Entré a la biblioteca y me permití mirarle a distancia, Harry parecía frustrado mientras hojeaba unos papeles y después las páginas del libro que tenia frente a él.

Dejó caer a la mesa las hojas que sujetaba y se pasó ambas manos por el rostro antes de alzar la mirada, borré la sonrisa en cuanto nuestros ojos se encontraron y comencé a caminar en su dirección.

Él pareció querer levantarse de su asiento pero cuando observó que yo deslizaba la silla frente a él y me sentaba miró curioso y arregló un poco el caos de hojas en su lado de la mesa.

Sin decirle nada saqué la Cosmopolitan de ese mes que había comprado hacia solo un momento y comencé a leer desde la nota editorial. Seguí sin poner mucha atención a las líneas escritas con letrita negra, a las fotografías o a los encabezados llamativos en el índice, pasé al fin a la primera sección de la revista y comencé a leer frunciendo un poco el ceño en señal de concentración.

Casi solté una carcajada cuando Harry bufó y tomó sus hojas para comenzar a leerlas de nuevo, iba terminando la página cuando suspiró y dejó todo mientras se cruzaba de brazos recargado en la silla, mirándome fijamente.

-¿Qué estás haciendo?-dijo en tono molesto aunque cuando aparté la mirada vagamente para mirarlo, sus ojos color verde brillaban con diversión.

-Distraerte, ¿lo estoy consiguiendo?- le dije mientras él sonreía tenuemente y se acercaba un poco.

-No mucho-contestó encogiéndose de hombros y volviendo a tomar las hojas entre las manos, alzándolas para que taparan su rostro.

Entrecerré los ojos y cerré la revista de golpe, él soltó una risa ahogada mientras me miraba de nuevo.

-Sabes que ni siquiera necesitas estudiar tanto- le dije un poco enojada, tal vez la idea de hacerlo rabiar un poco había sido muy tonta.

Debería haberle besado en cuanto llegué y arrastrarlo fuera de aquel lugar silencioso.

-Vaya, gracias. ¿Finalmente admitirás que siempre fui más inteligente que tú, guerrera?- preguntó divertido mientras yo me levantaba para acercarme inclinando mi cuerpo sobre la mesa.

-Al fin admitiré que preferiría estar besándote antes que discutiendo de modo infantil-, le dije mortalmente seria.

Nuestros ojos se entrelazaron por un momento infinito, y entonces todo estuvo claro, un entendimiento sin palabras que nos hizo estallar en sonoras carcajadas.

Varios sisearon en desacuerdo, alguien nos hizo callar y ambos recogimos las cosas. Me adelanté a la salida y lo esperé fuera de la biblioteca un poco antes del banco en el que habíamos hablado esa mañana.

Sentí su mano sobre mi hombro y me giré al tiempo que él me besaba divertido, solo un corto beso pero lleno de significado, sus manos me abrazaron mientras me miraba casi como si él fuera el que estuviera soñando.

-¿Qué haces aquí?- dijo en voz baja mientras sus nudillos apartaban mi cabello del hombro.

-He decidido hacer que te enamores perdidamente de mi- le dije medio en broma encogiéndome de hombros.

Me besó de nuevo, mucho más tiempo y sonrió contra mis labios antes de acercar su boca a mi oído.

-Ya estoy enamorado de ti guerrera- dijo en voz baja mientras yo reía.

-Demonios, entonces pasaremos en lo siguiente en la lista- comenté encogiéndome de hombros.

-¿Qué sería eso?- preguntó con la mirada de recelo perfectamente elaborada.

-¿Qué tal si lo descubrimos juntos?- susurré mientras él me miraba con una sonrisa perfecta.

-Me parece razonable.

Fin

... o tal vez solo el principio