「 ❝Chapter 1 Ø ❞」


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Rengoku empezó por la camisa de pijama que era como el de una niña pequeña, lo cual le parecía extremada mente tierno. Retiró tu camisa dejando besos húmedos en tu cuello, pecho y la zona entre tus pechos sin quitar tu sostén.

Fué bajando sus besos hasta tu abdomen y quitó tus shorts a juego con la camisa, abriendo tus piernas. Fué besando tus muslos acerándose peligrosamente hasta tu entrepierna, dándote temblores cada vez más potentes a medida que se iba acercando.

Pero una vez estuvo a pocos centímetros de esa zona, solo se detuvo y se alejó. Terminó de desvestirte con serenidad y te cargó hasta meterte a la tina con el, el agua estaba realmente tibia y el olor a flores y miel en esta te relajaban.

Tomaste el jabón y ayudaste a Rengoku con la tarea de limpiar su cuerpo, pero esta vez con menos pena. Frotaste el jabón por su pecho y bajaste por sus pectorales hasta tenerlo entre sus abdominales, haciéndote sonrojar.

Este te detuvo y te dió la vuelta. Pasó el jabón por tu espalda y pecho, amasando suavemente uno de tus pechos y luego bajar por tu abdomen hasta tu pelvis. Dejó el jabón a un lado y esta vez él masajeó tus hombros de una forma muy relajante.

La fricción con su mano derecha le dolía un poco, pero no se detuvo y procuró que no lo notaras. Dejó caer el agua caliente sobre tus hombros y luego besó tu piel caliente, dejando chupones leves para evitar dejar marca. Aprovechaste la cercanía a su regazo y te frotaste sutilmente contra su miembro, haciendo que este se empiece a levantar.

----Eres una pequeña muy atrevida, querida.~---- Susurró a tu oído deslizando sus manos por los costados de tu cintura hasta tu entrepierna.

Seguiste frotándote contra él mientras él frotaba tus manos contra tí. Te diste la vuelta y te pusiste de rodillas sobre el para luego sentarte lentamente sobre su miembro. En el último mes desde tu primera vez con el, empezaste a "acostumbrarte" un poco. Ya no dolía como la primera vez, pero seguía siendo un poco muy grande para tí, sin embargo, ese era uno de los rasgos que te gustaban bastante de tu maestro. 《Dios, esta mierda suena muy sucia -///-》.

Una vez pudiste meterlo completamente, Kyojuro no perdió mucho tiempo y se aferró con fuerza a tu trasero para penetrarte con fuerza pero cuidado. Pronto, pudiste seguirle el ridmo poco a poco y tus caderas empezaban a moverse por si solas.

----Ah!~ eres muy brusco~---- Casi no podías hablar por el intenso placer que sentías.

----¿Mas fuerte?~----

Sonrió con perversión y un brillo de lujuria en sus ojos al ver tu expresión de placer, asentiste a su pregunta y Rengoku entró más profundo y con más fuerza, haciéndote perder el aliento. Ese hombre tenía una energía y fuerza aterradoras. 

----¿No que- ah~ estabas herido?~----

----Eres una buena doctora~---- Rengoku te guiño un ojo y subió la velocidad de sus embestidas para terminar de rematarte.

Arañaste su espalda sin notarlo debido a todo ese placer y unas pocas embestidas después, te corriste. Pero ya tenías claro que eso no teminaría ahí. Subiste la velocidad de tu cintura y unos minutos después, finalmente el rubio estaba por venirse. Salió de tí y frotaste tu intimidad con la suya, haciéndolo terminar en el agua.

Sacó el tapón de la tina y te cargó hasta la regadera. Lo ayudaste a terminar de bañarse y le diste una toalla. Mientras Rengoku se secaba en el baño, tu buscabas un pantalón de pijama que tu padre había olvidado en tu casa hace como un año, que fue su última visita.

Te pusiste una camisa que te llegaba hasta más arriba de la mitad de los muslos, dejaste el pantalón delante de la puerta del baño y llevaste la ropa mojada a lavar y secar.

Fuiste a la cocina y preparaste algo ligero para comer. Mientras terminabas de servirlo, sentiste unos fuertes brazos alrededor de ti, asustandote un poco. Pero el deliciosos aroma a flores y miel volvió, dándote cuenta de quien se trataba.

----Se ve delicioso.---- Sonreía alegremente.

----Lo preparé para ti.----

----¿En serio? Sería un gusto provarlo.---- Rengoku se coló entre tus piernas por debajo de la camisa, estando apunto de hacer de las suyas.

----¡¡M-ME R-REFERÍA A L-LA COMIDA!!---- Te estampaste contra la la esquina al otro lado de la cocina intentando escapar de el.

----También te puedo comer a tí.--- Se cruzó de brazos con una sonrisa alegre como si estuviese diciendo cualquier cosa. 

----C-COMETE L-LA FRUTA Y Y-YA.---- Tomaste la bandeja y la llevaste a la mesa corriendo.

El ambiente en la cena era agradable. Se contaban cosas mientras se daban comida  en la boca y bromeaban un poco. Una vez terminaron, acordaron que Rengoku se quedaría a dormir.

----¿Tienes un futón que pueda usar?.----

----Oh si, en el arm----

----Bien, iré a deshacerme de el.---- Te regaló una sonrisa y se dirigió hacia el armario peligrosamente.

----¡E-Espera!---- Te pusiste frente a el deteniendolo. ----¿Que demonios piensas hacer?----

----Quiero deshacerme del futón.---- Te miró con una sonrisa tierna.---- Así tendré una excusa para dormir contigo. ---- continuó con voz inocente.

----¡N-no tienes que deshacerte de mi futón!----

----¡Oh, mejor aún!---- Sonrió con más alegría aún y te cargó entre sus brazos para subir corriendo las escaleras hasta tu cuarto.

Te dejó suavemente sobre la cama para luego recostarse sobre ti y recargar su cabeza sobre tu pecho como un perrito

----Buenas noches, querida.---- Te sonrió con ternura.

----Buenas noches.---- le devolviste la sonrisa y abrazaste su cabeza enrollado tus piernas alrededor de su cintura y metiendo su cara entre tus pechos.----Buen chico. ---- acariciaste su cabello.

×||¿A esto le llaman paraíso?||×
Pensó el rubio acurrucandose
entre tus pechos.

Poco después, ambos se quedaron dormidos pacíficamente con el suave sonido del aguacero chocar contra la ventana, el calor en el contacto de ambos cuerpos y la suavidad entre tus sabanas blancas.



Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀᴀ́....   

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