Episodio 10: Momento Incomodo
[Time Skip, unos 27 minutos]
Por la puerta de la habitación del hospital, salieron el trío de antes, ambos con el mismo estado de ánimo en diferentes niveles.
Pero aún así, el ambiente que los rodeaba era... Sombrío.
La tensión entre los 3 era notable, ninguno sabía como reaccionar exactamente ante lo que escucharon salir de la boca del pelo verde.
Mirio: ¡Maldición! -exclamó golpeando una de las paredes del pasillo- No puedo creerlo... Overhaul, maldito... Bastardo.
Tsukauchi: Entiendo como te sientes, Togata-san, lo entiendo. -habló con un aspecto sombrío- Pero todo lo que podemos hacer ahora es ayudar a estos niños, y llevar a Overhaul ante la justicia.
Aizawa se mantuvo callado, pero estaba de acuerdo con el detective, ya no había nada que podían hacer con respecto a lo que pasó y preocuparse por eso sería algo irracional.
Aunque por otro lado, estaba asombrado de que tanto Eri como Izuku pudieran mantener la cordura y estar tan bien como parecían.
Lo que ambos habían vivido sólo podía describirse como "Tortura Infernal".
Se preguntaba como pudieron mantener la cordura en ese lugar y en esas condiciones, hasta que recordó lo cercanos que parecían el uno al otro.
Aizawa: *Tal vez encontraron una figura familiar en el otro.* -llego a esa conclusión después de haber leído sus registros-
Izuku Midoriya era hijo único, su padre Hisashi se divorció de su madre Inko cuando tenía 5 años, y ella nunca volvió a casarse o tener hijos. Tal vez ve a Eri como la hermanita menor que nunca tuvo, o una hija en el peor de los casos.
Y Eri era algo similar, dado que Overhaul declaro que ella mató accidentalmente a su padre, su madre la entregó a su abuelo de la Yakuza. Quien ahora estaba en coma, por lo que pasó a estar bajo la tutela del villano, quien la uso para sus retorcidas investigaciones.
Básicamente, Eri ya no tenía ningún otro familiar en el que confiar. Por lo que a sus ojos, Izuku debe ser un hermano mayor para ella, o un padre en el peor de los casos.
Eso, y sabía del estado de ambos, como fueron tratados en esta sociedad superficial.
Mientra que a Izuku lo despreciaron y maltrataron por ser Quirkless, a Eri la abandonaron y abusaron por tener un Quirk muy peligroso.
Era 2 personas con historias y vidas tan diferentes...
Pero tan similares...
Aizawa: *Supongo que es como dice el dicho.* -pensó recordando una frase que escucho una vez-
"Los marginados se ayudan entre ellos."
[Habitación de Izuku y Eri.]
En la habitación, ambos se encontraban sentados en la cama, bueno, Izuku estaba sentado en la cama mientras que Eri se encontraba en su regazo.
La pequeña pelo grisáceo miraba con atención una bandeja que estaba frente a ellos, que contenía 2 platos con comida, 2 cajitas de juguito, 2 cucharas y 2 frutas, una banana y una naranja.
Izuku: ¿Qué quieres probar primero, Eri? -preguntó mientras tomaba una de las cucharas para darle de comer a Eri-
La pequeña niña se puso una mano en la barbilla y frunció el ceño, pensando mucho respecto a que comer primero. Hasta que finalmente se decidió por la banana, señalándola con el dedo.
Eri: Quiero la cosa larga y amarilla. -habló de una forma que hizo que el pelo verde sonriera y estuviera tentado a reírse de lo tierna que se veía-
Izuku agarró la fruta señalada y comenzó a pelarla para Eri, quien se dio la vuelta para poder verlo. Cuando terminó de quitarle toda la cáscara a la fruta, se la tendió a la pequeña sobre su regazo.
Izuku: Aquí tienes.
La pequeña tomo la fruta con sus manos, experimentando la extraña textura por primera vez y saboreando el olor que desprendía. Abrió la boca y se metió parte de la fruta en la boca, siendo muy lenta al respecto dado que era su primera vez probando dicha comida, disfrutando de la sensación en su lengua y su sabor...
Era extraño y desconocido, pero...
Lo disfruto.
Todo ante la atenta e intensa mirada que estaba recibiendo del pelo verde, cuyos ojos no se apartaban de las acciones de la pequeña pelo grisáceo, sin perderse ningún detalle.
Izuku trago audiblemente, sintiendo como la sangre de su cuerpo se estaba concentrando en su rostro, dándole a sus mejillas un tono rojizo que resaltaba sus pecas y haciendo que sus pantalones le parezcan algo apretados.
Lo cual empeoro un poco después de ver como Eri sacaba la fruta de su boca, sin haberla mordido y dejándola algo mojada por su saliva, todo para darle una ultima lamida como a un helado.
Eri: ¡Es muy rico! -exclamo volviéndose para ver a Izuku-
Solo para encontrárselo volteando la mirada al piso de la habitación, con el rostro bastante rojo y luciendo algo incomodo, como si algo lo estuviera molestando.
Eri: -gateando para acercarse al pelo verde- ¿Deku, estas bien? -pregunto sin darse cuenta del bulto que crecía en sus pantalones-
Izuku: S-si, no te preocupes. -respondió con una sonrisa nerviosa, tratando de sonar convincente-
La pequeña solo frunció levemente el ceño mientras hacia un puchero, sin estar completamente convencida por el pelo verde, quien volvió a hablar.
Izuku: Discúlpame, p-pero tengo que ir al baño. -declaro antes de que ella pudiera volver a preguntar-
Izuku rápidamente se bajo de la cama para dirigirse apresuradamente al baño adjunto a la habitación del hospital, en caso de que el paciente lo necesite, y encerrarse dentro.
Dejando atrás a una Eri que aun fruncía el ceño y ladeara la cabeza, viendo la puerta del baño cerrada.
Mientras que Izuku, desde el otro lado de la puerta, solo miraba el bulto en sus pantalones con una mezcla entre vergüenza y traición.
Izuku: Maldición, justo tenia que ser ahora... -murmuro por lo bajo mientras dirigía su mano a su pantalón-
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