✒Acto XXIV.

29 de Enero

Sae ha pasado largos días en su confinamiento, sin conocer aún al responsable de su secuestro ni entender completamente las razones detrás de este acto. En su aislada habitación, su intriga y preocupación se entremezclan constantemente mientras se debate en la incertidumbre.

A pesar de la situación, el Omega de cabellos rojizos ha notado que, al menos, está siendo atendido de manera digna y especial. Los guardias le proporcionan comida y pequeñas comodidades esenciales para su bienestar. Sin embargo, la pregunta que más le atormenta sigue sin respuesta: ¿quién es su captor y por qué lo han secuestrado exactamente?

La habitación donde se encuentra es misteriosa. Aunque no tiene un balcón, una pequeña ventana en lo alto permite la entrada de luz natural. Con astucia, el Omega ha conseguido subirse a unos muebles para asomarse a través de la ventana y vislumbrar el exterior, lo hace al menos una vez al día para no volverse loco entre las paredes y tener una idea clara del exterior.

Por lo que ha podido observar, parece encontrarse en un lugar majestuoso, posiblemente una casa grande o incluso un castillo. Las lujosas vistas y la arquitectura impresionante sugieren que su captor debe poseer un inmenso poder y recursos, por lo que no se está enfrentando a cualquiera.

La mente de Sae se llena de especulaciones, mientras su determinación de descubrir la verdad y regresar con su amado esposo, Ryusei, se fortalece con cada día que pasa en cautiverio. La intriga y la preocupación continúan dominando sus pensamientos mientras espera ansiosamente cualquier pista que le revele la identidad de su captor y los motivos detrás de su secuestro, en el fondo, confía en que su Alpha lo encontrará, solo necesita tener mucha paciencia y tiempo.

Sae añora su hogar más de lo que jamás pensó que sería posible. Cada día de encierro es una tortura que se refleja en la añoranza de su familia, en especial de sus preciosos bebés. Extraña profundamente esos momentos tiernos y dulces que compartía con los morenitos, y la angustia como gran preocupación se apoderan de él al pensar en que sus pequeños deben estar llorando debido a su prolongada ausencia.

Nunca imaginó que se sentiría tan miserablemente mal al ser separado de sus hijos durante tanto tiempo, a pesar de que es obvio que culpa suya no fue. Los recuerdos de sus risas, de su suave contacto y de esos momentos mágicos en los que los sostenía en sus brazos lo atormentan constantemente, de jugar con ellos y dormir todos juntos en la gran cama mientras les cuenta historias y los aliemta es algo que lo llena de profunda melancolía. La incertidumbre de cuándo volverá a abrazar a sus bebés y compartir con ellos esos preciosos momentos lo carcome por dentro. Está harto de este confinamiento, de la falta de explicaciones y de la distancia que lo separa de su familia, de su hogar.

(...)

30 de Enero


Al siguiente día por la tarde, el pelirrojo escucha unos pasos aproximarse a la puerta. En breve, la puerta se abre, pensando que traerían su comida o rioa nueva como ya es costumbre, queda atónito al ver con sus propios ojos, quién entra.

Alpha, cabellos oscuros, pestañas largas y orbes verdes.

Sae se siente abrumado cuando ve a su hermano menor, Itoshi Rin, entrar por esa puerta. Los recuerdos de su infancia juntos y la emoción de volver a verlo lo inundan. Rin, nervioso y sentimental, lo abraza con fuerza cerrando detras de él la puerta, su hermano le devuelve el abrazo, aunque esté desconcertado, confundido y cargado de emociones encontradas. No sabe qué decir en ese momento. Jamás imagino que así sería su reencuentro con el menor de la familia, bajo ese escenario y de manera totalmente inesperada.

Rin se disculpa por la tardanza y luego procede a contarle la verdad. Hace ya varios meses, su padre falleció, lo que llevó a que Rin ascendiera al trono como rey del Reino Germánico a una edad temprana. Tuvo que tomar decisiones difíciles, como la de recuperar a su querido hermano, a Sae. Sabía que enfrentarse directamente al poderoso Emperador Shidou sería imposible, así que formó una alianza sólida con un imperio cercano. Fue el Emperador de dicho imperio, quien trajo a Sae aquí, con quien hizo el pacto.

El Omega queda sin palabras, mudo procesa las palabras. La sorpresa se mezcla con la incredulidad mientras intenta procesar la noticia de la muerte de su padre y el papel que Rin ha tenido en su secuestro y alejamiento de su familia. Los sentimientos de enojo, confusión y traición lo abruman. Quiere respuestas, quiere saber por qué el Alpha azabache tomó está decisión, por qué no lo buscó de una manera menos drástica. La tensión entre los hermanos es palpable mientras intentan aclarar lo que ha sucedido y cómo pueden salir juntos de esta situación.

Sae escucha atentamente a Rin mientras le cuenta a mas profundidad sobre la situación. El Omega intenta mantener la calma, pero el cúmulo de emociones lo hace sentir como si estuviera en una tormenta. Respira profundamente antes de responder y no estallar enfurecido.

—¿Así que todo esto es por una alianza con otro imperio? ¿Y ese Emperador que mencionas... el Emperador del Sacro Imperio Romano? ¿Qué sabes de él?—interroga con una mezcla de preocupación y frustración luego de haber analizado las palabras de su hermano menor.

Rin se preocupa por la reacción de su hermano, parecía más molesto e insatisfecho.

— Sae, escucha, no sabía mucho sobre tu vida allá. Solo sabía que estabas en el imperio de Shidou y que... eras tratado como un tipo de esclavo. No tenía los detalles, y créeme, intenté buscar una solución durante mucho, pero mucho tiempo.—le explica, un poco nervioso pero honesto.

Sae permanece en silencio durante unos momentos, procesando la información. Su mirada se torna pensativa, y Rin se inquieta aún más.

El pelirrojo sabe que si hubiera sido secuestrado antes de haber quedado embarazado de Ryusei, posiblemente ahora no estaría tan molesto ni confundido respecto a sus emociones. Sin embargo, Sae tiene toda una vida allá, un hogar y a sus cachorros. No puede olvidar eso, no puede dejarlos como si nada. Él quiere estar con ellos, con la familia que ha formado.

—Hermano, Sae, por favor, dime que eso que me dijeron, sobre que estabas...—tose temeroso, se aclara la voz y dice:— en cinta, de alguna manera...No es cierto, ¿verdad?

Sae suspira profundamente antes de responder, sus emociones son un torbellino, pero intenta mantener la calma. Los labios de su hermano se transforman en una mueca de evidente  descontento y gran sorpresa.

—Rin, no puedo negarlo del todo. Estuve en una posición complicada, pero no era un esclavo.—le aclara con una mezcla de resignación y enojo. La mirada confusa de su hermano hace que se relama los labios para continuar explicando.—Estaba en el Harén del Emperador Shidou, pero eso no justifica que hayas hecho una alianza de esta magnitud y llevarme de manera tan abrupta... me refiero, ¿de verdad era necesario que me secuestraran?—agrega frunciendo el entre cejo, mostrando una evidente molestia con respecto al plan de su hermano.

La conversación continúa entre los dos hermanos, con Sae buscando respuestas y Rin tratando de explicar su perspectiva, en un ambiente cargado de emociones y tensiones. Ambos están en una clase de shock y trance similares, pero por motivos diferentes. Mientras que el Omega sigue indignado y dolido por haber sido separado de su familia, haber sido llevado a otro lugar muy lejano y aparte descubrir que su propio hermano está detrás de todo esto, con Itoshi Rin es el saber que su hermano ya no está tan feliz de verle, por estar enojado de haber sido "salvado", pero lo que ha sido sin duda un golpe bajo para el Alpha, es saber que Sae estuvo embarazado de su enemigo, el enemigo del Reino Germánico.

—Espera, me estás tratando de decir que, ¿Tuviste un bebé con el Emperador del gran Imperio Vorrang de manera consensual?—menciona con estupefacto, horrorizado por tal abrumante hecho.

¿Cómo pudo su hermano dejarse seducir y aparte embarazar por el mismo Alpha que estuvo a punto de invadir su Reino pero actualmente les exige riquezas y demás cosas para no volver a siquiera pensarlo?

Al principio creyó que tal vez ese mal nacido había forzado a Sae, que habia cruelmente abusado de él, pero es su mismo hermano quien confiesa que todo fue consentido y planeado, que él así lo quiso.

—En realidad, fueron dos bebés.—le corrige el pelirrojo con naturalidad, ignorando la molestia e ira creciente de su hermano.

—Ahora entiendo porque los hombres del Emperador Káiser tardaron tanto tiempo, obviamente no te iban a traer estando embarazado...—suspira entre fastidiado y exhausto. Ha esperado más de medio año para volver a ver a su hermano.— Dios, Sae, de haberlo sabido bien, no hubiera hecho este embrollo.

Eso no baja su enojo. No termina por aceptar que su hermano esté emparentado de alguna manera con aquel Emperador prepotente.

—No solo era un concubino mas de su Majestad Shidou, Rin.

—¿Cómo?

—Enamore al Emperador, le di hijos y me hizo su esposo oficial, legítimo y el único. Deshizo el Harén, una tradición que estuvo durante geraciones antes, me prometió serme fiel y amarme hasta la muerte.—le explica sin titubeos, incluso orgulloso.

—¿Y tú le crees todo eso?—bufa incrédulo. No confía en ese tal Shidou, pero confía en que su hermano es astuto.

—Cada palabra.—responde de inmediato, sin bajar la mirada y mirando con aquellos ojos verdes penetrantes al menor de los Itoshi, serio y decidido.

—¿Qué me quieres decir con todo esto, Itoshi Sae?—pregunta confundido y remarcando el nombre completo y verdadero de su hermano.

—Ya no soy más Itoshi. —le corrige.—Soy Shidou Sae, soy el esposo del Emperador Ryusei, el Omega que gobierna a su lado todo el extenso imperio Vorrang y la madre de sus hijos.—anuncia, igual de orgulloso de su título.— Me sorprende que la noticia no te haya llegado al reino. Ahora, espero que me regreses de inmediato al Imperio Vorrang y hablaré con mi esposo para que no empiece una guerra por mí.—agrega de manera más comprensiva.

Después de todo, la intención de su hermano simplemente fue traerlo de vuelta a casa, a sus tierras natales. Además aún le guarda un gran cariño, a él y a su madre. Pero deben entender ahora que ya no pertenece al reino Germánico.

—Sae, hice un enorme, y un gran sacrificio para traerte aquí, para que el Emperador Káiser me ayudara.—añade Rin, bastante frustrado como decepcionado por la respuesta de su hermano.

—Nunca te lo pedí, hermano. Además que llegaron demasiado tarde. —aclara encogido de hombros. No quiere ser tan duro con su hermano, pero debe entender que ya no puede regresar con ellos.—Y ese tal Káiser, no lo conozco ni me interesa la alianza que hayas hecho con él.—suelta un bufido al final.

—Sae, no solo se trata de una alianza.

—¿De que hablas?¿Qué más le prometiste?—agrega con intriga, sobre todo al notar la mirada oscura de Rin.

—El Reino, hermano.

—¿Qué?

Un silencio incómodo se instala por algunos segundos en medio de la conversación. El Omega no puede creer lo que esta escuchando.

—Le prometí que si te traía de vuelta a mi, si te sacaba del terreno extranjero y enemigo sano y salvo, le cedería todo el territorio Germánico.

(...)

Shidou Ryusei se encuentra en una situación de profunda preocupación y estrés. Ha pasado semanas desde la desaparición de su amado esposo, Sae, y no hay un rastro claro que los guíe hacia su paradero. Los guardias han buscado incansablemente en todo el vasto territorio del Imperio Vorrang, pero las pistas parecen haberse esfumado por completo. La incertidumbre y la angustia se apoderan de él, pero Shidou no se rinde.

No le importa cruzar fronteras ni pedir ayuda a reinos e imperios extranjeros si eso lo acerca a su amado esposo. Su determinación es palpable en cada orden que da. Instruye a sus consejeros y altos funcionarios para que establezcan comunicación con otros líderes y busquen cualquier indicio que pueda llevarlos hasta su esposo. El Sacro Imperio Romano, las islas Nihon, el Imperio Británico, los reinos en Europa, entre otros en particular, han estado en su mente por la cercanía a su territorio.

Sin embargo, el peso de su ausencia no solo recae sobre Shidou Ryusei. Sus adorados bebés, Kaori y Malik, también extrañan a su madre Omega. Sus risas y sonrisas se han vuelto menos frecuentes, y en su lugar, hay muchos momentos de llanto y añoranza hasta el punto de que se han enfermado y han sido atendidos con urgencia por los médicos especiales del Palacio. Shidou siente la responsabilidad de ser padre y madre en la ausencia de Sae, y su corazón se entristece aún más al ver a sus pequeños cachorros sufrir por no estar con quien les dio la vida.

La espera y la incertidumbre son casi insoportables para el Emperador Alpha. No puede evitar mirar constantemente hacia la puerta, esperando que en cualquier momento alguien entre con noticias de que han encontrado a Sae. Pero hasta que eso suceda, seguirá luchando con todas sus fuerzas y recursos para recuperar a su amado Omega y traerlo de vuelta al Imperio Vorrang, a su hogar, donde realmente pertenece.

Se promete así mismo, que no volverá a permitir que lo aparten de su lado.

Pero, ¿Quién podría ser el responsable de esto? Es obvio que tiene un montón de enemigos, es difícil concentrarse en uno o dos solos. No obstante, el responsable debe ser alguien con mucho poder y astucia para haberse atrevido a realizar tal acto y creer soportar las consecuencias de lo que se avecina.

Mientras sigue reflexionando, dejó de pensar en sus enemigos, y pensó en los que su Omega tiene.

Solo se le vino una sola persona en mente, un nombre que durante meses, había pasado casi desapercibido para él.

Karim.

Quizás no sea el responsable directo, pero tiene la esperanza de que sepa algo y poder sacarle información.







Palabras: 2,366
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de Publicación: Jueves 19 de Octubre del 2023
Fandom: Blue Lock
Nota del escritor:
Nomas para avisarles que a esta historia ya le queda pocos capítulos, lo digo para que luego no se sorprendan. Probablemente a mediados de noviembre ya esté terminada.
Tengo que estudiar para exámenes así que me desaparecere por algunos días, en fin, nos vemos a la próxima!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top