Holaaa chicos, este es un nuevo fic de mi ship favorita katsudeku!!!pero, no es de mi autoria si no de un gran amigo mio quien me dio su autorización para poder compartirles su majestuosa obra!! lo mejor de todo es, que si todo sale bien, la actualización sera semanal! :D sin mas les dejo a su merced esta preciosa historia !! yo me morí enserio.. me morí cuando la leí... 

posdata: El no tiene cuenta en wattpadd, por ello seré yo su mediadora entre esta gran historia y ustedes, las palabras de objetos animales o cosas marcadas con un * tendrán su definición escrita al final del capitulo!. que lo disfruten!!! 

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Ramé

Prefacio
Como un deseo o capricho él llego a mí, arrastrando tormentas con los ojos y escupiendo truenos con sus palabras. Sea la mala suerte o el desastre lo que nos atrajo, no me dejaría ir. Sus ojos en mí en todo momento, su corazón en mí en todo momento.

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Capítulo 1
Eterna noche

Se quedó mirando el sol alzarse sobre su reino, de pie en la parte más alta del alminar, el viento ondeaba su caftán* dejando ver su pecho donde la luz parecía reflejarse sobre su piel cobriza. Junto las cejas de tal forma que parecían arrugas entre ellas, siempre hacía el mismo gesto cuando algo lo molestaba, lo que era casi todo el tiempo.

El ruido de la gente iniciando el día fue en aumento con el pasar del tiempo y no apartó la mirada del mar de arena  que se extendía alrededor de las altas murallas de piedra, parecía buscar algo entre las dunas. Desde el inicio de su llegada al reino de Shams*, él ahora sultán Katsuki, caminaba por las calles vistiendo con simpleza, odiaba estar encerrado y quieto.

La gente se arrodillaba y lo alababa pues no era normal que un alfa se mostrara de esa manera, pero con el paso de los años todos se fueron acostumbrando a ver al sultán dando paseos.
Sus hermanos mayores preocupados por la distante actitud intuían que se debía a la falta de un omega en celo en su vida, enviaron a varios y hermosos omegas dispuestos a complacerlo, pero rechazo a cada uno de ellos.
El sultán Katsuki tenía cosas más importantes en mente como una latente escases de alimentos y  falta de lluvias.
               
—¿Has escuchado los rumores?— Una voz atrajo la atención de Katsuki, deteniéndose detrás de un muro de piedra y echó una mirada furtiva, dos hombres conversaban en uno de los tantos mercados de la zona.
Las marcas sobre sus brazos indicaban que ambos solo eran betas.
Al nacer todos cargaban una marca en el brazo derecho identificado su clase social.
               
—¿Sobre qué?— Preguntó otro de ellos acomodando la fruta

—¡Sobre el reino de la luna!— El vendedor sonrió con burla.

—¿Tú también crees en esas tonterías? Son solo cuentos de niños—

— Pues un mercenario que conocí me contó que ese reino esta a 10 km al oeste, oculto bajo una tormenta de arena en una noche que nunca termina—

El mercader alzó una ceja y solo negó con la cabeza — No deberías creer todo lo que se te dicen ¿Además a quién le importa un reino como ese?—

El hombre sonrió
—Se dice que ellos tienen jardines llenos con deliciosas frutas y fuentes de las que siempre brota agua, pero solo puedes entrar de noche durante luna menguante— El hombre hizo una pausa, Katsuki miró muy atento
– Y lo más importante se dice que los habitantes son la gente más hermosa del mundo—

—Sabía que tu interés solo podía ser sexual— el mercader exhalo y continuó apilando la fruta.

—¡Katsuki!— Un chico saltó colgándose del cuello del sultán
—¿Otra vez espiando personas?— dijo el joven de mirada escarlata.
               
—¡Kirishima! ¡Bastardo!— Katsuki lo empujo lejos  —Cuantas veces debo repetirte que me llames sultán—

—¡Entendido! ¡Katsuki!— Kirishima  saludo llevándose la mano a la frente extendiendo el dedo medio e índice como señal tradicional de respeto.

El sultán rodó los ojos, ambos se conocían desde niños. Kirishima fue asignado como un guardia personal de Katsuki, ambos eran alfas, pero de diferente rango espiritual pues si Katsuki quisiera, podría someter a Kirishima con el mandato de su voz. Recibieron duros entrenamientos de combate armado y cuerpo a cuerpo. Además de sus dones, considerados bendiciones dados por el mismo dios del sol.

El lorigón* de Kirishima refulgía bajo la luz, Katsuki no entendía por qué insistía en llevar esos molestos uniformes militares siendo el capaz de endurecer su piel volviéndola más resistente y rígida que cualquier armadura.

Caminando por el callejón empedrado, los pies descalzos de Katsuki producían un eco en los muros acompañados por los sonidos metálicos de las mayas en el uniforme de Kirishima.

—¿Pensaste en algo?— Preguntó Kirishima en un tono más serio, Katsuki asintió — Buscaré el reino de la luna— respondió firme.
               
—¿Estas bromeando?— Kirishima se detuvo y alzó una ceja —Ni yo soy tan estúpido para creer en basura como esa—dijo incrédulo.

Katsuki estrello su puño en la mejilla de Kirishima quien apenas parecía haber sentido el golpe.
               
—¡No me compares con escoria como tú! — Moviéndose otra vez, Katsuki se cruzó de brazos
— Mi padre ocultaba armaduras que irradiaban una extraña luz durante la noche, con grabados de una luna menguante— 
               
Kirishima abrió los ojos muy amplios
—¡Tú nunca me habías contado sobre eso!— renegó.
               
—No era relevante—
               
— Aun si es verdad ¿Cómo transportaremos los recursos?— preguntó Kirishima.
               
— No lo sé— Respondió Katsuki.

— ¿Y si se niegan a comerciar?—

Katsuki se quedó estático y alzó el puño el cuál fue cubierto por un fuego de color rojo muy intenso.
               
—Los conquistaremos— Respondió con una alargada sonrisa que emanaba determinación.

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Una figura oculta por un largo manto negro permanencia sentada en el pasto verde del sahn. Su reflejo se distorsionaba en el agua del howz*.

Únicamente sus manos eran visibles, tan pálidas, como algo espectral.
El cielo carecía de estrellas, sólo un profundo y abismal oscuro cubría las alturas.
Las estructuras de piedra lisa parecían emanar luz propia, cubriendo las plantas y flores con una tenue aura blanquecina.
               
— Yami— Dijo el encapuchado, su voz fluyo suave. Su manto negro se meció y la oscuridad parecía evaporarse en un humo que se arremolinaba en lo alto, el manto ahora era de un color blanco y puro como las manos que sobresalían de él.

El humo parecía volverse sólido y fue moldeándose hasta tomar una forma humana que permanecía arrodillada frente al encapuchado.

— Sí, mi príncipe— La voz de Yami carecía de cualquier emoción.
         
— Pronto habrá luna menguante— Dijo el príncipe mirando hacia el vacío.

— ¿Podrías buscar más flores de plata para mí?, Por favor— dijo el joven con una voz tranquila apenas audible.
               
—Escucho y obedezco— Dijo Yami con una reverencia, volvió a su estado de humo y se elevó muy en lo alto perdiéndose de vista en el oscuro cielo.
               
El príncipe continúo mirando los pececillos que nadaban en el howz.

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En el gigantesco sahn del palacio Katsuki miraba al cielo cubierto de estrellas y más importante aún, la luna menguante.
               
—¿Estás seguro de esto?— Preguntó Kirishima, El sultán asintió.

Kirishima tomó una gran bocanada de aire y luego llevó el dedo pulgar e índice a las comisuras de la boca para luego exhalar, produciendo un sonido que solo los animales podrían escuchar.
Un ruido de alas batiéndose se escuchó cada vez más cerca, intensas ráfagas de aire revolvieron el cabello de los dos.

Un águila descomunal de plumaje blanco bajo hasta el sahn.
               
— Aun no entiendo como tu familia se las arregla para domesticar a los Rocs*— Dijo Kirishima, Con una señal de Katsuki el ave extendió su ala para poder subir por ella. Comparado con el tamaño de aquel animal, ellos no eran más que hormigas.
               
— Volveré al amanecer— Dijo Katsuki, su guardia sólo hizo una reverencia.

El águila despegó hacia el cielo nocturno, Katsuki se recostó viendo el firmamento.
En algún punto del viaje el Roc chilló, Katsuki se puso en pie de un salto, pero no veía nada más que dunas azules.
               
—Muéstrame lo que vez— se inclinó colocando su palma sobre el plumaje del ave el cual emitió una luz dorada en la zona alrededor de su palma.
Las pupilas de Katsuki se dilataron tanto que sus ojos eran de un total negro.
Viendo a través de los ojos del águila logró mirar una espesa columna de humo negro volando a gran velocidad a 200 kilómetros de distancia.

La observó por diez minutos sin perderle de vista y vio como aquella masa oscura se sumergía en la parte más alta dentro de un domo de arena, la cual giraba a una velocidad alarmante. Una sonrisa se extendió por la boca de Katsuki.
               
—Vuela hacia esa dirección— Ordenó , el águila extendió sus alas y las agitó tomando impulso. No le tomó mucho hasta estar encima del domo.

El sonido de la arena agitándose era ensordecedor, ser golpeado por la fuerza a la que la arena se movía sería una muerte instantánea, pero había algo distinto en la parte más alta, parecía estática, Katsuki había tomado su decisión.
De su pantalón saco un papiro* que enrollo en las plumas del Roc.
               
—Regresa y lleva esto— Dijo y el águila chillo como forma de asentimiento.

Sin más Katsuki saltó sosteniendo la respiración perdiéndose entre el manto de polvo azul.
               
La oscuridad cubría todo ya había estado cayendo por más de cinco minutos y se había preguntado qué tan grande era ese lugar, de un momento a otro la oscuridad fue tomando un tono azulado y blanco hasta que toda una ciudad que resplandecía con el mismo fulgor de la luna estaba aún muy abajo a sus pies.

Una de las torres más altas tenía el mismo grabado que las armaduras de su padre. Katsuki sonrió, había encontrado la ciudad de la luna.

Tomó su caftán, que había sido diseñado con una tela especial,  juntando las cuatro esquinas y este se inflo como un globo, aun así seguía cayendo a gran velocidad.

Exhalo una llamarada desde su boca y atrapando el aire caliente su velocidad fue reduciéndose hasta ser muy lenta.

Aterrizo en medio de una calle empedrada y al levantar la mirada pudo ver miradas de miedo.

Giró la cabeza en varias direcciones y todos compartían los mismos rasgos, Cabello muy oscuro y piel lechosa.

Intentó ver de dónde provenía la luz, él no conocía ningún fuego capaz de producir ese resplandor. Pero no encontró ningún tipo de antorcha o lámpara.

               
Un sonido metálico hizo eco y pronto se vio rodeado por soldados en armaduras blancas, apuntándolo con lanzas que terminaba en punta hecha de diamante.
               
— ¡Alto!-Gritó un guardia —¡El rey exige  tu presencia!-
             
Katsuki sonreía, le habían ahorrado el trabajo de buscar al rey.
Lo escoltaron sin romper la formación siempre con las lanzas apuntando en su espalda.
Estudio cada detalle, las personas tenían una marca de clase, pero a diferencia de su gente que llevaba la marca en el brazo derecho, estas otras personas lo tenían en el brazo izquierdo, todos eran betas y con toda seguridad sabía que los guardias también lo eran por su aroma.

Vio hacia arriba, para encontrar un abismo profundo, no le tomó más tiempo entender que la iluminación provenía de las piedras, la mayor parte de las edificaciones estaba echas con el mismo tipo de material.
El musgo crecía aferrado a las piedras y las calles eran adornadas con árboles de fruta madura como las que aquel hombre había contado.

Las personas murmuraban entre sí, para ellos ver a un chico de cabello rubio y piel cobriza era totalmente increíble.

Unas murallas se alzaban y un arco de piedra sin puertas dejaba ver un jardín con plantas desconocidas para él.

Más allá estaba el palacio, desvió la mirada hacia el howz, una figura envuelta en telas negras parecía mirarse en el reflejo del agua. Por el tipo de vestimenta lo más probable es que se tratara de alguna doncella, le parecía inquietante que no pudiera distinguir su aroma. En su cuello vio un zafiro colgando.
               

— Así que es omega— Pensó Katsuki, pues aquellos collares suprimían totalmente el aroma de los omegas, para evitar perturbar a los alfas durante sus días de celo.

Las puertas eran adornadas con plantas entrelazadas esculpidas de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
Se abrieron de par en par revelando los corredores, aunque todo seguía siendo de la misma piedra fluorescente.

Fue guiado hasta la madrasa* dónde estaba el sultán de ese reino.

Al fondo había dos altos tronos de plata, el suelo tenía patrones grabados de flores simétricas, sobre los muros había una serie de iwanes* dónde había pedestales con jarrones de ornato y en el centro una fuente de la que brotaban chorros de agua prístina.

Los guardias se agruparon frente a él formando una barrera.
               
El sultán y la sultana vestían lujosos trajes de pieles y varias joyas, aun así dejando ver con claridad en sus brazos la marca de su clase, ambos eran alfas.
               
—Tú ...—Dijo el sultán con desprecio.

— ¿Qué hace uno de los tres sultanes aquí?, Un asqueroso hijo del sol manchando mi reino— reprochó el sultán de esas tierras.
               
Tres chicos se aposaron a los costados del sultán y la figura encapuchada que había visto en el jardín momentos atrás, se colocó a un lado de la sultana, pero a una distancia mayor.

— Con que son los hijos— Pensó Katsuki quién alargo una descarada sonrisa.

— He venido por su agua y como soy generoso les daré algo a cambio. — dijo Katsuki.

— ¿Un trueque?—  Escupió el Sultán
—¿En verdad piensas que negociare con escoria como tú?—
               
— No... — Respondió Katsuki con alegría.

— Esperaba que se negaran y lo volvieran divertido para mí— sonrió confiado para después enfriar su rostro clavando la mirada sobre todos ellos.
               
— Arrodíllense— Las palabras de Katsuki se clavaron en cada uno de los presentes, los guardias y los sultanes con movimientos forzados inclinaron la cabeza contra el suelo dejando en sus rostros muecas de completo horror.
eran los efectos del temible poder del mandado de la voz Alfa de Katsuki. capaz de someter incluso a otros Alfas.

             
—Tú ...— Dijo el sultán con una ferviente ira.
               
— Silencio... — Ordenó Katsuki y el sultán mordió su lengua haciéndola sangrar.

Katsuki estaba complacido, su pueblo ahora estaría a salvo, pero al observar al frente se percató de que la figura envuelta en telas negras seguía en pie.
               
—¡Arrodíllate!— Todos parecían tensarse aún más, pero aquella figura se mantenía en pie de forma indiferente.
               
— ¿Qué demonios eres tú?—  Katsuki chasqueo la lengua y cruzó la sala plantándose firme delante de aquel extraño que se resistía a su mandato.

Arrebató de un tirón las telas que cubrían su rostro y dio un paso hacia atrás.

El cabello blanco con matices purpuras y verdes bailó frente a él, los ojos del chico eran de un tono plateado y su piel era incluso más pálida que las personas del reino, en su pálido rostro lograban observarse tenues pecas apenas visibles.

— ¿Esto es un alfa?— Pensó Katsuki, necesitaba saber que era ese chico no había ningún Alfa, omega o beta que pudiese resistir a su mandato, el chico solo seguía con la mirada en el suelo, como si nada pasara, Katsuki tomó el brazo izquierdo del joven, y lo descubrió.

—¿Qué demonios significa esto?— Una marca que no correspondía a ninguna de las clases sociales estaba en su brazo.

— ¿Qué carajo eres tú?— dijo confundido y a la vez molesto.

En su piel blanca era muy visible un sonrojo, Katsuki quedó atrapado por una fracción de segundo en la mirada llorosa del chico soltándolo y girándose para evitar sus ojos.
 
—¿Qué fue eso?— se preguntó Katsuki para sus adentros, había encontrado lo que buscaba y algo que nuca esperaba encontrar.

Continuará.

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DEFINICIONES: 

Shams: Reino ficticio que forma parte de los tres reinos del dios del sol, y de los cuales Katsuki es el sultán (rey, líder o como gusten decirle).

Caftán:  Prenda árabe estilo gabardina con mangas holgadas y tela suelta que normalmente cubre hasta los tobillos o un poco arriba, puede usarse abierto o cerrado, en el caso katsuki lo utiliza abierto sin nada abajo mas que su pantalón. 

Lorigón: Especie de malla de metal que se utilizaba como protección formando parte del uniforme militar de los miembros de la guardia del reino.

Howz: Estilo de fuente hecha de un grupo de ejes simétricos posicionado centralmente . Si se encuentra en una casa tradicional o patio privado, se utiliza para bañarse, estética o ambos.

Sahn: es un gran patio en la arquitectura islamica. La mayoría de las casas tradicionales tienen un gran sahn central, que está rodeado por pórticos en todos los lados. En el diseño tradicional islámico, las y los barrios pueden tener sahn privado.

Roc/Rocs: El Roc es una ave legendaria de tamaño descomunal popular en la mitología de medio oriente, normalmente su apariencia asemeja a la las águilas.

Iwan: es un elemento arquitectónico que consiste en un gran porche bajo un arco, una sala o espacio rectangular, generalmente abovedado, cerrado por muros en tres de sus lados, estando el otro completamente abierto,generalmente está decorado con bandas, azulejos vidriados y diseños geométricos. 

Madrasa: En idioma árabe , la palabra madrasa tiene el mismo significado que escuela en español, aplicándose indistintamente a instituciones públicas, privadas, primarias, secundarias, musulmanas o seculares. en este caso se refiere al palacio en el que se encontraba el sultán de la ciudad de la luna.

Papiro: es el nombre que recibe el soporte de escritura elaborado a partir de una hierba acuática muy común en el río Nilo en Egipto y en algunos lugares de la cuenca mediterránea.

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Bueno esto seria todo por el momento, ¿les gusto?, se viene lo bueno!! este omegaverse esta fuera de lo convencional!!! ya pronto sabrán el por que 7v7 por cierto si... por si no se dieron cuenta, el chico pálido que no obedecía era Deku, solo que con cabello blanco y ojos mas claros, ya sabrán mas adelante el por que luce de esa manera mauajajaj!!!! 

si les gusto compartanlo para que autor se sienta mas motivado a seguir :D debemos hacerle saber que tiene talento!!! haha díganme que les parecio :) besoos y nos vemos la próxima semana!!!