☀️Cápitulo XIII☀️


KIRA

La multitud aplaudía y gritaba mi nombre mientras bailaba y cantaba, los flashes de las cámaras iluminaban el escenario, la emoción y la felicidad invadían cada partícula de mi ser hasta que de pronto sentí un fuerte golpe en mi estómago. Abrí mis ojos de inmediato para darme cuenta que el pie de Cindy había sido el culpable, me había golpeado justo ahí.

—¡Auch! —Me quejé apartándolo con brusquedad, cosa que la hizo despertar.

—Lo siento, lo siento —Se disculpó aún medio dormida—. A veces suelo dar patadas cuando tengo pesadillas.

—Si, ya me di cuenta. Acabas de interrumpir un maravilloso sueño. —Suspiré—. Bueno ya que estás despierta, ¿Podrías por favor prestarme un cepillo de dientes? Perdón por molestar, pero no tengo —Me levanté y coloqué mis manos juntas—. Te prometo que te pagaré. Ah, y... ¿Me prestas tu teléfono también? porfis, porfis.

—Ok, pero no te pegues porque no tengo mucho saldo —Abrió la gaveta para sacar un cepillo, tomó de la mesita de noche el teléfono y me los pasó.

—Gracias, me cepillo, me arreglo y hago la llamada.

Me metí al baño a cepillar mis dientes, me di una ducha rápida y me vestí de nuevo con la  sudadera verde, gracias a Dios se me ocurrió lavar mi ropa interior anoche antes de acostarme.

Agarré el teléfono y marqué el número de papá, el cual respondió en el primer Timbrazo.

Bueno.

—Papi, buen día, ¿Cómo amaneciste?

Mi niña, por Dios, me tenías con el alma en la boca. ¿Dónde estás? ¿Cómo estás? Te hemos estado buscando por todo Medellín.

—¿Cómo? ¿Estás aquí?

Si, tu hermana y yo estamos aquí desde que el imbécil de Mauricio nos avisó que te habías ido —Escuchar su nombre me removió todo y los recuerdos volvieron a mi mente.

—Papi, estoy bien. Perdón por preocuparlos.

Dime dónde estás para ir por tí —Se notaba angustiado, me sentí pésimo por ello y decidí decirle.

—Te envío por mensaje la dirección —dije para que se calmara—, ya debo colgar, me prestaron esta línea y no tiene suficiente saldo. Adiós papi, los espero aquí.

Recargo la línea y salimos para allá.Te amo mucho, no lo olvides nena.

—Yo también te amo papi.

Apenas abrí la puerta del baño, Cindy se metió casi empujándome para que la dejara pasar, creo que tenía del dos porque me percaté de cierto olorcito, tapé mi nariz y de atrevida tomé su perfume para rociarlo por todo el lugar.

Mi estómago empezó a quejarse y mis tripas hicieron ruido por el hambre, no había comido nada desde ayer en el hotel.

«Quiero otra bandeja paisa»

¿Será muy atrevido de mi parte si voy a la cocina a buscar algo?

No digo prepararme algo porque la cocina y yo, nos o-diamos.

«Bueno, prácticamente ya soy de confianza, no creo que se enojen».

Me dije y salí con toda la intención de comerme lo que sea.

Al cruzar la puerta noté a alguien buscando en la nevera, me empiné para mirar por encima del mesón y entonces lo vi; era él. Ahí estaba de espaldas a mí, sin camisa y... ¡Mierda! solo usaba unos boxers azules, me sentí nerviosa y dudé en acercarme.

Quise voltear e irme, pero mis ojos no se apartaban de sus nalgas, lo escaneé de abajo hacia arriba muy lento abriendo un poco la boca y bajando de nuevo a las nalgas. Se ejercita eso se le ve. Piernas firmes, espalda ancha y tiene un buen culo.

«Aclaro que cuando dije que me comería lo que sea, no me refería a Esto».

—¿Ya terminaste con la inspección? —El tono de su voz no era nada agradable, se dio la vuelta para enfocarse en mí.

«¡Dios, se ve aún mejor de frente!»

—Am, yo... solo quería ver si había algo de... Comer.

—No hay nada, ya busqué. Y ni sueñes en comerme a mí, soy un manjar al que no podrás acceder. "Nunca" —respondió en tono descortés. Mis mejillas se ruborizaron por eso último que dijo.

—Eh, no. Yo no... —Estaba tan avergonzada y nerviosa que se me lengua la trabó, digo; se me trabó la lengua.

—Clarisímo.lo que  dices —dijo e intentó irse.

—Mi papá y mi hermana vienen a buscarme, le pediré que traigan algo de comer para todos, lo que tú quieras —dije queriendo empatizar y calmar mis nervios.

—Gracias, pero no necesitamos de tu caridad.

—Perdón, yo, no quise ofenderte, solo quería agradecert...

—No me interesa, así que ahórrate el discurso —pasó por mi lado sin mirarme, eso me confundió y la verdad, me hizo sentir muy mal.

«¿Qué le pasa? ¿Por qué actúa así

—Damián —pronuncié su nombre con temor, detuvo su andar sin voltearse.

—¿Qué quieres?

—¿Te pasa algo? ¿Necesitas que haga algo por tí? —pregunté insegura,
dio la vuelta y se acercó a mí.

—No, no hay nada que puedas hacer ya, pero pudiste haberlo hecho —dijo sin dejar de mirarme de una manera extraña.

—¿Qué cosa? —Me atreví a preguntar, aunque no me gustaba el tono que estaba usando.

—¿De verdad quieres que te diga? —Asentí—. Está bien, "Kira" —Eso sonó sarcástico—. Si hubieras hecho un buen trabajo manteniendo a tu prometido contento y muy satisfecho en vez de ser tan mojigata, seguramente no hubiera tenido que buscar por otro lado lo que su futura esposa no le supo dar. Dime algo, ¿Siempre eres así de santurrona? Con razón se aburrió.

¿Dolió?

Sí, eso me dolió, y mucho.

«¿Él acaba de decir que soy mala en la cama? ¿Está culpándome de los cuernos que me pusieron?»

—¿Disculpa?

—Y además eres tonta, pobre hombre.

Me sentí ofendida y contraataqué.

—No soy tonta, sé bien lo que quisiste decir, solo que lo dijiste en singular —Lo miré desafiante y con enojo—. "No hicimos" porque tu tampoco lo hiciste bien, te recuerdo que fue tú novia quién se acostó con el mío, tal vez buscando lo mismo que él, y supongo que si Valeria es tan buena en la cama, debe ser porque tiene muchísima experiencia adquirida... por ahí —Su ceño se frunció y su cara enrojeció del enojo.

—Lo que te a ti te falta ¿Verdad?

—Puede que sí, pero si de algo puede estar seguro Mauricio —Me acerqué más—, es que fue el primero y el único hombre con el que estuve mientras estuvimos juntos. ¡Qué pena que no puedas decir lo mismo de tu " Gansita" —dije furiosa y lo empujé para irme, pero me detuvo tomándome de la mano.

«¡Mierda! está furioso, me pasé, pero él se lo buscó».

Apretó fuerte mi mano y por un momento creí que me golpearía cuando levantó la otra.

—Nunca, jamás me he arrepentido de algo en la vida, pero ahora no sabes cuánto me arrepiento de haber ido tras de tí y evitar que ese camión...

—Pues debiste hacerlo, así tú seguirías engañado por la "Zorra" que tienes por novia. —espeté.

—¡Lárgate! Vete ahora mismo! No quiero verte más aquí. —gritó furioso. —¡Fuera!

Las lágrimas salieron y esta vez no dije nada, no quería empeorar la situación, era la segunda vez que me corría de aquí y no permitiría que lo hiciera una tercera. Di la vuelta para irme y vi a Gonzalo y a Cindy salir de sus habitaciones, los miré por unos segundos y salí del departamento lo más rápido que pude porque no quería que me vieran llorar de nuevo. Caminé muy rápido mientras limpiaba mis lágrimas. 

Una vez estuve fuera me recosté en un poste que había cerca a esperar a que papá y Tania llegaran por mí, no pasó más de un minuto cuando ellos bajaron de un taxi, al verlos mis ganas de llorar crecieron y no pude contenerme.

—Kira, ¡Por dios! —dijo Tania dándome un abrazo e igual papá—. Ya no llores más por ese imbécil.

Quería decir que aunque si me dolía lo de Mao, esta vez no lloraba por él, pero decidí dejar así.

—Papi, quiero ir a casa.

—Lo siento mucho mi niña, no quiero verte llorar más por favor porque se me rompe el alma —Asentí limpiando mis lágrimas de nuevo.

—Papá tiene razón, sé que no va ser nada fácil, pero aquí estamos para apoyarte. No estás sola en esto.

—Lo sé Tania —La abracé fuerte—,  pero primero quiero comer. Muero de hambre —rieron.

—Claro que si nena, vamos a comer todo lo que quieras.

Entramos a una cafetería que estaba a unas cuadras de aquí, pedimos de comer para los tres y ordené otros tres para llevar. Papá pagó la cuenta y le pedí a Tania que los dejara en portería para Cindy en el departamento 308, metí una nota para  agradecerles por toda su ayuda y cariño, ella lo dejó en portería y nos subimos a un taxi, en el trayecto le conté a papá y a mi hermana lo que ellos hicieron ayer por mí, omitiendo la discusión de hace un rato. Papá quería volver para agradecerles personalmente, pero yo no quería volver ahí, así que le dije que después los invitaría a casa a cenar y le pareció bien la idea.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Una semana después...

Llegar a casa me reconfortó un poco, pero no tanto como esperaba, sentía un vacío enorme y una ansiedad que no sabía cómo calmar. Por más que papá me pidió que fuera fuerte y no me dejara vencer, no podía con tanto dolor en mi pecho. No sabía como iba a hacer para continuar y superar todo esto, si mi vida ya no tenía ningún sentido sin Mao a mi lado.

«¿Ahora que haré sin él? ¿A quién llamaré para darle los buenos días?»

Será terrible para mi ir a la empresa y ya no entrar a su oficina, sentarme en sus piernas, contemplarlo mientras trabaja y... ¡Dios!

«¿Podré dejar de amarlo algún día?»

No lo sé y me duele no tener una respuesta. Duele más saber que todos los planes que teníamos, ya no podrán ser.

Han sido los días más tristes y más dolorosos para mí y para mi familia, me siento mal por ellos por causarles tanta angustia. Desde que llegué me encerré en mi habitación, no he salido ni siquiera para ver la luz del Sol. Tania no ha ido toda la semana a la u por quedarse a cuidarme y estar pendiente de mí cada vez que la depresión me gana y no hago más que llorar.

Hace unos días papá me quitó mi teléfono porque me descubrió llorando mirando las fotos de mi compromiso, también porque Mao me marcó varias veces, por supuesto no me dejaron responderle. Quitaron todas las fotografías que tenía en mi habitación de nosotros, pero el anillo que aún conservo en mi dedo, no han podido arrancárlo.

Han intentado animarme a salir y no lo han conseguido. Estoy siendo una cobarde, débil e inmadura lo sé y me siento culpable porque sé que ellos están preocupados pensando que haré una tontería y no los culpo. Si supieran lo que quise hacer aquel día, no se me despegarían jamás.

—Kira, te traje tu comida favorita. La hice yo mis... ¿No te has bañado todavía? Son las dos de la tarde. —protestó al verme en pijama. Dejó la bandeja con la comida en la mesita y se sentó a mi lado. —¿Quieres que te ayude a bañar?

—No, no estoy enferma. Puedo hacerlo sola, es solo que no quiero.

—Salgamos, ¿Qué tal si vamos a casa de Laura? Nos divertimos como la otra vez.

—No tengo ganas de salir, ni ver a nadie.

—¿Y a Thomas? Ha estado preocupado por tí, vino hace rato. Está abajo. ¿Por qué no sales con él y te distraes?

—No quiero Tania, no quiero salir con otro hombre que no sea Mao, no... —Me descontrolé, lloré igual que todos los días.

—Oye, ya es suficiente Kira. No te vas a echar a morir por ese imbécil, además no te estoy pidiendo que salgas con Thomas para olvidarlo, ni que tengas algo con él. Solo quiero que salgas de estas cuatro paredes y...

—¿¡Qué no entiendes que no deseo nada!? —exploto—. Me duele Tania, lo amo, lo extraño y no puedo soportar que ya no estemos juntos, siento que no puedo seguir, que mi vida no vale nada sin él. No quiero vivir sin... —El ardor en mi mejilla por la bofetada que me dio no me dolió tanto como ver sus lágrimas correr, y a papá detrás de ella igual.

—¿Cómo te atreves a decir eso? Eres una egoísta que no piensa en nosotros. Hablas de tu dolor ¿Y el nuestro qué? ¿Crees que no nos duele verte así? Qué injusta eres, Kira.

—Si te mueres, yo me muero contigo nena. —dijo papá, vino hasta la cama y se sentó a mi lado.

—Tambien yo Kira. ¿Cómo dices eso?

—Papi, Tania no... —Una gran culpa se apoderó de mí—. Perdón, perdonenme. Tienen razón yo... —los abracé a los dos.

Ya no quiero verlos así, debo ser fuerte y enfrentar la situación. Debo armarme de valor para afrontar lo que sigue.

Será muy difícil, pero debo empezar a  aceptarlo.

Mañana mismo arreglaré esto.

«Iré a ver a Mauricio»


Gracias ☺️☺️☺️

Bendiciones a todos aquellos que leen mi historia.

Editado (06-20-23)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top