Capítulo 03
Dedicado a mis lectores fantasmas, por favor dejen su voto y comentarios.
03 |Términos y condiciones
El lunes marcaba la una de la tarde, el horario universal del almuerzo. Taehyung había citado Jungkook por teléfono para acordar los términos y condiciones de su trato. Aún no podía creer que iba a aceptar, sobre todo porque le hería un poco el ego que alguien tuviera que ayudarlo con su vida amorosa. Se sentía como un anormal. Un omega defectuoso y anormal.
Habían quedado junto a la cancha multiusos de césped. Taehyung sabía que estaría vacía en ese horario, además había un precioso árbol de cerezo bajo el cual le gustaba sentarse. Era majestuoso y había que aprovechar que era primavera para ver las lindas flores que exhibía.
El alfa lo vio desde lejos. El castaño llevaba una camisa grande y encima un suéter color celeste. Jungkook apostaba que aquel Taehyung podría ponerse cualquier trapo y destacar. Sus feromonas lo delataban a kilómetros.
—Llegas cinco minutos tarde— dijo Taehyung, mostrándose serio para ocultar que sólo quería molestarlo. Si él iba a sufrir con su presencia, el alfa debía sufrir con él.
Jungkook sonrió de lado, acercándose con paso seguro. —Lo siento, precioso. Es que me distraje pensando en qué ponerme para impresionarte— guiñó un ojo.
Si, definitivamente lo había engañado con su actitud de chico bueno y no hormonal cuando le pidió disculpas. Volvía a ser el mismo tonto que siempre. Y aunque sinceramente el alfa tenía las intenciones de ayudarlo con su problema, si se ganaba un beso o dos en el proceso no se quejaba. Era como anotar dos puntos en un mismo juego.
Taehyung hizo una mueca, ignorando totalmente su comentario. —Como sea, ¿trajiste lo que te pedí?
El pelinegro miró a ambos lados, notando que estaban lo bastante lejos de todo el mundo, y sospechosamente escondidos bajo un árbol. —¿Acaso quieres marihuana? Te comportas como si fuera tu dealer de drogas— bromeó, acercándose un paso más.
Taehyung pudo aguantar una pequeña risa sólo por un segundo. —Necesito que me des tu horario de estudio, empecemos por eso. Lo necesito para coordinar las tutorías.
Jeon sonrió al haber hecho reír al contrario. Mientras reían, podía olfatear cómo el aroma del omega se volvía más dulce cuando estaba feliz. Siempre le ha gustado que los omegas tengan un aroma tan dulce, tal vez es por eso que le gusta salir con ellos.
—Claro, toma— dijo entregándole su agenda abierta en la página de su horario. Sus dedos se rozaron por un momento, y Jungkook aprovechó para prolongar el contacto más de lo necesario.
Taehyung se sorprendió al ver que lo tenía escrito en papel y no en su celular. Ni siquiera él hacía eso. Tomó una foto con su celular para revisarla después, tratando de ignorar el hormigueo que sintió donde Jungkook lo había tocado. Malditas reacciones, él también se encontraba algo más hormonal ese día. Pero no iba a darle el gusto.
—Okay, cuando haga el horario de las tutorías te lo mandaré por mensaje. Dependiendo de eso, veremos si te hago tutorías dos o tres veces por semana, considerando también cuándo son tus exámenes, así que deberás enviarme esa información también. Probablemente sean los martes y los jueves, y no puede ser más de hora y media dado que hago más clases...
Taehyung hablaba de corrido, sin trabarse ni detenerse mientras analizaba el horario del alfa. Notó que su entrenamiento de hockey era muy riguroso y pesado, teniendo que entrenar prácticamente todos los días. Aquello explicaba aquel físico... el omega se encontró mirando los brazos musculosos de Jungkook y rápidamente desvió la mirada.
Jungkook lo miraba con una sonrisa divertida, lo había pillado "in fraganti" mientras trataba de seguirle el ritmo a su discurso. —También podrás hacerme las consultas que tengas en la biblioteca los miércoles a las cinco pm, ya que en ese tiempo la universidad me paga por resolver preguntas de las clases en las que soy ayudante. Una vez tenga el horario que considere más óptimo no aceptaré cambios, dado que fui yo quien aceptó tu trato y no al revés. Si no estás de acuerdo con alguna de las cosas que dije, eres libre de retirarte.
Jungkook sólo retuvo la mitad de la información dada por el contrario, quien lo miraba esperando una respuesta. —Me parece perfecto. Cualquier momento que pase contigo será un placer— dijo con una sonrisa encantadora.
—Ya te advertí que no me hagas arrepentirme de haberte llamado. Encima ¿Jungkook daddy?— preguntó levantando una ceja divertido.
El alfa soltó una risa traviesa recordando lo que había hecho. No es que tuviese un fetiche, quería molestarlo un rato y fue lo primero que se le ocurrió. Aunque escucharlo de los labios del omega no estaba mal, podía aceptarlo y volver a escucharlo cuando este quisiese decírselo. Aunque sería mejor en otro contexto.
—Okay— dijo Taehyung guardando su celular. Respiró hondo para lo que venía a continuación, no quería que se le notaran los nervios. Casi no había dormido en la noche pensando en esta conversación y en qué pensaría el alfa al respecto.
—Si queremos que esto funcione, hay que poner los puntos sobre las íes para evitar problemas.
Jungkook sonrió, ya sabía que Taehyung llegaría a decirle aquello. Con sólo ver dónde lo había citado pudo haberlo adivinado. Él igualmente estuvo pensando en aquello el fin de semana, sólo que no al nivel de Kim.
—Te escucho, bombón— dijo, inclinándose ligeramente hacia el omega.
—Punto número uno— comenzó Taehyung, tratando de ignorar el apodo y la cercanía del alfa, —nadie debe enterarse de esto. Si alguien se entera, te colgaré de las bolas en el estandarte de la universidad— amenazó. Jungkook no pudo evitar reír ante la imagen mental. —Y obviamente el trato se cancela, y nuestro contacto también. Y aplica a cualquier persona, inclusive si tu mamá o el conserje se enteran, sayonara, bye, ciao.
Jungkook evidentemente no tenía problema con aquello. La amenaza había sido suficiente, aunque encontraba adorable la ferocidad del omega. —Okey, será nuestro pequeño secreto— dijo con un guiño juguetón.
Taehyung lo miró avergonzado, quería reclamarle, pero no pudo al notar que él mismo lo había provocado. Okay, si era su secreto, aunque no tenía por qué decirlo así.
—Punto número dos, vamos a ir a mi ritmo. Te estás metiendo en mi vida sentimental, en la tuya puedes meterte con cuánto omega te dé la gana y contraer sífilis, pero en lo que a mí respecta tienes que mantener tus límites. No vas a obligarme a hacer nada que no quiera hacer, ni insistirás.
Aquel punto ofendió al alfa. Era bien sabido que era coqueto y popular entre omegas e incluso betas, pero acusarlo de tener alguna enfermedad de transmisión sexual era exagerar demasiado.
—Entendido, el comentario podrías habértelo ahorrado, bonito. Tú también abusas de tu pretty privilege— regañó al omega, pero sin poder evitar admirar sus rasgos delicados.
—Está bien, lo siento— admitió el castaño, sintiéndose levemente culpable. A veces era difícil controlar su lengua. —Como sea, continuemos. Punto número tres, el acuerdo termina cuando ambos estemos conformes con los resultados.
—Aquello sería cuando apruebe el año y tú consigas pareja— concluyó Jungkook, pero Taehyung lo interrumpió.
—No necesariamente. Significa que el trato termina cuando ambos estemos felices. En las tutorías yo te daré herramientas para que puedas aprender, así que probablemente llegue un punto en el que ya no me necesites. Aunque no creo que pase pronto— bromeó, haciendo al alfa mirarle con falsa indignación.
—En el caso mío...— Jungkook notaba cómo Taehyung se ponía nervioso cada vez que mencionaba la parte de su vida romántica, era un poco adorable, cuando no estaba amenazando claro, —como se trata de algo social, se termina cuando encuentre a una persona con la que esté seguro de que podré tener una relación recíproca. Pudiendo ser, o no, bajo tus asesorías. Así no me jacto de perder mi libre albedrío.
Jungkook se acercó un poco más, invadiendo sutilmente el espacio personal de Taehyung. —Entiendo. Entonces ambos tendremos que estar de acuerdo para terminar nuestro acuerdo— el omega asintió, tratando de no mostrar lo nervioso que le ponía la cercanía del alfa. —Genial, es como en esa clase de biología... una relación sinóptica.
—Simbiótica— corrigió Taehyung empezando a plantearse qué tan crítica era la situación de Jungkook.
—Eso— guiñó su ojo el alfa. Había estado cerca. —Entonces, ¿sellamos el trato con un apretón de manos? ¿O prefieres algo más... tradicional?— preguntó con una sonrisa traviesa, refiriéndose a la costumbre antigua de sellar acuerdos con un beso.
Taehyung se tragó sus nervios y dio un paso adelante, golpeando con su dedo índice la frente del alfa haciéndolo retroceder. No iba a dejarse intimidar, por mucho que el alfa estuviera guapo, notaba como don confianzas se ponía cómodo cuando bajaba la guardia y aquello no podía pasar. — Sólo en tus mejores sueños—. Extendió su mano dando entender que sólo obtendría un apretón. —Es de oferta limitada, apresúrate.
El alfa sonrió divertido, le gustaba ver como el omega trataba de desafiarlo y tomar el control.
Jungkook tomó su mano, pero en lugar de agitarla, la llevó a sus labios y depositó un suave beso en los nudillos de Taehyung. —Será un placer hacer negocios contigo, precioso.
El omega retiró su mano rápidamente, sintiendo que su cara ahora si ardía levemente. Estaba atento pero aun así no se dio cuenta en que descuido el alfa realizó el movimiento. Se dio media vuelta rápido para evitar que el alfa lo notara, teniendo éxito en el proceso—. ¡No hagas que me arrepienta Jeon Jungkook! Te enviaré un mensaje en cuánto tenga los horarios.
—¡Estaré esperando ansioso tu mensaje!— gritó Jungkook mientras Taehyung se alejaba apresuradamente, sus ojos bajando a el trasero del omega. Esto iba a ser divertido.
Mientras caminaba, Taehyung no podía dejar de pensar en el beso en su mano y en la sonrisa estúpidamente encantadora de Jungkook. ¿En qué lío se había metido? Sabía que aquello le traería problemas. Sentía que era alguno de los tres cerditos y había dejado entrar al lobo.
La madera, el aroma a libros viejos y la luz cálida que tenía la sala hacía más acogedor el ambiente en la biblioteca universitaria. Aquel edificio era una de los recintos más antiguos de la universidad. Estanterías de madera oscura se alineaban en las paredes almacenando toda clase de libros y revistas actuales y de otros tiempos.
Taehyung estaba en una de las salas de estudio compartidas. Grandes ventanales de vidrio dejaban entrar la luz natural, creando un ambiente ameno y tranquilo donde varios estudiantes estaban con sus computadoras y libros, cada quién en suyo.
El parcial silencio de la sala fue interrumpido por el sonido de una silla arrastrándose. Taehyung no tenía que mirar para saber quién era, además el alfa se había ganado demasiadas miradas de odio como para regalarle otra más.
Jungkook se dejó caer frente a Taehyung, quien ya tenía varios libros y apuntes perfectamente organizados sobre la mesa. El pelinegro buscó la mirada del contrario, pero este se encontraba totalmente concentrado. Incluso llevaba lentes de lectura. Se veía aún más nerd que nunca.
Pero burlarse del omega en la primera sesión de tutorías sin duda no iba a hacer que aprobara.
—Llegas tarde, de nuevo— dijo Taehyung secamente, sin levantar la vista de su cuaderno.
Jungkook sonrió culpable, pasándose una mano por el pelo. —Lo siento, el entrenamiento se alargó. Pero estoy listo para torturar mis oídos escuchando sobre... ¿qué era? ¿Huesos y músculos?
—Si esto es tortura para ti, tendrás que volverte masoquista para pasar la materia— suspiró Taehyung, cerrando los ojos por un momento como si buscara paciencia. —Te ayudaré con fisiología, anatomía y biomecánica. Tres materias distintas pero interrelacionadas que son fundamentales para tu carrera.
—Sí, eso mismo. Me robaste las palabras de la boca— asintió Jungkook, aunque su expresión delataba que no tenía idea de la diferencia entre ellas.
Taehyung sacó un diagrama detallado del cuerpo humano. —Empecemos con lo básico. La anatomía es el estudio de la estructura del cuerpo humano. Necesitas conocer cada hueso, músculo y articulación si quieres entender cómo funciona el cuerpo durante el movimiento.
Jungkook se inclinó sobre el diagrama, frunciendo el ceño. —Wow, ¿ese tamaño de letra es legal? Hay... muchas partes.
—206 huesos y más de 600 músculos, para ser exactos—, respondió Taehyung. —Pero no te preocupes, no espero que los memorices todos hoy.
Jungkook palideció visiblemente. — ¿Más de 600? Pensé que solo teníamos, no sé, ¿50?
A cada palabra del alfa, Taehyung no podía evitar pensar que era el caso más grave que había atendido. Pero no importaba, él era un profesional y si estaba bajo su tutoría pasaría los ramos cueste lo que cueste. Su racha de tutor estrella contaba con ello.
Taehyung señaló con una sonrisa. —Ese es el problema. No puedes ayudar a los atletas si no entiendes completamente con qué estás trabajando. Ahora, la fisiología...
Sacó otro diagrama, este mostrando los sistemas internos del cuerpo. —La fisiología estudia cómo funcionan esas partes. Cómo los músculos se contraen, cómo los huesos soportan el peso, cómo las articulaciones permiten el movimiento...
Jungkook escuchaba como Taehyung hablaba sobre la materia, pero su concentración no pudo evitar verse afectada al encontrarse siguiendo con la mirada los largos y delgados dedos del omega mientras señalaba el diagrama.
— ¿Me estás siguiendo el ritmo?
Jungkook volvió en si asintiendo rápidamente, sus ojos se movieron entre los diagramas con creciente confusión. —Sí, okay... ¿y la biomecánica?
—La biomecánica es donde todo se junta—, explicó Taehyung, sacando un tercer diagrama que mostraba a una persona en movimiento.
Cuando Taehyung se inclinaba sobre la mesa para mostrarle los diagramas, la delgada tela de su camisa se tensaba ligeramente sobre sus hombros, revelando su esbelta figura y... Jungkook necesitaba concentrarse. «Joder» pensó. Quizás tener a un chico tan guapo enseñándole era mala idea.
—Es el estudio de las fuerzas mecánicas y cómo afectan al cuerpo durante el movimiento. Es crucial para entender y prevenir lesiones, y para optimizar el rendimiento atlético.
Taehyung observó la expresión abrumada de Jungkook y decidió cambiar de enfoque. Cerró el libro de texto y se reclinó en su silla.
—Antes de seguir con el contenido, hablemos de cómo estudiar—, dijo Taehyung, su tono volviéndose un poco más suave. —Cada persona aprende de manera diferente. ¿Cómo sueles prepararte para tus exámenes?
Jungkook se encogió de hombros. —Usualmente leo mis apuntes la noche antes del examen. A veces funciona, a veces no.
Taehyung se contuvo de rodar los ojos. —Bueno Jungkook, evidentemente ese viejo truco es, como deberías notar: ineficiente. Eso sólo le funciona a la gente con memoria fotográfica. Necesitamos encontrar una estrategia que se adapte a tu propio estilo de aprendizaje. ¿Eres más visual, auditivo o kinestésico?
Jungkook parpadeó, confundido. — ¿Qué yo soy qué?
—Es decir, ¿aprendes mejor viendo, escuchando o haciendo?— preguntó. Jungkook se sorprendía de la postura comprensiva y amable que adoptaba Taehyung al explicar.
El castaño ya tenía una sospecha sobre cuál podía ser su método, después de todo no era el único deportista al que le hacía tutorías. Pero no bastaba con eso, debía hacer al alfa pensar y cuestionarse para que pudiese entender las cosas por sí solo.
Jungkook lo dudó por un momento. —Supongo que... ¿haciendo? En el hielo, aprendo mejor cuando practico los movimientos.
Taehyung asintió, una chispa de interés en sus ojos. —Ahí lo tienes. Eres un atleta, estás acostumbrado a aprender a través del movimiento y la experiencia física. Bien, ahora si podemos trabajar.
Sacó una hoja en blanco y comenzó a escribir. —Vamos a establecer un plan de estudio que se adapte a tu estilo. Primero, usaremos mapas mentales y diagramas para visualizar los conceptos. Luego, practicaremos con modelos anatómicos que puedas tocar y manipular. También podríamos usar analogías relacionadas con conceptos que sean más familiares para ti.
Jungkook se inclinó hacia adelante, intrigado. — ¿En serio? ¿Crees que eso funcionará?
—Jungkook, estás hablando con Kim Taehyung. Si tuviste la inteligencia de pedirme a mí ser tu tutor, seguramente podrás con anatomía 1— dijo de manera algo egocéntrica, cosa que hizo sonreír al alfa. Definitivamente el nerd estaba en su salsa.
—La clave aquí es la consistencia. Necesitarás estudiar un poco cada día, no solo antes de los exámenes— advirtió—. Y usaremos técnicas de repaso espaciado para ayudarte a retener la información a largo plazo.
—Suena... intenso—, dijo Jungkook, pero había una nota de determinación en su voz—. Pero me gusta la intensidad— terminó coqueto .
Los ojos avellanas de Taehyung a través del cristal lo miraban directamente, respondió ignorando la última frase. —Lo es. Pero si le dedicas el mismo esfuerzo y disciplina que le dedicas al hockey, puedes dominar esto. ¿Estás dispuesto a intentarlo?
Jungkook sostuvo su mirada por un momento, luego asintió firmemente. —Sí, estoy dentro. ¿Por dónde empezamos?
Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Taehyung. —Empezamos por hacerlo tangible. — Se puso de pie. —Levántate—, ordenó.
Jungkook lo miró con una mueca en su rostro mientras el omega lo esperaba— ¿Qué?— preguntó mirando para ambos lados.
—Levántate—, repitió Taehyung. —Vamos a poner en práctica lo que acabamos de discutir. Si te va bien te daré una estrellita.
Jungkook obedeció, intrigado en cuál era el movimiento del omega. —Una estrellita no me motiva, ¿me das otra cosa?—. Taehyung se acercó a él.
—Cállate y extiende tu brazo—, indicó Taehyung. Cuando Jungkook lo hizo, Taehyung comenzó a señalar diferentes partes. Estaba tan concentrado en lograr que el alfa aprendiera, que no se inmutaba ante la cercanía. —Este es tu húmero, conectado a tu escápula mediante la articulación glenohumeral. Cuando levantas el brazo, tu deltoides se contrae, trabajando contra la gravedad. La biomecánica nos dice qué fuerzas actúan sobre estas estructuras durante diferentes movimientos.
Mientras Taehyung hablaba, sus dedos rozaban ligeramente el brazo de Jungkook, trazando los músculos y huesos que mencionaba. Jungkook sintió un escalofrío, cada vez que deslizaba su mano sobre su piel, que no tenía nada que ver con la lección de anatomía. Pero definitivamente si con otra parte de su cuerpo.
—Oh—, dijo Jungkook suavemente ocultando una sonrisa, sus ojos fijos en Taehyung. —Creo que empiezo a entender.
Taehyung, aparentemente ajeno al efecto que estaba teniendo en Jungkook, continuó con su explicación. —Bien, ahora imagina estas mismas estructuras y fuerzas cuando estás en el hielo, sosteniendo tu palo de hockey. Cuando haces un tiro...
Jungkook escuchaba atentamente, fascinado no solo por la información, sino por la pasión con la que Taehyung la transmitía. Además la cercanía con el omega lo hacían estar tan atento a sus movimientos y sus palabras que por primera vez, empezó a ver cómo estos conceptos abstractos se aplicaban a su vida real y a su deporte.
—Wow—, dijo Jungkook cuando Taehyung terminó su explicación. —Nunca lo había visto de esa manera. Es como si... todo estuviera conectado.
Trataba de ocultar lo mucho que había disfrutado de la lección. «Malditos cabrones» pensó al darse cuenta porque a los chicos les gustaba tanto tomar tutorías con el omega. Pero lo que si era un hecho, era que de verdad comenzaba a entender la materia.
Taehyung asintió, una expresión de satisfacción en su rostro. — Exacto. Ese es el tipo de comprensión que necesitas desarrollar. Ahora, volvamos a la mesa. Vamos a crear un mapa mental de lo que acabamos de discutir.
— ¿No quieres...— se mordió los labios al ver al rostro del omega, alcanzando a reflexionar. No, definitivamente preguntarle cuando estudiarían la pelvis estaba mal. Eso sería un knockout para él.
— ¿Qué pasa?
—Nah, olvídalo— respondió con cierta diversión mientras se sentaban de nuevo. Jungkook miró a Taehyung con una nueva apreciación. — Sabes, creo que esto podría funcionar después de todo.
Taehyung le devolvió la mirada, una chispa de algo que podría ser aprobación en sus ojos. —Claro que funcionará. Solo necesitabas el enfoque correcto. Ahora, empecemos con ese mapa mental...
Los días pasaban rápido en la vida universitaria. Taehyung parpadeó y ya era viernes. Era un efecto sorprendente, y algo depresivo si lo pensabas bien. Pero de igual manera agradecía estar cerca del fin de semana.
El pequeño apartamento olía a café recién hecho. Sentado en el sofá, Taehyung intentaba concentrarse en un libro de anatomía, tratando de tomar apuntes para sus lecciones privadas, pero su mente divagaba.
Al ser la primera semana en la cual colaboraba con el deportista hormonal, a.k.a Jeon Jungkook, sólo tuvieron una sesión, la cual estuvo bastante bien. No era estúpido, notó todos los intentos de coqueteo del contrario, pero si se ponían a discutir sobre ello solamente perderían tiempo de clases. Y él no perdía el tiempo.
Jennie estaba en el suelo de la sala entre un mar de papeles y marcadores de colores mientras tarareaba distraídamente una canción pop de los 90s, pocketful of sunshine, que se escuchaba en la televisión.
—No entiendo cómo puedes estudiar con tanta bulla— dijo Taehyung, quitando sus ojos del libro para visualizar la televisión.
—Un médico tiene que estar listo para todo— explicó Jennie con una sonrisa divertida, levantándose del suelo para sentarse junto a su amigo—. Imagínate, estamos en nuestro primer año cómo médicos. Obviamente nos derivan a la sección de urgencia, las sirenas de las ambulancias aúllan, los monitores cardíacos suenan todos a la vez. Un bebé llora en la sala de espera y una mujer está gritando por su hijo.
Taehyung le prestó atención a su escenario ficticio, tratando de imaginárselo.
— ¡De repente las puertas se abren!—. Jennie se arrodilló sobre el sofá. —Tú y yo entramos a escena con el equipo médico empujando una camilla con un hombre ensangrentado como de película de terror. ¡Hombre de cuarenta años con herida de bala en el abdomen! Te grito yo. Lo llevamos a la sala... está perdiendo sangre, el monitor cardiaco empieza a mostrar fallas, aún escuchas al bebé llorando y ¡¡LO PERDEMOS DOCTOR KIM!!— le grita fuerte al oído haciendo que se le caiga el libro y pegue un salto mientras Jennie ríe fuertemente.
Su corazón estaba agitado ante la pequeña broma—. Maldición, ¡Kim Jennie!— exclamó con su mano en el pecho mientras su amiga seguía riendo y picándole las costillas.
—Sólo admite que tengo razón, doctor Kim.
El omega rodó los ojos con diversión—. Está bien, tienes razón. Pero si vuelves a hacer eso serás tú quien necesite un médico.
De repente, Taehyung sintió un hormigueo en su marca a la par que se escuchaba como unos pasos se acercaron a la puerta y alguien agitaba un manojo de llaves que interrumpió su conversación, aunque el par de omegas ya sabían de quién se trataba.
— ¿Invitaste a Jimin?— susurró Jennie mirándolo acusadoramente.
—Jimin no necesita invitación, Jenn— respondió Taehyung de la misma manera rodando los ojos.
La pelinegra hizo un mohín con sus labios. No es que no le agradara el alfa, bueno un poco. Lo encontraba un grandísimo tonto por no corresponder a los sentimientos de Taehyung. Su amigo merecía algo mejor. No pudo siquiera quejarse cuando escucharon la llave girar en la cerradura.
Jimin entró, con una bolsa de papel en una mano y un porta planos bajo el brazo. — ¡Hola, par de nerds! Les traje comida china.
— ¿Cómo que nerd? Kim Jennie, futura médica cirujana— expresó Jennie notoriamente ofendida.
Taehyung intentó mantener su expresión neutral, pero el vínculo lo traicionaba, enviando ondas de calidez y anhelo a través de su cuerpo. Podía sentir la alegría y el cansancio de Jimin mezclándose con sus propias emociones. Era lindo en cierta parte, y desalentador por otra.
—Genial, muero de hambre—, dijo Taehyung casualmente ignorando a Jennie. Ellos siempre discutían.
Jimin se dejó caer en el sofá junto a Taehyung, pasando un brazo por sus hombros. El contacto hizo que la marca de Taehyung ardiera suavemente, intensificando la conexión entre ellos. Taehyung pudo sentir el estrés acumulado en los músculos de Jimin, la satisfacción por un trabajo bien hecho.
— ¿Qué tal el proyecto? ¿Te encuentras bien?—, preguntó Taehyung, ignorando la calidez que se extendía desde su marca. Después de todo llevaba diez años siendo amigo de Jimin, estaba acostumbrado.
—Fue agotador—, respondió Jimin, apoyando su frente en el hombro contrario. —He estado en el taller del campus toda la noche. Creo que mi espalda se va a romper de tanto tener que cortar cartón. Pero finalmente terminamos la maqueta grupal.
Jennie arrugó la nariz. —Ugh, suena horrible. ¿Cómo aguantas eso?—. Ni siquiera ellos que estudiaban medicina trasnochaban tanto como él.
Jimin se encogió de hombros. —Es el precio de la genialidad arquitectónica, supongo. — Luego, mirando a Taehyung con una sonrisa traviesa, añadió: —Además, tengo que mantener mi cerebro en forma. Los omegas adoran a un alfa inteligente, ¿verdad, TaeTae?
Taehyung rodó los ojos, ignorando la punzada de celos en su estómago. A través del vínculo, sintió un destello de... ¿inseguridad? de Jimin. Mierda, lo había pillado. Pero había algo más, Jimin estaba extraño.
—Eres un tonto, Jimin. La inteligencia no es sólo en el ámbito profesional, debe ser en todas las áreas de tu vida, incluyendo el emocional— dijo antes de guiñar su ojo—. Consejo de médico.
—Aún no eres médico, Jennie Kim— respondió ofendido—. Anda, defiéndeme Tae— pidió haciéndole ojitos al omega.
—Claro, porque tu ego necesita más inflación—, replicó Taehyung, uniéndose a la broma.
Jimin fingió estar ofendido. — ¡Oye! Mi ego está perfectamente proporcionado a mi talento. — Apretó suavemente el hombro de Taehyung. —Vamos, admite que estás impresionado por mis habilidades de diseño, o no te haré tu casita en el río como siempre has querido.
Taehyung sintió una oleada de orgullo a través del vínculo, mezclada con algo más profundo que no pudo identificar. —Tus maquetas son bastante... prolijas—, concedió.
Jimin comenzó a hacerle cosquillas en venganza y Taehyung trataba de luchar para quitarlo de encima pero era inevitable. El alfa sonreía genuinamente al sentir como el estado de Taehyung cambiaba a uno mucho más feliz, lo podía sentir por su conexión.
Jennie los observaba con una mirada conocedora. —Ustedes dos son ridículos—, murmuró, volviendo a sus apuntes.
Jimin se levantó, luego de que Taehyung lograra separarlo y recuperarara el aire, para sacar la comida. —Y bueno, no hemos hablado mucho esta semana, ¿cómo han estado tus tutorías?
—Bien—, respondió Taehyung acomodándose y cerrando el libro que ya había abandonado. Recordó entonces que no les había contado a ninguno de los dos sobre las tutorías con Jungkook. Jimin notó su inquietud y lo miró extrañado. Algo le estaba ocultando.
En realidad el castaño tenía muy buenas razones para no hacerlo. En primer lugar, Jimin no había tenido una buena primera impresión del alfa. Recordemos que lo había enfrentado el día de la fiesta de bienvenida. Y en segunda, Jimin era algo territorial sobre Taehyung. No podía culparlo, sabía que era por el vínculo. Pero Taehyung en serio no quería armar una escena. Debía mantenerlos a cada uno por su lado.
En cuanto a Jennie, bueno, no era la persona más discreta del planeta. Si pensaba contarle, sólo que en un momento más adecuado. Cuando viera al menos lo que tenía planeado Jungkook para ayudarlo y estuviera seguro de que lo de las tutorías sería algo estable.
Los tres se sentaron a comer, charlando y riendo. Taehyung observaba a Jimin, la forma en que sus ojos brillaban cuando hablaba de su último proyecto, cómo su entusiasmo fluía a través del vínculo. Era dolorosamente consciente de cada emoción que captaba de Jimin: alegría, cansancio, un toque de preocupación por los plazos, y ese algo más que no podía descifrar.
Se preguntaba si era sobre lo que sintió aquel día en la fiesta. No le había preguntado pero sin dudas había pasado algo. Además no lo había visto mucho últimamente.
Mientras Jimin hablaba, Taehyung sintió una repentina oleada de confusión y curiosidad a través del vínculo. Jimin lo miró fijamente por un momento, como si estuviera tratando de resolver un enigma. Taehyung desvió la mirada rápidamente, temeroso de que sus propios sentimientos se filtraran a través de su conexión.
La marca en su cuello ardió suavemente, un recordatorio constante de lo cerca y, al mismo tiempo, lo lejos que estaba de tener lo que realmente deseaba.
El plan de Jeon tenía que funcionar, sí o sí.
Taehyung aún se sentía algo incómodo con la idea del plan. Dar tutorías era fácil, llevaba años haciéndolo, desde la secundaria si es que recuerda bien. Sin embargo no tenía idea de que era lo que Jeon Jungkook tenía planeado para él. Y es que más le valía tener algo planeado porque no pensaba aceptar un trato que no tenía pies para avanzar.
No se habían juntado en la universidad, y Taehyung agradecía eso, ya que moriría de vergüenza si alguien los escuchaba hablando de ello. Incluso sentía que sus mejillas adoptaban un color rosado cada vez que siquiera pensaba en el trato.
Esta vez el alfa había escogido el lugar. Le había dicho al omega de juntarse el día miércoles en el parque Yeouido Hangang, junto al río Han. Taehyung se había extrañado porque lo citara a un lugar que estaba relativamente lejos de su campus, mas aceptó la citación. Jungkook había aceptado cada una de sus peticiones sin quejarse ni una sola vez, era su turno de ceder.
Era algo contradictorio como el alfa se comportaba tan complaciente y relajado mientras el omega quería dominar y tener el control todo el tiempo.
El castaño se encontraba sentado en una banca observando lo lindo que se veía el cielo. Agradecía en cierta parte el lugar que escogió el alfa, el río Han era hermoso en primavera, con todos los árboles de cerezos ya florecidos.
Revisó la hora en su celular, aún faltaban diez minutos para el encuentro cuando Jungkook apareció en el horizonte. Lucía un look mucho más preparado que los que llevaba a la universidad. Lo que más destacó Taehyung era la chaqueta de cuero café desgastada que llevaba abierta. Aquel estilo no se le veía para nada mal. También se fijó en la bolsa en su mano, parecía que había ido a comprar antes de venir.
Como siempre, su aroma a canela llegó antes que él. —Hola bonito, ¿listo para tu primera lección?
— ¿Qué tienes preparado?— preguntó con una sonrisa nerviosa, pero listo para empezar con el plan.
—Oh ya verás. Pero antes, te llegó un delivery, precioso— guiñó sacando un pack de latas de la bolsa.
La sonrisa del omega se desvaneció hasta que notó que en realidad eran latas de jugo. Recibió la lata leyendo su etiqueta. —Por un momento creí que querías embriagarme en día de semana.
Jungkook lo observó sacando una minúscula libreta de su bolsillo para anotar algo. —Strike uno.
— ¿Strike qué?— respondió sin entender a lo que el pelinegro se refería.
— ¿Qué te hace pensar que soy esa clase de chico? — el alfa cambió de tema. —Además no puedo beber cuando nos acercamos al campeonato— negó, abriendo una lata para el mismo.
Taehyung asintió, tenía sentido lo que decía—. Como sea, gracias.
El alfa observó como el omega estaba vestido, iba de mezclilla y portaba una bufanda rosa. Sus ojos se detuvieron allí, anotando otra cosa en su libreta mientras empezaba a caminar por un sendero, obligando al omega a seguirlo sin darle una explicación. Jungkook sonrió cuando sintió el aroma a miel más cerca, delicioso.
El sol de la tarde bañaba el parque Yeouido Hangang en una luz dorada, reflejándose en las aguas del río Han. Los árboles de cerezo, en plena floración, salpicaban el paisaje de suaves tonos rosados. Taehyung y Jungkook habían tomado una ruta caminando lado a lado por un sendero bordeado de flores, el aroma dulce de la primavera mezclándose con las distintivas esencias de canela y miel de ambos.
— ¿Tú sueles venir aquí?— preguntó Jungkook observando el parque mientras caminaban a paso lento. Aquel lugar era bien famoso, muchos turistas venían en esta época del año, al igual que muchas parejas enamoradas, era aquello por lo cual le había parecido un buen lugar para iniciar el plan del doctor amor.
—No mucho, suelo estar más en el campus— admitió mientras miraba como algunas personas paseaban a sus perros. Le encantaban los animales. Siguió caminando hasta que sintió la mirada del alfa fija sobre él, esperando que le dijese algo. Lo miró con una mueca extraña, tratando de adivinar que quería. — ¿Y... tú?
—A veces— confirmó metiendo sus manos en los bolsillos, siguiendo el recorrido. —Me gusta salir a correr, este cuerpo no se mantiene sólo— sonrió coqueto. — ¿Prácticas algún deporte, precioso?
Taehyung lo miró con una ceja alzada parando el paso. Okay ¿Qué era esto? No ha mencionado del plan desde que llegaron, y la plática casual le resultaba demasiado extraña viniendo de aquel chico.
—Jungkook explícame, ¿qué tiene que ver esto con el plan?— preguntó observando juzgadoramente al alfa, quién también detuvo su paso.
—Sólo quiero conocerte, dime lo que te gusta hacer en tu tiempo libre— mordió sus labios Jungkook mientras Taehyung cruzaba sus brazos, sospechando que el contrario no tenía en realidad ningún plan—. O, si no quieres, podrías decirme que llevas en tu bolsa.
Taehyung, aprovechando su excursión, había pasado por la biblioteca pública a buscar un libro que necesitaba para un ensayo. —Es un libro de neuroanatomía, aunque dudo que te interese. Oye...
—Pruébame, tal vez puedes explicármelo de una manera en la que yo entienda— interrumpió el alfa sin inmutarse ante la mirada de Taehyung.
Su actitud estaba testeando la paciencia del omega, quién respondió sarcásticamente—. ¿Quieres que me detenga aquí y te explique neuroanatomía? ¿No deberíamos ver los detalles de tu plan? ¿Existe uno acaso? —acusó.
—Strike dos— cantó el alfa dando unos pasos hacia el castaño—. Vamos a pasar una buena cantidad de tiempo juntos, sólo estoy tratando de conocerte mejor. ¿Qué tal si dejamos esto y seguimos el paseo?
El omega suspiró cansado retirando su mano cuando el alfa trató de tomársela. —Mira, Jungkook, si esta es otra de tus tácticas de coqueteo, puedes ahorrártelo. Vine aquí porque dijiste que tenías un plan, no a perder el tiempo.
—Strike tres, estás fuera. Eso fue sorprendentemente rápido, marcaste un record— dijo Jungkook con una sonrisa burlesca volviendo a tomar su diminuta libreta—. Así, señoras y señores, es como se reprueba épicamente una prueba. Así se debe sentir mi profesor de fisiología.
— ¿Qué examen? Ya basta de tanto misterio y dime que estás haciendo porque juro que tomaré mis cosas y puedes irte despidiendo de la beca— pidió exasperado el omega sin entender que hablaba el más alto.
—Te estaba haciendo un examen de diagnóstico para confirmar mis teorías, y tú Taehyung, mi querido y sexy alumno, has cometido todos los errores— terminó dándole un golpecito con la libreta en el hombro.
El omega no entendía nada. ¿En qué momento había hecho eso? Sólo lo había visto caminar con su tonta sonrisa y hacerle preguntas casuales. — ¿Cuál era la prueba? ¿Alterar mis nervios?
—Escúchate, con sólo ver tu actitud se nota el problema. Verás— comenzó Jungkook, su voz mezclándose con el suave murmullo del río—. Si queremos que este plan funcione, más allá de encontrar a un míster perfecto que te ame ciegamente, debemos fijarnos en el fondo del problema.
El pelinegro se acomodó frente a él. — Al analizar porque un chico tan guapo y sexy como tú estaba soltero, me hice la pregunta ¿qué hace que este soltero? Y las respuestas fueron obvias. Sí, eres guapo e inteligente, pero eres tan frío que congelas cualquier intento de acercamiento. Así que te diré tus errores más importantes.
—Strike uno: eres muy prejuicioso. Pensaste que había traído cervezas y más encima lo dijiste en voz alta. Plus, pensaste que no me interesaba tu vida ni tu libro— acusó—. Strike dos: fuiste sarcástico cuando mostré interés en ti. Eso no fue nada dulce. Y por último, strike tres: rechazaste sin pensar dar un simple paseo.
—Estaba siendo precavido, no todos tenemos segundas intenciones como algunas personas aquí presentes— se defendió.
—Ese es el problema, no se trata sobre las segundas intenciones si no en cómo no estás dejando que las personas entren a tu vida. Se trata de estar abierto a las posibilidades. Es por eso que debemos derretir ese muro de hielo que has creado.
La brisa primaveral jugaba con su cabello castaño, haciendo que algunos mechones cayeran sobre sus ojos. Los apartó con un gesto impaciente antes de responder. — ¿Mi muro de hielo? ¿Qué se supone que significa eso?
Jungkook sonreía, claramente disfrutando de la confusión y molestia de Taehyung al ahora ser él quien era juzgado. Se acercó un poco más, su chaqueta de cuero rozando ligeramente el brazo del omega. El movimiento envió una oleada del aroma a canela hacia Taehyung, quien intentó ignorar el efecto que tenía en él y en sus feromonas.
Jungkook, con una sonrisa traviesa jugando en sus labios, se acercó aún más. Su altura, si bien no era abismal, le permitía cernirse sobre Taehyung, quien tuvo que inclinar la cabeza para mantener el contacto visual.
—Significa, mi querido Jack Frost— dijo Jungkook, sus ojos brillando con diversión, —que eres tan frío que podrías congelar el infierno. Y no en el buen sentido.
Taehyung rodó los ojos. —Tendrías suerte entonces, no te quemarás cuando llegues allí. Además ¿debo suponer que tú eres el valiente príncipe que va derretir el muro y salvarme?
Jungkook le guiñó un ojo, su sonrisa volviéndose más amplia. —Bueno, ya que lo mencionas...
Taehyung intentó alejarse, pero en su prisa no vio una raíz sobresaliente en el camino. Tropezó, perdiendo momentáneamente el equilibrio. Jungkook, con los reflejos rápidos propios de un atleta, lo atrapó antes de que cayera. Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Estaban tan cerca que Taehyung podía contar las pestañas de Jungkook, sentir el calor de su cuerpo, inhalar profundamente su aroma a canela.
— ¿Ves? — susurró Jungkook, su aliento cálido contra la mejilla de Taehyung. —Ya estás cayendo por mí.
Taehyung sintió que sus mejillas se encendían ante el contacto físico. Encima era la segunda vez que el alfa le decía aquella estupidez, seguramente estaba tratando de manifestar.
Con un esfuerzo, logró empujar suavemente a Jungkook, creando algo de distancia entre ellos. —Ya te dije sólo en tus mejores sueños, alfa. Mantén esas inquietas manos lejos de mí.
Jungkook rio, su lobo aullando por como lo había llamado, el sonido resonando en el pecho de Taehyung. —Oh, créeme, en mis sueños haces mucho más que caer.
Taehyung hizo un gesto de asco para molestar al contrario. —Eres incorregible.
—Y tú eres adorable cuando te sonrojas, — respondió Jungkook, con la misma intención. Extendió una mano, como si quisiera tocar la mejilla de Taehyung, pero se detuvo a medio camino al ver la mirada acusadora del otro. Dando un paso hacia atrás. —Mira, ese es exactamente el Taehyung que necesitamos que la gente vea. No el señor 'tengo-un-palo-en-el-ano', sino este Taehyung. El que se sonroja, y parece un estudiante medianamente promedio que no va a colgar tus bolas de un estandarte.
Taehyung suspiró, su mirada desviándose hacia el río. Un grupo de patos nadaba perezosamente, ajenos al drama que se desarrollaba en la orilla. — ¿Y cómo se supone que haga eso?
Jungkook dio un paso atrás, adoptando una postura más seria mientras carraspeaba. —Fácil. Paso uno: quítate esa bufanda. Sé que ocultas tu marca, pero es parte de ti. Acéptala. Si a ti no te importa, a nadie más lo hará.
Taehyung tocó instintivamente la bufanda rosa que llevaba, sus dedos acariciando la suave tela. La idea de quitársela en público le provocó un nudo en el estómago. No le gustaba mucho la idea. — ¿Recuerdas las condiciones del trato? Yo... no sé si estoy listo.
La expresión de Jungkook se suavizó, toda burla desapareciendo de su rostro. La fachada del omega se había caído un poco tras su vulnerabilidad. Jungkook sabía que había algo más ahí, algo que el omega no quería decirle. Le molestaba un poco... tenía unas sospechas de que podría ser y quería replicarle, pero había prometido no hacerlo. Suspiró, ¿qué más daba? No era su vida. Más adelante podrían retomarlo.
—Bueno, como sea. Paso dos: la próxima vez que alguien muestre interés en algo que te gusta, no lo rechaces de inmediato. Aunque sea una "estupidez", comparte un poco. Muestra un poco más pasión.
Taehyung, aun sintiéndose vulnerable, optó por el sarcasmo como defensa. — ¿Como tú muestras pasión por el hockey?
Jungkook rio, el sonido mezclándose con el canto de los pájaros. —Exactamente. Aunque preferiría que no golpearas a la gente con un palo.
Para su sorpresa, Taehyung no pudo evitar reírse cubriendo inmediatamente su boca. La tensión que había acumulado durante toda la tarde pareció disiparse un poco.
— ¡Ajá! — exclamó Jungkook, señalándolo con un dedo acusador. — ¡Yo sabía que podías reír! Hay una parte muy dentro de ti donde te agrado.
Taehyung trató de parecer serio al verse atrapado, pero falló miserablemente. —Cállate, reírme de ti y reírme contigo son dos cosas muy distintas.
—A mí me pareció que era lo segundo— respondió Jungkook con una sonrisa deslumbrante. —Ahora, paso tres: practica. Y sé que tengo el compañero de práctica perfecto para ti.
Taehyung alzó una ceja, una pequeña sonrisa danzaba en sus labios. Sabía que tarde o temprano iba a sugerir eso. —Déjame adivinar... ¿tú?
Jungkook asintió entusiastamente. — ¡Bingo! Soy voluntario para ser tu conejillo de indias personal. Ya sabes, por el bien de la ciencia. Si quieres podría incluir besos al kit de prueba.
Taehyung negó con una sonrisa. Pese al coqueteo, sabía que el otro estaba bromeando, sorprendiéndose a sí mismo por lo natural que se sentía. —Eres un idiota.
—Sí, — admitió Jungkook, —pero soy un idiota que te está haciendo reír. Admítelo, mi plan está bien hecho. Apenas viste la fase uno, cuando dominemos las primeras etapas, estarás listo para el éxito. ¿Vas a confiar en mí?
Taehyung miró a Jungkook, notando por primera vez lo atractivo que se veía bajo la luz del atardecer. Su cabello negro brillaba con reflejos dorados, y sus ojos parecían contener toda la calidez del sol poniente. —Tal vez, — admitió con una pequeña sonrisa. —Sólo tal vez.
Jungkook pareció hincharse de orgullo. —Lo tomaré. Ahora, ¿qué tal si retomamos ese paseo? Prometo ser el acompañante perfecto. Bueno, intentarlo.
Taehyung rodó los ojos pero asintió, comenzando a caminar junto a Jungkook. El parque estaba más tranquilo ahora, la mayoría de los visitantes ya se habían ido. Solo quedaban algunas parejas paseando de la mano y algún que otro corredor rezagado.
Mientras caminaban en una charla amena, luego de reflexionar, con manos un poco temblorosas, Taehyung se acomodó levemente la bufanda, desenredándola de su cuello pero dejándola allí. El aire fresco acarició su cuello semi expuesto, haciendo que se estremeciera ligeramente. Jungkook sonrió, pero no de forma burlona, sino con algo parecido al orgullo.
—Ves, el mundo no se acabó— dijo Jungkook suavemente, logrando que Taehyung correspondiese su sonrisa.
Mientras se alejaban, Jungkook discretamente sacó su libreta y anotó: "Operación Deshielo: en progreso". Miró a Taehyung de reojo, quien estaba sonriendo suavemente mientras contemplaba el río bañado por los últimos rayos del sol. Añadió a su nota: "Muy en progreso".
El aroma a miel de Taehyung, ahora más fuerte sin toda la bufanda para contenerlo, se mezclaba con el de Jungkook, creando una fragancia única que parecía flotar a su alrededor mientras caminaban juntos hacia el atardecer.
[NOTA]
Holis, finalmente decidí seguir con los capítulos largos así no interrumpen tanto los anuncios. ¿Cómo están?
Me está gustando escribir la historia, siento que es divertido traer algo así. Aún tengo que hacerle correcciones claramente.
Para hacer esta historia, me estoy inspirando un poco en el género romcom. Aunque creo que no soy tan graciosa, pero lo intento.
¿Cuál es su comedia romántica favorita?
La mía es como perder a un hombre en 10 días.
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