- Lágrimas -

Ramón estaba en su cuarto. Habían pasado casi un mes y aún no tenían tiempo de ver capullos nuevos para sus hermanos con Poppy, porque había demasiadas cosas importantes en este momento. Sin embargo, sabía que Poppy lo tenía en su lista; lo había visto escrito.

Aunque en este momento Clay estaba con los trolls del Funk y JD con los del country, Bruce seguía con su esposa, viendo si era buena idea poner un balneario de aguas termales. A Poppy le encantó la idea, ya que no estaba muy lejos de la villa de los trolls ni muy lejos de la isla. Así podrían ir y venir y estar cerca de la familia.

Ramón salió de su cuarto para hacer inventario. Sabía que Floyd estaba por aquí, en algún lugar, solo que hasta el momento no lo había visto.

Cuando estaba haciendo su conteo, vio a Floyd en la puerta con una sonrisa nerviosa.

-Hermano... -Floyd se acercó lentamente. Ramón no aceptaría que le dolió cuando lo llamó hermano.

-¿Qué es lo que quieres, Floyd? -Pero también le dolía ser malo con Floyd.

-Sé que no soy... el troll que quieres ver en estos momentos, pero tengo que decirte algo -Ramón levantó la vista; Floyd tenía los ojos húmedos.

-¿Qué es lo que quieres decirme? -Quería lanzar uno de sus comentarios ácidos, pero no podía ser un idiota. Eso implicaba emociones y él no quería darlas por ahora.

-Lo siento... -Esa disculpa rebotó en la cabeza de Ramón hasta que sus sentidos estuvieron casi molidos.

-Bueno, adiós -Ramón se levantó. No podía ver a Floyd, pero se crispó cuando Floyd corrió detrás de él y lo tomó del brazo, atrapándolo en un abrazo.

-¡De verdad, lo siento! No quería hacerte sentir mal. No quería que todo eso pasara. Si hubiera sido un mejor hermano, jamás te habría dejado solo -Floyd no soltaba a Ramón, que pataleaba.

-¡Bien, quédate con tus sentimientos porque de cualquier manera te fuiste y me abandonaste por años, aunque dijiste que volverías y no lo hiciste! -Ramón se soltó del abrazo y corrió para alejarse de su hermano mayor. Pero Floyd no dejaría esto así; corrió detrás de Ramón y lo acorraló en la cocina, donde no había escapatoria alguna de sus brazos.

-¡No quiero que se quede solo en disculpas! Quiero mostrarte que me arrepiento con acciones -Floyd estiró sus brazos hacia Ramón, que se hizo una bolita en el piso.

-¡No quiero que me abraces! -Ramón gritó y Floyd se quedó quieto, con los brazos abiertos.

-¿Tan mal hermano fui? ¿Tanto daño te hice? -Floyd miró al piso con lágrimas en los ojos. No estaba consciente del daño que había causado y Ramón se sintió mal porque no era que no quisiera a su hermano. Aún después de los años, él amaba a su hermano. Lo que pasaba era que él no era fanático de los abrazos.

-No es eso -Ramon se acercó lentamente. Aunque no era igual de feliz que el resto de trolls, realmente odiaba hacer sentir mal al resto de los trolls. Pensaba que se sentiría igual que con los demás, pero al ser su hermano, se siente incluso peor, como cuando hacía sentir mal a Poppy.

-Vamos, deja de llorar -El labio inferior de Ramón tembló. No sabía por qué, pero ver llorar a Floyd hacía que él quisiera llorar. No era como si aún fuera un niño, pero no podía evitarlo.

-Pero... eres mi hermanito -Floyd levantó la cabeza para ver a Ramón, pero sus ojos se abrieron al ver a Ramón sentado en el piso, llorando en silencio con un puchero, como cuando era un niño y él lo consolaba.

Floyd abrió sus brazos y se acercó lentamente a Ramón, que lo miró. Lentamente se acurrucaron en un abrazo, se quedaron así por un buen tiempo. Lentamente, Ramón aceptó el abrazo aferrándose a su hermano.

-¿Estuviste muy solo, verdad? -Floyd solo preguntó, sintiéndose a punto de llorar al imaginar a su pobre hermanito sufriendo todo en soledad. Se sentía el peor hermano de todo el mundo.

-Sí... pero luego llegaron los chicos -Ramón siguió a Floyd cuando su hermano se levantó y lo tiró de la mano hacia el sillón, sentándose los dos juntos.

-¿Los quieres mucho, verdad? -Floyd le dio una mirada tierna a su hermano junto con una sonrisa. Levantó su mano hasta la mejilla de Ramón, acariciándola con ternura.

-Son los mejores. Me aceptan incluso con mi humor ácido. Poppy dice que es parte de una personalidad encantadora -Ramón soltó una pequeña risa, acercándose al calor de la mano de su hermano acariciándolo. Cómo extrañaba que Floyd hiciera eso.

-Ella realmente te ama -Floyd no podía creer cuánto había crecido su pequeño hermanito.

-Sí... yo también la amo mucho -Ramón dirigió su mirada hacia una foto de la abuela.

-Lo siento. Me gustaría haber estado ahí, pero me perdí en el bosque como por 5 años. Cuando logré salir, sentí que era demasiado tiempo -Floyd se llevó una mano a la nuca, nervioso.

-¿Cómo demonios te perdiste en el bosque? -Ramon se quedó mirando a su hermano. ¿Cómo hacías eso?

-Bueno, vivimos todo el tiempo en el árbol troll. Cuando salimos fue una locura. Te quedaste con la abuela. Creo que los demás encontraron lugares seguros, pero yo seguí un conejito, y terminé en un pantano. Pensé que podía cruzar sin problemas... -Floyd comenzó a explicar.

-Tocaste el pantano y te tragó -Floyd asintió. Ramón lo conocía como la palma de su mano.

-Bueno, resulta que debajo del pantano había una cueva, así que terminé en una cueva que me llevó a una aldea de trolls de rock que me querían linchar porque le canté una canción sentimental a un abuelito en una silla de ruedas, y terminé corriendo entre lava y ya no tenía ni idea de cómo regresar -Floyd terminó su historia.

-¿Y cómo te atraparon Velvet y Veneer? -Ramon miró curioso a su hermano. Floyd se sonrojó.

-Me puse a cantar sobre cuánto los extrañaba, me escucharon y cuando me di cuenta, estaba atrapado en un perfume de diamante -Ramon suspiró. Cómo no, Floyd siempre cantaba con los ojos cerrados sintiendo la canción.

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