• 002 •

Jack se había quedado en el balcón unos minutos después de aquella plática, viendo hacia la nada mientras su dedo índice jugaba haciendo dibujos sobre la nieve.

Su atención fue desviada cuando vio a alguien adentrarse en el castillo. Estaba bastante lejos, pero lograba ver que iba acercándose al enorme lugar sin seguridad.

- ¡Chicos!

No dudo en entrar de nuevo, corriendo por su abrigo y zapatos.

- Alguien se acerca al castillo, vamos.

- ¿Por qué querrían acercarse ahí?

- Ni idea, andando.

El resto terminó por abrigarse, saliendo lo más pronto posible del lugar.

¿El problema?

Ellos tenían una pequeña base en el castillo abandonado, lugar donde habían vivido unos años luego de que lo cerraron.

Tenían cosas preciadas, con un valor personal.

No tardaron en correr lo más pronto posible, entrando por un hueco secreto que ya conocían de memoria.

Hiccup entrecerró los ojos, intentando ver entre la oscuridad mientras avanzaba.

- Debimos traer una vela, casi oscurece.

- Vamos, no hay tiempo.

Jack los apresuró, corriendo por el pasillo abandonado hasta el salón del baile.

Todos iban detrás suyo, deteniéndose cuando vieron a una persona caminar por el enorme lugar.

- ¡Oye! - Jack gritó.

Hiccup, Mérida y Jack corrieron escaleras abajo cuando el desconocido intentó escapar.

No llegaron muy lejos cuando la vieron tropezar, y ellos hicieron lo mismo.

¿Desde cuándo estaba tan resbaloso? Seguro había llovido hace poco.

- ¡Andando! - Motivo Jack.

Hiccup y Mer se intentaron poner de pie, pero fue Jack quien logró establizarse y correr detrás de la persona.

Cuando estuvo por atraparla, un cachorro saltó encima suyo y empezó a ladrar.

Era toda una escena ante los ojos de Norte, quien apenas bajaba las escaleras e intentaba ayudar a Mérida con su equilibrio.

- ¡Atrápenla!

Todos vieron a la persona correr por donde ellos habían llegado; era una maldita broma. Literalmente los había rodeado, escapando por donde habían entrado.

- ¡Oye, espera!

Jack apartó al cachorro, corriendo detrás de ella y tropezando por las escaleras.

No fue hasta el retrato qué logró alcanzarla, derribándola y quedando encima suyo para sujetar sus manos.

Razel detuvo su pelea, sintiendo sus brazos contra la alfombra y la respiración pesada al ver un desconocido encima suyo.

- Eres la...

La rubia le vio con duda, y reaccionó dándole una patada en la entrepierna con fuerza. Arrastrándose lejos de él cuando la soltó.

Jack se retorció con dolor, cubriendo su zona afectada y quejándose.

- Hija de...

- ¡Jack!

Jack y Razel voltearon cuando vieron al resto llegar, mientras la rubia aún seguía en el suelo, alejada de ellos.

- ¿Pero qué te pasa?

- ¡Tú me arrojaste!

- Tú invadiste. - Se defendió Jack.

- Eres la chica del orfanato. - Mérida ladeó su cabeza.

Razel bajo la mirada al suelo, asintiendo finalmente.

- Soy Razel.

- Yo soy Mer. - Se presentó la pelirroja. - Él es Hic, Norte y Jack. - Señalo a cada uno. - Lamento eso, no solemos recibir visitas aquí.

Mérida se acercó a ella, ayudándole a ponerse de pie y dándole una sonrisa.

- ¿Y yo qué? - Jack se quejó, aún en el suelo.

- Te he dado peores, deja de quejarte.

Razel no sabía hacia dónde ver, y apenas reaccionó cuando el cachorro saltó en sus brazos entre lamidas.

- ¿Qué haces aquí? - Hiccup ladeó la cabeza.

- Buscaba los archivos de 1808. - Murmuro Razel, bajando al cachorro. - Para saber algo de mi familia.

- Los movieron a Dohrem luego de la inundación. - Mérida se cruzó de brazos. - Y de la rebelión.

Razel asintió, mordiendo su labio inferior mientras volteaba al suelo.

Ninguno pudo disimular su asombro; era prácticamente igual a la princesa.

Su boleto ganador.

- ¿Sucede algo? Me ven mucho...

- No, es que... - Mer sonrió apenada. - Eres igual a ella.

Razel volteó hacia el retrato que Mérida apuntaba, frunciendo las cejas con duda.

- ¿La princesa?

- Ajam, ¿no lo crees?

- La verdad, lo dudo mucho. - Ella rio, pasando una mano por su cabello. - Vivo en un orfanato.

- Razel, ¿verdad? - Hiccup se acercó a ellas.

- Ajam.

- ¿Quiénes eran tus padres?

- Ouh. - Ella apretó sus labios. - No sé sobre ellos, no tengo memorias antes de los diez años. Al parecer estuve en un accidente.

- Interesante. - Murmuro Jack, cruzado de brazos tras su amigo.

- ¿Qué es interesante? - Razel alzó una ceja.

- Tu nombre es igual al de la princesa, misma complexión, misma apariencia, misma edad. -Enumeró Jack. - Si no recuerdas, ¿cómo sabes tu nombre?

Razel bajó la mirada a su cuello, sacando su preciado relicario bajo su abrigo y dejando que Mérida lo viera con atención.

- Se borró una parte, pero dice Razel.

- Hmg.

- ¿Acaso es interesante verme así? - La rubia se abrazó a sí misma.

- Los registros saben quién eres. - Jack suspiró. - Lástima que están en Bohrem... Junto a la reina Ariel, qué casualidad.

- No sé qué crean, pero no puedo ser una... princesa.

-Quién sabe. - Jack se encogió de hombros. - Solo los registros lo dirán.

La rubia se cruzó de brazos, quedando pensativa por eso.

Era verdad, esos archivos eran lo único que podían decirle quién era. Su única oportunidad de descubrir a su familia.

- Bueno. Vámonos...

Jack rodeó con los brazos a Hiccup y Mérida sobre sus hombros, haciendo que avanzaran lo más rápido posible y bajando las escaleras con Norte detrás.

- ¿Qué diablos haces? - Mer le susurró. - Es nuestra salvación esa niña.

- Esperen... - Jack susurró de regreso.

No dieron más de diez pasos cuando Razel les llamó, bajando las escaleras a toda prisa.

- Ustedes... ¿Podrían llevarme allá? A Bohrem.

Jack hizo unas muecas, buscando en su bolsillo unos boletos de barco.

- Casualmente, tengo uno extra, peeero... es para la princesa.

- Eso es chantaje.

- ¿Ah, sí? - Jack alzó una ceja, guardando el boleto. - Bueno, si no quieres... Está bien, seguro la encontraremos por aquí.

Razel hizo una mueca con los labios.

- ¿Y si no resultó ser ella?

- Habrás llegado a Bohrem sin problemas, buscas los archivos y ta dah.

La rubia se quedó pensativa, a un metro de ellos y procesando.

Llegaría a Bohrem, le dirían que no es la princesa y podría buscar esos archivos.

- De acuerdo.

- Es un trato entonces. - Jack sonrió satisfecho.

- Chantajista.

Razel acercó su mano a la de Jack, estrechándola con una mirada retadora.

El cachorro se mantuvo a una distancia de ellos, jugando a saltar para atrapar una mariposa roja que le rodeaba.

• ✧ •

- ¿Debes irte, Zel?

Un pequeño del orfanato se quejó de nuevo, haciendo un puchero notorio hacia ella.

Razel no pudo contenerse más y lo abrazó junto a varios niños que habían llegado a despedirse de ella.

- Prometo visitarlos, Bohrem está a 2 barcos de aquí.

- Espero que encuentres a tu familia. - Madre Superiora se acercó para abrazarle con fuerza. - Y si necesitas algo, envía una carta.

- Lo haré, gracias.

La rubia se apartó de ellos, caminando a la entrada del lugar donde ya la esperaban los demás.

Norte le tendió la mano para recibir su maleta, y ella se la entregó con una sonrisa cálida.
Aquel hombre era posiblemente el que menos había hablado de los cuatro, pero sentía una genuina calidez por parte del mayor.

Habían pasado dos días desde que los conoció, y no tuvo más opción que confiar en ellos.

- El barco sale en unas horas, andando. - Los apresuro Jack.

Razel rodó los ojos, caminando hasta un carruaje que los llevaría al muelle más cercano.

- Qué linda postura, princesa. - Comentó con sarcasmo Jack.

- Jack. - Norte bajo su periódico.

- ¿Qué? Está toda encorvada.

- Ya te dije que dudo ser la princesa. -Murmuró Razel. - No recuerdo nada de eso.

- Por eso vamos a Bohrem. - Mérida sonrió, jugando con la cadena de su collar.

- Aunque... El boleto es para la princesa. - Repitió Jack.

- Frost. -Murmuró entre dientes Hiccup.

- ¡Bien!

Razel se acomodó en su lugar, quedando derecha y alzando el mentón.

- ¿Ven? Toda una princesa.

- Tienes una araña en la cabeza. - Razel alzó una ceja, sin sonreír.

- Ja, buena broma.

- No es broma. - Mérida hizo una mueca, alejándose lo más rápido posible de Jack.

- Oh, déjeme retirarla. - Razel fingió una elegante voz, acercando la mano a la cabeza de Jack y dejando que subiera. - Solo es una saltarina.

- Llamando animales, encantador.

Razel acercó su mano a la ventana, dejando que el insecto saltara fuera.

- Va a morir.

- ¿Te quieres callar, Frost? - Casi gritó Razel.

- ¿Acaso esa es tu frase favorita? - Jack se quejó, apuntando con un dedo a la rubia. - ¿Planeas hacerme estas dos semanas un infierno para tu placer?

Razel hizo una mueca con los labios, acercando su rostro al de Jack con superioridad.

- Tienes un moco.

La rubia puso una mano sobre el rostro de Jack, empujándolo en su asiento.

- ¡Razel!

- Diga. - La rubia sonrió. - Soy la princesa Rapunzel, para usted, joven.

- ¿Ahora sí eres princesa? - Jack se quejó.

- ¿Pueden callarse? - Mérida se entrometió, empujando a ambos de la cara a su asiento. - No van a estar las siguientes 2 horas peleando, Dios.

- Díselo a la caprichosa. - Jack la apuntó, pero el cachorro saltó de los brazos de Hiccup hacia el chico. - ¡Quítame a tu monstruo!

- Se llama Chimuelo. - Reclamo Razel.

- Horrible nombre.

Razel abrió los labios ofendidos, mientras que el carruaje entero se seguía moviendo.

- ¡Ya sujeten al animal! - Norte se quejó. - Y a Chimuelo.

Todo empezó a moverse, y en segundos el vehículo se frenó con una escena incómoda para cualquiera dentro.

Hiccup tenía su pierna atorada quién sabe dónde. Mérida se había caído ante los dos salvajes. Rapunzel intentaba sujetar al perro sobre su amiga y Chimuelo lamia a Jack.

- Ya no se mueve. -Murmuró Jack.

- Capitán obvio. - Razel le sacó la lengua.

- ¡Todos abajo! - Grito el chofer.

- ¿Qué? - Mérida se quejó.

- No soporto tenerlos otro minuto más, ¡abajo!

Y sin más, Chimuelo bajó corriendo y detrás el resto de los pasajeros.

Norte recibió su dinero de regreso, cruzándose de brazos hacia el grupo de cuatro jóvenes.

- ¿Saben cuánto tardaremos en llegar? ¡Horas! No alcanzaremos el barco por sus peleas.

- Lo siento, Norte. - Razel bajo la cabeza apenada. - No volverá a suceder.

- ¿Por qué trajeron al animal? - Jack volteó hacia otro lado.

- No había donde dejarte, Jack. - Mérida alzó una ceja.

- ¿Tú también? - Jack se giró hacia la pelirroja. - No es mi culpa que sea una caprichosa.

- No lo soporto.

La rubia suspiró, dando media vuelta para empezar a caminar por el camino de regreso.

- ¡Jack! - Hiccup le reprendió. - Sin princesa, no hay recompensa.

- ¿Y qué quieren que haga?

- Habla con ella. - Mérida ladeó su cabeza.

- Pff...

Jack se cruzó de brazos, inflando sus mejillas y viendo por dónde se iba Razel.

- Es insoportable.

- Dos semanas, y seremos más ricos que la familia real de Bohrem. - Mérida le animo. - Y si la pierdes, te mato.

- ¡Bien!

Jack aceleró su paso en dirección al camino, no estaba muy lejos y el cachorro le seguía con emoción.

- ¡Razel!

- Déjame en paz.

El chico suspiró, acelerando sus pasos y llegando frente a ella. Logrando que la joven se detuviera, cruzándose de brazos.

- Lo siento, ¿sí?

- ¿Por qué?

- Por idiota. - Jack hizo una mueca con los labios. - Dejaré de fastidiarte, en serio. Pero debes esforzarte un poco... Por favor.

Razel bajo la mirada, asintiendo hasta finalmente inhalar profundo.

- Bien, me esforzaré. Seré su princesa.

Jack sonrió, acercando un dedo a la frente de la rubia y haciéndole sonreír.

- Recta.

- Sí, capitán. - Ella se puso recta, con el mentón en alto. - Lamento lo del carruaje.

- Norte conseguirá otro, es muy carismático.

Razel sonrió, al igual que Jack. Y ambos caminaron de regreso a donde se encontraban sus amigos, no era muy lejos.

Vieron a la distancia un carruaje, y Mérida llamando con un movimiento de manos.

Jack volteó hacia la rubia con un gesto cómplice, y en segundos ambos empezaron a correr hacia el nuevo transporte.

- ¡Vamos, chicos! - Ánimo Norte.

El carruaje empezó a moverse, y Jack se agachó para sostener al cachorro y subirlo. Después subió de un salto, alzando su mano en dirección a Razel.

- Andando, pies ligeros.

- ¡Más te vale que no me dejes caer! - Razel sonrió.

Jack negó con la cabeza, logrando tomar la mano de la rubia y juntos subir al carruaje antes de que acelerara.

- Siéntense, no quiero que se caigan. - Norte les ayudó a acomodarse junto a las maletas, pues viajarían en un carruaje de carga.

- ¡A comer!

• ✧ •

Otro dibujo de Internet que uso de inspiración ♡

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