Atsushi se estiraba en la cama con Rashomon a su lado, habían tomado una siesta.
Akutagawa entraba con ropa recién doblada cuando lo vio — ¿durmió bien mi pequeño tigre?

— si — respondió aún estirándose — fue buena siesta, verdad Rashomon?

Rashomon se talló en su mejilla y volvió a Akutagawa; Atsushi se levantaba para abrazar al mafioso — ¿doblaste ropa?

— si, y pedí comida. Tenía ganas de algo más

— claro, comamos algo rico.

Akutagawa tomó a Atsushi de la cintura y lo cargó haciéndolo reír.

En su sala, tenían una preciosa decoración de una pareja normal, común y no tan corriente. El enorme cuadro en medio, una mesa central con adornos de gatitos, plantas en maceta y algunas flores también.

Tenían un pequeño comedor de madera para dos, Atsushi era sentado en su silla por el mafioso — ahora le sirvió joven

— gracias, que amable

Atsushi miró la sala y miró al mafioso — creo que ya se que falta

— ¿Que?

...
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