Hora de la cruzada

Muchas veces, uno cree que cuando algo lo llega a perseguir, a veces es algo de lo que no se puede escapar, pues no siempre es algo físico, también llega a ser algo emocional o mental.

Hay niños, que terminan agarrando conscientes de las cosas que los asaltos llegan a hacer, en especial de los padres porque, el lazo que se comparte con ellos hace que los hijos crean que saben todo sobre ellos en el inicio.

Pero a veces... esos lazos pueden ser igual de ciegos, y existe el punto en que hace que no se puedan ver las cosas como llegan a ser en realidad.

Aunque bueno, hay otras veces en que, las señales pueden ser realmente obvias y, desde el inicio se llegan a ver las cosas aunque sean, de las peores maneras posibles.

Y, llegan a ser muchos los que aun sienten aquellos momentos todavía presentes en sus vidas, tanto que hasta el punto parece que se sienten aun perseguidos, hasta dentro de sus propias mentes.

En lo que parecía ser una zona de campo, el ambiente que daba el cielo ahora que estaba amaneciendo, estaba siendo visto desde fuera de una casa, por una chica de entre 16 y 17 años, tiene el largo cabello blanco, su ojo derecho era color azul pero, el izquierdo se encontraba cubierto por un parche negro:  mide 1.61 de estatura y, viste una blusa negra deportiva sin mangas, junto con un pantalón negro con botas de ese mismo color.

Tenia una expresión seria en el rostro, al mismo tiempo en que se encontraba con la mirada alzada hacia arriba como le era posible, con ello podía ver el cielo que, apenas empezaba a agarrar un tono poco a poco más colorido, el solo tener la mirada en esa dirección, hacia que dentro de su ser, sintiera una moderada, pero clara sensación de calma.

-Ah, a veces no se como es que esto sirva, para calmar el tormento dentro de mi. -dijo la chica para si misma mientras se sobaba el puente de su nariz.

No paso mucho tiempo para que, al final la joven decidiera volver a adentrarse hacia el interior de la casa, ahí se dejaba ver que el interior de la misma era en si algo modesta, pero sin duda tenia un aire acogedor, con lo suficiente para poder sustentarse durante un buen tiempo.

Al entrar no tardo en dar con la cocina, ahí estaba una mesa de madera algo vieja que, tenia encima una mochila algo grande, que se veía que ya se encontraba casi llena y a nada de que terminara por ser empacada.

Fuera de algunas cosas, todo lo demás estaba algo vacío, era señal de algo que era más que obvio.

Ella iba a irse, y era claro que iba a ser por un buen periodo de tiempo.

-Ah, a veces me cuestiono como es que este lugar realmente puede seguir sintiéndose como un hogar, aun con todo lo que ha pasado, realmente va a ser raro el dejar abandonado el lugar. -decía la chica al aire aun seria, pero a la vez con algo de nostalgia en su tono de voz.

De repente, a su mente viene la imagen de una niña de unos 6 años, corriendo hacia la entrada de la casa, de manera que llega a ser recibida por los fornidos brazos de un hombre que la alza y... de repente la imagen queda en neblina, como si se desvaneciera.

Al regresar a la realidad, la chica apretaba con gran fuerza sus puños, al mismo tiempo que su ojo visible dejaba ver una mirada agitada, llena de ira.

-Aun cuando llevas tiempo desaparecido, sigues en mi mente. -decía la chica a si misma mientras su ojo comenzaba a verse brilloso, como si del mismo quisiera empezar a salir una lágrima o algo parecido, pero luego decide tomar y botar una bocanada de aire, de ese modo se comenzaba a sentir un poco más tranquila. -Pero después de lo que le hiciste a mi cuerpo y espíritu, como también se lo has hecho a muchos otros más, y se que ahora depende de mi el corregir eso. -termino de decirse a si misma para luego irse de la cocina.

La chica va directo hacia unas escaleras que daba con el segundo piso de la casa, y no paso mucho tiempo para que diera con una habitación de estilo simple, pues realmente no había mucho pero eso a la chica no le interesa, fue directo hacia la cama sobre la cual estaba un gran rollo de papel que, al desenrollarlo mostraba marca de X rojas, era un mapa en el que estaban marcados varios puntos, los cuales veía y analizaba uno por uno.

-Bueno, en un inicio no lo podía ver, pero ahora se como comenzar para componer lo que tu dejaste padre. -decía la chica en voz alta para luego marcar con un marcador una de las ubicaciones con un círculo. -Y creo que voy a iniciar con el lugar en donde tu rastro de sangre más ha dado impacto. -termino de decir para luego irse hacia el armario que había en la habitación.

Se veía que el punto que la joven había marcado, era un lugar conocido como: "Jump City".

Por otro lado, la chica se pone una chaqueta de cuero negra con guantes negros sin dedos del mismo tipo de material, y de un baúl a un lado saca algo que toma con delicadeza entre sus manos...

Una katana de gran filo plateado, con el mango de la misma de color negro con detalles blancos.

Dicha arma tras verla fijamente durante unos instantes, la guarda en una funda que ella tenia en su espalda, toma el mapa y se prepara para salir, pero pasa cerca de un espejo que tenia ahí, y aprovecha para mirar un momento su reflejo.

Se veía a si misma, veía en su ser una mirada que reflejaba la dureza y determinación que ha formado durante años y... sentía que el camino de su vida, apenas llego a solo un punto de partida.

Ahora si venia la prueba de fuego, su propia cruzada al irse hacia el exterior.

-Es hora. -se dijo a si misma mientras se llevaba un bolso deportivo sobre el hombro.

...

Ya estando afuera de la casa, la chica antes de cerrar la puerta le echa una ultima vista hacia el interior, sus emociones estaban un poco enredadas entre si, pero aun así no se iba a echar para atrás en su decisión.

Se decidió, y ya era hora de poner todo en marcha.

Así que sin más, cerró la puerta y tras ponerle llave a la perilla, se asegura y nota que realmente esta cerrada.

Sin más, le echa una ultima mirada al campo que rodeaba la casa, iba a echar de menos el lugar pero, debía de avanzar con su camino y su meta, aun había mucho por recorrer y, no había más tiempo que perder.

Es ahí cuando se pone en la muñeca un reloj plateado y que parecía ser de alta tecnología, luego aprieta unos botones del mismo y termina de tenerlo listo, revisa el bolso que tenia consigo una vez más y adentro del mismo ve, un tipo de máscara naranja y azul, con lentes blancos en la zona de los ojos, deja salir un suspiro y vuelve a cerrar el cierre del bolso.

-La Rose Wilson que se ira sera muy distinta a la terminara regresando después, es hora de que mi cruzada empiece y actuaré en las sombras como lo que debo de ser... como Ravager. -se dijo Rose a si mismo con total decisión en sus palabras.

Y sin más, activa algo de reloj de manera que, un tipo de portal blanquecino se abre frente a ella y en un rápido movimiento se adentra al mismo, que luego se cierra una vez que ella lo cruza.

Nadie era consciente de lo que pasaría luego, pero una cruzaba había comenzado, una guerrera que lucharía para limpiar un rastro de dolor y sangre que ella sabe debe limpiarse, aunque lo tenga que hacer ella misma.

Hoy... comenzó la cruzada de Ravager.

...

Y Fin.

Bueno, hasta aquí llega la segunda parte del maratón sorpresa triple de estrenos, espero les guste.

La verdad, es que tenia en mente poner a otra personaje poco usada de DC en las pantallas tanto chica como grande, y siento que el personaje de Rose puede abrir algo grande, algo con lo que me siento con ganas de trabajar.

Además, aquí el personaje de Rose Wilson alias Ravager, es interpretada en esta historia por Emily Skinner.

Los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, además de que también los invito a que escriban sus opiniones sobre el capitulo en los comentarios, sigan al pendiente ya que aún falta el ultimo estreno del maratón sorpresa triple, estén al pendiente.

Que lo disfruten.

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