✒Acto XV.
Capítulo censurado
La atmósfera de la habitación esta cargada de un silencio tenso y expectante. Los cuerpos de Omega y Alpha estan entrelazados bajo las sábanas, pero algo ha cambiado en el Itoshi. Su mirada refleja confusión y duda, emociones que lo han invadido de repente. Una mirada de reflexión lo carcome.
El contacto de los labios carnosos del Alpha en su cuello se detuvo abruptamente cuando Sae pronunció esas palabras. La sorpresa en el rostro de Shidou resulta evidente, no espero que su amado Omega lo detuviera de esa manera.
—Detente, por favor —dice Sae con voz suave pero firme, mientras aparta ligeramente el rostro del Alpha de su cuello, porque justo estaba besando y lamiendo su glándula Omega, tuvo por algunos instantes la boca del rubio sobre esa zona sensible como de mucho cuidado. Que un Alpha haga eso, es con mera intención de morder.
Shidou asiente, aunque su expresión sigue siendo un enigma. No entiende qué ha cambiado en cuestión de segundos.
Sae toma un profundo aliento antes de continuar, sus palabras llenas de sinceridad y un toque de ansiedad:
—Si me marcas, ya no podras estar con ningún otro concubino. Y también significa que estaré contigo para siempre.
Las palabras de Sae resonaron en la habitación, y Shidou las procesó con seriedad. Sus ojos se encontraron en un silencio incómodo, ambos sintiendo la tensión y duda en el aire.
Si el Emperador lo marca a él, será muy difícil que esté pueda tener a otro concubino después, ¿lo ha pensando seriamente o solo está actuando por sus instintos primitivos?
Finalmente, Ryusei habla, su voz ligeramente ronca por la emoción:
—Sae, solo quiero estar contigo. Desde el momento en que te vi, supe que eres especial. Anhelo que seas mío, que seas mi Omega y que des a luz a nuestros hijos. Pensé que la noche pasada había quedado claro...—menciona el moreno, dejando muy en claro que él solo quiere estar con el pelirrojo, con nadie más.
Shidou deja la frase en el aire, sin terminarla, pero su mirada penetrante lo dice todo. Había asumido que Sae estaba en la misma sintonía, que compartía sus deseos y sueños. Que sin dudarlo aceptaría el vínculo carnal que estuvo a punto de formar hace unos momentos.
El Itoshi se siente abrumado por las palabras del Alpha y por la intensidad de sus propios sentimientos. Su corazón late con fuerza en su pecho, y un rubor tiñe sus mejillas. No había anticipado esta conversación, y no sabe qué decir. Solo puede pensar en que necesita de Shidou para poder vengarse, y si dice algo incorrecto puede arruinarlo todo, cosa que no puede permitirse ya que ha llegado muy lejos.
Había creído que el Emperador solo se sentía meramente atraído a él físicamente, no sospechó de que sentimientos y emociones verdaderas estaban en juego.
La habitación se llena de un silencio cargado de expectación mientras Sae y Ryusei se enfrentan a un cruce de caminos en sus vidas.
La atmósfera se vuelve tensa, como una tormenta que se avecina en el horizonte. Shidou no oculta su desconcierto ante la repentina negativa de Sae. Sus ojos rosados lo miran con una mezcla de desilusión y frustración, casi impaciente.
Claro que se siente frustrado y tan confundido porque el contrario no responda y se niegue a dejarlo marcar.
—Ayer mismo me dijiste cuánto me amas, cuánto deseas tener hijos conmigo, Sae. Hicimos el amor. ¿Por qué ahora te niegas a vincularte conmigo? —inquiere el rubio, su voz contiene un rastro de herida.
El Itoshi, con su mirada sincera, intenta explicarse, aunque sus palabras salieron con vacilación:
—No es que no quiera estar contigo, Shidou. Es solo que...—traga duro. Obviamente no puede decirle la verdad, tiene que mantener una imagen de Omega "enamorado" si realmente desea como ansía que su plan salga perfecto.
Pero a su vez, tampoco quiere que Shidou lo marque, ya no tendría oportunidad alguna de rehacer su vida en algún futuro, estaría enlazado a alguien, y todavía no está seguro de sus sentimientos hacía el Emperador. Porque si bien lo quiere y está profundamente agradecido por lo que ha hecho por él, todavía no olvida ni perdona fácilmente que quiso invadir su Reino, tampoco que lo hayan traído como concubino a ese lugar. Si deja que lo marque, se estará entregando completamente a él en todos los sentidos y jamás podría alejarse de él a menos que esté muera o viceversa.
Su Omega interior, por supuesto, quiere ser marcado por el Alpha que ha sido su primera vez, que lo abraza bajo las sábanas como lo despierta con besos tiernos y húmedos mientras le acaricia su vientre, hablándole lindo al oído, llenándole de tantos lujos y comodidades como de sus feromonas exóticas. El Omega de Sae estando en celo se hubiera dejado marcar de inmediato y sin pensarlo, pero justo ahora quién está más despierto y en control es Itoshi Sae y no su Omega.
—Nunca pensé que estaría tan cerca de ser vinculado, de una unión tan carnal y espiritual. Me siento abrumado y nervioso.—se excusa, un tanto nervioso y dando una imagen adorable a ojos del moreno.
El Omega busca las palabras adecuadas para expresar lo que siente ante la atenta mirada del Alpha, y finalmente añade:
—Eventualmente quiero que me marques, pero necesito más tiempo para prepararme mentalmente, para asimilarlo todo.—pide ligeramente suplicante.
Shidou suspira profundamente, dejando escapar la tensión acumulada. Sabe que debe ser paciente con Sae, que no puede apresurarlo en una decisión tan importante. Lo que lo hace desistir de marcarlo ahí mismo, es recordar por todo lo que ha pasado el Itoshi. Desde haber sido traído a su Imperio de manera nada agradable, el cambio brusco que tuvo su vida hasta que estuvo encerrado en el calabazo en condiciones deplorables. Tiene compasión en ese aspecto, piensa que el Omega debe tener muchos traumas y quizás todavía no confíe completamente en él por miedo a salir lastimado.
Tiene que ser comprensible y muy paciente.
—Está bien, Sae. Te daré el tiempo que necesitas. Quiero que esto sea especial para ambos. —El Alpha acerca a Sae a su cuerpo, abrazándolo posesivamente, como si quisiera protegerlo de todo el mundo.— Solo recuerda que te amo, y siempre estaré aquí para ti.
El aroma territorial de la fruta granada de Sae llena la habitación, mezclándose con el aroma posesivo y natural del Alpha. Es un recordatorio constante de la atracción que sienten el uno por el otro.
Ryusei cumple su promesa de estar al lado de Sae durante sus días de celo. No dejará que pase hambre ni frío, lo cuida con amor y dedicación. Son jornadas intensas, marcadas por la pasión y la tentación que Sae despierta en él.
A pesar de su deseo ardiente de vincularse con el Omega, Shidou se contiene, difícilmente. Respeta la decisión de Sae de esperar, aunque a veces la tentación resulta ser casi insoportable. En esos días, el Alpha se enamora aún más de cada gesto, cada mirada y cada mueca de Sae, notando que es muy complicado sacarle aunque sea una pequeña sonrisa al pelirrojo.
El Omega, en medio de su celo, se vuelve más cariñoso y empalagoso de lo habitual. Toma la iniciativa en varias ocasiones para iniciar besos apasionados, sensuales y profundos, haciendo que el tiempo que pasan juntos esté impregnado de una electricidad palpable. Es un amor en constante ebullición, que solo se hace más profundo con cada día que pasa.
Sae se vuelve territorial con Ryusei, frotándose contra su cuerpo para impregnar sus fuertes y dulces feromonas sobre la piel morena de su Alpha, esto para que cuando esté tenga que salir por algunas horas, el resto se dé cuenta que es suyo. También lo llena de pequeñas mordidas alrededor de su cuello y pecho. Toda esta actitud territorial sorprende como enternece al Emperador, porque realmente se siente amado por su Omega pelirrojo.
No quiere que esto acabe.
(...)
16 de noviembre
El agua del baño, lujosamente ornamentado, apenas cubre el cuerpo desnudo del Emperador. Las columnas decorativas como los azulejos intrincadamente diseñados le brindan un entorno de opulencia y relajación. Shidou se sumerge en el agua caliente, sintiendo cómo la tensión de sus músculos se disuelve bajo el calor reconfortante.
Mientras el agua acaricia su piel en un momento crítico de profunda tranquilidad y armonía, el Alpha aprovecha este momento a solas para reflexionar sobre la noche que pasó con Sae. Ha sido una experiencia hermosa y caótica a la vez, llena de pasión como ternura. La imagen de Sae, su Omega, entregándose a él de manera apasionada, sigue fresca en su mente, recuerdos que se vuelven indelebles.
Recordar su piel suave y marfil perlada de sudor, besando sus zonas más erógenas y uniendo sus labios es suficiente para caer en la perdición, el pelirrojo lo tiene atado a él sin siquiera sospecharlo. El mero hecho de recordar sus labios es motivo suficiente para enloquecer, ser adicto y posesivo con ellos.
Sin embargo, todavía existe algo que lo intriga, un algo que lo hace pensar, reflexionar seriamente mientras el agua se desliza por su cuerpo. Si Sae dice amarlo tanto, ¿por qué no quiso dejarse marcar por él?¿Por qué dudó?La pregunta lo persigue, y Shidou se sumerge en sus pensamientos mientras el baño llena el aire con su aroma a hierbas y especias.
El agua también tiene su efecto en su cabello, haciéndolo más lacio y destacando su longitud, que llega hasta los hombros. Tal vez más adelante considere la idea de cortarselo. El moreno permanece inmerso en sus pensamientos, disfrutando de este breve respiro antes de enfrentar un nuevo día lleno de tareas y misterios en el palacio, todavía tiene que seguir investigando el caso del veneno y al concubino que inculpo a Sae, no puede dejar aquello impune. Sin embargo, la tarea es más compleja de realizar la, porque dicho concubino no va a revelar que realmente es él el culpable, y someterlo a tortura podría ganarle mala reputación en el Palacio o asesinarlo sin haber encontrado la respuesta.
Shidou escucha pasos suaves que se acercan, pero no se alerta. El aroma bastante familiar ya, en el aire le indica que es su Omega pelirrojo, quien se aproxima con la misma intención de relajarse. Debido a que esté sigue en celo sus feromonas son más fuertes y seductoras que dominan cada rincón sobre todo lugar que habita. Sin decir una palabra, Sae se desliza con suavidad en el agua caliente, uniéndose al Emperador en la hora del baño.
Realmente cálculo el tiempo para llegar en un momento oportuno, Shidou se pregunta en qué momento habrá despertado, pero debe admitir que no aparto la mirada encima de Sae, su piel expuesta, desnuda acercándose a él sin vacilar.
Ambos comparten un momento relajante mientras sus cuerpos se encuentran en el agua tibia. No es necesario hablar; la cercanía y la conexión entre ellos son palpables. Los ojos del Alpha se encuentran con los del Omega, y en ese silencio cómplice, encuentran cierto consuelo y paz. El baño se convierte en un remanso de tranquilidad. Juntos, encuentran refugio en el calor del agua y en la presencia del otro.
Pero está claro que la tranquilidad y el silencio no están para prolongarse mucho más.
Ryusei no se resiste y empieza a repartir besos en su cuello y hombros, provocando que Sae suelte pequeños gemidos placenteros por dicha sensación, dejándose llevar por los besos como las caricias que van subiendo de intensidad y envuelven sus cuerpos de un calor más íntimo.
—¿Siempre cumplirás mis deseos, Alpha?—pregunta con sumo interés, para darse la vuelta y quedar frente a frente con el rubio.
Necesita que Shidou sea honesto y por supuesto, cumpla sus caprichos.
—Siempre.
—¿Serás solo mío, Ryusei?—pregunta manteniendo la mirada fija en aquellos ojos rosados que tiene a su merced. El rubio cambia de expresión a una más seria como sincera.
—Solo tuyo, mi Omega. —sus manos se deslizan hasta sus muslos y le deposita un beso cerca de sus labios.—Solo te pertenezco a ti, y tú solo a mi,¿Entendido?—agrega demandante, porque Sae es su todo.
—Eres mío, Shidou Ryusei, que nunca se te olvide.—dice en un tono posesivo mientras une sus labios con los del Alpha, quién jadea en medio del húmedo beso y no protesta ante las palabras del Itoshi que le encienden.
El Omega piensa que Ryusei debe ser solo de él, de nadie más. No piensa compartirlo con ningún otro concubino.
Porque si, Sae también es un egoísta y quiere seguir marcando su territorio, dejando sus besos y feromonas bien grabadas en la piel canela de su hombre.
De su Emperador.
A Itoshi Sae le encanta el calor que desprende Shidou Ryusei, lo cambiaría por nada.
Si las cosas marchan bien, puede que pronto deje de apellidarse Itoshi para tener el apellido de Ryusei. Suena realmente tentador y poderoso, ya ansía que llegue el día en aquello suceda.
Palabras: 2,583
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de Publicación: Martes 19 de septiembre del 2023
Fandom: Blue Lock.
Nota del escritor:
Ahora que ya hicieron el delicioso, ¿Qué sigue? Muchas cosas, wuuuuu.
Ahora si me despido que esta semana andaré ocupado, no se con certeza vuelva actualizar, si sea pronto o tarde.
Nos vemos!
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