Extra 2
El comentario de Raven sobre que Jimin, su esposo sería su secretario no había sido una broma, todo era en serio.
Así que, ambos llegaron a un acuerdo de pasar solo la mañana en la empresa y en la tarde, Jungkook, podría reunirse con accionistas o socios, mientras que Jimin, recogía a Anne del kínder y luego se marchaban a casa.
La hora más tarde para asistir a una junta o reunión por parte del millonario era a las cinco de la tarde. Se había restringido así mismos las reuniones por las noches a menos que se tratase de alguna invitación o celebración por parte de algunos inversionistas o amigos de su mismo círculo social.
Jimin había tenido que aprender algunas cosas y acostumbrarse a otras, y es que, aunque ya lleva dos meses y medio trabajando junto a su esposo, aún no se acostumbra a las insinuaciones de algunas secretarias de sus socios ejecutivos, o de las mismas empleadas que entran a la oficina de su esposo.
Pero es que ninguno de los dos la tenía fácil, Raven, debía contener los constantes coqueteos de sus accionistas hacia el castaño, aunque sabía que la mayoría accedía luego de ver y escuchar a su lindo y sexi esposo, pero cuando veía la forma en la que le sonreían y miraban a su pareja, sentía mucha molestia y unas repulsivas ganas de tomar a Jimin, sacarlo de su empresa y alejarlo de todos sus socios.
El castaño se halla frente al edificio despidiendo al nuevo socio de uno de los restaurantes de su esposo.
—Le llamaré cuando Raven, tenga los contratos listos —le indica Jimin.
—Esperaré ansioso por tu llamada —musita con una sonrisa coqueta el inglés.
—Que tenga un viaje —lo despide el castaño caminando hacia atrás.
Cuando el auto ha arrancado, entra de nuevo al edificio, mira el reloj en si iPad, sube al elevador y presiona el botón del piso en que se encuentra la oficina de su esposo.
Al bajar del elevador camina por el pasillo saludando y sonriendo a algunos empleados que además de ser sus compañeros de trabajo también comparten momentos junto al esposo de Raven.
—Te enviaré el formulario del contrato para que lo mejores y luego lo imprimas —se dirige Jimin a la recepcionista de Jeon. —Cuando esté listo muéstraselo y sí dice que hay que cambiar algo, házmelo saber —le indica.
—Entendido —espeta la mujer.
Luego de haberle enviado el formulario, el menor sigue su camino hacia la oficina que comparte con su esposo.
—Jimin —escucha que lo llaman.
Se detiene, levanta su vista del aparato electrónico y da con la persona que lo llama.
—Llego el contrato para expandir el nuevo restaurante en Manchester —le informa la mujer, entregándole un folder color manila.
—Muchas gracias, haré que lo firme y te lo entrego —dice el castaño.
La mujer asiente y vuelve a su puesto de trabajo, por su parte, el chico se detiene frente a la puerta de la oficina, responde el mensaje que su hermana le ha enviado y le da un vistazo a la agenda de su esposo.
Toca la puerta porque ahora a corroborado que tiene una reunión con uno de sus accionistas. Después de tres toques, abre la puerta y entra.
—Con permiso —musita sin siquiera observar quien se encuentra junto a su esposo.
—Es una reunión privada —suelta la rubia.
—Es mi secretario y mi...
—¿Acaso no tienes privacidad? —pregunta la mujer.
Jimin alza su vista y observa de forma rápida a la mujer, la recuerda, claro que la recuerda. La misma chica que mostró interés por su esposo cuando visitaron su empresa.
—¿Tienes el contrato de Manchester? —cuestiona Jungkook a Jimin.
El menor se pone de pie, camina hasta el escritorio y le entrega el folder que recepcionista le ha dado.
Ambos se miran, el castaño alza su ceja izquierda mientras Jeon, muerde el interior de su mejilla derecha.
—Ve por el contrato que realizaron ayer —le pide Raven a su esposo.
—Enseguida —masculla el castaño saliendo de la oficina.
Regresa con el contrato en su mano y cuando está por volver a su silla, Jungkook, se lo impide.
—Nos llevó semanas poder conseguir un buen contrato, pero lo conseguimos —empieza a hablar Raven—. Este es el contrato con la compañía de construcción de Manchester para mí nuevo hotel.
El castaño mira a su esposo y se queda expectante ante lo que puede llegar a pasar.
—Este es el permiso de demolición —dice el millonario, entregándole la hoja a la mujer.
Unos toques en la puerta se escuchan y los tres miran en esa dirección.
—Acaban de llegar estos presentes para el esposo de Raven —pronuncia la recepcionista. —Jimin Raven —recita, leyendo el pequeño papel que el joven de las encomiendas le había entregado.
—Gracias —musita el castaño, acercándose a ella para poder firmar de recibido.
Coloca el ramo de flores sobre su escritorio junto a una caja de chocolates y una pequeña caja Chanel.
—¿Quién lo envío? —pregunta Jeon.
—Mi esposo —contesta el menor, sonriendo.
—Tengo todos los derechos para realizar la demolición de ese edificio —comenta Jungkook.
—Es el edificio de mi padre —replica la mujer.
—Ahora me pertenece —esclarece el millonario—. No serás el accionista de Manchester.
Los ojos de Jimin y de la mujer se ensanchan.
—No después de haberte dirigido de forma desagradable hacia mi secretario y esposo —dice Raven, extendiendo su mano hacia el menor. —Cancelemos todo y hagamos como que jamás nos reunimos para establecer un trato —dice el pelinegro.
La mujer sale de la oficina y los deja solos a ambos.
—Eso fue extraño —comenta Jimin. —Firma los contratos, casi es la hora de marcharnos —le pide el castaño alejándose de él.
Mientras Raven relee y firma permisos y contratos, Jimin, ordena algunos folios que Jungkook ha tenido que utilizar para la investigación de la construcción del nuevo hotel en Manchester.
—Firme el contrato —le hace saber el mayor.
—Déjalo sobre escritorio, se lo regresaré a Emma para que le saque una copia y luego lo envíe —habla el castaño, mientras prosigue ordenando.
Jungkook se pone de pie, coge el contrato y sale de su oficina sin que Jimin se percaté, entra de nuevo a la oficina, cierra la puerta y camina hasta donde su esposo se encuentra, intentando alcanzar una carpeta.
—Puedes pedirme ayuda —habla en voz baja, Jeon, cuando está detrás del menor.
—Estaba por hacerlo —susurra Jimin, recibiendo la carpeta.
La abre e introduce los papeles donde corresponde mientras los brazos de Raven, lo abrazan de la cintura y su boca reparte besos en su oreja, en la parte trasera de su cuello y a los costados de este.
—Jungkook —articula en voz baja y divertida, el castaño. —Aún me quedan papeles —le recalca, mientras es girado por las manos de su esposo.
—Lo haces mañana —dice Jeon, besando la punta de la nariz redonda de Park.
—Dijimos que no nos besaríamos en la oficina. ¿Lo recuerdas? —lo cuestiona Jimin.
—Entonces..., no nos besamos —masculla Raven, alejando su rostro del de su esposo.
El menor lo observa, mira los labios delgados del millonario y sabe que necesita sus besos.
—Bésame —le pide Jimin.
Una sonrisa ladina se forma en el rostro del mayor, estampando sus labios sobre los del castaño y empiezan una ronda de besos en la oficina del millonario.
Se abrazan mientras se besan y se toquetean sobre la ropa. Jeon carga un poco a Jimin, y lo sienta sobre el escritorio.
—Espera, algo me lastima —se queja el castaño.
El mayor deja de besar su cuello y retira el sello debajo del trasero de su esposo.
—Listo, continuemos —dice el pelinegro, haciendo reír a su esposo.
Continúan besándose sin importarles el lugar en el que se encuentran.
La puerta se abre y Jimin recarga su cabeza en el hombro derecho de su esposo, apenado.
—Lamento no haber tocado, pero llamaron del kínder de Anne, la pequeña no se sienta bien —le informa la recepcionista.
Jimin baja del escritorio y empieza a tomar sus cosas.
—Cancela todo lo que tenía para hoy y ponte en contacto con Jimin como sueles hacerlo —le ordena Raven, mientras toma su saco y su laptop. —¿No olvidas nada? —pregunta el millonario a su esposo.
—No, lo llevo todo —acota el castaño, caminando hacia la puerta. —Gracias, Emma —agradece Jimin.
—Cierra mi oficina y llámame si algo surge —le da una última orden.
Camina rápido hasta alcanzar a Jimin, se toman de la mano y caminan hacia el elevador juntos ganándose la atención de todos los empleados de Raven Corp.
Así son los días de los Raven, algunos con discusiones, otros sin discusiones y muchos con demasiado trabajo. Pero si hay algo que no falta entre ambos es la confianza y el amor que se tienen el uno al otro.
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🐾Love Myself, Love Yourself🐾
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