Capítulo 25.
Especial, " ___ en sus días".
Narra Ranma.
—Ugh...— miré a ___ acariciar su vientre bajo, mientras dejaba de comer por un momento.
—No me digas que te ha caido mal la comida, ___— comentó Kasumi, aparentemente alarmada.
—No...No, tranquila— la castaña sonrió un poco.
—¿Entonces te duele la barriga?— cuestionó Nabiki, mientras dejaba de comer igual.
Ya todos estabamos mirándo a la sobrina del señor Soun, causando que se sonrojara.
—Por favor no dejen de comer por mi— sus mejillas se tornaron de un color carmesí intenso— solo son colicos menstruales...— abrí los ojos sorprendido.
¿Ella... Estaba con su menstruación?.
Su nuevo quejido me llevó a la realidad.
—Bueno, al menos nos quitamos un susto de arriba. Sabemos que ___ no está embarazada— sentí el humo salir se mis orejas en ese preciso momento.
—¡No digas eso!— Nabiki rió.
—No sabemos lo que pasa con ustedes a partir de que cierran la puerta. Y yo tengo mucha imaginación— ___ negó.
—Lo que estás es corrompida...—
[...]
—¿Estás segura de no querer ir a ver al doctor Tofu?— me encontraba recostado a un lado de ___ en nuestro futón. Acompañandole.
Desde que llegamos del instituto vino directo a la habitación para acostarse, puesto que seguía constantemente teniendo colicos.
—Por el momento puedo continuar soportandoles... Cuando ya no pueda más te aviso, ¿si?— asentí y ella sonrió.
—¿___?— levanté la mirada al escuchar el nombre de mi novia salir de los labios de la mayor de las hermanas Tendo, y su mejor amiga, Kasumi.
—Ah, Kasumi— ___ se levantó un poco en su dirección. —Hola, ¿puedo ayudarte en algo?— cuestionó mientras sonreía.
La miré con algo de curiosidad.
—No necesito nada, tranquila. He venido a traerte una media con arroz caliente, para los colicos— ___ suspiró.
—No debiste molestarte... Pero muchísima gracias— tomó con cuidado la bolsa y la colocó en su vientre.
—Veo que Ranma te está cuidando... No es de extrañar— Kasumi sonrió en mi dirección, y yo me encogí de hombros.
—Es mi deber— ella asintió y arropó a ___ con cuidado.
—Gracias Kasumi— emitió ___.
—No es nada, espero que eso te ayude— Kasumi pasó a mirarme.—Por favor avisame si le ocurre cualquier cosa Ranma— asentí.
—Tranquila, lo haré.
En cuanto Kasumi abandonó nuestra habitación, entró Akane junto a Nabiki.
—Me extraña que tengas tanto dolor, de todas nosotras tu siempre has sido la menos propensa a tener dolor— dijo Nabiki, mientras se recostaba de nuestra pared.
—Hay veces en las que si me toca sentir algo de dolor, ¿no crees?— Akane rió.
—Seguro se te pasará... Oye Ranma— la miré—¿te gustaría ir a entrenar?— lo pensé un momento, antes de pasar a mirar a ___.
La cual me estaba sonriendo.
—No debes permanecer conmigo todo el rato. Ve a entrenar un poco— asentí.
—Grita cualquier cosa, vendré de inmediato—.
Narra ___.
Nunca he sido de las que mantienen una menstruación con tanto dolor, pero esta se la ha lucido.
Ha pasado bastante rato desde que Ranma abandonó la habitación para entrenar, y la verdad me siento un poco sola sin él a mi lado, haciéndome compañia y dandome, a su estilo propio y poco expresivo, apoyo moral para con mi dolor.
—¡___ querida!— el maestro Happosai entró precipitadamente en mi habitación, llamando mi atención.
—Maestro, hola— sonreí.
—Me dijeron que te sentías mal, así que vine a hacerte algo de compañía— y saltó directamente a mis pechos.
Fruncí el ceño, y le pegué un zape.
—Por favor quítese maestro— me removí inquieta, tratando de quitarle de encima mío.
—No, no dejaré sola a mi niñas— justo en ese momento, el señor Saotome cruzaba por el frente de la habitación, y percibió en mi cara la expresión de "ayuda".
—Oiga maestro, deje un rato a ___ tranquila, no se está sintiendo bien y usted la está molestando— se acercó hasta nosotros, y trató de quitarme al maestro de encima.
—¡No voy a separarme de mis niñas!— el señor Genma tiraba del maestro, mientras yo trataba de separarle de mis pechos a toda forma que se me ocurriera.
—Pues a mi no me importa, se va a tener que quitar ahora mismo maestro— la patada de Ranma mandó al señor Happosai directo a una de las paredes del fondo— la he dicho que a ___ no se acerque, y mucho menos ahora que se encuentra toda adolorida— mi peliengró tomó al maestro por su traje—¿Entendió?— me senté en el futón, y juro que palidecí en ese momento.
Sentí como toda la sangre se iba directamente al costado de la toalla... Y se derramaba.
—Por favor... Salgan todos— susurré, mientras apretaba las sábanas.
—¿Eh?— Ranma se volteó, para mirarme.
—¡Que salgan todos, pero ya!— los tres hombres se apresuraron a salir
[...]
Narra Akane.
—Ranma, oye...— abrí la puerta y me encontré con Ranma abrazando a ___.
—A-Akane— sus mejillas se sonrojaron un poco, y mi prima se sonrojó igual.
—Ah, ya disculpen— cerré la puerta un momento y pegué mi espalda a la misma, apreté los puños, aún sin poder creer del todo que ellos estaban juntos, y se trataban con tanto cariño.
—No tienes que avergonzarte porque te sucedan cosas así— escuché a Ranma a través de la puerta, hablarle a mi prima. —solo manchaste la sábana un poco, ni siquiera fue la gran cosa.
—Da igual, la he manchado y no me discutas— Ranma rió, imagino que de seguro la estaba abrazando nuevamente.
Decidí marcharme de ahí, porque sino, lo más seguro terminaria gritándoles y peleando con ellos.
Narra ___.
—¿Duele mucho?— la mano de mi novio acariciaba mi vientre bajo, de forma tímida y pausada. Como si se estuviera conteniendo.
—Si tomas en consideración que mi cuerpo está emitiendo contracciones para separar el óvulo no fecundado de mi útero, entonces sí, duele un poco— sonreí.
—Bueno, planteandolo de esa forma suena como algo cruel— coloqué ambas manos en mi vientre y cerré los ojos.
—Estoy perdiendo el que pudo ser un hijo nuestro.
Narra Ranma.
Juro que me sonrojé ante ese comentario. ¿___ valoraba la idea de tener hijos conmigo?, casi no podía creerlo.
Pero me resultaba algo tierno. Ella valoraba las cosas que yo no, por andar de lleno en el combate estilo libre. Pero al mismo tiempo, no es edad para estar pensando en tener hijos.
—Yo, lo lamento... No quise expresar eso— la miré con curiosidad, mientras ella se sonrojaba.
—Tranquila, no dijiste nada malo.
[...]
—¡Ranma!— miré con algo de vergüenza la puerta del baño. —¿puedes pasarme lo que te pedí?— miré su braga color negro, que envolvía una compresa, suspiré.
Todo por ___.
Narra Akane.
Iba subiendo las escaleras, acompañada de mi familia, cuando vimos entrar a Ranma al baño. Justamente cuando mi prima había entrado minutos atrás.
—¿Necesitas algo más?— cuestionó, mientras miraba desde la puerta, a punto de cerrarla.
—No, muchísimas gracias.
—RANMA— gruñí molesta, en cuanto le vi cerrar la puerta.
El debía de comportarse así conmigo... No con ella.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top