacer material de apoyo— Fue una queja común entre los alumnos. Pero el maestro quien ya le había entregado un marcador a Anne y esta comenzaba a escribir un sinnúmero de cálculos y hasta estaba graficando...
—Su deber no debe solo limitarse a solo ser simples inventores— Dijo un poco decepcionado— Ustedes deben ser mucho más de aquella corta palabra. Todo inventor es un buen conocedor de su medio, ya que en la vida real ustedes tendrán que trabajar para compañías de héroes o ustedes mismos ser fundadores de una, pero si ustedes no manejan situaciones que hasta para adultos es difícil.
—Pero usted ha dicho adultos y que son profesionales.
—Exacto, con todo respecto sensei, nosotros vinimos a aprender en las mejores instalaciones de todo Japón para ser expertos en nuestro campo— Quejas y más quejas soltaron los alumnos hasta que nuevamente una perezosa voz habló.
—Ya acabé. Me puedo marchar— Dijo en un tono molesto, mientras que Higari-sensei sonrió bajo la máscara y asentía con la cabeza.
Sus demás estudiantes estaban impactados de ver el pizarrón lleno de cálculos, gráficos y términos que creyeron que estaban en otro idioma. El salón se quedó en silencio mientras observaban como la rubia se sentaba en su lugar.
—¿Quién diablos es ella?— Fue el comentario más murmurado mientras que sus ojos no dejaban de ver la imponente respuesta que pensó en su cabeza.
—Fukukado, podrías explicar a tus compañeros la respuesta— La chica se quejó por lo bajo y aclaró su garganta. Odiaba alzar la voz frente a un grupo grande de personas.
—Está claro que todo lo que usted dijo sensei, es mentira—Todos dejaron de entender la situación— Pero a lo que me compete. Esa empresa en realidad tenía números que seguían una sucesión en los balances, luego de aplicar la fórmula del punto de equilibrio, podemos observar cual es el punto en donde se estabiliza, pero este numero en realidad no es lo que importa sino en donde se ubica— Anne tomó un poco de aire para luego soltar su mordaz respuesta.
—En conclusión, gracias a la gráfica, sabemos que la empresa siempre estuvo en quiebra ya que el punto se ubica en el cuadrante negativo— Nadie de la clase creía lo que dijo esa ojerosa— Además, el método de usar palabras complicadas, términos muy formales y demás, solo eran distractores para tan básicos cálculos— Finalmente, la chica se sentó.
—Ahora te van a odiar por sabelotodo—Dijo Yue quien también estaba impresionado por la inteligencia de Anne.
—Eso es lo que menos me importa— Respondió.
Por otro lado, los alumnos se sintieron intimidados, acabados, destrozados, literalmente acabados en segundos por su maldita compañera.
—Es exactamente lo que su compañera respondió. Fukukado Anne fue la única quien sacó la puntuación perfecta en el examen de ingreso— Esto incrementó el odio entre los demás estudiantes hacia la rubia ojerosa.
Pero, unos ojos miraban maravillados por lo genial que se había visto, era muchísimo mejor que mirar a All Might, ella era una Einstein, mejor dicho mucho más allá. Mei Hatsume se encontraba flipando en colores internamente por su compañera.
"No. Ella se merece llamarse senpai"
Pero por otra parte, Higari-sensei la estaba alabando mucho y pues esto no es nada comparado con su recuerdo. Y puede que la palabra "trampa" no esté tan equivocada. Anne recordaba un poco de como iban las preguntas, por lo que no le costó nada.
En realidad suspiró al tener que complicar más su vida y es que siente que no va a poder resistir más si los problemas con sus compañeros y el típico "bullying" comenzaba.
—Parece que te metiste en problemas de nuevo, Anne-chan— Para su suerte, la rubia no se encontraba sola en esos momentos.
—En serio, no me digas—Expresó en voz baja.
—Será mejor que dejes tu sarcasmo a un lado— Respondió Yue con una mirada firme frente a ella— Sabes, puedo ayudarte si me lo pides—
—¿Y tu que quieres a cambio?— Anne observó como el pelinegro negaba con su cabeza y acercaba sus manos a las mejillas pálidas—O-oye—
—No todas las personas necesitan algo a cambio por ayudarlas— Dijo este mientras hacia contacto visual con la ojerosa—No está dentro del contrato, pero sería demasiado injusto que mi clienta sea atormentada por otras cosas que no sea yo— Dejó salir una pequeña sonrisa.
—Que considerado— Anne quería mirar a otro lado, pero cada vez el rostro de Yue estaba más cerca que el suyo. ¿Acaso la besará?— Estás invadiendo mi espacio... a-aléjate— Anne sentía que su cuerpo estaba siendo manejado por los nervios.
Ella y su bobo complejo de que nadie debe acercarse demasiado.
—Cierra los ojos— Pidió este—Créeme, no te haré daño— Anne quería negarlo y gritar que ese fantasma pervertido iba a pasarse de listo.
—Oye, aléjate— Quiso apartarlo—¡No ves que estoy en mitad de una clase!— Anne le valió una hectárea de pepino el hecho que gritara y que luego la llevaran al manicomio.
—Ellos hace rato que están en pausa— Anne se dio el lujo de ver lo que sus ojos no podían creer, todos parecían maniquíes sin vida, ni siquiera parpadeaban.
Anne lo alejó de un manotazo y decidió levantarse un poco asustada. Miró como Yue ya no era un simple fantasma que flotaba, parecía que nuevamente entraron a ese espacio en donde solo era un cielo demasiado despejado y sin nada a su alrededor.
—Tú-tú quien diablos eres— Anne se sintió acorralada por la pared a sus espaldas y Yue no desaprovechó la oportunidad de acorralarla entre sus brazos.
La ojerosa activó su quirk para sacar los materiales de su mochila, pero extrañamente todo parecía petrificado y su poder no servía.
Anne sudó.
—Si te vieras como yo te veo, morirías de risa—
—¡Tú estás demente!— Anne no pudo soportar más los nervios—¡Dime que rayos me hiciste!— Reclamó.
—Al parecer no te haz dado cuenta que estamos en tu consciencia, el mundo dejó de moverse en tu cerebro, se puede decir que estamos en un punto muerto— Explicó con total tranquilidad—La verdad esta es la única forma en que tú no gastarás tu energía vital para convertirme en algo tangible— Yue decidió tomar un cabello rubio y colocarlo detrás de la oreja.
Aquella mirada hundida en miedo lo hizo recordar algo y su mano bajó lentamente, dejando un espacio para que la menor pudiera respirar y volver a pensar. Pero, sus piernas dejaron de darle estabilidad y solo se dejó caer hasta que su cuerpo tocó el suelo.
Varios minutos de silencio, en donde Yue solo observaba con una mirada triste a la rubia quien hacía un esfuerzo por controlar sus emociones de nuevo. Solo un efímero pensamiento pasó por la mente del pelinegro.
"Seré rechazado... de nuevo"
—Yue...— El más alto prestó atención a su clienta— Yo... yo creo que tomaré tu ayuda— Esto en verdad lo sorprendió—Aunque siga buscando lógica a todo esto... creo que jamás la encontraré—La mirada aún temerosa de Anne pero esa temblorosa sonrisa hacía que el pelinegro se acercara con un poco más de sigilo y le extendiera su mano.
—Solo sé que hice el trato con el diablo— Dice en un tono más seguro la pálida quien tomó la mano de Yue y se levantó del suelo.
—Sí, eso no te lo niego— Sin más tiempo que perder, Yue acercó sus labios a la frente pálida de Anne y sus ojos se sintieron pesados...
Un toque en su cabeza hizo que sus ojos se abran perezosos, un poco molesta observó a la pelirrosa quien la miraba con entusiasmo.
—Fukukado-san, creo que seremos vecinas de talleres— Dijo emocionada.
—¿Qué?— Mei se alejó unos pasos mientras Anne trataba de ponerse de pie mientras sujetaba su cabeza, la sentía pesada.
—¿Te sientes mal?—Inquirió Mei.
—No, nada de eso— Dijo Anne un poco más estabilizada—¿Puedes decirme que ha pasado?— A pesar de ser una pregunta extraña, Mei le contestó brevemente.
—Power Load-sensei hizo una elección al azar y nosotras somos vecinas— Los ojos verdes azulados de Anne se clavaron en Mei.
¿Acaso él?
—Será nuestro secreto...— Sintió en su oreja el lento hablar de Yue y sin dudas unos cuantos escalofríos sintió la rubia, giró su mirada para encontrarse con él.
Pero simplemente desapareció.
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