Capítulo 19.
Narra ___.
—Kasumi por favor descansa, yo me encargaré de hacer la comida de hoy— Kasumi levantó la mirada, parecía confusa.
—Pero sabes que, a mí no me molesta hacer las comidas del día... Bueno, de hecho sabes que me encanta hacerlas— asentí.
—Sin embargo, también necesitas un descanso. Deberías salir a tomar aire o ver al doctor Tofu— dejé la taza de té en la mesa y tomé su mano. —No te preocupes, sabes que la cocina se me da bien— ella suspiró.
—Bueno... La verdad es que si me gustaría salir a dar una vuelta— le sonreí. —Muchas gracias ___, ya mismo voy a vestirme— se levantó y me tendió su delantal.
—¡Familia!— Kasumi llamó desde la puerta, y todos acudimos a ver. —Me iré a dar una vuelta, ___ se quedará a cargo de la cocina de el día de hoy— abrió la puerta y se fue.
—B-Bueno... ¿Te puedo ayudar ___?— Akane parecía sonrojada, a lo mejor si quería cocinar.
—No te preocupes Akane, ___ tendrá todo bajo control— Ranma caminó hasta la cocina.
—¿Y tú a dónde vas?— le miré confundida.
—Pues a la cocina para hacerte compañía, ¿a dónde más iría?— suspiré y ambos entramos a la cocina.
—¡Pero qué linda se ve mi pequeña ___ con un delantal!— el maestro corrió hasta la puerta de la cocina, que inmediatamente fué cerrada por Ranma.
—Deje de molestar maestro—.
Narra Ranma.
—¿No me vas a dar a probar?— ___ se paseaba de un lado al otro de la cocina, poniendo especias, preparando algo, fregando otra cosa. En fin, haciendo un montón de cosas.
—Si mi amor, solo dame un segundo— ¿escuché mal o de verdad dijo "mi amor"?, bueno... Espero no haber escuchado mal. Luego de un segundo ella tomó un poco de salsa en una cuchara y me la tendió. —Anda, di "ahh"— Me encogí un poco en mi asiento, antes de abrir la boca como ella me lo pidió.
—Ahh— ella entró la cuchara en mi boca y yo tragué el contenido. La verdad estaba bastante buena aquella salsa que ella estaba preparando. —Vaya, eso está muy bueno— ella sonrió.
—Me alegro mucho de que te guste— limpió la cuchara y luego la dejó de lado.
—¿Sabes?, parecemos una pareja de recién casados— ella ni siquiera me miró al momento en que se lo dije, lo que si pude notar es que le sorprendió un poco mi comentario.
—¿Tú crees?— asentí. —Oye cariño...— me acomodé mejor en la silla.
—¿Si?— la miré atentamente, mientras cortaba unos vegetales.
—¿Le falta mucho a la comida?— cuestioné, ella si me miró esta vez.
—Ranma Saotome, es la tercera vez que me preguntas lo mismo— reí nervioso.
—Es que tengo mucha hambre— sonrió.
—Se te nota, solo espera un poco más—.
Narra Akane.
Iba a entrar a la cocina, cuando escuché la voz de Ranma. No sabía que se había quedado con ___ ahí dentro. Intenté reprimir mis impulsos de escuchar a través de la puerta, sin embargo al final no pude, por lo que terminé con la oreja pegada a ella.
—Oye— esa era la voz de Ranma. —Te queda bastante bien ese delantal— me sorprendí ante su comentario, yo había estado con ese mismo delantal antes, y él no me había dicho nada.
—Ya lo sé cariño— ¿Cariño...?, ¿de verdad lo llamó así y Ranma no le dijo nada?.
—Eres muy modesta— y luego se escuchó la risa de ambos.
Por un momento solo se escuchó el sonido de algo hirviendo, a lo mejor ___ esté preparando una sopa, estaba a punto de entrar cuando escuché a Ranma hablar nuevamente.
—¿Ya está todo listo?— abrí un poco la puerta, y ví a Ranma de pie a un lado de ___.
—Falta poco, resiste unos minutos más Ranma— ella le tendió un vaso con agua, que el tomó al instante.
—Pero ya tengo demasiada hambre— ___ se acercó a él, se colocó de puntillas y...
Retrocedí, no puedo creer lo que ven mis ojos, el corazón palpitaba a toda velocidad en mi pecho.
¡Si se estaban besando en los labios!.
—¡Ranma!— grité, mientras entraba a la cocina, ellos ya estaban separados. Es como si nunca se hubieran estado besado como hace unos segundos.
—Ah, Akane la comida ya está lista. Por favor busca los platos, y tú Ranma buen haragán ayúdale— ___ apagó el fuego de la hornilla.
—No traten de engañarme, ¡yo los vi!, ¡se estaban besando hace unos segundos!— ellos se miraron, como si estuvieran confundidos, luego rieron.
—Akane, ¿cómo se te puede ocurrir semejante cosa?— ___ agarraba su vientre, como si le doliera de tanta risa.
— ___ y yo simplemente somos cercanos. Entiendo que pueda darse lugar a confusiones, pero tampoco lo lleves al extremo de un beso— inmediatamente ambos siguieron en lo suyo.
—¿Ah sí?, pues no les creo. ¡El otro día ___ dijo que era tu chica?— ___ me miró y se acercó.
—¿Estás bien Akane?— colocó su mano en mi frente, como si estuviera tratando de ver si tenía fiebre. —Desde que entraste a la cocina estás diciendo cosas muy extrañas— parecía preocupada.
—No me hagas parecer una loca, se que lo dijiste. ¿Verdad Ranma?— miré al pelinegro, un embargo este no siquiera nos miraba.
—No, yo no recuerdo eso— colocó las manos en su nuca.
—P-Pero... También escuché como le llamabas cariño— ___ suspiró.
—Akane, es muy malo que te hagas la espía y escuches conversaciones ajenas. Ranma y yo hablábamos de una amiga mía y de cómo ella trata a su pareja. Por lo que si me escuchaste llamar a Ranma "cariño" a lo mejor estaba haciéndole un ejemplo de cómo llama mi amiga a su novio. Ahora por favor lleven los platos a la mesa y prepárenla. Además Akane avisa que ya la comida está lista y tú Ranma, me vas a ayudar a llevar la comida— miré a Ranma, el cual parecía restarle importancia al asunto.
—Como digas ciel- ¡Digo!, ___— fruncí el ceño.
Narra ___.
Solté todo el aire que tenía contenido en los pulmones una vez que Akane salió de la cocina, para preparar la mesa.
—Muy creíble la excusa de tu amiga, y me sobra decir que notes el sarcasmo en mis palabras— reí un poco.
—Era eso o que ella se enterara de todo. Pero no mentía cuando dije que me ayudaras a llevar la comida. Por favor dame una mano acá—.
[...]
Narra Ranma.
La comida se acabó casi tan rápido como la colocamos en la mesa, la verdad es que ___ cocina bastante bueno, podría decir que tan bueno como Kasumi.
Respecto a lo de Akane, desde lo que pasó en la cocina no deja de estar entrometiendose entre nosotros a cada segundo, menos cuando vamos al baño, que es donde estamos ___ y yo en este momento.
Logramos despistarla, para que no nos viera entrar al mismo tiempo.
—No me gusta para nada lo que está haciendo Akane— ambos teníamos los brazos colocado en el borde de la tina, mientras nos mirábamos.
—A mí tampoco, no me gusta que me espien y mucho menos que me interrumpan cuando estamos juntos— miré el techo. El baño estaba con humo, ya que él agua estaba hirviendo cuando abrimos la llave.
—Ya, estate calmado— se acercó más a mí.
—Estoy calmado— me crucé de brazos.
—No lo estás— suspiré, ella se sumergió un poco más en el agua y cerró los ojos.
Yo igual me sumergí más y me quedé mirando al techo.
Narra ___.
Ha pasado una semana desde que Akane está detrás de nosotros para "tratar de ver" lo que ocultamos.
—¡Por amor a Cristo ya no puedo más!— me deje caer en el futón, mientras Ranma terminaba de colocarse su pijama.
—A mi también me molesta, pero no nos queda de otra— se acercó a mí y se recostó conmigo. —¿No le das a Romeo un beso de buenas noches?— reí al escuchar esa ocurrencia suya.
—No seré Julieta, pero a mí Ranma si se lo doy— me acerqué a él y nos besamos. Me gustaba mucho que nos diéramos el beso de "buenas noches". Es una costumbre que empezábamos a adoptar desde hace un tiempo. No acostumbrabamos a besarnos durante el día, pero éste ya casi nunca faltaba en nuestra rutina.
—Me gusta ese bóxer negro, te queda de miedo— noté un ligero sonrojo en su rostro, el es tan tierno. Brusco, tonto, insensible... Pero tierno.
—¿Cuáles son tus planes para el futuro?— ya estamos recostados en el futón, con la luz apagada y yo recostada en el pecho de Ranma.
—Ya sabes que me voy a especializar en el combate estilo libre. He estado practicando toda mi vida para lograrlo— su mano acariciaba mi brazo, mientras el miraba a quien sabe dónde y yo a la puerta.
—Ya veo—.
—¿Y tú?, ¿Cuáles son tus planes?— me encogí de hombros.
—Aunque me gusten mucho las artes marciales quizá no me dedique de lleno a ello. A lo mejor me vuelvo ama de casa cuando menos nos demos cuenta— reí por lo bajo.
—¿Piensas ser una ama de casa?— me preguntó, aparentemente sorprendido.
—Si... Bueno, es que sabes que últimamente andan con los compromisos y esas cosas. A lo mejor termino comprometida con algún chico por ahí y me toca ser ama de casa— me aferré más a su pecho.
—¿Algún chico?— Ranma se tensó y dejó de acariciar mi brazo.
—Si hombre— tomé un pequeño impulso y me levanté un poco para verle a los ojos. —Recuerda que tú estás comprometido con Akane, no podemos casarnos Ranma— el miraba fijamente mis ojos, pero no decía nada. Por lo que yo volví a recostarme en su pecho, sin embargo las caricias a mi brazo no volvieron.
[...]
—Eres un haragán Ranma— cada vez más me molesta mi prima, ¡ya no puedo estar sola con mi novio!, se supone que hoy Ranma y yo íbamos a estudiar a solas en nuestra habitación, y terminamos, la verdad ni me entero cómo, con Shampoo también ayudándole a "estudiar".
Cabe destacar que también estaban Akane y Ukyo.
Tomé el libro de matemáticas y le dí una ojeada, había marcado con Ranma los puntos que el no se sabía, por lo que yo estaba repasando para explicarlos.
—Ven Ranma, yo te enseño sin ningún problema— Shampoo estaba aferrada a su brazo izquierdo, y Ukyo al derecho. Akane estaba de brazos cruzados sin mirarlo.
—Ranma, se me olvidó decirte que mi tío te estaba buscando— recogí mis cosas, y cuando las chicas no estaban atentas, las de él. —Ven conmigo, te llevaré dónde dijo que estaría— las chicas me miraban atentas, pero ni Ukyo ni Shampoo parecían soltar a Ranma.
—El señor Tendo ya hubiera venido a buscar a Ranma si ese fuera el caso— miré a Ukyo. Me voy a contener y dejaré pasar esa arrogancia que tuvo.
—Algunas veces los hombres quieren discutir sus cosas en privado— Ranma se levantó y juntos salimos de la habitación, sé que las chicas nos seguían. Esto sería más complicado de lo que pensé.
Ranma también pareció notarlo, porque suspiró de manera pesada y se dió la vuelta.
—¿Me pueden dejar ir tranquilo a ver al señor Tendo?— las tres negaron y Ranma casi se cae, fue muy gracioso. —Esto ya es el colmo, no me dejan ni ir a ver a Soun tranquilo— justo en ese momento, las campanas nos salvaron.
—Chicas, vengan a tomar el té— Ranma y yo aprovechamos y salimos de la casa lo más silencioso posible.
—Y bien, ¿a dónde iremos?— le pregunté.
—No lo sé... En cualquier lugar ellas nos van a encontrar— miré nuestro alrededor, hasta que ví el techo de la casa y sonreí. Ranma no le gustó mucho la idea que digamos, pero era mejor que cualquier otra cosa.
Ahí ambos nos quedamos hasta la hora de la merienda, ya no tenía tantas fuerzas para seguir explicándole.
—Ranma... Tengo hambre— el continuaba haciendo los ejercicios.
—Si, yo también. ¿Qué quieres que haga?— levantó la vista de su cuaderno y me miró.
—Ve compra algo a la tienda que nos queda cerca— puse ojitos de perro, esos a los que sé que nunca se resiste.
—Si tú me das el dinero— suspiré.
—No tengo, ¿no me invitas aunque sea un jugo ésta vez?, te lo pagaré, lo prometo— sonrió.
—Claro que te invito, dime lo que quieres— una vez le dije lo que se me antojaba, el bajó del tejado y fue a comprar. Abajo nuestro, las chicas estuvieron un rato buscando a Ranma, pero al final se dieron por vencidas.
Ranma sin duda alguna es una fuente andante para las mujeres, digo... Es que el es tan guapo, tiene buen cuerpo, una hermosa sonrisa, sabe artes marciales, tiene esa sensación de que cuando estás con él, nada te va a pasar... Porque sabes que él te va a proteger a como de lugar. He de decir que soy una chica afortunada, mira que tenerlo como mi novio...
Una bolsa de patatas llegó volando hasta mi cara, la atrapé justo antes que chocara con ella.
—Bien, ya me preguntaba por qué mirabas al cielo con una sonrisa de boba— reí un poco.
—Pensaba en ti, y el como me siento a tu lado— me miró curioso.
—¿Y cómo te sientes?— abrimos las fundas con las patatas.
—Ya en otro momento te lo diré—.
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