Capitulo 17
-Podrías hablarle dicho a Francie que irías con ella- le dije a Lei cuando me pasó la bolsa de papas fritas.
Mi cama estaba hecha un desastre cubierta de golosinas y frituras alrededor de nosotras.
-No te preocupes, quiero ayudarte con todo esto, si no tendrías que hacer dieta después- me dijo a modo de broma mientras yo la miraba con una pequeña sonrisa.
Sabia que en ella podia tener una amiga, pero sinceramente hasta el momento no habíamos estado completamente unidas, ahora ella cambiaba una tarde con su chica perfecta por quedarse conmigo, simplemente como una unión contra "el inútil e idiota escuadrón de los hombres", como lo habia llamado ella.
Cuando llegue al dormitorio después de la conversación con Harry , pensaba que lloraría hasta que los ojos y la garganta me dolieran pero no fue así, simplemente me quede ahí sentada. Más de una vez cerré los ojos con fuerza intentando rescatar mis sueños.
Lei destapó una paleta y yo comí otro puñado de papas fritas. Ya había perdido la cuenta del tiempo que llevábamos así, el tiempo que había pasado contándole sobre Harry y sobre mis tontas fantasías de adolescente.
-¿Crees que soy ingenua, tonta o infantil?- le pregunté mientras ella me miraba con una ceja arqueada.
Se encogió de hombros y habló con la paleta en la boca.
-Todas y ninguna- me dijo mientras yo fruncía el ceño- (Tn) _________ todas las personas que conozco han sido ingenuas, tontas o infantiles alguna vez, si me preguntas lo que tú eres, la respuesta es, una romántica.
Sonreí sin humor y ella chocó su hombro con el mío.
-No es malo, tener fe en nuestros sueños, no pierdas eso, no lo hagas por nadie- me dijo mientras yo asentía y me volvía a comer un montón de papas tratando de tragar el nudo en la garganta.
Había tenido la oportunidad de vivir mis sueños, por unos instantes cada una de mis fantasías se habían hecho realidad, después Harry me las había aventado a la cara.
*********
Pasadas dos semanas todo parecía haber vuelto a la normalidad; no me desgarré de dolor, no me volví un ente lleno de tristeza, ni siquiera falta a ninguna de mis clases.
Sin embargo, había cosas que ya no soportaba: ver la forma en la que Lei y su pelirroja se miraban, observar un beso apasionado o soñar.
Cada vez que mi subconsciente quería jugarme una mala pasada conjurando su rostro, sus labios, siquiera su nombre, me esforzaba por permanecer despierta, incluso en la oscuridad.
Deseaba simplemente olvidarle, pero mi mente se negaba a hacerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top