Capítulo 4°: Lo que hacen los humanos y las estrellas no entienden
Lo que hacen los humanos y las estrellas no entienden
La mayoría de los seres humanos, son como hojas que caen de los árboles, que vuelan y revolotean en el aire, vacilan y, por último, se precipitan en el suelo. Otros, por el contrario, casi son como estrellas; siguen su camino fijo, ningún viento los alcanza, pues llevan en su interior su ley y su meta
—Buda Gautama
Otra cosa que aprendí es que me gustan los ascensores, cargan mucha energía y me cosquillean los pies con el movimiento. Yoongi me ha dicho que a él no le gustan porque no soporta el encierro, pero su apartamento está en el doceavo piso de un edificio enorme y ambos creemos que las escaleras no serán nunca una buena idea.
No he soltado su mano en ningún momento y él ha mantenido su brazo izquierdo alrededor del frasco transparente donde una de mis lágrimas sigue flotando como una pequeña muesca de mi energía. Sigo con mis ojos cerrados, pero puedo sentir a una pareja en frente nuestro y sé que son dos personas jóvenes, pero no puedo saber su sexo o su edad exacta y toda su energía está enfocada en mí.
Me agolpo más al cuerpo de Yoongi y él se sobresalta, pero aferra mi mano con más fuerza hasta que el ascensor se abre y los dos desconocidos desaparecen. La sensación de su mano contra la mía es agradable y me pregunto si será igual con todos los seres humanos o si Yoongi es especial.
Yo creo que Yoongi es especial, siempre me lo ha parecido.
—Eran dos chicas —me dice como si de alguna manera supiera lo que estoy pensando —en definitiva, les gustó tu rostro porque no dejaban de verte y sonreír —No sé cómo se llama la emoción que experimento en ese momento, pero se siente como si estuviese expuesto y no me gusta. No digo nada y escucho una pequeña risa proveniente de él —Oye Jin...ya puedes abrir los ojos ¿Lo sabes? —Su voz es suave y lo ha sido desde que bajamos del bus y tengo una batalla interna en definir si me gusta su ser escandaloso o este ser más calmo porque uno de ellos aparenta más que el otro.
Otra cosa que he aprendido es que los seres humanos aparentan mucho todo el tiempo, y uno solo de ellos puede ser varias personas diferentes a la vez. Como Yoongi y Gi, puedo pensarlos como dos personas diferentes porque es más fácil de identificar.
Gi es escandaloso y Yoongi es silencioso; Gi se irrita con facilidad y Yoongi es muy controlado; a Gi le gusta maldecir, odia su carrera universitaria y tiene una risa graciosa, Yoongi es muy aplicado y tiene una beca, es bastante correcto y de expresión indiferente para ser tomado en serio.
Ambos son mi humano, pero uno de ellos no es del todo real.
Cuando abro mis ojos las puertas del ascensor ya se han abierto una vez más y caminamos muy pegados por un largo pasillo donde solo hay dos puertas. Yoongi me ha contado que tiene solo una vecina que es bastante mayor y le recuerda a su abuela, ella tiene una nieta con la que Yoongi ha "Tenido una relación complicada" y aunque he querido que me explique no le he preguntado porque parecía incómodo para hablar.
Me gusta pensar que hay muchas cosas que sé de Yoongi, pero lo cierto es que me he perdido de la mayoría de su vida: la parte en la que no puedo intervenir, la que me obliga a no observar a menos que sea necesario: como es el caso de un deseo; lo que es, realmente, la mayoría de su tiempo.
La puerta de Yoongi es la del lado izquierdo, es color marrón y muy simple, la puerta de su vecina es la de la derecha claramente, pero es color crema y muy brillante.
Yoongi mete la llave, la gira dos veces y destraba la puerta antes de entrar, aun la sostiene cuando me hace un gesto para que pase a su lado y no lo hago lento ni me propongo a analizar nada porque me siento físicamente agotado y hambriento.
—Bien, ¿Puedes esperar a que me dé una ducha caliente antes de que comamos algo, o-?
—¿Puedo ducharme contigo?
Noto que mi pregunta lo ha dejado desconcertado y no estoy seguro de qué está pensando, pero luce todavía más incómodo de lo que estaba previamente. Lleva una mano a la parte posterior de su cuello y se frota en la zona antes de volver a mirarme con el ceño fruncido.
—¡¿Qué quieres?! ¡¿Que nos metamos ambos en la bañera?! —Gi ha vuelto. Me tomo mi tiempo para pensar en la pregunta que me ha hecho y no sé si ha sido una propuesta real o ha sido sarcasmo porque lo ha gritado y no sé diferenciarlo.
Opto por pensar que es una propuesta real.
—¿La bañera es lo suficientemente grande para los dos? —Luce escandalizado... muy escandalizado, cuando abre la boca con el ceño fruncido más fruncido que le he visto jamás. Me observa por unos segundos y sé que es posible que esté analizando mi pregunta de la misma manera que yo he hecho con la suya, y pasan 16,94 segundos antes de que lleve las manos a su rostro y me mire por las rendijas que han quedado entre sus dedos.
Suspira y su voz es realmente suave cuando habla.
—Jin, cariño- —se detiene, como si lo que acabara de decir hubiese salido sin su permiso.
—¿C-Cariño? —Me estremezco un poco cuando la palabra sale de mis labios porque sé que existen connotaciones diferentes para su uso y conozco su significado y no sé bajo qué contexto ha sido dicho por Gi.
—Es... ¿Te molesta? Que te llame cariño me refiero, eres... casi demasiado adorable para evitarlo —luce contrariado cuando termina la frase y sé que ha sido una especie de acto fallido. Una traición de su inconsciente que le ha hecho decir lo que conscientemente no quería decir.
Sonrío, porque entre los dos, Yoongi está una galaxia más cerca que yo de ser adorable.
—Cariño está bien... cariño me gusta —enrojece y tengo la necesidad de tranquilizarlo así que opto por cambiar de tema, sólo que creo que la elección de mis palabras no es precisa cuando vuelve a escandalizarse —Entonces ¿La bañera es grande para los dos?
—¡Oh, por favor! no vas por ahí bañándote con gente que no conoces... a menos que, claro... ¡No, Jin! ¡No puedes! o ¿Acaso eso estás insinuando? Pensé que eras como un niño inocente Jin, ¡¿Qué insinúas?!
Yoongi está algo nervioso y yo me pregunto...
—¡¡Min Yoongi!! ¡¿A qué te refieres con que no soy inocente?! ¿De qué soy culpable? ¡Yo no he cometido ningún perjurio bajo las leyes humanas!
Yoongi parece a punto de decir algo, pero se detiene, negando con la cabeza mientras deja el frasco en una mesa de vidrio que hay en el centro de la sala. Luego vuelve a verme y de nuevo tiene el ceño fruncido, pero no es de molestia, parece que está pensando algo y luce algo diferente, sus facciones se ven más duras y mayores y eso es confuso también.
Yoongi sigue pensando y fijando su vista en mí por otros 24,11 segundos hasta que se acerca.
—Así que —dice —Supongo que, si sabías caminar, pero nunca lo habías hecho por eso estuviste a punto de caer hace un rato ¿No es así? —asiento —Así que —repite, alargando el sonido de la e —si te digo que te bañes, vas a saber lo que tienes que hacer, pero no sabrás hacerlo ¿Me equivoco?
—Teniéndolo todo en cuenta, puedo bañarme solo, los conceptos básicos de un baño son algo fácil de asimilar y me estoy acostumbrando a mi motricidad, pero no pensé que hacerlo en compañía sería una mala idea. Yo solo quiero estar contigo, eres mi humano y yo soy humano ahora, después de todo y eso hacen los humanos ¿No? Están junto a las personas que quieren estar.
Yoongi suelta un suspiro muy largo y sus ojos están brillando como las pequeñas gotas de energía que me formaron alguna vez, pero está algo alejado de mí, mirando hacia todos lados menos hacia donde me encuentro. No me responde nada, solo se toma su tiempo en sacar lo que lleva en los bolsillos y está demasiado silencioso y agotado cuando se endereza, observando el aparato oscuro que dijo habérsele estropeado como si tuviera todas las respuestas del universo y luego me sonríe un poco.
Es una sonrisa pequeña, pero es una sonrisa después de todo.
—Ven aquí —Yoongi extiende su mano hacia mí y me la quedo observando desconcertado, Yoongi se ríe y rueda los ojos, pero parece que se lo reprocha cuando sacude su cabeza y dice apresuradamente —Es decir, estoy haciéndome a la idea de que eres como un niño bajo mi responsabilidad, así que, vamos a tomar una ducha, te prestaré algo de ropa y comeremos ¿Estás de acuerdo con eso?
—¿Y podemos dormir luego?
—Sí, podemos dormir luego —Me acerco muy rápido a él y agarro su mano. Chispas volando por todas partes se desprenden de mis dedos y la sensación me recorre el cuerpo, pero él parece no haberse dado cuenta o, por lo menos, parece no importarle.
Otra cosa que sé ahora es que cuando Yoongi mira algo en específico, no se da cuenta de nada más. Ahora está mirando mis ojos.
También sé que a Gi le gusta hacer sentir cómodas a las personas.
Comienza a jalarme hacia un pequeño pasillo donde hay varias puertas y dice que la del fondo es el baño. No me detengo a mirar nada más porque hay muchas cosas del lugar que me son familiares incluso si no deberían serlo y justo ahora no captan mi atención, me concentro en el movimiento de los músculos de su espalda y en las venas de sus brazos tensos mientras camina por delante de mí, agarrando mis dedos con fuerza hasta que abre la puerta y me deja pasar.
El baño es bastante más grande de lo que imaginé y de nuevo tengo que recordarme comprender el concepto de profundidad y dimensión.
La casa de Yoongi es bonita y está bien distribuida pero no se parece a él.
—Solía hacer esto con mi hermanito cuando éramos niños, ni en mis sueños más salvajes habría pensado en hacerlo de nuevo con cualquier otra persona, pero supongo que sigo algo ebrio.
—¿Oh? ¡Jungkookie!
★★★
Los ojos de Seokjin son muy obvios.
Él es bastante inteligente y de eso puedo darme cuenta, o quizá solo es normal que sepa las cosas que necesita saber, pero aun así luce como un niño emocionado cuando descubre algo que posiblemente ya sabía.
—Debo suponer que también sabes eso de mí ¿No? ¿Conoces a mi hermano? —él asiente y parece infantil con su sonrisa gigantesca que hace ver sus ojos diminutos y brillantes.
—¡Oh, lo vi solo unas pocas veces! No podía observarte todo el tiempo, pero a veces lo hacía y era realmente divertido, ¡Jungkookie te hacía muy feliz!
Me río sin darme cuenta antes de indicarle que se quite la ropa de mi abuelo mientras coloco la bañera a llenar. No tengo esencias ni nada por el estilo, pero hay una pompa de jabón espumoso que me regaló mi madre hace algún tiempo y espero que esas cosas no tengan fecha de vencimiento cuando la lanzo a su muerte inminente dentro del agua tibia que está subiendo de nivel.
—Me hace feliz, es un gran niño... hombre, quiero decir, ha crecido mucho.
Seokjin está completamente desnudo y no luce incómodo ni avergonzado, mucho menos temeroso de que un hombre mayor que él lo esté viendo.
Tomo su mano y lo ayudo a entrar a la bañera, primero una pierna y luego la otra y me sorprende lo estable que es, el agua está solo tibia porque no me gusta mucho el vapor y la humedad, pero su expresión de alivio es obvia en su rostro. Lo hago que se siente y las espumas comienzan a cubrir su cuerpo encorvado. Haciéndolo lucir pequeño mientras mueve sus manos despacio entre el agua y las burbujas que se levantan con cada oscilación de sus dedos.
Me siento en las baldosas secas a su lado llevando mis piernas hacia el pecho y las abrazo flojamente. Lo miro de cerca porque no me siento capaz de desnudarme frente suyo y entrar con él en el mismo espacio de un momento a otro, pero puedo acompañarlo porque es curioso y no le hace daño a nadie.
Seokjin se entretiene algunos minutos llevando el agua de un lado a otro y probando la sensación de la humedad de sus dedos o tocando sus yemas arrugadas y mostrándomelas cuando apoyo mi cabeza en la porcelana.
—¡Oh, Gi! ¡Mira mis dedos! ¿Sabías que es un mecanismo de ayuda? ¡Es una reacción del cuerpo humano! —dice como si fuese la cosa más maravillosa del mundo —si los dedos están arrugados, la superficie hace que te sea más fácil agarrar objetos cuando tienes las manos mojadas ¡¿No es fascinante?!
Cuando veo que no voy a lograr que quiera salir pronto tomo el cabezal de la regadera que descansa a un lado de esta y la enciendo, dándole en un costado del cuerpo y logrando que se asuste por el pequeño golpe del agua contra su piel.
—¡¿Quieres matarme?!
La dirijo a su rostro y me río mientras se cubre con sus manos y lo dejo solo cuando me siento satisfecho de haber humedecido su cabello y luce de verdad gracioso con las puntas de su cabello plateado, ahora oscurecido, por todas partes.
—Tienes que terminar pronto —Le digo.
La bañera es baja así que estoy casi a su mismo nivel cuando tomo el shampoo solo estirando mis brazos hacia la mesita pequeña entre el lavabo y la tina y dejo caer un poco en mi palma. Me levanto sobre mis rodillas y me acerco a su cabeza, pero me detengo cuando me mira por debajo de sus pestañas mojadas y parece que creyera que voy a hacerle daño, pero sin importarle realmente si lo hago o no.
El solo pensamiento es extraño e incómodo porque no me veo capaz de divertirme haciéndole daño físico.
—Cierra los ojos, este no es un no más lágrimas, si cae en tus ojos te arderá —Seokjin me hace caso incluso antes de que le explique y esparzo el shampoo en su cabello que se siente suave entre mis dedos. Masajeo como lo hacía con mi hermano y me doy cuenta de que él está sonriendo mientras lo hago —Es nuevo para ti ¿Eh? No te acostumbres, no volveré a hacer esto jamás.
Él tararea de acuerdo, pero pienso que no me está prestando mucha atención.
Tsk.
Lo enjuago con el cabezal de la regadera, colocando la palma de mi mano en su frente para que la espuma no quede entre sus ojos y no me toma mucho tiempo ayudarlo a salir y envolverlo en una toalla.
¿No se supone que él debería estar haciendo cosas por mí?. Pero el pensamiento no se ha procesado por completo en mi cabeza cuando siento el cuerpo entero de Seokjin apoyado en el mío y me doy cuenta de que se está quedando dormido. Sus brazos están atrapados en mi pecho y he tenido que sostener la toalla sobre parte de su torso a su alrededor para que no se caiga. El rostro del chico está descansando en mi hombro y cuando bajo los ojos sé que sigue despierto, con sus orbes peculiares medio cerrados y parpadeando con lentitud, labios entreabiertos y respiración tranquila.
—Eres irritante —susurro, e intento que se enderece para llevarlo a la habitación. Saco rápidamente un pantalón de chándal gris y un suéter básico blanco y se lo lanzo luego de verificar que está un poco más despierto —Iré a ducharme. No me demoraré.
—¿Comeremos?
—¿No tienes sueño? Pensé que quedarías inconsciente en cualquier momento —Seokjin bosteza abriendo mucho su boca y sus ojos se humedecen cuando la cierra y parpadea con fuerza, tambaleándose un poco.
—Tengo sueño, pero tengo hambre, el hambre es más importante.
Asiento y no digo nada más antes de entrar a la ducha con una sensación extraña en mi pecho. La bañera no es lo mío y ya se ha vaciado cuando entro y enciendo la regadera con agua tibia.
Mis ojos están cerrados y cuando el agua toca mi cabeza y comienza a correr por mi cuerpo mi mente se aclara y me permito enloquecer.
No está pasando, no estoy enloqueciendo de nuevo.
—¡Sigo drogado! eso es seguro y ahora he dañado mi teléfono y no tengo manera de saber si Hoseok está igual de alucinado —Shampoo y enjuago —¡Una maldita estrella! ¡Es una maldita estrella! ¡¿Qué mierda Min Yoongi?! —Jabón y enjuago — ¡No volveré a beber así! ¡Pero es que no bebí así! ¡Seguro es culpa de Hoseok! —Crema dental y enjuago mi boca, soltando un suspiro —¡Es una puta alucinación!
Y me convenzo de que pronto pasará el efecto. Me convenzo de que no estoy imaginando cosas de nuevo.
Siento algo parecido a la ansiedad subir por las puntas de mis dedos y recorrer mis venas, acelerar mi pulso y trago con fuerza, pero no baja lo que parece una enorme bola de aire que expande mi tráquea.
Y no me da paz, quiere asfixiarme.
Me obligo a respirar, pero es difícil.
Respira.
Respira.
Me obligo porque no hay nadie afuera, nunca hay nadie. No hay una persona que me mire y lo note, no hay nadie que se dé cuenta y me ayude, así que tengo que hacerlo solo.
Siempre solo.
Y duele, duele mucho, pero lo hago, puedo respirar, porque estoy solo y no va a venir nadie, como siempre.
La bola de aire comienza a deshacerse y mi tráquea vuelve a su tamaño normal cuando mis manos dejan de apretarse y las uñas de mis dedos no se han enterrado con la fuerza suficiente como para traspasar la piel de mi palma.
Mis ojos están cerrados y mis músculos están resentidos cuando algo a mi alrededor cambia. Las luces se vuelven un poco más brillantes antes de comenzar a titilar y volver a la normalidad y me pateo el culo para salir del baño antes de que el agua comience a enfriarse. Ya no quiero comer, quiero dormir, porque es más fácil así no prestar atención a lo vacío que es el apartamento.
Me seco y me coloco la pijama que siempre está en el mismo lugar tras la puerta del baño y me dirijo hacia la habitación, manteniendo mi vista baja y la sensación de frío en mi pecho que comienza a congelar mi sangre.
Mi cama. Necesito mi cama.
—¿Gi?
No, no, no, no.
—¿Estabas gritando?
No está aquí, no es real, no de nuevo.
La ansiedad es mala, la ansiedad consume, pero la soporto. Le temo a la soledad, y no quiero abrir los ojos porque sé que no es real y que realmente no hay nadie a mi alrededor.
Es un sueño. Estás soñando.
Mis ojos siguen apretados cuando su mano llega a mi mejilla y siento como roza sus yemas por la extensión de mi mandíbula y me tenso, porque es extraño y lo extraño no me gusta, tengo que recordarme que no me gusta.
Pero es cálido.
Entonces él me abraza, sus largas extremidades superiores cubren mi cuello, su mejilla se apoya en mi hombro, su aliento tibio moviendo el cabello húmedo de mi nuca y susurra: —Estoy aquí, Gi.
★★★
He traído el pequeño frasco que estaba en la sala porque me estoy sintiendo sin energía y su luz es algo que hace parte de mí, pero no hay manera de que encuentre la forma de devolverla a mi cuerpo si Gi la quiere consigo, es suya, después de todo, lo ha sido desde entonces.
Ahora el envase está entre nuestros cuerpos mientras lo abrazo y espero a que deje de temblar, pero no lo hace, no me mira, no hace nada.
He aprendido que las emociones tienen respuestas fisiológicas específicas y que muchas de ellas no me gustan.
La tristeza es una de ellas.
Lo bueno de la tristeza es que no es un sentimiento, sino una emoción, y eso quiere decir que es un estado transitorio, así que conocí también la esperanza, la esperanza de que pasará.
Me gusta la esperanza.
Me separo de él y tomo su rostro con mi mano vacía. Yoongi luce fuera de lugar, desenfocado cuando sus ojos se abren un poco, pero parece que no me ve. Su piel está pálida y luce enfermo, de verdad enfermo y me asusto, incluso más que hace unas horas cuando sentí que mi cuerpo reaccionaba de forma adversa a la falta de oxígeno.
—Gi, mírame —susurro —por favor —Pero no lo hace, o por lo menos no lo parece. él luce perdido y agotado y no sé qué hacer hasta que el calor en la palma de mi otra mano me hace reaccionar —Gi, necesito que me mires ahora, te lo pido.
Mi voz va desapareciendo con cada palabra y mi corazón late rápido doliendo en mi pecho. aprieto su rostro lo más que puedo esperando que el dolor físico lo haga reaccionar y veo un destello de reconocimiento en su mirada.
Me acerco más.
—Deséalo, Gi, hazlo ahora, dime algo, por favor.
—De...Desea-ría —murmura despacio y tengo miedo de lo que vaya a decir, sus ojos ahora están fijos en los míos, pero respiro, esperando que lo haga, sintiendo mi cuerpo ahora temblar igual que el suyo y mi mandíbula apretarse, lastimándome, pero Yoongi traga fuerte y parpadea, luciendo como si acabara de cambiar de opinión—desearía no sentirme tan cansado ahora.
Vuelvo a respirar, pero los temblores de mi cuerpo siguen siendo fuertes por el miedo y sé que eso no es lo que quiere, pero no seré yo quien haga que desee algo más de lo que podría arrepentirse más tarde.
—Hecho —logro susurrar y puedo sentir algo de la poca energía que tengo desprenderse de mi cuerpo.
Estoy llorando cuando abro mis ojos y Yoongi sigue clavado en el mismo lugar. Dejo ir mi mano de su rostro y oigo su jadeo, pero antes de hacer cualquier cosa la llevo al frasco, destapándolo y dejando caer la pequeña luz que ha rodado por mi rostro en este, haciéndole compañía a la anterior y lo cierro con fuerza.
Respira Seokjin, eres humano ahora.
Mi cuerpo humano es débil, mi cuerpo humano es frágil y temo desmayarme antes de hacer cualquier cosa, pero soy energía y es de día, así que me tomo mi tiempo de buscar otras fuentes más allá del chico descolocado que tengo en frente para lograr estabilizarme un poco.
—¿Qué ha pasado? —bisbisea de repente, cerrando y abriendo sus ojos como si recién despertara de un sueño. Se ve mucho más desconcertado que hace un rato y sé que es probable que haya sentido el cambio en la energía de su cuerpo —¿Q-Que ha pasado? —Repite y yo alzo el frasco despacio hasta la altura de sus ojos donde dos de mis lagrimas habitan y bailan con parsimonia en el interior.
—Pediste un deseo a una estrella.
Yoongi y yo estamos sentados en el piso embaldosado de su habitación y él tiene su rostro escondido entre sus rodillas, negándose a verme. Su pijama de cuadros negros y rojos lo hace ver más pálido, pero ahora, por lo menos, está respirando con normalidad y eso me tranquiliza. Su mano derecha está aferrada a mi izquierda y ya no siento que la sangre circule en esta pero no se lo digo, solo me entretengo trazando las líneas de sus venas que son bastante notorias y espero a que decida salir de su escondite.
—Soy patético —Murmura luego de algunos minutos.
—Yo creo que eres genial —su risa es ronca y desprovista de humor y no me gusta —y en dado caso de ser patético ¿Por qué te hace sentir mal ser patético? —Pero él no habla, y me apego más a su cuerpo, él no hace lo mismo, pero tampoco se aparta y eso es bueno.
Otra cosa que he aprendido es que el contacto físico de Gi es calmante, y lucho con mis esperanzas deseando que mi contacto físico lo sea para él también.
—En mi mundo, ser patético es ser ridículo —suspira, aún escondido —He tenido estos ataques de ansiedad leves desde hace muchos años por las cosas más estúpidas, ni siquiera eso me sale bien, me conformo con lo que venga porque soy demasiado cobarde como para cambiar de parecer o tomar mis propias decisiones, simplemente no hago nada.
—No hacer nada es una decisión en sí misma.
—Y es una decisión patética —Yo también dejo salir el aire antes de darle un fuerte apretón con los dedos que casi he dejado de sentir por su agarre. Lo hago hasta que gira solo un poco su rostro, lo suficiente como para ver uno de sus ojos mirarme sin ningún brillo.
—El significado real de lo patético es algo totalmente diferente a la connotación sociocultural que los humanos le han dado en sus vidas actuales —su ceja se eleva y yo ruedo los ojos — ser patético se refiere a experimentar sentimientos, muchas veces al extremo, y, sí, muchos son de tristeza, pero no quiere decir que sea malo, Gi... sientes, y sentir no es malo, sentir te hace humano, y ser humano es bueno
—Lo dice el chico que ha caído del cielo —Me encojo de hombros.
—Y como ser estelar que ha visto a la humanidad desde un manto diferente, te digo que eres un ser humano maravilloso, Gi, no necesitas ser una estrella para ver eso, en todo caso.
Yoongi vuelve a esconder su rostro entre las rodillas y se aprieta más a sí mismo.
—¡¿Por qué siempre tienes que decir esas cosas?! ¡Tú eres patético! —Me río y él golpea su cuerpo con el mío levemente, descubriendo su rostro.
—Pero aún tengo hambre.
seis minutos después, Yoongi me enseña cómo preparar tortillas de huevo muy rápido y a medir el agua para dos tazas de café, pero siento que lo hace para no quedarse en silencio o para que yo no le haga preguntas que no va a querer responder. Él no sabe que no las haré, aunque tuviera el espacio de silencio entre ambos necesario para poder hablar. También sé que no ha parado de mirar el envase trasparente en la mesa de la cocina y puedo decir que quiere preguntarme algo, pero no lo hace, en cambio solo dice: —Entonces, Jin, ¿Cuánto tiempo planeas quedarte? —Me encojo de hombros sonriendo.
—El tiempo que tú decidas que me quieres contigo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top