Capítulo 10°: Contacto físico
Contacto físico
Bendito sea el caos porque es síntoma de libertad
—Enrique Tierno Galván
Mío.
Estoy asustado de sentir esa palabra más literal de lo que pretendía, pero a Yoongi no pareció importarle y eso me relaja. Así que lo dejo ir.
Ahora estamos desayunando y Gi no ha dejado de quejarse ni un minuto sobre su ciática y de cómo todo es mi culpa. Sin embargo, noto algo distinto en él al mismo tiempo: noto su sonrisa nerviosa y su mirada vacilante y el pequeño sonrojo en sus mejillas cuando me le quedo viendo por demasiado tiempo y me pregunto si es igual a lo que yo he sentido diferente en mí de un momento a otro.
Pero lo dudo.
Tengo que luchar un poco por deshacerme de las imágenes que vienen a mí cuando cierro los ojos y dejo que la inconsciencia tome el poder de mis pensamientos y tengo que recordarme que las memorias que no he podido recuperar son una de las tantas consecuencias que obtuve luego de mis elecciones. Sé que hay cosas que no sé de mí mismo y eso me lo ha hecho saber el padre cielo cuando me ha dotado de consciencia, pero hay información en mi cabeza que sigue sin tener sentido.
Es entonces cuando recuerdo aquellas ideas que me atacaron anoche en el balcón y me estremece que mi humanidad me está arrebatando la capacidad de discernir entre lo real y lo imaginario y no sé si lo que vi ha sido una desesperada artimaña de mi consciencia por recrear un pasado que nunca ha existido, una vida que no pudo ser porque fui creado como humano superficialmente hace casi tres días.
Llevamos poco tiempo sentados en los bancos altos de la isla de la cocina y él ha preparado cereales. No me gusta la textura, pero sí el sabor, así que Gi me ha dicho que lo coma rápido para que no se pongan blandos, solo que no puedo hacerlo rápido si cada ciertos minutos siento el peso de su mirada sobre mí y me distrae.
Gi me mira y se queda quieto durante unos segundos hasta que lo sorprendo dándome la vuelta y se desvía nuevamente a su plato. Yoongi no durmió bien y eso lo puedo notar por su desconcentración y sus bostezos constantes. Nuestras rodillas se tocan de vez en cuando, o hace comentarios sobre su dolor en la espalda baja sin mirarme a los ojos y no me gusta que parezca incomodo a mi alrededor, o que luzca como si estuviera a punto de caerse en la mesa totalmente dormido.
¿Quizá le molesta mi presencia? ¿Quizá está cansado de tenerme con él? ¿Quizá está enojado por su ciática?
Pero cualquier pensamiento queda de lado cuando lo veo levantarse con su plato en la mano derecha y lleva los ojos cerrados luciendo adorable estando medio dormido. Yoongi refunfuña palabras ininteligibles y se acerca a mí casi por inercia y apoya parte de su cuerpo en el costado izquierdo del mío, con su aliento bailando sobre mi cabello y sus murmullos demasiado bajos para ser entendidos por mí.
Estoy a punto de preguntarle qué pasa cuando siento la suavidad de sus labios delgados tocando mi frente en un roce tan delicado y pequeño que puede nunca haber pasado, pero hace que mi cuerpo completo se estremezca y mis ojos se abran al igual que mi propia boca.
La presión minúscula de sus labios desaparece luego de 2.49 segundos y son suficientes para sentir que me ha explotado una arteria.
¿Por qué? ¿Qué es esto que siento? ¿Qué es esta presión en el pecho? ¿Es un infarto? ¿Voy a morirme?
Yoongi se separa y parpadea como si intentara despejar la bruma que lo desconecta de la realidad y cuando sus ojos se posan en los míos parece como si una corriente eléctrica hubiese colocado en alerta cada una de nuestras neuronas.
—Y-yo... lo siento, creí que... —Yoongi abre mucho los ojos y se separa unos tres pasos de mí. Sus mejillas están rojas y siento mucho calor en mis orejas y en mi pecho —¡Oh Dios, Jin! ¡Lo siento! No pensé que... creí que era...lamento si sobrepasé alguna línea-
—¿Puedes hacerlo de nuevo? —Pregunto antes de poder detenerme y tengo que morderme el interior de la mejilla para no patearme a mí mismo. El calor de mis orejas se expande por todo mi rostro y Yoongi se ha quedado tan quieto que me asusta.
¿Por qué he preguntado esto? Pero la verdad es que la pequeña presión de su piel contra la mía me gusta-
Estoy a punto de retractarme, de explicarle que sé lo que es un beso y que sé lo que ha pasado, pero que no comprendo las convenciones sociales y no sé si lo que ha hecho está bien o está mal.
Pero no lo hago porque veo que se acerca a mí con vacilación.
Me doy la vuelta en el banco sin bajarme de él porque creo que estoy en medio de algún tipo de conducta inapropiada y no sé si se supone que deba moverme.
Siento por primera vez lo que es la vergüenza y es horrible.
—¿Quieres que te bese en la frente? —Yoongi se ha acercado tanto que ahora se encuentra en medio de mis piernas y vuelvo a sentir aquella extraña calidez en mi vientre y no sé cómo reaccionar porque la vergüenza es aún más grande y pesada.
—Sí... me gustaría.
Yoongi sonríe cálidamente y veo que sus mejillas siguen rosas cuando se inclina sobre mi cabeza
—Cariño, eres adorable —Murmura antes de dejar el plato en la isla para luego colocar las palmas de sus manos sobre mis mejillas. El contraste de su piel tibia con la calidez exagerada de la mía es agradable, pero nada se compara con la sensación de sus labios sobre mi frente cuando la acaricia con ellos.
Llevo mis manos a sus muñecas porque no quiero que se aparte y no puedo evitar la sonrisa que me divide el rostro.
Quizá no es un infarto, quizá es alguna otra clase de sentimiento humano que desconozco pero que no puedo clasificar. Quizá no deba hacerlo, quizá no deba clasificarlo, quizá solo deba ser y me gusta.
★ ★★
Soy un imbécil.
Me tropiezo con mis propios pies y me ahogo con mi propia respiración en lo que vuelvo a alejarme de Jin para tomar los platos sucios. El sueño ha huido de mí y no estoy seguro de poder utilizarlo de excusa para lo que he hecho.
Soy un imbécil. Me recrimino porque siento que de alguna manera me he aprovechado de Seokjin y su tendencia a acercarse a mí y el otro pensamiento que ha estado rondando mi cabeza desde que me he despertado me hace casi tirar los platos al lavadero.
El contacto físico. Me está gustando el contacto físico de otra persona.
Me gusta el contacto físico de Seokjin.
Y la realización es aterradora porque antes de esto nuestros acercamientos habían sido llevados por la obligatoriedad ¿Cierto? Y ahora ¿Qué? Porque esto solo me había pasado una vez y solo sucedió cuando mis sentimientos por Hyo habían comenzado a ser profundos y ni siquiera llegué al punto de tomar algún tipo de iniciativa.
Pero no puedo desarrollar sentimientos profundos en tres días.
No tengo sentimientos por Seokjin.
Seokjin se traslada a mi lado y mis manos pican porque ahora sé cómo se siente su piel contra mis labios, sé cómo se sienten los hilos de plata que decoran su cabeza en las yemas de mis dedos, sé cómo se siente ser abrazado por Seokjin, tener la atención de Seokjin, que su electricidad me atraviese, que su calor corporal se filtre por mis barreras frágiles y mal construidas. Sé cómo se siente sostener sus manos sin miedo a apretarlas demasiado fuerte como para apagarlo, ni demasiado flojo como para que se desvanezca.
Y es cuando noto que no estoy respirando de nuevo, porque mis no me gusta pasaron a ser no me importa y ahora no sé cómo se han convertido en me gusta.
Porque me gusta.
—¿Gi? —su voz suena confundida y me obligo a mirarlo, me obligo a respirar con la maldita técnica del cuadrado y cambiar mi rumbo de pensamientos antes de girar mi cuerpo hacia él.
—¿Sí?
—¿Qué haremos hoy? —¿Enloquecer suena bien para ti?
—Tengo que hacer algunas diligencias aburridas de adulto —Jin tuerce los ojos y ya ni siquiera me molesta.
—Sabes que no soy un niño ¿Cierto? No hables como si no te entendiera de lo que hablas —el tono de voz de Jin es desafiante y ácido y cuando se cruza de brazos sé que está enojado.
—Vamos, cariño, no lo hago con ninguna mala intención —y antes de detenerme...—¿Quieres venir conmigo?
Seokjin descruza sus brazos y su expresión se ilumina como si nunca hubiese estado enojado y pienso que es tan voluble como la electricidad.
—¡Ah, Gi! Por 13,18 segundos pensé que me quedaría aquí solo toda la tarde igual que ayer... ¡Vamos a ducharnos! ¡Quiero conocer el mundo allá fuera!
Jin sale corriendo con pequeñas risas y yo solo tengo tiempo de cerrar la llave y acomodar lo que tengo en la mano cuando lo veo regresar. La expresión que mantiene en su rostro pasa en cámara lenta y creo que la recordaré el tiempo que más pueda aferrarla a mí.
Alegría.
Las risas de Seokjin llenan todo mi apartamento y siento el calor abrazador de sus manos agarrar mis antebrazos y llevarme con él hacia el baño.
—¡No pensé que lo del baño fuera literal! —Sigue riendo, pero yo comienzo a entrar en una especie de pánico cuando prende las luces sin siquiera soltarme.
No. No. No. No puedo arriesgarme a tener ningún tipo de acercamiento con Seokjin hasta que no descubra qué es lo que pasa. Hasta que sepa que no hay reacciones en mi cuerpo que no pueda manejar.
Seokjin se coloca en frente de mí y observa mi rostro que comienza a sentirse caliente y sé que seguro estoy enrojeciendo porque me siento nervioso y no sé qué hacer con mi propio maldito cuerpo.
Hace tres días no me había importado mirar su cuerpo desnudo, sentir su roce, mirar sus ojos, pero ahora es como si hubiese mantenido estos sentimientos por Seokjin construyéndose por veinte años incluso si no nos habíamos conocido antes y la intensidad de su presencia me saca de mi espacio.
Seokjin es hermoso, pero ¿Es su cuerpo? O ¿Es solo su presencia?
Jin se ha puesto rojo de repente y parece que estuviera avergonzado, es cuando me doy cuenta de que he estado reparando en cada centímetro de él y es inapropiado. Me reprendo porque lo he hecho sentir incómodo pero su rostro me sigue mostrando una sonrisa dulce que me abruma.
—¿Tiene sentido para ti, Jin? —Murmuro sin poder atrapar mis palabras antes de que salgan en el silencio apabullante del baño y noto que ahora estamos más cerca, no tengo que preguntármelo, sé que he sido yo quien se ha acercado.
—¿Qué cosa, Gi? —Las galaxias en sus ojos me hipnotizan y sé que las conozco, conozco el patrón de sus constelaciones, el hilo dorado que recorre sus pupilas, el ámbar que horma su iris y es fascinante.
—No tienes que decirlo si rompes alguna regla, no quiero que las rompas pero yo... Jin, Dios —suelto el aire y me siento asfixiado y casi puedo imaginar sus dedos alrededor de mi cuello impidiendo el paso del oxigeno pero no son sus manos sino su imagen y es agobiante —Por favor dime que ya nos conocíamos, dime que ya existimos en el mismo espacio, dime que no es la primera vez para que esto pueda tener algún puto sentido para mí.
Jin tiene sus orbes peculiares cristalizados y la mandíbula apretada y luce como si estuviera luchando consigo mismo. Su mirada viaja por todo mi rostro y su sonrisa sigue siendo dulce pero no llega a sus ojos.
Abre la boca, una vez, dos veces, tres veces, pero no me dice nada cuando su mirada comienza a vacilar.
Seokjin suspira en resignación, pareciendo como alguien que se da por vencido hasta que dice: —¿Por qué necesitas que ponga en palabras algo que ya sabes, Gi?
Algo que ya sé.
Algo que ya sé.
Y quiero gritarle que no tengo idea de qué está hablando.
Asiento, pero no lo sé y casi no puedo ver porque el agotamiento se transforma en lagrimas que no tienen explicación. Muerdo el interior de mi mejilla y mi cabeza sigue preguntándose si estar aliviada o no, si aquello fue una confirmación o no. Jin se acerca el paso que hace falta y sus manos cálidas y más pequeñas que las mías se posan en mi rostro
—Te pedí que confiaras en mí —susurra con su hermosa voz tranquila y odio ser este caso emocional sin razón aparente —porque sabes que no puedo darte explicaciones, Gi y tampoco sabría cómo hacerlo cuando ni siquiera yo estoy seguro de qué es lo que sé. Lamento s-si...estoy pidiendo demasiado.
Niego enfáticamente lo poco que su agarre en mi rostro me deja mover mi cabeza, los pulgares de Jin acarician la parte superior de mis pómulos y creo que está tratando de hacer desaparecer la humedad.
—¿Entonces puedo tomarlo? ¿Puedo pensar que no estoy enloqueciendo y que esto tiene algún sentido? —Jin asiente y yo asiento con él, avergonzándome de mi inestabilidad emocional, de mis miedos, de mis dudas, de mi confianza ciega hacia Seokjin.
Quiero decir algo, cualquier cosa, preguntarle si él siente algo remotamente parecido, si soy solo yo quien se está ahogando, pero no lo hago, solo me dejo vencer porque soy débil e intento ocultar mi rostro sobre el hombro de Jin.
No tengo sentimientos por Seokjin, esto solo es miedo.
Siento como su pecho se levanta y baja en un suspiro antes de sentir una de sus manos en la parte posterior de mi cabeza y otra entre mis omóplatos haciendo que mi respiración se sienta irregular.
—¿Podemos ducharnos ahora?
Me río y niego, llevando las manos a mi rostro y cuando las aparto para mirarlo me doy cuenta de que Jin ya está quitándose la pijama. Tengo que tomarme un segundo para recordarme que Jin solo espera que lo acompañe mientras está en la bañera.
Él no me pregunta qué ha sido toda esta charla enigmática, no me pregunta por qué he tenido ganas de llorar por ello, no me pregunta por qué lo miro como un puto acosador mientras esparce el shampoo en su cabeza como si fuese la jodida tarea más interesante de la tierra.
Estoy sentado en el piso de baldosas y Jin está contándome una historia sobre enanas rojas y enanas azules que son diferentes a él y está tan emocionado que no reparo en el hecho de que mis ojos de vez en cuando se desvían a sus clavículas o sus brazos o sus labios.
No sé qué excusa tonta he puesto para salir del baño antes de que termine su ducha y evito por completo que decida seguirme cuando es mi turno de bañarme.
Cuando termino de cambiarme, Jin me espera en la cocina. Se ha puesto mi suéter negro favorito y otro de mis vaqueros rasgados que le queda tan ajustado que creo que se rasgará en cualquier momento; mis lentes oscuros le dan un toque diferente y luce como una estrella de rock o algo por el estilo. Eso es hasta que abraza en su pecho mi frasco y parece bastante decidido a llevarlo con nosotros.
Me acerco y deslizo los lentes solo un poco por el puente de su nariz para poder mirar sus ojos y decirle que no podemos, pero Jin se me adelanta diciendo: —Pídeme un deseo, Gi, lo haré para ti.
★ ★★
Me gusta romper las reglas.
Me gusta hacer las cosas que se supone que no tengo que hacer y supongo que es alguna clase de naturaleza, de mi humanidad, que no había reconocido hasta ahora.
Tengo ganas de contarle a Gi lo que he visto, lo que sé que resolvería sus dudas y las mías, pero temo arruinar el equilibrio más de lo que ya lo he hecho, temo confundirlo hasta el punto de enloquecerlo.
Temo lastimarlo.
Pero la energía que corre por mis arterias se siente viva cada vez que hago algo que no debería y cada vez que miro la luna y siento que estoy retando al cielo.
Mi caos es diferente al caos del universo y no sé cuál podría causar más alboroto.
Yoongi me observa con el ceño fruncido y me quita las gafas completamente. Por un momento creo que me va a reñir, que va a ser tan escandaloso como normalmente es, pero no lo hace.
—Vamos, Gi, ¿Qué es lo que más quieres en este momento? —su mirada cambia y brilla con diversión y sé que lo está considerando, sé que quiere pedir algo, solo que no sé qué es —Solo tienes que decirlo, Gi, yo lo haré.
Lo siento en mi piel, siento mi energía corriendo rápido y siento que mis ojos arden igual que mi piel. Yoongi está muy cerca, casi respirando en mi rostro y todavía sostiene mis lentes con sus dedos para mirarme con total concentración.
—Yo... —susurra y doy un paso más. Yoongi está nervioso y puedo sentirlo y lo que sea que quiere que salga de su boca le aterra.
—Sí —Le animo y estamos a milímetros de que alguna parte de nuestro cuerpo se toque cuando la puerta comienza a sonar. Muy. Fuerte.
—¡Min Yoongi! Juro que si te has quedado dormido voy a raparte —Yoongi murmura un suave "Mierda" antes de saltar tan lejos de mí como le fue posible en un solo movimiento.
—Olvidé por completo que Hoseok vendría —dice y parece que lo lamenta, y yo siento que lo lamento también pero no podría decir que lo hacemos por las mismas razones.
Me acomodo los lentes y escondo el frasco de nuevo en las gavetas inferiores del mesón de la cocina, suspirando. Me quedo mirando el suelo un rato hasta que siento movimiento detrás de mí.
—¡Hey, Seokjinnie! Tu nuevo hyung favorito ha llegado ¡Ven y dame un abrazo! —La voz de Hoseok es cantarina y sé que está dando saltitos por toda la sala.
—¡Hyung! —Camino despacio por la cocina y espero que él no note la facilidad con la que me muevo por los obstáculos hasta llegar a él. Dudo un poco, no quiero abrazarlo porque temo su reacción a mi piel porque creo que solo con Yoongi es diferente. Jungkook casi sale disparado por la electricidad y por eso tuve que darle los guantes de goma.
—¡¿Hyung favorito?! ¡¿Qué clase de broma es esa?! —Gi lanza un grito que detiene a Hoseok de sus movimientos y en silencio le agradezco la distracción aunque él no sepa que lo ha hecho —¿Lo llamas hyung? ¿En serio? ¡Hoseok y yo tenemos la misma edad! ¡Y a mí me llamas "Gi" maldita cosa irrespetuosa!
—¡Hey no grites al niño Min Yoongi! —Hoseok lo encara y coloca sus brazos en jarras, claramente divertido con la reacción exagerada de Gi —He decidido que lo adoptaré, Jungkook me dijo que lo dejas encerrado en casa ¡¿Quién te crees?!, podrá ser tu invitado, pero eso es inhumano —él hace muchos gestos dramáticos luego de eso: colocarse la mano en el pecho; suspirar con fuerza; llevarse una mano a la frente como si fuese a desmayarse de la cólera y me hace reír.
—¿Adoptarlo? ¿Tú quién te crees? —Gi rueda los ojos y luego parece recriminarse por la acción que ha hecho y Hoseok no puede sostener más su teatro y comienza a carcajearse. No tiene realmente gracia la situación, pero parece que estar solo alrededor de Hoseok hace feliz a las personas, también agradezco eso en silencio.
—Ah, Min, ¡Es que míralo! Es encantador, casi como Jungkook, pero sin todas las groserías y la agresividad física.
Gi vuelve a entrar a la cocina mientras enrolla las mangas de su camisa blanca de botones hasta por encima de los codos y estoy fascinado por las marcas en sus brazos y los caminos de sus venas, pero tengo que obligarme a no seguirlo con la mirada porque se supone que no puedo verlo.
No me gusta fingir tener una discapacidad, pero Hoseok es un humano con el que nunca he tenido algún tipo de contacto y odiaría darle problemas a Gi si no encuentro la manera de explicarle a su mejor amigo toda esta situación.
—Vamos, pequeño Seokjinnie, persigamos al enano gruñón a la cocina.
—Gi no es enano, hyung
—No, pero es divertido molestarlo. Y puedes ponerme un apodo ¿De acuerdo? Así nuestro amigo allá no se molestará si me sigues llamando de esa forma.
Lo pienso un poco antes de murmurar: —¿Seokie? O ¿Hobi? ¿Hoseokie? ¿Hoseokioki?
Él se ríe.
—Creo que Hobi estaría bien. Más que bien.
Hyung coloca su mano en mi espalda sobre mi suéter, sin tocarlo realmente, respetando mi espacio lo suficiente mientras me guía hasta la cocina donde Yoongi está frunciendo el ceño y llena un tazón con cereal y leche y lo extiende hasta su mejor amigo.
—Tenía la esperanza —dice Hoseok —de que no te hubieses olvidado de que vendría, pero en el fondo sabía que lo harías.
—¡Claro que si lo recordaba! Pero pensé que habíamos quedado en encontrarnos cerca de la facultad —Hobi se llena la boca con tres cucharadas antes de comenzar a masticar y llenar sus mejillas como una pequeña ardilla. Sus ojos parecen tener un brillo permanente de diversión.
—Wunkook we hiwo vewir —traga con dificultad antes de continuar —Me dijo que lo dejaste solo ayer así que quise venir a asegurarme de que lo llevaríamos con nosotros para que cambie de ambiente.
Repite sus movimientos y no pasan muchas cucharadas cuando ya ha terminado de comer.
—No tenías qué. Ya habíamos quedado en salir juntos, ¿No es así, Seokjinnie? —se burla, alargando la e al final de mi nombre
Tarareo en afirmación y coloco mis manos en los bolsillos alejándome un poco de la isla donde Hobi está sentado. Estoy concentrado en sus movimientos porque Hoseok es diferente a Gi, a él le gusta el contacto físico y eso lo noté la otra noche: le gusta abrazar, jalar las mejillas, colocar las piernas encima del otro o solo recostarse y me gustaría tener la confianza para hacer eso, pero no quiero lastimarlo como casi lo hago antes.
Estoy pensando en eso cuando siento la tibia mano de Gi tocándome el brazo con suavidad para llamar mi atención. No tiene que decirme nada para saber que está pidiendo mi mano para ayudarme a salir y yo no le hago esperar.
Sus dedos se entrelazan con los míos sin siquiera pensarlo y puedo sentir la mirada de Hobi en nosotros antes de enderezar mi cabeza y notar su sonrisa suave.
Gi me jala un poco hacia el frente para colocarse solo un poco detrás de mí y poder susurrar en mi oído: —Vamos cariño, conoce el mundo conmigo.
★★★
Intento entumecerme para evitar la ansiedad y me convenzo a mí mismo que Seokjin es un amigo de la infancia que ha venido de visita.
Un amigo que me atrae de alguna manera.
Cuando Hoseok pide prestado el baño Jin encuentra la manera de convencerme de llevar el frasco en mi maletín y me asegura de que no le pasará nada.
Quiere que lo llevemos Por si acaso y no tardamos mucho más en salir del apartamento con Hoseok contándole historias a Jin sobre nuestra universidad.
Tengo mala suerte, no sé si lo he dicho antes, y lo confirmo cuando, al cerrar la puerta con mi mano libre, escucho la puerta de enfrente del pasillo ser abierta.
Me tenso al voltear mi rostro y encontrar a Hyo con la mano a medio camino de su bolso, sus ojos clavados en el fuerte agarre de mis dedos entrelazados con Jin y luego suben a su rostro.
Siento una extraña satisfacción al ver la frustración gravada en sus facciones y como parece aumentar a medida que continúa su análisis descarado de mi estrella. Es bastante notorio porque la conozco bien, en menos segundos de lo que tardaría una persona normal, Hyo clasifica las características que le agradan y las que no de otra persona, y sé que no hay nada que pueda encontrar desagradable en Jin.
Mi chico es perfecto.
Me atraganto con mi propia respiración cuando soy consciente de ese pensamiento y sé que nos hemos quedado demasiado tiempo quietos como para que sea común. Hoseok también siente la tensión cuando se nos queda mirando y sé que está midiendo la situación en caso de tener que intervenir y espero que, al igual que yo, esté considerando sacar a Jin de esto de cualquier manera.
—Vaya —es Hyo quien habla primero —Veo que ya me encontraste un reemplazo —Sé que esta no es ella, también, es solo su orgullo hablando porque a ella siempre le gusta tener la última palabra y desde que, conmigo, no lo ha conseguido, cada vez que nos vemos siente la necesidad de llegar a un argumento.
—Buenos días a ti también, Hyo —mi voz suena más dura de lo que pretendo y siento un pequeño tirón en la mano. Mi rostro gira inmediatamente a observar la media sonrisa vacilante que Jin me está regalando y siento que me relajo, que no debo seguirle más el juego a Hyo.
—¿Está todo bien, Gi? —Pregunta bajito y tarareo en respuesta hasta que escucho una risa áspera y carente de humor que me eriza los vellos de la nuca.
—¿Gi? ¿Esto es en serio? ¿Qué clase de ridiculez es esa? —su risa es tan exagerada que hace su voz chillona y forzada y no entiendo como puedo albergar tanto rechazo hacia alguien que pensé querer tanto. Estoy a punto de responder cuando una sombra pasa por delante de mí y noto que es Hoseok quien se ha interpuesto entre la imagen de Jin y la chica que nos mira con repudio.
—¡Hey, perra! —la voz de Hoseok es seria y calmada, unas octavas más baja que su tono normal y me da escalofríos porque sé que está enojado —Yo no sé quién mierda te ha hecho creer que tienes el derecho de meterte con mi niño, pero espero que comiences a cuidar bien tus palabras ¿De acuerdo?
Hyo voltea los ojos con exasperación.
—No te metas, Jung Hoseok, aquí nadie te ha llamado, además, no me he metido con nadie, no seas dramático.
—¡Ah, no! Conmigo no te harás la puritana, Hyo, como lo has hecho con todos, deberías concentrarte en tu nueva relación y dejar de intentar indisponer a mi mejor amigo cada que estás aburrida.
—Mira, imbécil-
—¡Han Hyo-Joo! —la voz de Ji-Hye llega desde dentro de la casa y estoy comenzando a considerarla un ángel que aparece cada vez que su hermana está apunto de desatar el infierno fuera de ella.
Ji-Hye llega hasta el umbral de la puerta y toma el brazo de Hyo, encarándola con rostro inexpresivo antes de voltear hacia nosotros con rostro de disculpa.
—Lo lamento por ella, Yoon, Hoseokie, de verdad —noto la mirada suavizada de Hoseok y me pregunto si hay algo que me he perdido allí hasta que lo siguiente que dice Ji-Hye llama mi atención —también una disculpa para ti, Jinnie, mi hermana no es así, te lo prometo
—No te preocupes, Hyennie noona—parpadeo y Jin luce visiblemente incómodo.
—¿Se conocen? —las voces de Hoseok, Hyo y yo se escuchan con el mismo cuestionamiento. Ji-Hye tuerce los ojos casi de la misma manera
—Por supuesto que sí, Yoon, la abuela también lo conoció ayer cuando fue a buscarte por la mañana y Jin abrió la puerta —Jin tiene la decencia de lucir avergonzado, pero claro, sabía que eso no sería lo único —Además, Jinnie y yo estudiamos en la misma escuela cuando niños, solo que estábamos en diferentes grados, es claro que no puede recordarme por lo pequeño que estaba, no pude creer que fuese él cuando lo vi pero, ya sabes, tengo memoria autobiográfica.
¡¿Qué?!
Ji-Hye sonríe a Jin con ternura y vuelve su mirada a su hermana nuevamente antes de murmurar una disculpa y llevársela a rastras por el ascensor.
—Jin...—susurro
—Sí, yo tampoco tengo una explicación para eso —es su respuesta y estoy apunto de argumentar hasta que Hoseok se voltea a mirarnos
—Bueno, eso ha salido bien ¿No?
——————————————————————————————————————————————————
N/A: Me gustaría que supieran que esta historia se pensó, originalmente, con una trama ligera y cliché porque no quería complicarme mucho como lo he venido haciendo con Del alcohol y otros demonios. Y en lo que va, juro que no sé qué estoy haciendo, pero estoy esperando que lo disfruten (?).
#Funfact2: Las enanas azules existen teóricamente, y, al igual que Seokjin, son estrellas hipotéticas, solo que con un origen algo diferente al de Jin. Sin embargo, se desconocen datos sobre su existencia o algo más allá de la teoría.
¿Les gustaría saber algo en específico?
Espero que estén teniendo días buenos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top