Kenji miraba a Atsushi feliz, Tanizaki se le acercó — Oye, parece que el fin de semana fue bueno

— Si, fue increíble. Por cierto, Tanizaki...

— ¿Ahora que?

Entonces allí estaban los hermanos Tanizaki en su hora del almuerzo con el perro de la mafia y su compañero, Atsushi. — Atsushi... no creo que esto sea necesario

— Tonterías, yo mismo se lo pedi — a afirmó el azabache

Los hermanos tragaron saliva. Akutagawa se acercó aún con sus brazos cruzados e hizo una ligera, superficial, algo diminuta, fue un movimiento de cabeza pero fue su forma de reverenciar — Lamentó casi asesinarlos y gracias por apoyarnos

Los Tanizaki se miraron y le sonrieron

— ¿Que quieren comer? — les sonrió Atsushi

Los cuatro almorzaron juntos aunque hubo algo de incomodidad lograron superarlo. Los hermanos Tanizaki descubrieron que el mafioso era bastante atento hacia su compañero. Estaban tranquilos con ello.

Akutagawa pago y los agentes estaban a punto de irse — denme un momento — pidió Atsushi, los hermanos se adelantaron

— ¿Que pasa cariño?

— Yo... mmm... He tenido unas punzadas, ya sabes...

— Oh, si. Ya lo compré

— Gracias

— a ti mi pequeño tigre

Atsushi sonrió, Rashomon apareció dándole un beso mientras el mafioso guardo un frasco en el bolsillo del menor — Te veo en la noche

— Si, ya te extraño

— Ya vete

Atsushi se marchó con los agentes, Rashomon miró al mafioso — Es demasiado bonito — se quejó y Rashomon asintió — Vamos, tenemos que torturar gente.

Rashomon fue alegre. Adoraba trabajar con su portador.

...
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