Atsushi andaba por las calles solitarias de Yokohama, llegó a un punto y se frenó — ¿Vas a seguir atacándome?

— no importa cuando lo evadas, te matare

— Suenas igual a tu jefe, Higuchi

— Escucha bien tigre. Una cosa es que ayudes a Akutagawa-senpai con su habilidad, y otra es que le coquetees, gata rompe hogares

— No me llames gata — se quejó molesto — Akutagawa y yo tenemos una relación. El y tú no. Estas siendo muy port mafia en esta situación

— Te mostrare que tan asesina soy, Nakajima Atsushi

— Bien, intenta con lo que quieras; sigue tu berrinche. Cuando lo logres, que no será. Preguntate si Akutagawa es feliz sin mi

— Maldito. Escucha mis palabras Atsushi, jamás te aceptare

— Haz como puedas, el que me acepta es Akutagawa

Higuchi se marchó. Atsushi suspiró de ello. Estar a la guardia no era lo suyo

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