✒Acto IX.

11 Octubre


El Palacio queda bajo la dirección de uno de los más cercanos confidentes del Emperador Shidou Ryusei mientras él y su madre están fuera atendiendo personalmente asuntos del Estado. Está persona, un Beta de cuarenta y cinco años llamado Hakim, se había ganado la confianza del Emperador con su lealtad y eficiencia en diversas tareas, e incluso llegó a cuidar e instruir de Ryusei cuando esté todavía era un niño, un pequeño príncipe. Sin embargo, justo cuando Shidou y su madre se encuentran fuera del Palacio y cree que nada fuera de lo normal ocurriría, recibe una noticia que lo deja perplejo y alarmado.

Los rumores hablaron de un complot para dañar al Emperador. Uno de sus concubinos había sido sorprendido con un frasco bajo su cama, aparentemente lleno de una sustancia peligrosa. Hakim actua con rapidez como discreción para no hacer un revuelo, reuniendo información y buscando la verdad detrás de este oscuro asunto para confirmar los hechos o si solo se tratan de horribles rumores.

Uno de los concubinos, se adelanta para confesar que había sido testigo de cómo otro concubino había escondido el frasco bajo su cama esa misma mañana. Afirmando lealtad a su majestad y prometiendo cooperar plenamente en la investigación. Aprovechando que la gran habitación está vacía debido al celo de varios concubinos que fueron trasladados a otras habitaciones individuales y que los que quedaron están en el jardín, además de la salida de Shidou con su madre, Hakim y su equipo se dirigieron a la habitación en cuestión.

El frasco, cuidadosamente resguardado, es llevado rápidamente a expertos para su análisis. Las pruebas confirman que contiene veneno, una amenaza potencialmente letal. El asunto causa conmoción y preocupación entre los presentes, y los guardias comenzaron a indagar a fondo sobre el motivo detrás de tal acto.

La tensión y el nerviosismo se extienden mientras llaman al presunto responsable para enfrentar las acusaciones, y de no tener una defensa sólida como un testigo que lo respalde, estará en graves problemas.

Si bien, Hakim debido a que no es el Emperador no puede condenarlo a su ejecución hasta que Shidou regrese, lo que si puede hacer es llevarlo a los calabozos y limitar la comida como el agua hasta que su Majestad regrese, esto como una forma dura de castigo y que aprenda la lección.

Mientras tanto, ajeno a todo esto, Itoshi Sae continúa en el jardín, sumergido en su lectura, ajeno al peligroso juego que se está desarrollando en el interior del Palacio.

La realidad del complot y el veneno están a punto de chocar con la tranquilidad de Sae, llevando consigo un golpe de realidad en su vida en el Palacio.


(...)

Sae es rodeado por los guardias y llevado hacia la habitación compartida del Harem, un lugar que ha sido como un tipo de hogar desde su llegada al Palacio hace aproximadamente un mes. Allí, Hakim, con expresión seria y decidida, le pide a Sae que señale su cama. Con una mezcla de confusión y extrañes, Sae hace lo que le piden, sin saber lo que esta a punto de enfrentar.

La revelación es impactante: Hakim dice que momentos antes encontraron un frasco de veneno debajo de está. Sae niega rotundamente cualquier conocimiento sobre esa sustancia peligrosa, defendiéndose con vehemencia, ímpetu. Sin embargo, Hakim no cede ante sus palabras y le hace preguntas incisivas acerca de cómo había llegado ese veneno allí y cuáles  son sus verdaderas intenciones, si es acaso algún espía o algo por estilo.

Sae se siente aturdido por la acusación. Afirma que no tiene idea de cómo el veneno ha llegado allí y mucho menos porque lo señalan a él. Pero Hakim continúa su interrogatorio, dudando de sus palabras. El pelirrojo, con voz firme, le implora que interrogue a cualquier otro concubino, que le preguntarán a cualquiera que compartiera el Harem con él; todos testificaran que nunca ha actuado de manera sospechosa ni mucho menos que traía oculto algo tan peligroso como eso de lo cuál se le acusa.

Sin embargo, en ese momento, la voz de Karim se alza en la habitación, acusando a Sae y afirmando haberlo visto esconder el veneno. El pelirrojo, con furia en sus ojos, lo acusa de mentir y manipular la situación por envidia como conveniencia. Pero las palabras de Karim parecen llevar más peso ante los oídos de los guardias y de Hakim.

La situación se torna aún más tensa cuando Hakim anuncia que, dadas las circunstancias y la falta de testigos que respalden al concubino Sae, tomarán medidas drásticas. La decisión ha sido encerrar a Sae en el calabozo hasta que el Emperador Shidou regrese y tome la última palabra sobre su destino. Sae se niega rotundamente a ser llevado a ese lugar oscuro y siniestro, pero sus protestas cayeron en oídos sordos. Hakim afirma que solo cuando el Emperador regresara, se resolvería la verdad.

Mirando a Karim con incredulidad y rabia, Sae comprende hasta dónde puede llegar la envidia y los celos. Las miradas de los guardias y el veredicto de Hakim lo han condenado por el momento, y solo el regreso de Shidou podría cambiar su destino. Su corazón late con incertidumbre y furia mientras se encuentra en el umbral de lo desconocido.

No puede ser que sus días de paz estén por acabar.

Sae es conducido hacia el calabozo con una indiferencia impactante por parte de los guardias que lo escoltan. A pesar de que él no tiene ninguna intención de escapar, se encuentra siendo tratado como un criminal peligroso. La sensación de estar siendo conducido hacia un destino desconocido y sombrío es abrumadora, y cada paso que da parece ser un paso más hacia lo desconocido.

La penumbra del pasillo por el que camina apenas es iluminada por el tenue resplandor de las lámparas de aceite que arden en las paredes. A medida que se adentra en las profundidades del palacio, el aire se vuelve más frío y la humedad del lugar cala sus ropas y su piel. Aunque ha estado en situaciones difíciles antes, esta es totalmente diferente. Sabe que su futuro está en juego y que la sombra de la condena cae cruelmente sobre él.

Finalmente, llegaron a su destino. La celda en la que será recluido es oscura y opresiva. La luz de las lámparas apenas logra penetrar la negrura, y Sae puede sentir cómo su corazón late con más inquietud. La celda está empapada de una humedad persistente, el aire esta impregnado con un olor a moho y desesperanza. Ratas corretean por los rincones, y los sonidos de sus movimientos se mezclan con el eco de sus propias respiraciones.

El frío se aferra a su cuerpo, calándole los huesos y envolviéndolo en un abrazo gélido. El Omega se encuentra temblando y se abraza a sí mismo en un intento de conservar algo de calor con su propia temperatura corporal. A pesar de la incomodidad y el desagrado de su entorno, la fatiga y el agotamiento pronto tomaron su peaje. La combinación de la tensión del día, la falta de sueño y el lugar inhóspito en el que se encuentra lo han vencido.

Cae rendido en uno de los rincones húmedos de la celda. La oscuridad y el silencio del lugar lo envuelven, y Sae finalmente se sume en un sueño lleno de pesadillas y ansiedad. Las horas pasaron con lentitud mientras yace en ese lugar inhóspito, sin que nadie le trajera cena o se preocupara por su bienestar.

La incomodidad, el frío y la inquietud se mezclaron en una mezcla tortuosa, se encuentra despertándose intermitentemente en medio de la noche, solo para ser devuelto a un sueño agitado. A medida que las horas pasan, la celda parece cerrarse aún más a su alrededor, y el sentido de aislamiento como también de desesperanza lo invaden.

La noche en el calabozo es larga y lúgubre, una experiencia que el Itoshi nunca olvidara. A pesar de que no tiene intención de huir, el hecho de estar encerrado en ese lugar oscuro y sucio deja una impresión duradera en su mente. La espera por el regreso de Shidou y la posibilidad de que se aclare su inocencia son lo único que lo mantienen aferrado a la esperanza en medio de la oscuridad.

(...)


Sae permanece en el calabozo durante lo que le parecieron interminables dos días. El tiempo se convierte en un concepto abstracto y confuso en ese lugar oscuro y sin ventanas, prácticamente fue perdiendo poco a poco la noción de esté. La falta de luz solar y la monotonía del lugar lo sumieron en una especie de trance en el que los minutos y las horas se entremezclaban en un flujo continuo y perturbador.

La celda en la que está recluido se ha convertido en su propio mundo de desesperación y aislamiento. La ausencia de un baño adecuado lo obliga a hacer sus necesidades fisiológicas en un rincón sucio y maloliente, añadiendo más humillación a su ya penosa situación. El calor del día lo sofoca, mientras que las noches son gélidas y lo dejan temblando de frío.

Las condiciones en las que se encuentra son tan deplorables. Las raciones de comida que le trajeron son escasas y de pésima calidad, apenas suficientes para calmar un poco el hambre que lo atormentan. Además, el acceso al agua está también muy limitado, lo que lo deja deshidratado y débil. La falta de higiene, la suciedad y el olor acre que impregna el aire se convirtieron en su compañía constante, sumándose a su sensación de degradación y abandono.

Durante esos dos días de confinamiento, sus pensamientos son su única compañía. Ha reflexionado bastante sobre su vida, sus decisiones y los giros inesperados que ha tomado su destino. La incertidumbre sobre su futuro y el miedo a lo desconocido lo consumen. Se pregunta una y otra vez si tendría alguna oportunidad de salir con vida de ese oscuro lugar, si Shidou realmente lo creería inocente o si preferiría creer las acusaciones del Omega Karim.

A medida que el tiempo pasa, sus pensamientos oscilan entre la esperanza y la desesperación. Se plantea los peores escenarios, imagina su cuerpo inerte en ese calabozo, olvidado por todos. Incluso se imagina pudriéndose ahi. La rabia y la ira también lo consumen, alimentando su deseo de venganza contra aquellos que lo han humillado, pisoteado y acusado falsamente.

A pesar de todo, Sae lucha por mantenerse mentalmente fuerte. La idea de la justicia y la verdad siguen siendo sus guías en medio de la oscuridad. A pesar de las condiciones adversas y la incertidumbre que lo rodean, se aferra a la esperanza de que su inocencia será demostrada y que encontraría la forma de enfrentar a quienes lo han difamado como traicionado.

Esos días en el calabozo han sido una prueba implacable de su resistencia física y mental. Ahora, mientras permanece sumido en sus pensamientos y en la espera angustiosa de lo que le deparará el futuro, el pelirrojo se encuentra en un estado de introspección y determinación. Está decidido a luchar por su verdad y por la oportunidad de reclamar su vida y su dignidad.

Ya no le importa lo que tenga que hacer, ya sea tarde o temprano, él se vengara de todos aquellos que lo han humillado.

Él no es solo una cara bonita.

Y para poder llevar a cabo su venganza, necesita poder. Un poder que todavía no tiene en ese lugar, en ese Palacio. Pero que verá la forma de conseguirlo o hacerse de las suyas.

(...)

13 Octubre


Ryusei y su madre regresaron al Palacio durante la noche, después de sus asuntos fuera de los muros de la imponente estructura. Mientras caminan por los majestuosos pasillos, su madre le cuenta sobre las reuniones que han tenido y las decisiones que han tomado. Shidou la escucha atentamente, compartiendo algunas opiniones y detalles sobre los asuntos que se han discutido.

A pesar de que en el tiempo actual todavía es difícil que la opinión de una Omega se tomada enserio como una decisión sobre el Estado, Ryusei si toma mucho en cuenta la de su amada madre.

Sin embargo, la conversación da un giro cuando ella menciona algo que llama especialmente su atención: la idea de que algunos concubinos quisieran preparar un baile en su honor. La idea lo hace sonreír y emocionarse, imaginando a aquellos jóvenes realizando un baile exclusivo para él como una muestra de gratitud y lealtad. En su mente, puede visualizar el evento, sentir la emoción y la admiración que lo rodeará.

—Creo que sería una experiencia emocionante.—admite Shidou, sin poder evitar que sus mejillas se tornaran un poco rojas. El solo pensamiento de ver al Omega pelirrojo, a Sae, bailando para él le causa un nerviosismo y una anticipación que no puede ignorar.

Mientras la conversación continúa y comparten detalles de lo que habían hecho en su ausencia, Shidou nota que ha llegado al interior del Palacio. Es entonces cuando su fiel seguidor quien estuvo a cargo temporalmente del Palacio durante su ausencia, Hakim, se acerca a ellos, interrumpiendo el flujo de su charla despreocupada. El semblante serio de Hakim como también su tono ciertamente preocupado inmediatamente alertaron al Alpha moreno.

La noticia sobre el intento de envenenamiento llena el aire de tensión y sorpresa. Las palabras de Hakim dejaron claro que la situación es grave, que uno de los concubinos ha sido acusado de conspirar contra él mediante el uso de veneno. Shidou frunce el ceño, preocupado por la gravedad del asunto.

—Hakim, ¿qué más sabes sobre esto?— pregunta el Emperador, su tono ahora más serio y directo. Quiere saber todos los detalles, entender cómo han llegado a tal conclusión y qué medidas se han tomado.

Hakim explica los acontecimientos con cautela, describiendo cómo han encontrado el veneno debajo de la cama del concubino en cuestión, y cómo este había sido encerrado en el calabozo durante un par de días. Shidou escucha con atención, procesando la información y sintiendo una mezcla de confusión como de gran preocupación.

—¿Quién es el concubino al que se le acusa?—pregunta finalmente, su mirada se clava en Hakim mientras espera la respuesta con cierta aprensión. Sabe que tiene que enfrentar la situación y tomar una decisión, pero necesita conocer todos los detalles antes de hacerlo.

La madre de Shidou, al darse cuenta de la gravedad del asunto y las implicaciones que tiene, decide retirarse a su habitación, afirmando que prefiere no saber más detalles que puedan causarle pesadillas. Su hijo asiente con comprensión, despidiéndose de ella y agradeciéndole por su tiempo como consejos. Hakim mostró mucho respeto hacia ella también, es la Omega con más autoridad en el Palacio, después de todo se trata de la madre del Emperador.

Una vez que estuvo solo con Hakim, la tensión en el ambiente es palpable. Shidou sabe que tiene que afrontar la situación y tomar decisiones, pero la incertidumbre y la preocupación nublan su mente. Se quedaron en silencio por un momento, como si ambos estuvieran buscando la manera de comenzar a abordar el tema.

Finalmente, Hakim rompe el silencio y revela el nombre del concubino que había sido acusado: Sae. La mención del nombre hizo que el corazón de Ryusei dé un vuelco en su pecho. Se queda sin habla por un momento, como si no pudiera procesar completamente lo que acaba de escuchar. Siente que el tiempo se detiene por un instante, mientras su mente intenta asimilar la información.

—Tienes que estar seguro de esto.— dice el Alpha, su voz temblorosa de incredulidad. Vuelve a preguntar, buscando una confirmación, una oportunidad para rechazar la posibilidad de que Sae estuviera involucrado en algo así.

Hakim asiente con seriedad.

—Sí, Su Majestad. Lo tenemos bajo custodia desde hace dos días. Hay un testigo que afirma haber visto a Sae colocando el frasco debajo de su cama.

La mezcla de emociones en el interior de Shidou es abrumadora. La rabia, la frustración y la tristeza se entrelazan, dejando una sensación de amargura en su boca. No puede creer que Sae esté implicado en algo tan oscuro y peligroso. Se niega a aceptarlo, se resiste a creer que el Omega al que ha comenzado a conocer y apreciar pueda estar detrás de un acto tan atroz.

Las feromonas de Shidou comienzan a filtrarse en el aire, cargándolo con un aroma picante y agrio. Es una manifestación de su irritación, furia y confusión de la lucha interna que está experimentando. Aunque Hakim no puede percibirlas al ser Beta, el ambiente en los pasillos se vuelve tan tenso y denso.

—Esto no puede ser verdad.— murmura el rubio, su voz cargada de frustración. Mira a Hakim con ojos oscuros y decididos.—Necesito hablar con él. Quiero verlo yo mismo.

Hakim asiente, comprendiendo la necesidad de Shidou de afrontar la situación directamente.

—Por supuesto, Su Majestad. Estábamos esperando su decisión antes de tomar otro tipo de medidas.

Ryusei respira hondo, intentando calmarse antes de enfrentarse a Sae. Sabe que tiene que mantener la mente abierta y escuchar todos los lados de la historia antes de tomar cualquier decisión. Pero su corazón se resiste a creer que el Omega en el que había comenzado a confiar e incluso encariñarse, pudiera traicionarlo de esta manera.

Sae no debe ser el culpable, ¿Verdad?








Palabras: 2,872
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Miercoles 06 de septiembre del 2023.
Fandom: Blue Lock.
Nota del escritor:
Siendo sinceros, al principio pensaba escribir que Sae pasará cuatro o cinco días en el calabozo, para más sufrimiento.
¿próxima actualización? Trataré de subir capítulo sábado o esté domingo, cualquiera de estos días. 
Si no se han dado cuenta, está historia va para largo, o sea, que muy posiblemente tenga mucho más de 20 capítulos.
En fin, nos vemos~

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