Capítulo 36.
Narra Akane.
— ¡Buenos días! — exclamé, mientras abría de par en par la puerta que daba a la habitación de ____ y Ranma.
—Buenos días Akane— respondió mi prima, la cual se encontraba sentada junto a Ranma, quien masticaba con una sonrisa.
En la mesa que les hacía de escritorio, estaba un abundante desayuno, la mayor parte eran cosas que Ranma amaba.
—Buenos días hijo— saludó el señor Genma, acercándose a nosotros —, ¡vaya, que bien se ve el desayuno! — exclamó.
—Si, ¿celebramos una ocasión especial? — cuestioné, mientras entraba y me sentaba junto al joven Saotome, el cual todavía permanecía en pijama, al igual que mi prima.
—Bueno pues, hoy es mi cumpleaños— aquellas palabras me dejaron desconcertada.
¿El cumpleaños de Ranma?
Narra Ranma.
—Buenos días— me removí en el futón, extendiendo una mano en dirección al lado que le correspondía a mi pareja. La moví varias veces, al no sentir su cuerpo ahí, mucho menos su calor —, estoy del otro lado— abrí lentamente los ojos, para encontrarla sentada a mi lado.
—Buenos días— bostecé, dándome media vuelta para poder abrazar su cintura.
—Hmmm, feliz cumpleaños mi Ranma— su palabras resonaron en mi cabeza, hasta que por fin las procesé y abrí los ojos de golpe, ____ rió, sus suaves dedos acariciaron mi cabello con dulzura —. Te hice el desayuno, vamos— con razón el delicioso aroma en nuestra habitación.
Me levanté junto a ella, caminando hasta nuestro escritorio. Abrí la boca al ver toda la comida que se encontraba ahí.
—Un desayuno especial, para mi chico especial— murmuró, besando mi mejilla.
— ¿De verdad te despertaste temprano para poder hacer todo esto? — cuestioné, casi sin creerlo.
—Pues si, lo mejor de lo mejor para ti— no pude evitar envolverla con mis brazos, agradecido.
Narra ____.
— ¡Feliz cumpleaños hijo! — exclamó mi tío, mientras abría la puerta del baño. Su mandíbula cayó al suelo al ver a Ranma en toalla estirándose, mientras yo me cepillaba los dientes —, ¡no tienen permiso para hacer cosas indebidas! — exclamó, a lo que yo reí.
—Si por indebido se refiere a que su sobrina me haga el desayuno y me prepare un buen baño caliente, entonces quiero seguir haciendo cosas indebidas toda la vida— escupí la pasta en el lavabo, y limpié mi boca.
— ¡Ranma ya vamos tarde para la escuela! — exclamó Akane a la lejanía. Compartí una mirada con el pelinegro, debíamos darnos prisa si queríamos llegar a tiempo.
— ¡Ranma mi amor feliz cumpleaños! — enarqué una ceja, al ver como el viejo maestro Happosai saltaba al pecho de Ranma, imagino que creyendo que se encontraría con los pechos de la versión mujer de mi chico.
—No me venga con eso, maestro— reprochó el joven Saotome, para luego agarrar mi mano y llevarme a nuestra habitación para poder cambiarnos.
Narra Ranma.
—Gracias— dije, despidiendo a la última compañera que me estaba felicitando. Coloqué ambas manos en mis bolsillos y suspiré —, listo para marcharnos— aclaré en cuanto salí de la escuela, para toparme con mi pareja observando el cielo.
— ¿Ya? Pues vamos— asentí y ambos comenzamos a caminar.
El día en la escuela había transcurrido normal, la emoción era palpable en mi, hoy era mi cumpleaños y mañana nos marchabamos a China, junto a Shampoo y su bisabuela.
— ¿Estás preparada para irnos mañana? — pregunté, acercándome un poco más a mi compañera.
—Hoy en la noche terminaré de hacer nuestro equipaje, tu saca las cosas que deseas llevar— coloqué ambas manos en mi nuca, y desvié la mirada hacia la izquierda, siendo incapaz de verla.
—Tu vas, y eres todo lo que necesito— continué caminando un poco —, tú y mi ropa, claro está— pude escuchar la pequeña risa de ____, sonreí.
Narra Akane.
— ¡Hola! — entré en la habitación del pelinegro, para encontrarlo cerrando una bolsa de viaje.
Claro, ello se irían mañana a China, ahora lo recuerdo.
—Akane, ¿en qué puedo ayudarte? — el joven Saotome se colocó en pie, dejando la mochila junto a la de mi prima, una pequeña sonrisa en su rostro.
—Pensé que te gustaría ir a estudiar conmigo— murmuré, mientras me recostaba contra la puerta.
—Quizá cuando vuelva de China, por ahora necesito descansar un poco— tras decir esto, salió del cuarto con las manos metidas en los bolsillos, bajó las escaleras y yo le seguí.
Justo iba a insistir cuando escuché un tarareo ser interrumpido por una exclamación, y luego la campana de la bicicleta que usa Shampoo.
— ¡____! — exclamó el pelinegro, mientras corría hasta el patio.
— ¿Se puede saber qué te pasa, Shampoo? — preguté, mientras la observaba con las manos en las caderas, ella ignoró mi presencia.
—Ni hao Ranma— saludó, caminando alegremente hasta el chico —, escuché que es tu cumplraños, así que vine de inmediato— el muchacho ni siquiera le hizo caso, mientras trataba de ayudar a mi prima a levantarse.
—Estoy bien, ha sido más el susto— expresó ella, llevando una mano a su pecho.
—Shampoo debes dejar de hacer eso, un día podrías herirla de gravedad— bramó Ranma, mientras observaba a la recién llegada.
—Ha sido un accidente, ¿pastel? — extendió el postre con aspecto delicioso al chico, este ni se inmutó.
—Muchas gracias pero hablo en serio— retrocedí unos pasos ante la firmeza que presentaba el Saotome en esta situación.
— ¡Mañana ya nos vamos a China! — exclamó la chica, mientras se aferraba al brazo de Ranma.
—Si bueno— ____ se dispuso a seguir con la ropa, cuando todos fuimos llamados.
—Papá y el tío Genma han preparado una pequeña reunión para ti, porque es tu cumpleaños— aclaró mi hermana mayor.
—Eso no me lo esperaba— dijo Ranma, mientras caminabamos hasta nuestro destino.
Narra Ranma.
— ¡Felicidades! — exclamaron todos los presentes, mientras yo entraba en el lugar.
—Vaya, incluso Ryoga está aquí— expresé, al ver al chico de pelo negro en la esquina.
—Pues me encontré con tu padre y él me invitó— argumento, mientras se cruzaba de brazos y desviaba la mirada.
—Ranma no seas descortés, Ryoga se tomó la molestia de venir a verte— reprochó Akane a mis espaldas.
Suspiré.
— ¡Estoy aquí Ranma mi amor! — Kodachi lanzó su cinta en mi dirección, retrocedí un paso, al tiempo que mi novia daba uno hacia el frente y permitía que la cinta se envolviera en su antebrazo.
—Siempre es un placer verte rosa negra— saludó ____, mientras observaba la tela en su piel —, te agradecería que dejaras respirar a Ranma, después de todo, es su cumpleaños— concluyó.
—Le quitas la diversión al asunto— gruñó Kodachi, retirando su cinta.
Unas horas más tarde ya era de noche y nuestros invitados estaban en su mundo. Salí un momento al patio, para encontrarme con mi pareja sentada en el piso de madera.
—Hey, ¿llevas rato aquí? — pregunté, mientras me sentaba detrás de ella, mis piernas a cada lado de su cuerpo.
—Se podría decir que si— la castaña recostó su espalda contra mi pecho y cerró los ojos —, ¿estás disfrutando? — observé el cielo nocturno, y las estrellas en él.
—Si, es bueno celebrar con amigos de vez en cuando— ____ asintió.
A nuestas espaldas se escuchaban gritos de emoción, gozo y alegría, mientras la sobrina del señor Tendo y yo permanecíamos en nuestra pequeña burbuja.
Más tarde esa noche, mientras toda la casa dormía, ____ y yo mirabamos por la ventana. La suave brisa de la noche hacía bailar su suave cabello.
— ¿Listo para una nueva aventura, Ranma? — cuestionó mientras me miraba, sus ojos brillantes ilumindos por la luna, y sus mejillas sonrojadas.
—Más que listo— respondí, inclinándome en su dirección y besando sus labios.
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