II
Siempre he sido un idiota contigo, lo sabes bien, aunque no quieras aceptarlo.
¿Recuerdas que te dejé plantado en nuestro aniversario? Cuando llegué fue demasiado tarde.
Cariño, tus manos temblaban e intentabas cubrir tu rostro, estabas llorando desconsolado.
Me sentí tan mal, lo juro; pero lo que me hizo sentir peor, es que aun así me abrazaste, respiraste mi fragancia y te tranquilizaste.
Lo siento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top