✒Acto XVIII.

30 de noviembre


Han pasado varios días desde que Sae fue anunciado como la pareja oficial del Emperador, donde incluso apartir de ese día duerme en los mismos aposentos que Shidou Ryusei, es escoltado como protegido por los guardias y con cierta autoridad en todo el Palacio, y hasta que dé a luz al primer hijo de su Majestad podrá tener mucha más autoridad pero ya no solo dentro del Palacio Imperial, sino también en todo el extenso Imperio. Su nombre pasará a la historia, en los libros y pergaminos, él será mundialmente conocido.

Pero Itoshi Sae no quiere ser conocido solo por ser la pareja, el compañero de Shidou Ryusei, necesita hacer grandes cosas que se le atribuyan a él.

(...)

La celebración del cumpleaños de Fátima está en pleno apogeo. Sae había decidido regalarle joyas y vestidos exquisitos como muestra de su aprecio y amistad. Los tres Omegas comparten risas y alegría en este día especial para la joven Omega de ahora, diecinueve años.

Sin embargo, durante la conversación, el tema del próximo celo del Emperador surge en la charla. Esta noticia provoca que Sae se sonroje y su corazón lata con anticipación. Quiere pasar ese momento especial con Shidou, el hombre al que había entregado su cuerpo y que ahora es su pareja oficial. Aunque habían pasado varios días desde su última vez con él, Sae aún no muestra signos de estar embarazado, lo que lo preocupa un poco.

Mientras comparten risas y brindan por el cumpleaños de Fátima, la mente de Sae divaga en lo que el futuro les depara, especialmente en la próxima llegada del celo del Emperador, un momento que espera con ansias y temor a partes iguales.

¿Ryusei todavía lo quiere?

A pesar de que sigue siendo cariñoso y afectuoso con él, de que todas las mañanas despiertan juntos, que él le consiguió una sección especial en el jardín llena de Dalias, no lo ha vuelto a tocar desde entonces y por alguna razón le afecta, lo hace sentir un poco inseguro de ya no ser deseado por el Alpha.

¿Qué puede estar pasando?

(...)


01 de Diciembre

En un momento de tranquilidad, Sae aprovecha para hablar con Ryusei a solas. La conversación comienza con asuntos del Estado y asuntos gubernamentales, pero poco a poco, el pelirrojo logra desviar sutilmente el tema hacia un territorio más personal. Mientras hablan, Sae nota el nerviosismo y la ansiedad que se manifiesta en el Emperador, señales inequívocas de que su celo esta muy cerca. Es un período delicado y significativo para los Omegas y Alphas, un momento en el que las pasiones y los deseos se intensifican de manera abrumadora.

A diferencia de los Omegas que su celo les llega regularmente cada tres meses, rara vez cuatro, y les puede durar desde dos días hasta cinco, en los Alphas es totalmente distinto en cuanto a fechas y tiempos. A ellos les llega cada seis meses y solo les dura un total exacto de veinticuatro horas, o sea, un día entero. La diferencia entre la duración del tiempo de una casta y la otra se considera abismal y tal vez injusta, así es la naturaleza y no puede ser cambiada.

No en esta época, al menos.

—Ryusei, sé que tú celo está cerca —menciona Sae con calma pero determinación, su mirada fija en Shidou, intentando transmitirle tranquilidad—. Puede ser un momento desafiante, pero quiero que sepas que estaré a su lado en todo momento.

Shidou asiente con una mezcla de gratitud y ansiedad en sus ojos. Es consciente de lo afortunado que es de tener a Sae a su lado, dispuesto a enfrentar los desafíos que la vida les depara.

—Sae, en estos momentos, me siento ansioso y nervioso —confiesa el Alpha con sinceridad—. Pero sé que puedo confiar en ti para que estés conmigo en este momento tan íntimo y especial.

Sae sonríe dulcemente, asintiendo para reafirmar su compromiso. Sabe que, como pareja oficial del Emperador, tiene un papel fundamental durante el celo de Shidou. Es un momento en el que su conexión se profundizara aún más, en el que ambos se entregarán por completo el uno al otro.

—Estoy aquí para apoyarte, mi Majestad —responde el pelirrojo con ternura—. No tiene por qué preocuparse en absoluto.

El Emperador toma la mano de Sae con gratitud y cariño, agradecido por tenerlo a su lado en este viaje emocional que se avecina. Mientras continúan su conversación, sus miradas se cruzaron.

Shidou no puede evitar expresar una preocupación que ha estado rondando sus pensamientos. Su voz, llena de sinceridad, revela sus temores más profundos.

—Sae, estoy emocionado por el hecho de que estemos juntos durante mi celo, pero también me preocupa —comienza el Alpha, su mirada anclada en los ojos del Omega—. Tengo miedo de que, una vez que el celo empiece, yo no pueda resistir más la idea de unirte a mí de manera permanente, y de que aún no quieras ser marcado.

Sae escucha con atención las palabras de Shidou y reflexiona cuidadosamente antes de responder. Es cierto que la idea de vincularse de forma permanente le genera cierta ansiedad y preocupación, pero también sabe cuánto necesita del amor del Emperador y cuánto desea estar con él.

—Entiendo tus preocupaciones, Shidou. La verdad es que la idea del vínculo me inquieta un poco, pero no es porque no quiera estar contigo.—explica brevemente, se relame sutilmente los labios luego de reflexionar sus siguientes palabras.—Te amo profundamente y deseo estar a tu lado en todo momento —afirma con sinceridad, apretando suavemente la mano del rubio—. Simplemente necesito un poco más de tiempo para prepararme emocionalmente. No te preocupes, no quiero ni pienso alejarme de ti.—le asegura. Aunque sabe lo complicado que será controlar al Alpha cuando esté entre en celo y quiera marcarlo, pero algo se le ocurrirá.

Porque todavía no desea ser vinculado con Shidou, necesita esperar más tiempo hasta estar seguro de algunas cosas.

El alivio se refleja en el rostro del Emperador mientras escucha las palabras de su Omega. La comprensión y el amor que comparten son evidentes, transparentes y eso lo reconforta. Porque necesita tener a Sae cerca de él, es su amor, su verdadero hogar, y pronto le dará una familia, de ello está seguro.

—Gracias por entenderlo, Sae. Saber que compartes este deseo de estar juntos me da esperanzas. Tomaremos todo esto paso a paso y, cuando ambos estemos listos, sabremos que es el momento adecuado para el vínculo.—declara Shidou, acariciando la mejilla del pelirrojo con ternura. Apreciando cada gesto del Omega, desde sus delgadas cejas hasta sus largas pestañas que adornan sus hermosos ojos. No hay nada en Itoshi Sae que sea imperfecto, simplemente es etéreo.— Estoy ansioso por el futuro que compartiremos.—agrega emocionado, sin dejar de sonreír por lo locamente enamorado que está de su Omega pelirrojo.

Tal vez, demasiado.

Sae sonríe sutilmente, sintiendo una profunda gratitud por tener a Ryusei en su vida y apreciando el amor que esté siente hacia él.

Ahora sus únicas preocupaciones son las siguientes en la lista del Itoshi:

Limpiar su nombre como evidenciar a Karim del incidente del veneno.

Vengarse de cada persona o individuo que lo traicionó, humilló o intento abusar de él.

Y quedar embarazado.

Pensar que dentro de algunos meses atrás la idea de tener cachorros antes de los veinticinco años no le gustaba e incluso prefería morir virgen, ahora le resulta tan irreal cuando desea darle hijos al Emperador.

Aunque a veces se pregunta con mucha intriga, si su deseo de quedar en cinta se deba por sus ansias de poder y autoridad que tendría, o porque realmente quiere formar una familia con el moreno que lo ama tanto.

De tan solo imaginar cómo serían sus cachorros con Ryusei le hace sentir mariposas en el estómago y sus mejillas se calientan como su corazón se enternece.

¿Habrá caído ante los encantados de Shidou?

No puede ser. Él sabe que el que se enamora perdidamente, es quien es derrotado. Eso no le puede pasar a él, ¿verdad?

Tiene que mantenerse firme y no dejarse dominar ante sus sentimientos.

(...)

Itoshi Sae, estando junto a sus Omegas de compañía, el otro Omega varón, Rashid, menciona algo interesante que ha estado observando estas últimas semanas, y que puede ser de ayuda con el caso del veneno. Revela que Karim tiene algún tipo de amistad sino es que algo más con uno de los guardias en turno del Palacio, y apenas ayer escuchó la conversación de estos a escondidas.

Con la intrigante información proporcionada por uno de los antiguos concubinos y la memoria del chico que recuerda el rostro del guardia involucrado, Sae y Fátima comienzan a trazar un plan para descubrir la verdad detrás del oscuro misterio del veneno.

Sae, con su mente astuta, sugiere que podrían acercarse al guardia sospechoso de manera discreta y ganarse su confianza. Tal vez, si logran crear una relación de cercanía, el guardia podría hablar sin temor de represalias. Sin embargo, saben que deben proceder con extrema cautela para evitar levantar sospechas. Puede que tal vez en un futuro pronto, cambien de plan, pero de momento, se quedará así.

Rashid se ofrece a ayudar en la misión, ya que había sido testigo de la interacción sospechosa entre Karim quien, ahora es parte de la servidumbre, y el guardia en cuestión.

(...)

En un rincón de los aposentos reales, en una atmósfera tranquila y cargada de afecto, Shidou observa con atención a Sae. Los ojos del Emperador brillan con dulzura mientras nota la tristeza que parece nublar el rostro del Omega. No puede evitar sentirse inquieto por la melancolía que ve en su pareja, y su deseo de proteger y consolar a Sae se hace más fuerte con cada segundo que pasa.

—¿Qué sucede, mi amor? —pregunta con voz suave y preocupada. Su tono revela tanto curiosidad como un profundo amor, el tipo de amor que anhela cuidar de su ser querido en cada momento.

Sae, al principio, reacciona con silencio. Un rastro de dolor cruza su mirada, y frunce ligeramente el ceño mientras lucha por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siente. Shidou, comprensivo y paciente, espera en silencio, dispuesto a escuchar y apoyar a su Omega en cualquier momento que lo necesite.

Después de unos momentos, Sae niega con la cabeza, rechazando la idea de que un regalo o un postre favorito puedan aliviar lo que le pesa en el corazón. Shidou reflexiona, tratando de encontrar una respuesta a la melancolía de su Omega.

Finalmente, Sae rompe el silencio y abre su corazón. Cuenta una historia dolorosa, una memoria que lo persigue como una sombra. Habla de su llegada al Imperio, antes de alcanzar los majestuosos muros del Palacio. Los detalles son escalofriantes: el trato inhumano de los hombres Betas que lo trajeron en un barco, el intento de abuso por parte de dos de ellos, la humillación y el trauma que se grabaron profundamente en su mente.

A medida que Sae comparte este oscuro capítulo de su pasado, su voz vacila en momentos, y sus ojos se llenan de dolor y angustia. Ryusei escucha atentamente, su mirada fija en su amado Omega, compartiendo el peso de su sufrimiento con la determinación de aliviarlo en la medida de lo posible.

—Sae... —murmura Shidou con voz suave, acercándose a su amado Omega—. Lamento profundamente que hayas tenido que pasar por eso. Estoy aquí para ti, siempre lo estaré. Puedes confiar en mí, y juntos superaremos cualquier sombra del pasado que te atormente. Eres mi Omega, mi amor, y te protegeré con todo lo que soy.

Las palabras de Shidou están llenas de amor y compromiso, y mientras envuelve a Sae en un abrazo reconfortante, ambos saben que tienen un largo camino por delante para sanar las heridas del pasado y construir un futuro lleno de amor y apoyo inquebrantable.

Los ojos de Shidou se endurecen cuando escucha la afirmación de Sae de que aún recuerda los rostros de aquellos hombres que le causaron tanto sufrimiento en el pasado. La determinación del Emperador arde como un fuego avivado por la necesidad de vengar el daño infligido a su amado Omega.

—Sae, mi amor, te prometo que nadie más se atreverá a lastimarte.—declara Shidou con voz firme y decidida. Su mirada se encuentra con la de Sae, y el Omega puede ver la intensidad de sus emociones reflejadas en los ojos del Alpha.

Sae responde con un beso, lleno de gratitud y amor. Puede sentir el peso de los meses de sufrimiento desvaneciéndose ante la promesa de justicia y venganza. Finalmente, después de tanto tiempo, podrá ver que aquellos hombres paguen por sus acciones y, en el proceso, el vínculo entre él y Shidou se fortalecerá aún más.

Con un abrazo protector, Shidou hace una promesa silenciosa a su amado Omega de que hará todo lo posible para que recupere su paz y se sienta seguro en su lado del Imperio. La búsqueda de justicia está en marcha, y nadie en todo el Imperio olvidará el mensaje claro que Shidou está a punto de enviar: su Omega está fuera de los límites y cualquier amenaza será enfrentada con consecuencias inquebrantables.

Nadie se atreverá a agredir, lastimar, traicionar o humillar a su Omega sin recibir graves consecuencias.







Palabras: 2,212.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de Publicación: lunes 25 de septiembre del 2023
Fandom: BlueLock
Nota del escritor:
Me cancelaron varias de mis clases hoy así que aprovecho para actualizar.
Pensaron que volvería a siquiera mencionarse a los Betas que salieron por ahí del capítulo dos?
Podra Sae venganzarse de todos aquellos que le hicieron daño?
¿Cuando habrán beibis?
Hasta la próximaaaa

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