✒Acto VI.
—Estoy un tanto intrigado por ti.—menciona seguro de sus palabras.
Sae frunce el ceño ante la respuesta no muy convincente, parece un poco desconcertado por la actitud de Shidou, tiene tantas preguntas que hacerle.
—¿Intrigado? ¿Por qué? ¿Porque soy un simple concubino?—menciona con sarcasmo. Ahora parece más que nada, ofendido.
Porque el título de concubino sigue siendo bastante molesto de recordar todos los días que despierta en el Palacio.
—No, no me malinterpretes.—niega con un gesto, haciendo un pose pensativa y de inmediato dice:—Es más que eso. Quería conocer al hombre detrás de la fachada que los demás ven. No eres como los demás concubinos, eso es evidente. Hay algo en ti que me resulta... interesante.—responde con cierta calma y sin, tal vez, ninguna doble intención en sus palabras.
Sae lo mira con escepticismo, parece no estar seguro de cómo interpretar aquellas palabras. Más bien, siente todavía desconfianza. No puede confiar en alguien que le oculto algo tan importante como ser el gobernante de este lugar. Además que, desde que su padre lo entregó a extranjeros para evitar ser invadidos, ha sido rodeado de desgracias y traumas que no son sencillas de superar y por lo tanto, desconfía de cualquiera.
—¿Interesante? ¿A qué te refieres con eso?
Shidou sonríe, como si estuviera disfrutando de la conversación.
—Eso es algo que descubrirás con el tiempo, Sae. Las apariencias pueden ser engañosas, ¿no crees?
Sae lo mira fijamente, como si intentara descifrar las palabras del Emperador. Ahora mismo luce un tanto diferente a cómo se presentó con el resto de concubinos. Siente que tiene a otra persona distinta, ahora se ve tan despreocupado, relajado y hasta un tanto burlón. Por no decir idiota.
Shidou mira al contrario con una sonrisa amigable. Se acomoda en su asiento y habla con un aire de confianza, lleno de orgullo.
—Permíteme presentarme debidamente, Sae. Mi nombre es Shidou Ryusei, y soy el hijo más joven del anterior Emperador.
Sae escucha con atención, tomando en cuenta cada palabra. Shidou continua, su mirada se mantiene fija en los ojos verdes del Omega.
—Mi familia ha gobernado con honor y fortaleza durante generaciones.—de repente, surge seriedad en su voz, marcando su poderío.—Sin embargo, en una época de conflictos y desafíos, mis cinco hermanos mayores perdieron la vida en batalla. Quedé yo como único heredero, como el último bastión de mi linaje. Ahora, soy el gobernante de uno de los imperios más poderosos y temidos de esta era.
El tono de Shidou esta lleno de un orgullo evidente, pero también de una chispa de tristeza en sus ojos al recordar a sus hermanos caídos. Sin embargo, su mirada no deja de estar fija en Sae, y finalmente hace un gesto que refleja la mezcla de sus emociones.
—Pero aquí estamos, Sae. En este momento, este lugar.—dice en un tono más suave, extiende su mano hacia Sae.—Y me encuentro frente a alguien que ha demostrado tener una fortaleza y valentía únicas.—hace una breve pausa.— Me atrevo a decir que estoy intrigado por ti, por lo que escondes detrás de tus ojos y tu actitud serena.
Sae mira la mano extendida con cautela, y luego alza la mirada hacia los ojos rosados de Shidou, parecen una piedra preciosa que brilla bajo la oscuridad. Rechazando de manera rencorosa sostener o entrelazar la suya con la del Alpha frente a él.
Todavía no le perdona haber sido traído ahí en contra de su voluntad. ¿De verdad piensa que con unas palabras sobre su aparente interés en él lo harán olvidar fácilmente todo lo que sufrió?
—¿Ha esto me has llamado?¿Sólo para aclararme quién eres?—expresa a la defensiva, alejándose un poco.
El moreno observa la reacción de Sae con calma, sin mostrar tanta sorpresa ante su actitud distante y desconfiada. No es la primera vez que observa resistencia por parte de los concubinos, pero no bajo los que son de él. Cuando Sae menciona que solo lo ha mandado llamar para aclarar su posición, Shidou asiente con seriedad.
—Entiendo tus preocupaciones. Sin embargo, no puedo ignorar lo que escribiste en esa carta. Mencionaste la palabra "libertad". Es un concepto profundo y valioso, pero debido a las circunstancias, no puedo otorgarla tan fácilmente.
Sae entrecerró los ojos, su expresión sigue siendo fría y desconfiada, pero por dentro se siente tan enfadado e incrédulo.
"¿cómo no puedes darme mi libertad? Eres el jodido Emperador, nadie puede desobedecer tus órdenes.¿En qué manera no es fácil?" Piensa el pelirrojo, piensa que es ridículo lo que dice, sencillamente es un Alpha orgulloso que quiere controlar cada uno de los movimientos de sus concubinos, tratándolos como un mero objeto nada más, así son todos los Alphas. Realmente le parece repulsivo, ¿Cómo pudo haber sentido algo por él antes?
Es un idiota por haber confiado.
—Supongo que eso es de esperarse.—expresa con un tono sarcástico, apretando sus puños debido al gran enojo que siente.—No espere que simplemente vinieras aquí y me dijeras "Sí, puedes irte, eres libre". Eso sería demasiado sencillo, ¿verdad?—añade incrédulo y demasiado molesto. Siente que le vieron la cara.
Shidou mantiene la calma, sin dejarse afectar por el sarcasmo de Sae. Aunque en cierto modo lo encuentra un tanto interesante y entretenido, pero no entiende porque se siente tan afectado. ¿Realmente extraña su vida de antes? Pensó que todos los concubinos vivían vidas humildes o de clase media, nada extravagante.¿Será solo por estar alejado de sus seres queridos? Sin duda debe ser aquello.
—Efectivamente, sería demasiado sencillo.—contesta serio. Al principio pensó tener una charla mucho más amena y agradable con Sae, no que esté anduviera a la defensiva y enojado, pero por lo visto, realmente está afectado por la situación, así que decide cambiar de tema.—Pero no te he mandado llamar para jugar con tus expectativas. Deseo que tengamos una conversación diferente.
El Omega parece considerar las palabras del Alpha por un momento. Luego suspira y habla, su voz aún teñida de desconfianza.
—Entonces, háblame, su Majestad. ¿Qué tengo que hacer para obtener mi libertad?—cuestiona desganado, con una actitud tediosa.
Shidou se inclina ligeramente hacia adelante, sus ojos rosados se encuentran con los verdes de Sae.
—No deberías estar tan molesto, eres demasiado lindo para estar así.—confiesa en modo coqueto y divertido, dejando desconcertado al pelirrojo, ya que no se esperó ese comentario de la nada.—No puedo obsequiarte algo tan valioso como la libertad en este momento. Eres uno de mis concubinos, un integrante del Harem Imperial.—regresa la seriedad. Sae se sorprende la facilidad en la que Ryusei puede cambiar tan naturalmente su forma de hablar, ¿Es normal?—Sin embargo, me gustaría saber más sobre ti. Dime quién eres, de dónde vienes y por qué buscas la libertad.—añade con curiosidad e interés genuino en conocer más de él.
Sae frunce más el ceño, parece debatirse entre revelar su identidad o no. Finalmente, decide guardarse ese secreto.
—No importa quién sea yo o de dónde vengo. Solo necesitas entender que no quiero estar aquí.—contesta evadiendo la pregunta, intento calmar su frustración y rencor.—Si no puedes darme lo que pedí, entonces no tengo nada más que decir.—agrega serio.
Shidou nota la frustración en las palabras de Sae, pero también la determinación en sus ojos. Hace una nota mental de investigar más sobre el pasado de Sae, de dónde provenía y cómo había llegado a formar parte del Harem Imperial. Esta claro que es extranjero, tal vez europeo debido a sus rasgos, no está tan seguro, pero quiere averiguar más de su pasado, aunque sea de que lugar proviene.
—Entiendo. Pero antes de que te vayas, Sae, permíteme preguntarte una cosa más. Si no puedes obtener tu libertad en este momento, ¿hay algo más que desees? Algo que pueda otorgarte.—dice de manera más suave y curiosa, despertando el interés del pelirrojo por sus palabras.
Sae parece reflexionar por un momento, luego habla con una expresión menos ruda.
—Libros.—se re lame los labios, para no sonar tan cortante decide agregar:— Me gustaría tener libros. Quiero aprender más sobre la cultura y el idioma de este lugar.—explica un poco más relajado y menos tenso.— Necesito acostumbrarme a esta vida, y aprender es la única forma en que puedo hacerlo.
Shidou se sorprende genuinamente ante la respuesta, no esperó que Sae pidiera algo tan inusual.
No solo por los concubinos que han escogido para él, sino porque incluso concubinos de Emperadores y príncipes pasados, no se tiene registro de que alguno pidiera libros. Por lo general siempre son joyas, vestidos, calzado, tal vez hasta flores o algún tipo de platillo en especial, pero ninguno ha pedido algo como libros.
Desde joven debido a las tradiciones que se manejan en varias partes del mundo, siempre se le inculcó junto a sus hermanos que los Omegas son hermosos por naturaleza, y deben ser llenado de obsequios como son las flores, joyas, dulces, vestidos y colonias. Jamás le han asociado la palabra libros o estudios, por lo que realmente se muestra sorprendido más no disgustado.
No cabe duda que Ryusei ha descubierto que Sae es único y enigmático, además que le parece sumamente adorables y curiosas los gestos serios o desentendidos del pelirrojo. Comienza a darse cuenta que tal vez el pelirrojo no es tímido ni temeroso, sino reservado, callado y muy serio, que parece desafiar a quien lo mire.
—Libros, ¿eh? ¿Qué clase de libros te gustaría tener?—pregunta curioso, llamando más la atención del Omega quién se acerca a él.
Sae mira a Shidou directamente, su expresión seria pero sincera.
—Cualquier libro que puedas conseguirme.—responde convencido.—Quiero aprender tanto como pueda, adaptarme a esta vida, aunque sea en la medida en que pueda. Quiero comprender este mundo en el que ahora vivo.
Shidou asiente, impresionado por la determinación de Sae, por sus expresiones hasta por como habla. Al menos ya no luce tan frustrado ni tenso como hace rato.
—Entiendo. No te preocupes, Sae. Haré que tengas acceso a todos los libros que puedas desear. Aprenderás y te adaptarás, te lo aseguro.—le da su palabra, sonriendo con confianza y comodidad por el ambiente tranquilo entre los dos.
Sae asiente con fingida gratitud, aunque su expresión sigue siendo seria. Es un pequeño paso hacia lo que quiere, pero al menos es un comienzo.
El Omega bosteza despreocupado, ya que piensa que así lo dejará regresar a su habitación para por fin dormir.
—Bien, supongo que ya puedo retirarme a la habitación con los demás concubinos, ¿verdad?
Shidou vaciló por un momento, mirando a Sae con una expresión indecisa. El rubio no quiere que el pelirrojo se retire, todavía necesita hablar más con él.¿Acaso pide mucho?
—En realidad, me gustaría que te quedaras un poco más. No tenemos que hablar de nada en particular, simplemente me gustaría conocerte mejor.
Sae suspira internamente, un poco fastidiado por la idea de tener que quedarse más tiempo, pero no quiere parecer grosero. Además, sospecha que, incluso aunque se negara, no podría llevarle la contraria a su Majestad. No le queda más que asentir mientras a regañadientes, se ve en la obligación de aceptar.
—Está bien, me quedaré un poco más.
Se sentaron en un rincón del amplio salón, donde Shidou había dispuesto bocadillos y bebidas. Sae declina la oferta de bocadillos, ya que había cenado recientemente y no quiere dormir con el estómago tan lleno.
Además que si come demás, su estómago puede pasarle una mala jugada, como la última vez que lo llevo al baño y no salió de ahí hasta por un buen rato. No quiere pasar por eso otra vez.
—Entonces, Sae, ¿cuál es tu color favorito?
Sae frunce el labio, en una mueca extraña, parece considerar su respuesta antes de responder. No cree que decirle su color favorito signifique que corra peligro.
—Supongo que el morado.—contesta con desgano, manteniendo su semblante usual de siempre. Sospechando que Ryusei seguirá haciéndole más preguntas.
Shidou asiente y continúa.
—¿Y tus flores favoritas?
—Las Dalias. Me gusta su aroma y cómo lucen.—responde honesto. Aún recuerda el jardín lleno de rosas y dalias que sus padres le regalaron hace bastante tiempo, y como Rin de pequeño se ensuciaba mucho con el barro. Se entristeció un poco al sentirse nostálgico en esos momentos.
—Interesante elección. Y dime, ¿cuándo es tu cumpleaños?—pregunta con más interés.
El Itoshi lo piensa un momento, el porque el Emperador muestra esté tipo de interés y que conseguirá con todas estas preguntas.¿Decirle si cumpleaños no es algo ya muy personal? Aunque tampoco gana nada mintiendo.
— Es el diez de octubre.—bosteza nuevamente, comienza a sentir pesado sus párpados.
Shidou abre los ojos con sorpresa.
—¡Faltan menos de tres días para el diez de octubre!—alega con cierto entusiasmo, despertando a Sae que por momento casi cae dormido.—Pronto será tu cumpleaños. ¿Por qué no lo mencionaste antes?
Sae se encoge de hombros parpadeando un par de veces, parece indiferente ante la idea de celebrar su cumpleaños. Además, la única fecha que considera de suma importancia en estos momentos, es la temporada de celo, la cual todavía le quedan varias semanas antes de que comience. Aún así, luce un poco preocupado por dicha fecha, ya que aún no sabe que harán cuando él o alguno de los otros concubinos entren en celo.
—Pensé que no sería algo importante aquí.—declara con desinterés, manteniendo los ojos semi abiertos. Comienza a creer que el Emperador quiere matarlo del sueño, porque no le ve otra explicación lógica de tenerlo más tiempo ahí cuando es evidente que tiene mucho sueño.
—Bueno, en mi opinión, todos los cumpleaños son importantes. Además, podríamos organizar algo especial para ti.—sonrie enternecido, sintiéndose algo culpable de mantener a Sae ahí cuando claramente quiere dormir.
Pero solo quiere ser egoísta y tenerlo más tiempo para él. No quiere dejar lo ir pronto.
Sae se muestra un poco sorprendido por la oferta, pero no deja que su expresión cambié demasiado.
—No es necesario, en serio.—añade con nulo interés.
Continuaron conversando durante unos minutos más, compartiendo detalles sobre sí mismos. Sae intensifica el agotamiento del día y los efectos del sueño que se han acumulado. Finalmente, Shidou nota demasiado cansado al pelirrojo.
Aunque le encantaría dejarlo dormir nuevamente en su cama, se notaría demasiado su preferencia y podría causar un problema con el resto de concubinos.
—Creo que es hora de que te retires a descansar, Sae. Ha sido un día largo para ti.
Sae asiente con agradecimiento.
—Sí, definitivamente necesito dormir.—bosteza, su vista lagrimea y apenas puede levantarse, motivado por irse.— Gracias por la conversación.
Se pone de pie con cierta dificultad debido al cansancio y se despide con un gesto de cabeza antes de dirigirse a su habitación. Shidou lo observa alejarse con una expresión reflexiva, intrigado y sin dejar de meditar en cuánto desea Sae su libertad.
Pero él no es un Santo, solo un Alpha un poco egoísta.
Palabras: 2,500
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Jueves 31 de agosto del 2023
Fandom: Blue Lock
Nota del escritor:
No había publicado nada estos días porque me la pasa avanzando un chingo en borradores, actualmente tengo como otros 7 capítulos más terminados en borrador, uno más largos que otros que eventualmente iré publicando. No los subiré cada día porque rápido se me acabaran, en ciertas fechas específicas, pero tengan por seguro que septiembre y octubre se viene con todo.
Además que me la ando viendo One Piece Live action, así que eso igual me distrae.
Bellísimo el arte del prieto<3 necesito que saquen más ilustraciones así con su chikito de Sae.
Es probable que actualice mañana, quizás muy en la noche.
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