Capítulo 55°: Horizonte de eventos
Horizonte de eventos
El universo no solo tiene una historia, sino cualquier historia posible.
—Stephen Hawking
Aún no es medianoche.
Jin juega con mis manos cerca de su rostro mientras deja pequeños besos en cada dedo, deteniéndose unos segundos donde la argolla de promesa de plata brilla con la tenue luz de las luces de deseos en la cómoda.
Mi cuerpo ha dejado de estremecerse por fin y ambos lucimos destrozados y sin aliento, pero al parecer ninguno de los dos tiene realmente sueño, así que gastamos los segundos en respirar profundo, mirarnos y reírnos de cualquier cosa que diga el otro.
Nuestras conversaciones no suelen tener demasiado sentido.
Jin se ha cubierto casi por completo con la sabana, dejando solo un pequeño trozo para mí que apenas alcanza a cubrirme debajo de las caderas, sin embargo, no es como que alguno de los dos nos importe realmente estar cubiertos, es porque, por las noches, él siente mucho frío.
Y es porque aun no puede acostumbrar su cuerpo a la temperatura de la tierra desde que perdió todo el calor gigantesco de su energía como ente celestial.
Por eso no dejo de abrazarle por las noches para dormir.
Los labios de mi estrella se sienten húmedos en su camino por la piel de mis dedos, dejando rastros de escalofríos por su paso y cuando sus ojos se abren y me enfocan en la penumbra, hay un horizonte profundo en ese océano que parece hundirme hasta el fondo.
Jin sonríe con sospecha —¿Qué es?
—¿Hmm?
—Tu mirada. Parece que quisieras decirme algo.
Mi mano viaja hasta su cabello, peinando hacia atrás con mis dedos las hebras plateadas que se cruzaban en el camino de sus ojos —Estoy solo pensando.
—¿Acerca de qué?
Niego despacio. Mi voz es ronca y baja —Es tarde, deberíamos dormir.
La sonrisa de Jin desaparece un poco y me mira con intención, recorriendo mi rostro como si intentara decodificar mis hondas cerebrales para adivinar mis pensamientos.
Él siempre hace eso, analizando todo para buscar una respuesta.
Pequeña cosa inteligente.
—Lo que dijiste más temprano —murmura, y su voz en la noche es como una caricia de seda sobre mi rostro —Es sobre las dos tareas que hacen falta ¿No es así? Sobre el tiempo que nos queda.
Mi sonrisa es un poco más pequeña que la suya y tengo miedo de que él pueda escuchar lo fuertes que son los latidos de mi corazón.
Bufo —Siempre haces eso, como si leyeras a través de mí. Pensé que habíamos determinado que no soy predecible.
Tomándome por sorpresa, Jin estalla en una risa —Uh-Uh señor Min, que yo recuerde, usted perdió esa apuesta, y ahora que lo pienso...nunca efectué mi pago por esa victoria.
Siento mi rostro enrojecer —Ni siquiera necesitas ese pago, puedes pedirme lo que quieras e igual lo voy a hacer.
Su sonrisa se vuelve cálida, como un rayo de luz iluminando la habitación. Jin se retuerce debajo de las sabanas hasta que logra acurrucarse debajo de mi barbilla, escondiéndose en mi cuello y dejándome abrazarlo como una pequeña oruga.
—Entonces, habla conmigo, Gi —su respiración se mezcla en mi piel y puedo sentir sus pestañas moviéndose mientras parpadea —¿Es porque crees que el tiempo se nos acabará antes de que podamos cumplir las tareas? ¿Es por eso...?
Él se queda en silencio un poco más y yo no digo nada, entonces suspira —La proposición... ¿Fue por eso? ¿Porque crees que luego no tendremos tiempo?
Como siempre, sus palabras atraviesan mi capa protectora que con el pasar del tiempo es mucho más delgada cada vez. Suspiro, cerrando mis ojos y apretándolo más contra mí.
Asiento, pero no digo nada.
Jin deja un pequeño beso en mi clavícula al lado del lugar donde el colgante cae —Tendremos mucho tiempo, Gi. Planear una boda lleva tiempo, yo quiero muchas cosas, que sea todo muy escandaloso y extravagante.
Sonrío, intentando calmar los latidos de mi pecho y la picazón en mis ojos —Nuestros amigos no son callados. Te aseguro que seremos muy escandalosos.
Siento que Jin se acerca imposiblemente más a mi cuerpo antes de soltar un suspiro, y sé que han pasado solo algunos minutos antes de que vuelva a hablar en un murmullo calmo y sin prisa —Pienso mucho sobre el futuro.
—¿Tu futuro?
—Hmm. El nuestro. Pienso en lo que haré cuando pueda ser un humano por completo. También pienso en cómo podemos crecer juntos, y envejecer, y todos los planes que tenemos y sobre todo lo que me has ayudado a descubrir que quiero. Antes no podía saberlo porque no conocía el mundo, y tú nunca me dijiste lo que debería querer. Me hiciste preguntas. Yo nunca me había hecho preguntas...Por eso pienso que me quedaré mucho tiempo. Porque tengo muchos planes y el universo siempre te da la oportunidad de cumplirlos. Si son muchos, tendrás mucho tiempo, es tu decisión si lo desperdicias, por eso sé que tendremos tanto.
En el silencio de la noche, ambos nos quedamos quietos por algunos segundos y, a pesar de que nuestras respiraciones son suaves, ninguno de los dos está dormido.
El reloj de la sala hace un pequeño ruido.
Ya es medianoche.
Estoy preparado para cerrar mis ojos por este día cuando Jin se sienta de repente en la oscuridad con la resolución brillando en sus ojos y las cejas fruncidas, mirándome fijamente.
—Uh... ¿Jin?
—¡Hagámoslo ahora!
—¿Eh? Pero si lo acabamos de hacer.
—¡Gi! ¡No hablo de eso! —Jin me lanza su almohada a la cara mientras me río, dejándola de lado luego de recibir el golpe. Cuando me incorporo, Jin ya se ha estirado y tomado el frasco de deseos entre sus manos —Hablo de las tareas que faltan.
—¿Ahora?
Es medianoche y en siete horas debemos estar tomando rumbo al trabajo, sin embargo, a ninguno de los dos parece importarnos mucho.
Jin está asintiendo —La cuarta tarea es encontrar el lazo original de Hyo-Joo noona ¿Verdad? Y la quinta es destruir ese lazo por una ley de causalidad, es decir que una cosa no puede entrar en contradicción a su naturaleza.
—Eso quiere decir que si encontramos el lazo original de Hyo este debe restaurarse por naturaleza ¿Me equivoco?
Jin asiente, más despacio esta vez —Eso nos dice dos cosas. La primera es que tenemos posibilidad de destruir el lazo ¿Cierto?. Como no estamos seguros, es una probabilidad 50/50 que es más de lo que tenemos ahora. La segunda, que es posiblemente lo más importante, es que Hyo noona no conoce al otro extremos de su lazo original o, por defecto, aun si se hubiesen conocido, entonces no han tenido contacto físico.
—Lo cual nos reduce nuestro campo de acción a básicamente casi toda la población de la tierra.
Jin se ríe, sosteniendo con más fuerza el frasco contra su pecho desnudo —No suele suceder que el otro extremos del lazo esté fuera del alcance, debe ser alguien que pueda conocer —Jin suspira, mirando hacia el techo antes de bajar la mirada hacia mí nuevamente —Siguiendo la ley de causalidad, si yo fuese un humano completamente vivo, sería nuestro lazo el cual habría seguido su rumbo natural al conocernos y tener contacto físico, apareciendo las marcas de unión, por lo tanto, tu lazo con Hyo se habría roto porque según la restricción universal, un humano no puede tener dos lazos, así que ella habría recuperado su lazo original. Esto nos dice otra cosa.
—¿Qué cosa?
El rostro de mi estrella se vuelve solemne —Con estas premisas, de cualquier manera, el lazo habría seguido su camino de forma natural, hay muy poca probabilidad de que, en todos estos años, no haya conocido al otro extremo del lazo, si estás destinado a conocerte...te conocerás. Entonces, la otra cosa que me dice esto es que debe haber otra razón por la cual el lazo no se ha destruido además del requisito de conocerse y tener contacto.
—Quizá sea el hecho de que si ella reconstruye el lazo con la otra persona yo me habría quedado sin un lazo.
—No tiene sentido, porque por la misma razón la otra persona no tiene un lazo actualmente... a menos de que sí lo tenga y esto sería una cadena interminable de lazos erróneos. El universo entraría en un caos que no encontraría equilibrio, así no funciona, entonces debe haber alguien sin lazo porque el daño sería menor.
—Eso es cruel.
Jin se queda callado y abre la boca para hablar y la cierra varias veces, su expresión se vuelve fría —El universo no es un paseo en el campo, Gi. Es más como un paseo en un campo minado. Pero, en realidad hay otra razón.
—¿Cuál?
Jin cierra los ojos —Esa es imposible. El universo no me daría una tarea que no pueda cumplir.
Él comienza a negar con el ceño fruncido —¿Jin? ¿Cuál es la otra razón?
Deteniéndose, él me mira, de repente sus ojos se llenan de preocupación —Que, al igual que yo...él otro extremo del lazo haya muerto. Entonces esta tarea sería imposible.
★★★
Al caer.
Fue al caer.
Supe que el universo tenía un plan y que siempre lo había tenido. El problema de ese plan es que estaba basado en hipótesis.
No se puede desear retroceder el tiempo ni se puede desear que una muerte sea detenida, tampoco se puede desear revivir a una persona. Siempre lo supe.
El universo generó hipótesis entonces, millones de escenarios en los que no había muerto y en los que sí lo había hecho, con base a los sucesos repetitivos elaboró la hipótesis más acertada y de allí surgieron mis tareas, representando el escenario hipotético que se asemejara lo más posible a una línea de tiempo en la que no moría, así me dejaría volver. Eso lo sabía también.
Pero, lo que nunca supe fue si esas hipótesis podrían convertirse a la práctica.
Si este experimento era viable.
Fue cuando pensé en el horizonte de eventos como opción alterna.
—El horizonte de eventos desde la relatividad general no aplica aquí, pero fue cuando se me ocurrió mi segundo plan b.
—¿Segundo?
—Dejar los deseos para ti siempre fue mi plan B, desde la primera vez, pero utilizar las luces para un deseo en especifico se me ocurrió mientras caía por última vez —Yoongi se acomoda frente a mí, escuchando mi explicación con el rostro totalmente serio y concentrado.
El horizonte de eventos era considerado el punto sin retorno en el límite de una singularidad en donde, luego de atravesarse, nada, ni siquiera la luz, podía escapar de allí.
Es una frontera espaciotemporal.
—Se dice que aquello que sucede dentro del horizonte de eventos no puede influenciar al observador del lado opuesto. Sin embargo, no es algo equitativamente proporcional. El horizonte divide en dos las regiones espacio-temporales, si suponemos -y esto es totalmente una extrapolación- que la primera región es una realidad en la que yo no he muerto y todos los lazos están correctamente alineados, y la segunda región es una realidad en la que sí lo he hecho, es decir, esta, aquello que pase en la segunda región no puede afectar a la primera, pero los eventos de la primera pueden llegar hasta un observador dentro de la segunda y, generalmente, afectarla —suspiro —Solo estoy mencionando esto a grandes rasgos porque el punto aquí no es el horizonte de eventos sino la posibilidad que surgió de ello.
Yoongi tiene el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho, pareciendo analizar lo que he dicho con total calma. Pasan pocos minutos antes de que Gi tome aliento con fuerza y hable, observando el frasco de deseos —Quieres crear un horizonte de eventos hipotético.
Asiento —La singularidad sería una realidad hipotética —sonrío —Las preguntas hipotéticas dan respuestas hipotéticas, y justo ahora, es lo más cercano a una solución que tenemos. No puedes desear saber quién es el lazo de Hyo noona porque estas luces están ligadas a tus deseos, no puedes pedir acerca de otra persona, pero inmiscuirnos en una de las tantas realidades hipotéticas que el universo creó para asignar mis tareas, es totalmente posible. Si bien no podemos afectar esta realidad y mucho menos la otra "realidad", podremos observar y obtener respuestas.
La habitación se queda en silencio alrededor de 31,83 segundos hasta que Yoongi se lleva las manos a la frente, lanzándose de espaldas a la cama y quedándose totalmente quieto con su mirada en el techo.
Él cierra los ojos y toma aire con profundidad mientras yo me arrastro de nuevo a su lado, apoyando mi cabeza en su brazo y sosteniendo el frasco contra mi pecho.
Mi mirada recorre los rasgos de su rostro y me quedo totalmente quieto, esperando su respuesta cuando veo sus pestañas removerse antes de que abra los ojos.
—Está bien, ¿Cómo haremos esto?
Sonríe, como solo él puede sonreír, enviando corrientazos de esperanza a mi espina dorsal.
Los deseos hipotéticos de esta magnitud consumen mucha energía, probablemente toda o la mayoría de la que está encapsulada en el frasco de deseos. Así, dándonos un máximo de seis horas, nos deja acceder como observadores de la realidad hipotética a la que Yoongi desee ir, permitiéndonos explorarla y, quizá... quizá... encontrar las pistas suficientes que nos lleven a encontrar a la persona de Hyo noona.
Yoongi y yo tardamos algunos minutos en determinar qué es lo que buscamos y cómo, tal vez, podremos encontrarlo con mayor facilidad, y en eso se nos va parte de la hora.
—¿Estamos realmente dispuestos a perder el sueño de este día? —Pregunto con una sonrisa, una de mis manos alrededor de la tapa del frasco mientras observo a Yoongi a los ojos.
Mi humano. ¿Hace cuanto ya no lo veo de esa manera? Ahora es Yoongi. Solo Yoongi. Mi Yoongi.
Él bufa como diciendo: ¿Quién dijo sueño?. Así que yo sonrío también, tomando aire con fuerza antes de continuar.
—Bien, entonces...tienes que desear ir a un momento en específico y a un lugar en específico. Ese puede ser un inconveniente porque no tenemos idea de cómo sea la otra realidad.
Yoongi asiente. Nos hemos puesto ropa de estar en casa y él ha gastado algunos segundos en mirar las marcas rojizas en su abdomen con una sonrisa socarrona —Eres salvaje, ¿Te lo han dicho?
—No tienes derecho a juzgarme, ningún derecho.
Él ríe mientras gira por la habitación, acomodando su ropa en lo que se inclina sobre su escritorio, buscando algo por algunos segundos hasta que regresa a mí, sosteniendo una pequeña fotografía. En ella solo está él y parece ser en la azotea de un edificio, su cabello es negro y está casi tan largo como ahora.
Es la última foto que hemos traído de la casa de los Jeon y cuyo origen aún desconocemos y es posible que nunca sepamos con certeza de su procedencia.
—Es de diciembre. No dice el año, pero estoy seguro de que es...este año y puedo reconocer la azotea de ese edificio con facilidad —suspira, señalando su mano en la foto y mirándola con intensión. Mi mirada, por su parte, también se enfoca, y parece como si algo estuviera fuera de lugar.
—Es ¿Es ese un anillo? No lo había visto antes.
—Yo tampoco. Lo descubrí poco después de haber comprado los nuestros. Estoy casi seguro de que antes no estaba en la foto.
—Ni siquiera sé si deba sorprenderme.
La primera región puede ser afectada por la segunda.
Sonrío, haciendo fricción en el frasco para abrirlo.
—Muy bien, señor Min, pida un deseo.
Cuando las palabras de Yoongi salen, como agua fluida en un lago calmo, la energía en mis manos comienza a revolotear con fuerza, como si estas fuesen el agua turbulenta, y del frasco abierto no es una luz la que flota en el aire, parece que fuesen cientos, vibrando e iluminando la pequeña habitación y rodeando nuestros cuerpos cada vez más juntos, con más claridad, con más luminosidad.
—¡Gi, cierra los ojos!
Llego hasta él, casi dejando caer el frasco, colocando una de mis manos sobre sus ojos mientras cierro los míos.
Bajo nuestros pies, parece que el suelo temblara y se resquebrajara, como un terremoto acompañado de muchas replicas simultaneas, sin descanso.
La luz intensa hace que mis parpados se vean anaranjados, más oscuros entre más aprieto los ojos y siento las pestañas de Yoongi haciendo cosquillas en mi palma, su respiración agitada y el mundo moviéndose a demasiada velocidad.
Solo tenemos seis horas.
Parece que dejamos de tocar el suelo con nuestros pies, como si estuviéramos a millones de metros de distancia de la tierra y 2,93 segundos después, estamos cayendo.
—¡Jin!
Odio caer.
★★★
Araño el aire con los dedos y mis piernas parecen suspendidas sin fuerza, sin encontrar donde apoyarlas y dificultando mi respiración. Solo puedo sentir la palma de Jin sobre mis ojos, pero por más que me extiendo no puedo llegar a él.
—¡Jin!
No hay respuesta, y la cálida caricia sobre mis ojos desaparece, haciendo que la luz se refleje en mis parpados. Ni siquiera tengo tiempo de gritar cuando mi trasero golpea con fuerza el suelo frío.
—¡Ow!
—¿Jin?
—¡Aquí! ¡Aquí!
Abro los ojos y el resplandor del sol me ciega por algunos segundos. Me duelen las palmas de las manos y la cadera donde alcancé a golpearme con la caída.
Parpadeo algunas veces y no puedo reconocer nada a simple vista cuando giro y veo una sombra que se acerca con lentitud —¿Te hiciste daño?
Niego, mis ojos aun arden mientras los cierro y los abro varias veces. Jin me ayuda a ponerme de pie y mi vista se va aclarando. Su rostro está cerca del mío y está sonriendo con pena—Se supone que es como un sueño así que no debíamos sentir dolor.
No hay viento y no hay ruido a nuestro alrededor —¿Eso qué significa?
—Significa que tenemos que tener cuidado.
Su voz es baja y una de sus manos está en mi rostro como revisando que haya tenido cuidado y no haya caído sobre mi nariz, mientras la otra aún sostiene el frasco de deseos, es en ese momento cuando veo que estamos en la azotea que puedo identificar desde lejos.
—¿Es este...?
—El hotel Aquamarine. Estamos en la azotea.
—Pero ¿Y el invernadero?
Efectivamente, la azotea se ve como cualquier otra de cualquier edificio, de no ser por tantas veces que he venido aquí, quizá no podría identificar nunca este lugar. Aquí estuve esa vez que él se fue, y también otras quinientas veces más. No le digo esto, tampoco le cuento la conversación que aquí dio lugar con su hermano, y el hecho de que, si esta es una realidad hipotética, era predecible que el invernadero no existiera, porque quizá su padre no habría visto la necesidad de uno si su hijo seguía con vida.
Cuando giramos, es entonces que puedo escuchar que nuestras respiraciones se quedan atoradas en nuestras gargantas.
Sí, parece que el tiempo está detenido.
Frente nuestro, casi en la orilla del enorme muro que dibuja los limites superiores del edificio, hay dos personas congeladas en una sola posición.
El hombre más bajo tiene una enorme sonrisa en su rostro que casi cierra sus ojos, extiende su mano hacia la otra persona y está paralizado en el aire, como si el tiempo lo hubiese sorprendido a medio camino de lanzarse a los brazos de la otra persona.
Hay un anillo de plata en su dedo, muy parecido al que yo tengo, y en su otra mano hay un gran portafolio que se ve pesado, casi tanto como el abrigo negro que cubre casi todo su cuerpo.
El hombre más alto, él...es Seokjin.
Mis ojos pican.
Seokjin es notoriamente más alto que yo, su cabello es negro como el carbón y se ve desordenado como un pequeño arbusto, cayendo un poco más largo en la parte posterior y dejando ver su frente.
Se ve un par de años mayor.
Sostiene una cámara de polaroids con ambas manos frente a su rostro y su abrigo azul celeste ha quedado estático en el espacio, como si el viento hubiese estado jugando con él.
Hay un anillo de plata en su dedo, muy parecido al que mi Jin tiene.
Como un golpe de gravedad, el tiempo parece haber aparecido solo ahora.
—¡Dame eso! ¡Jinnie! —Se escuchan risas. Yoongi está saltando frente a Seokjin, estirando sus manos hacia arriba al tiempo que Seokjin alza la cámara con ambas manos lo más que puede.
—Lo que quieras tener, puedes tomarlo —La voz de Seokjin es oscura y baja, ligeramente diferente a la voz que estoy acostumbrado. Su risa, también, es más grave.
—¿Puedo tomar lo que quiera, dices? —Yoongi mueve sus cejas, recostándose casi por completo en el pecho de su prometido mientras se queja como una especie de berrinche.
Siento mi rostro enrojecer. ¿Por qué este yo está actuando como un niño?
—Siempre tomas lo que quieres de mí, ¿Ahora preguntas? Solo espero que luego te hagas responsable.
—Vamos a casarnos pronto, incluso si quedas embarazado, nadie dudará de tu pureza y castidad. Este Min es un hombre responsable.
Seokjin baja la cabeza, mirando a Yoongi en su pecho con ojos de corazón y me pregunto si de esa manera es como nos ven otras personas, porque lucimos como si fuésemos los únicos seres humanos de la tierra.
A mi lado, Jin toma mi mano y entrelaza nuestros dedos, cuando giro, lo sorprendo observando con devoción la imagen que tenemos en frente.
Un sonido estridente vuelve a llamar mi atención hacia la pareja frente nuestro y parece ser un teléfono celular. Yoongi hace una mueca enfurruñado cuando se separa de Seokjin y este saca el aparato de su abrigo —¿Trabajo? —Seokjin asiente, llevándolo a su oreja, al tiempo que sigue estirando su brazo con la cámara.
—Oficina de relaciones públicas KA&D —Seokjin gira, acallando su propia risa en lo que comienza una pequeña persecución por la cámara en el espacio de la azotea —Sí, él habla... uh, la entrevista para el CEO Kim Taehyung se realizará en las mismas instalaciones de la empresa.
—Vamos, Jinnie, dame la cámara —susurra Yoongi, casi sin aliento. Seokjin, por su parte, hablando políticamente correcto, no luce como alguien que ha estado corriendo por varios minutos.
—Eso sería estupendo, por favor notifíquelo a la secretaria Lee, el día de hoy no estaré en las oficinas.
Yoongi se detiene, con los ojos muy abiertos al verle colgar el teléfono —¿No trabajarás hoy? Dijiste que tendrías el día ocupado y por eso corrí como un loco para alcanzarte en tu hora libre ¿Juegas conmigo?
—Uh-Uh, dije que tenía el día ocupado y es cierto, ¿Crees que es fácil planear una cena de aniversario para ti?
Esta vez, Yoongi se atora con su propia saliva —¿E-Es nuestro aniversario?
Seokjin se ríe, tomando a su prometido por sorpresa de la cintura, abrazándolo en el aire con mucha fuerza —No te preocupes, Gi, yo tampoco lo recordaba, me llegó un mensaje de mi calendario virtual en la madrugada. Supongo que no quería repetir lo del año pasado que nunca lo celebramos.
—Ugh ¿Me culpas? Son diez años.
—Cinco.
—Diez. Cuento desde el día que nos conocimos. Tú no lo sabías entonces, pero desde la primera vez que te vi ya estaba planeando el día en que te engatusaría para que accedieras a casarte conmigo.
—¿Engatusarme? ¿Nunca pensaste que me enamoraría de ti como imbécil?
—No, siempre me viste como un niño.
—Eras un niño. Aun lo eres. ¿Debo recordarte cómo aun peleas con Cebolla por mi atención?
Seokjin besa su frente, entregándole la cámara con una sonrisa cálida en sus labios. De alguna manera, es extremadamente fácil ver a mi Jin allí, con sus ojos claros brillantes incluso si no hay estrellas y todo el calor que desprende su cuerpo de forma magnética, atrayendo a cualquier Yoongi de cualquier realidad alterna.
—Mi corazón siempre te ha pertenecido, de igual manera, no importa cuanto tiempo tuviera que esperar para que te dieras cuenta.
Ambos sonríen, ambos se besan, ambos se miran como si fueran los únicos seres humanos en la tierra. Y es cálido, y es íntimo, y es como siempre debe ser.
Seokjin y Yoongi, como deben estar. Juntos.
—Ahora, esta cena de aniversario debe darnos algo de tiempo para terminar de planear la boda y por fin cambiar esta fecha que siempre se nos olvida por una nueva, Una que sea demasiado obvia como para pasarla por alto.
—¿Año nuevo? Siempre hay celebraciones para año nuevo, incluso si lo olvidamos, habrá una fiesta en todo caso.
Ellos siguen hablando, pero hay algo en el espacio que ya no nos permite escucharlos. Ellos se observan y ríen y se toman de las manos y ven la fotografía que ha salido reciente de la cámara.
Se ven felices.
—¿Gi? —La voz de mi estrella llama mi atención nuevamente. Su cabello de plata y su rostro sonrojado lo hacen ver casi mágico bajo la luz del sol y yo no puedo evitar sonreír al verle tan fuera de lugar en su pijama con el cielo nevando y el frío del invierno y pequeños copos de nieve blanca pegándose a sus cabellos.
—¿Hmm?
—Debemos buscar a Hyo-Joo.
Asiento, por más que quiera seguir viendo nuestro futuro hipotético, estamos aquí por otra razón.
Jin me ha dicho que, si bien el deseo debía ser especifico, al ser un lugar hipotético era posible que yo pudiese controlar algunos factores dentro del mismo. Igual a un sueño lúcido.
Así que cierro mis ojos y recuerdo algunos lugares, yendo con Jin de la mano y esperando que funcione.
En esta realidad, este parece ser un día diferente y Hyo-Joo no está en ninguna parte.
Eventualmente, hay otras personas viviendo en el edificio en el cual vivimos en la actualidad, y en las oficinas de abogados donde ella trabaja, a pesar de buscarla por todas partes, no pudimos hallarla.
—¿Y si no vive en el país?
—Estaríamos muy jodidos.
Los segundos pasan, tantos que no sé cómo hace Jin para contarlos, entonces, mi estrella se sobresalta con las manos en el aire.
—Hmm, Gi, tengo una idea ¡Tengo una idea!
Él tenía una idea.
Es así como aparecimos en una calle de casas enormes con jardines infinitos,
—La abuela Han trabajó muchos años para la familia Kim, ¿Recuerdas? Ella dejó de trabajar tras mi muerte. Es bastante posible que aun viva bajo este techo y que podamos encontrar a su nieta cerca. Si no recuerdo mal, Ji-Hye noona solía cuidarme, pero en ausencia de ella, no sé cómo habría sido mi relación con Hyo o con la familia Han en general.
—Entremos, entonces. No estoy seguro de poder encontrarla por mi cuenta de igual manera.
La casa de la familia Kim es enorme y extravagante. Jin me cuenta que nunca vivió realmente aquí ya que a su padre y a su madre les gustaban más las cosas familiares, algo más pequeño donde se pudieran encontrar con facilidad.
Atravesar y revisar la estructura completa nos lleva casi una hora y para cuando encontramos a la abuela Han, se puede decir que es media tarde en esta realidad.
La señora Han tararea en una mecedora en la pequeña casa conjunta que está en el jardín trasero de la mansión Kim, con los ojos cerrados y un pequeño cojín bordado de color rosa.
—La abuela Han es senil —dice Jin justo cuando escuchamos el motor bajo de un auto que desaparece casi tan pronto ha llegado, seguido del repiqueteo de unos tacones, son realmente dos tipos de pisadas.
—¿Oh? Se ha quedado dormida otra vez.
Es la voz de Seokjin.
—Ya sabes cómo es. No seas inútil y ayúdame a llevarla a la habitación
La cantarina y risueña voz de Hyo llega hasta nuestros oídos y yo me sorprendo cuando la risa de Seokjin se escucha por todo el patio —¡Yah! Respétame o te lanzaré a la piscina.
—¡Lánzame! De los dos, ¿Quién es el que nunca aprendió a nadar?
Ambas personas se acercan y yo sigo estando un poco desconcertado —Son... ¿Son amigos?
Las dos personas se acercan cada vez más, llenos de familiaridad en los pequeños empujes y en las bromas que se hacen —Creo que somos... algo así como mejores amigos —murmura mi estrella, señalando un par de brazaletes en cada muñeca, totalmente idénticos.
★★★
Tiene sentido. Bastante sentido.
En ausencia de Ji-Hye y todas las consecuencias que trajo mi muerte, era bastante probable que el destino de la nieta menor de los Han y el mío estuviera entrelazado de esa manera. Si bien ella es menor que el yo de esta realidad, habríamos crecido juntos, habríamos sido cercanos.
Y es triste pensar en ese quizá. Quizá lo habríamos hecho bien.
—Gi...la hemos encontrado, hora de pedir el siguiente deseo.
Yoongi, aun con el ceño fruncido en consternación, asiente. Suspira y se gira hacia mí y cuando lo hace, parece que el tiempo a nuestro alrededor volviera a detenerse.
Fricciono el frasco de nuevo y le observo tomar aire.
—Ok, entonces —Extiende su mano hacia el recipiente, dejando que las luces de deseos jueguen con sus dedos —Desearía que, así como la luna y las estrellas son visibles a mis ojos, los lazos del corazón que unen a las personas, sean visibles también.
Cierro mis ojos cuando una luz solitaria sale del frasco y comienza a flotar por encima de nuestras cabezas.
Es un deseo general, no necesariamente ligado a Yoongi. Por favor, concédelo.
Suspiro, es solo cuando escucho la voz de Yoongi que abro los ojos.
—¡Jin, mira!
Si es visible, podemos seguirlo.
Si es visible, podemos encontrar a la otra persona.
Cuando observo, del pecho de Seokjin comienza a titilar un hilo de oro, extendiéndose desde su cuerpo hasta donde nuestros ojos pueden ver porque, quizá, en alguna parte de la ciudad, el otro extremo llega hasta el pecho de su Yoongi.
Y cuando observo una vez más, del pecho de Hyo Joo hay un delgado hilo de oro que comienza a titilar, extendiéndose desde su cuerpo y envolviéndose en su propio dedo anular.
El lazo de Hyo Joo está amarrado a ella misma. No hay otro extremo del lazo.
Una lágrima solitaria cae por mi mejilla, indicando la cuarta tarea cumplida.
Yoongi y yo estamos caminando por una larga calle que da a las afueras de la ciudad, totalmente en silencio y sin sentirnos cansados incluso si han pasado un par de horas, esperando que el tiempo pase y nos regrese a nuestra realidad.
—¿Qué significa eso? ¿Amor propio? ¿El amor de su vida es ella misma?
Él luce un poco enojado, y puedo entenderlo, porque ahora, ciertamente, no sabemos qué hacer.
—Significa que es probable que ella nunca tuviera una persona, quizá murió antes, o quizá su alma debe seguir esperando a la siguiente vida. No lo sé. Pero tiene sentido.
—¿Qué de esto lo tiene?
—Bueno, ella es unos meses mayor que tú. De haber nacido con una persona en el otro extremo, su lazo jamás habría estado disponible al momento de tu nacimiento... así que siempre fue de esta manera.
Seguimos caminando y Yoongi se mantiene obstinadamente callado por unos minutos más, hasta que se detiene de repente, con una mirada realizada en sus ojos.
Yo voy un poco más rápido que él, así que cuando me detengo, estoy unos cuantos pasos alejado, él me observa en su pijama de rayas con los labios entreabiertos y los ojos brillantes.
—Entonces ¿Ahora qué nos detiene de desear romper su lazo y el mío?
—¿Qué nos detiene? Pues-
Me quedo callado... ¿Qué nos detiene? Nada nos detiene.
Anteriormente, desear romper el lazo implicaba corazones rotos en una cadena interminable. Por eso el deseo nunca fue una opción, porque estaba más cerca del caos que de la armonía.
Pero, si Hyo nunca tuvo un lazo original el cual buscar, romper su conexión con Yoongi no era imposible.
La realización nos golpea como un balde de agua fría a ambos y siento que mi respiración se atasca y mis ojos pican.
Porque, sin importar que sea una probabilidad 50/50, aún existe una posibilidad.
Nuestra oportunidad.
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Así que hoy fue el solsticio de invierno.
Dy apareciendo luego de varios días de altibajos emocionales, un montón de problemas y decepciones, y demasiado dolor de cabeza por este capítulo *Emoji llorando* Lamento si algunas partes quedaron un poco rudas, me ha llevado tiempo *Emoji llorando con más fuerza* Quizá cuando lo edite pueda dar lo mejor *Emoji diluviando por los ojos*
¡Tengan días maravillosos!
¡Feliz casi navidad!
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