Higuchi había pasado por negación, pelea, enojo, aceptación y volviendo de nuevo a la negación. Había fallado en una misión y eso había perjudicado a Akutagawa aunque ahora no podía salir tanto. Aquello la tenía algo tranquila al no ver tanto al chico tigre andando por allí.

Akutagawa y Chuuya estaban a punto de salir cuando vieron a Higuchi suspirar, — Hey Higuchi ¿Que te ocurre?

— Oh, na-nada jefe solo pensando

— Deja de pensar — se quejó Chuuya, ven con nosotros

— pero

— dije ven

— Vo-voy

Higuchi iba con ellos, Akutagawa no había dicho ni una palabra. Llegaron al gimnasio. Higuchi, bajó del auto y fue cuando lo vio en la entrada — Ya llegó — dijo Chuuya

— Si, dijo que Dazai-san lo traería

— maldición — se quejó Chuuya y miró a Higuchi — rápido Higuchi, entremos

— S-si

Una vez que entraron, Akutagawa llegó directo al frente de Atsushi, este sonrió y entonces miró a Higuchi — Oh, la señorita vino también — exclamó Dazai

— ha estado distraída, nada mejor que un día en el gimnasio — mencionó Chuuya

— Vamos Jinko, vigilaré que no le veas las piernas a otros

— Oye, solo veo — se quejó el albino a ser llevado por el mafioso

Higuchi los miró irse

...

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