Rashomon se había materializado nuevamente, desde que aprendió a hacerlo. Era feliz.

Sentía que podía hacer más por su portador; por su corazón, y por su salud. Se sentía aún más útil y amado. Era extrañamente una habilidad feliz

Rashomon podía recordar, cómo las memorias de su portador. Todo lo pasado y todo lo que habían logrado. Crecieron al punto de poder protegerse, ser sumamente poderosos, y encontrar a una persona especial, y según Rashomon, deliciosa también.

Rashomon hizo el desayuno, adoraba hacer waffles. Era sencillo por que Atsushi dejaba la masa hecha en la noche. Así que Rashomon la tomaba y preparaba en la waflera, que si, Akutagawa compró para que Rashomon no encendiera la estufa

Confiaban en Rashomon pero no dejaba de ser como un pequeño Niño ante sus ojos.

Rashomon terminó de cocinar y llevo todo en un plato hasta la ahora habitación de su portador y su pareja, Atsushi.

El agente tigre talló sus ojos y miró a Rashomon, le sonrió tiernamente — buenos días Rashomon

Cada día era nuevo, alguna aventura, trabajo, o simplemente un día de mimos con su chico favorito.
A veces su portador se asustaba de su compañero y aprendía nuevas facetas de ambos.

Le fascinaba colorear y tomar el sol en la azotea del edificio con el tigre.

Adoraba las comidas de hilos, y acurrucarse en el chico agente. Ver a su portador y al agente besarse, y día a día agradecer que estuvieran juntos

Ellos eran felices y

Rashomon era feliz.
El mayor shipper

...
Y colorín colorado, este cuento se ha acabo

Muchas gracias por estar apoyándome, y a Rashomon también. El SHIPP es feliz y todos nosotros también. Siendo el motivo por el cual inició, es momento de darle su final y llevarlo en nuestros corazones

¡Gracias por leer!