Capítulo 29.
Narra ___.
—¿Acampar? — fruncí el ceño, mientras dejaba mi tazón vacío, ese que hace tan solo unos minutos estaba lleno de arroz.
—Pues yo pienso que sería una buena idea, salir a acampar todos juntos — Kasumi parecía realmente emocionada, con la idea de salir de campamento.
—Bueno... Supongo que sí podríamos ir — agregó el señor Genma.
Miré a Akane, la cual había sido la persona que sugirió la idea, esa de salir de nuestra cómoda casa, para ir a escondernos en algún bosque.
Ranma permaneció callado, y me dí cuenta de que me miraba, como si mi opinión fuera vital para él hablar. Ladeó la cabeza y supe que me estaba preguntando indirectamente si estaba de acuerdo.
Me encogí de hombros y el se cruzó de brazos, enarcando una ceja. Yo me ruboricé.
—Oigan, deben de estar teniendo una conversación muy interesante entre ustedes, telepáticamente — Ranma miró a Nabiki, antes de responder.
—Estamos de acuerdo con salir a acampar.
—Pues nos vamos este mismo fin de semana — anunció mi tío, y todos asentímos.
[...]
Cuando encontramos el lugar perfecto, justo junto a un río, paramos nuestro largo recorrído.
Dejé mi mochila junto a la de Ranma y me estiré un poco, pues me encontraba algo cansada tras pasar el día caminando.
—Está anocheciendo, deberíamos empezar a armar las tiendas — sugirió Kasumi.
En ese momento ví como Akane, aparentemente nerviosa se acercó a Ranma, sin embargo decidí no prestar mucha atención, y simplemente saqué nuestra tienda de su bolsa.
Narra Akane.
En cuanto Kasumi sugirió que armaramos las tiendas, traté de armarme de valor para preguntarle a Ranma si le gustaría acompañarme y compartir tienda de campaña.
Aproveché que ___ estaba distraída y me acerqué a él, antes de que se aproximara a mi prima, para ayuarle con la tienda que ella iba a montar.
—Oye Ranma... — el me miró.
—Ah, Akane. ¿Necesitas algo? — cuestionó, mientras se giraba por completo a mi persona.
—Bueno, me preguntaba si... Pod- — el maestro Happosai me interrumpió, al comenzar a gritar.
—¡Mi bella ___!, ¡vamos a compartir tienda! — y saltó directamente hasta donde la antes mencionada se encontraba.
—¿Pero qué demoni- ... ? — mi prima no pudo terminar la frase, puesto que ya el maestro Happosai se encontraba en el suelo, acariciando su nuevo chichón, cortesía de Ranma.
—Maestro, le he dicho ya muchas veces que con ___ no se meta — anunció el pelinegro, mientras se acercaba a ___.
No me quedó de otra más que alejarme, sin embargo tenía en mente volver más tarde, para preguntarle.
Narra ___.
Deposité nuestras mochilas dentro de la tienda de campaña, mientras miraba al señor Genma entrenar con Ranma.
—Ranma, ten cuidado en caer al lago. Está haciendo frío y seguro el agua está helada — musité, mientras me acercaba a Kasumi, pues pronto empezaríamos a hacer la cena.
—Sí, lo tendré — sin embargo, no pasó mucho antes de que el se encontrara bañado en aquella agua helada.
Gracias a Dios que había sido precavida, y ya tenía una tetera con agua hirviendo preparada.
—Oye ___, puedes darme la tetera, pues debo de hablar con Ranma, y de paso, le echo el agua — me di la vuelta para ver a Akane.
—En realidad... Quizá para la próxima Akane, yo también debo de hablar con Ranma un momento — tomé la tetera y me acerqué a mi pareja.
—¡Me las pagarás! — gritó en dirección a su padre, mientras este solo se reía a puras carcajadas.
—Sí, sí. Se pueden matar cuando quieran, pero lejos del río por favor, que no nos podemos estar gastando toda el agua en ustedes — eché eñ agua sobre Ranma, y de inmediato el adquirió su versión original.
—Solo tienen que tomar del agua que corre frente a nosotros y calentarla — se levantó de un salto y me miró.
—La vas a calentar tu, después de todo, eres tu el que la necesitas — me volví con Kasumi, y comenzamos a hacer la cena.
[...]
—Esto está delicioso — veo a Ranma devorar la cena, seguro que está muerto de hambre después de tanto entrenamiento.
—Me alegra que te guste — sonrió Kasumi.
Cuando todos terminamos de comer, nos quedamos mirando el cielo estrellado.
Narra Ranma.
—No pensé que fuera a hacer tanto frío — miré a mi compañera y deslicé mi mano por su brazo, atrayéndola hasta mi, para darle de mi calor.
Disimuladamente acaricie su brazo y ella se recostó contra mi y bostezó. Eso significaba que pronto deberíamos entrar a la tienda, mi princesa estaba cansada.
—Creo que es momento de que nosotros nos vayamos a nuestra tienda — anuncié, mientras me levantaba, y ayudaba a ___, para que se levantara igual.
—¿Dormirán ustedes dos, juntos? — cuestionó Akane, y ___ y yo nos miramos.
—Pues sí, no es como si fuera algo del otro mundo. Aquí, en casa y donde sea, siempre que estemos juntos, dormiremos al lado del otro — anuncié y ___ me miró sorprendida.
No pude evitar apartar la mirada, bien sabían todos que yo no era del tipo de persona que se expresaba tan abiertamente... Ya mucho me costaba, mientras nos encontrabamos en privado, ser romántico con mi pareja, no queramos ni hablar cuando estamos en público.
Aunque ___ y yo nos entendíamos perfectamente, no estaba de más algún que otro gesto romántico. No es algl que hicieramos muy seguido, aparte de nuestro beso de las buenas noches, así que cuando ocurría, pues era algo sorpresivo para ambos.
Pero yo me había propuesto llegar a soltarme un poco más, solo por ella, porque ella si vale la pena, y sí lo merece.
Además, era una realidad lo que acababa de decir, nadie, absolutamente nadie, tuvo, tiene o tendrá la fuerza paa hacer que nos separemos.
Mucho menos que no durmamos juntos. El señor Soun y papá deben de adaptarse a esa idea
—A veces pienso que son como una pareja casada. Tomen un momento para analizarlo, duermen juntos, se bañan juntos, comen juntos, ___ utiliza la ropa de Ranma, y este de vez en cuando nos la roba para salir a no se donde, para hacer quien sabe que — ___ rió, esa era la representación al pie de la letra se lo que hacíamos juntos.
En pocas palabras y apartando la modestia, ella y yo hacemos el mejor equipo, solo nosotros dos, unídos, juntos...
—Yo solo tengo una pregunta, ¿ya consumaron su amor? — levanté una ceja, y sentí a ___ tensarse a un lado mío.
—Si te refieres a besarnos, pues entonces... Todos los días lo consumamos — mi novia me miró, mientras negaba. Su cara estaba completamente roja
—Ranma... Ella se refería a si nosotros hemos... Bueno, ya sabes — ahí comprendí todo, miré a Nabiki y no pude evitar sonrojarme.
—¡¿Pero qué clase de preguntas son esas?! — grité, mientras cerraba mi puño — De todas formas, si ocurrió o no, es algo que solo nos concierne a nosotros — compartí una mirada de complicidad con mi chica, antes de caminar hasta nuesta tienda.
—Solo por si las moscas, no. No hemos ido mas allá de un beso — aclaró ___, antes de entrar junto a mi. —Buenas noches.
[...]
Narra Akane.
Sabía que eran altas horas de la noche, pero de todas formas debía intentar una última vez.
—¿Ranma...?, ¿estás despierto? — cuestioné, mientras movía la cremallera para dejar a la vista a la persona que buscaba, pero me llevé otra cosa.
Ranma estaba abrazando dormido abrazado con mi prima, ambos muy pegados el uno del otro.
—¿Hmmm? — el pelinegro levantó levemente la cabeza en mi dirección. — ¿Akane...? — su voz ronca me hizo estremecer.
—Y-Yo... Quería saber si podía dormir aquí contigo... — justo en ese momento, ___ se removió, dándole la espalda a Ranma.
—Estamos llenos aquí — murmuró, antes de deslizar su mano por la cintura de ___, y apegarse a ella.
Bastó unos minutos de espera, antes de darme cuenta de que ambos estaban completamente dormidos.
Me colé lentamente en la tienda de campaña y cerré la entrada.
Me acosté junto a Ranma y miré su espalda. Mantenía una respiración tranquila, indicando que estaba dormido.
Cerré los ojos y caí dormida.
Narra Ranma.
Sentía a ___ inquieta, sabía que ya era de día, sin embargo no quería abrir los ojos.
—Hmmm — una tercera voz en nuestra tienda, causó que los abriera de repente.
Miré a mis espaldas y ahí se encontraba Akane, bastante pegada a mi.
¿Cuándo diablos se entro en nuestra tienda?.
—Akane — llamé, mirándole.
Al notar que ella no se movía, dejé de abrazar a ___, y la comencé a remover, hasta que despertó.
—Buenos días Ranma — saludó.
—¿Por qué te colaste en nuestra tienda? — pregunté.
—Yo...
—¿Akane...? — ___ se había levantado, y rascaba uno de sus ojos, mientras miraba a su prima.
—Es que no quería dormir sola, ya me voy — abrió la puerta de la tienda y se marchó, a paso apresurado.
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