IV. La llamada


CHARLY CRUZ

Los días pasaron y seguía sintiendo un vacío, algo que no tenía explicación. Por lo menos con Yeimy estábamos bien, y me sentía en calma por esa parte. Incluso pude hablar con ella de esta situación, y me dio el número de Juliana, me aconsejó que preguntara por Romeo, quizás saber de él me tranquilizaría un poco.

Por lo que aquí estaba sentado en mi oficina, luego de terminar un día de trabajo a medias, con el celular en mano dispuesto a llamar a Juliana.

—Aló ¿con quién hablo? -respondió la mujer del otro lado. Claramente no me tenía registrado.

—Hola hablas con Charly Flow. 

—Ahh Hola Charly ¿Cómo estás? 

—Hola Juliana, todo bien, muchas gracias.

—Me sorprende tu llamada ¿con qué te puedo ayudar? -preguntó amablemente.

—Si yo sé, Yeimy me dio tu número -a lo que ella afirmó. -Bueno, la verdad es que... no sé si recuerdas de ese día cuando estábamos en la Fundación y hablamos un poquito sobre Romeo -comencé a divagar, sin saber muy bien cómo preguntarle directamente lo que quería saber.

—Si obvio lo recuerdo. Ese Romeo tan juguetón como siempre -comentó.

—¿Cómo está él?

—¿Romeo? Romeo está bien. Por suerte pese a su pasado tan difícil, es un chico muy alegre, tranquilo y educado. ¿Por qué me lo preguntas?

Sonreí con aquella respuesta. Por lo menos ahora sabía que él estaba bien, aunque claro sin muchos detalles.

—Es que ese día que fuimos a la Fundación estuve un tiempito con él y bueno después cuando me contaste sobre su historia simplemente me cautivó y me quedé pensando en eso -me sinceré. 

—Te entiendo, me pasa muy seguido, es por eso que trabajo en esto de hecho. Aparte Romeo es un chico muy lindo, todavía no entiendo cómo nadie aún lo ha adoptado...-reflexionó de pronto.

Fruncí el ceño, mientras tomaba un trago de agua porque se me había secado la boca y además estaba pensando en lo que me había dicho recién.

—¿Y eso por qué? -solté curioso.

—Bueno yo no soy quién para meterme en la cabeza y en los ideales de nadie. Pero desafortunadamente hay un par de personas que lo han juzgado por su pasado, por su madre que traficaba droga, por el tema de la cárcel, sienten que puede ser muy conflictivo adoptarlo.

—Qué lástima. La gente es tan cerrada de mente cuando quiere dios.

—Así es.

Nos quedamos un par de segundos en silencio. 

—Charly ¿sabes qué? Estaba pensando por todo lo que me contás qué, si quieres ver a Romeo otra vez la verdad es que no habría ningún problema.

—¿Cómo así? ¿En serio? -solté emocionado. La mera idea de verlo nuevamente me llenó de ilusión.

—Si Charly, puedes venir a visitarlo al Hogar. Los chicos estarían felices de verte por aquí, si eso es lo que quieres, claro -señaló simplemente.

—La verdad es que, ¡me encantaría!

—Buenísimo Charly.

—¿Cuándo sería? 

— Normalmente los sábados son días de visita ¿te parece bien? 

—Si me viene bien, es probable que vaya con Yeimy también -añadí pensando qué quizás querría acompañarme o más bien la convencería de hacerlo.

—No hay ningún problema. Bueno Charly, te tengo que dejar porque tengo mucho trabajo pendiente -señaló algo apurada.

—Si si si, claro, perdón por la molestia y muchas gracias Juliana -me despedí.

***

"Amor, ¿te venís a la casa?" le mandé una nota de voz a Yeimy. 

"Si, dame cinco minutos" me escribió ella a los pocos segundos. Apagué la laptop, me fui a despedir de Erik y Axl que estaban en el estudio y luego fui directo a la oficina de Yeimy. Entré con cuidado ya que la puerta estaba abierta y quería sorprenderla. La vi muy concentrada en su trabajo, tanto que no notó mi presencia.

—¿Muy ocupada? -solté estando en frente ella cruzando mis brazos.

Yeimy estaba sentada con la mano apoyada en su mejilla. Algo impaciente y aburrida al parecer, me miró, sonrió levemente y respondió —Estresada más bien -señaló soltando un suspiro.

—¿Y eso?

—Por trabajo. Le estoy haciendo unos arreglos a la canción de Sandee y Drama, pero no me convence del todo.

—¿Sandee y Drama? Eso debe ser un palo seguro -dije mientras apoyaba mis manos en el escritorio quedando un poco más cerca de ella.

—Son buenos, pero todavía les falta soltarse más, aún están muy tensos cuando entran a cantar juntos en el estudio. 

—Bueno pero hablá con ellos. ¿Querés que hable con Drama?

—No -se paró de la silla y apagó su computador, se acercó a mí. -Más bien quiero desconectarme -soltó sonriendo. Pasé mis brazos por alrededor de su cintura, ella también me rodeó y dejé un par de besos en su mejilla cariñosamente.

—Tengo una idea -mencioné separándome pero manteniendo el mismo abrazo, ella arqueó una ceja mirándome -Vamos a tomar un heladito aquí cerca en esa heladería que tanto te gusta -le dije mientras agarraba su cadera y sonreía.

—Mirá vos, que andás sanito.

Solté una carcajada. —Cuando querás al Charly sucio me avisas princesa -solté dejándole un beso rápido en sus labios. Ella simplemente sonrió.

—Dale, si quiero -afirmó y abrí mis ojos. -Lo del helado bobo -dijo mientras me agarraba con una mano y con la otra tomó su celular para salir de ahí. Asentí y caminé entrelazando nuestras manos. 

Llegamos a la heladería, y nos sentamos afuera, ya que corría un viento muy agradable. Ella pidió un helado de limón y yo pedí uno de frambuesa con galleta. Yo era de gustos mucho más dulces, mientras que Yeimy amaba lo ácido y natural, si era vegano, mejor todavía.

—Hey, tengo otra idea que te puede ayudar a despejarte y relajarte princesa -señalé de pronto. -Qué te parece una escapadita a la playa ¿qué decís? -solté emocionado.

—Uy me encantaría Charly. Pero...-no dejé que terminará la frase. —¿Qué decís si vos y yo nos escapamos a la casa de Mike por un día? -ella me miró descolocada y me golpeó el hombro.

Comencé a reírme estrepitosamente.

—Era una broma, una bromita nada más princesa.

Ella sonrió negando con su cabeza.

—Sos tan estúpido.

—Y sí, pero tuyo, no lo olvides -solté y le guiñé un ojo.

A ella se le escapó una sonrisita, mientras se agarraba el labio inferior.

—Bueno ahora sí, dale vayamos a la playa por un día -mencioné con un puchero.

—Pero es que...- fue interrumpida nuevamente. —El calorcito, el mar, unos juguitos, unos traguitos, los dos solitos -hice énfasis en esa parte.

—Charly.

—¡Vos también querés! No me digas que no.

Sonrió y comencé a acercarme a ella. -Viste -le recalqué mirando sus ojos que la delataban.

—Disculpe que los interrumpa. Les traigo sus helados -mencionó la mesera que nos traía los helados.

—No te preocupés princesa -le respondí y la joven chica me sonrió normal, dejándonos los helados y retirándose. 

Observé a Yeimy de inmediato, estaba con cara de culo.

—"No te preocupés princessssa"- me imitó en tono sarcástico.

Solté una carcajada amplia y sonora. Bueno tal vez la sonrisa no había sido tan "normal" ante sus ojos. 

—¿Celosita Yeimy Montoya? -cuestioné mientras buscaba su mano por encima de la mesa.

Ella obviamente me la quitó.

—Por favor, cómo crees -soltó irónica. -Lo que me pasa es que me sorprende -mencionó abriendo los ojos. -Tenés un arrastre con las chiquitas impresionante -continuó ella, mientras estaba comiendo su helado. 

Yo también empecé a comer el mío. mientras seguíamos nuestra platica. 

—Lástima para ellas que sólo me interese una chica -declaré con convicción. 

—¿Ah si? -me siguió el juego. 

—Es una mujer con un carácter y orgullo que te morís -comenté y exageré mis gestos faciales para hacerla molestar un poco.

—Mirá vos...-dijo mientras asentía, mirándome desafiante.

—Pero aún así es la mujer más leal, luchadora y hermosa del mundo -le declaré mirándola, ella sonrió por supuesto aunque con algo de suspicacia —Ah y vení, te cuento un secreto- continué mientras me acercaba lo más posible a ella, más bien lo que la mesa me dejara.

—También es una mujer muy sexy y que me vuelve loco...-susurré en su oído y pude sentir como se sobresaltó desde su lugar. Sin demostrarlo simplemente yo lo podía percibir.

Me miró a los ojos y los abrió retándome. Lo siguiente que hizo no lo vi venir... agarró su cuchara con helado normal como si se lo fuera a comer, pero en cambio salpicó un poco sobre mi mejilla.

—¡Yeimy! -solté quejándome sorprendido. 

—Es que pensé que estabas caliente y quizás necesitabas enfriarte un poco -habló en un tono engreído y luego se rio burlona.

Negué con mis ojos chinos y reí mientras me sacaba con una mano el helado de mi mejilla y lo chupeteaba. Yeimy se acercó aún sonriendo y me dejó un corto pero intenso beso en los labios que me revoloteó un poco, era impresionante cómo pasaba el tiempo y seguía sintiéndome un adolescente enamorado con sus besos.

—Te amo -solté simplemente, porque así lo sentía. Yeimy ocultaba una sonrisa bajo su mano que estaba cargada sobre sus labios. 

—Yo también -susurró casi imperceptible mirándome. Se me revolvió el corazón en un segundo. Desde que estábamos juntos había escuchado esas mágicas dos palabras en algunas oportunidades, no muchas, siempre con algo de nerviosismo de su parte, y yo mi parte me emocionaba como un niño, podían pasar cien años desde el primer "te amo" y seguiría emocionándome de la misma forma.

➵ Queridos lectores: Un poquito tarde pero aquí está como les prometí. Ahora les informó que todos los domingos será día de actualización de esta novela sin falta, y aún estoy decidiendo qué otro día de la semana para la segunda actualización. Si prefieren uno, déjenlo en los comentarios. Saludos, ojalá les guste. 

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