Parte única

Caía la noche sobre una lluviosa Seúl. Siendo principios de verano todavía era temprano para que el cielo estuviera tan oscuro, sin embargo aquellas nubes grises llevaban cubriendo el sol todo el día y trajeron con ellas no sólo una tormenta veraniega, sino también un anochecer prematuro. Los habitantes de la ciudad se encontraban todos refugiándose en sus casas, en las tiendas o donde pudieran mientras aguardaban a que la lluvia cesara, excepto por Kim Taehyung. Kim Taehyung se encontraba completamente empapado caminando debajo de la tormenta con las manos en los bolsillos, la cabeza gacha y el ánimo tan gris como el tiempo. Era un día lluvioso, y Taehyung estaba en modo lluvioso también, a punto de estallar como un trueno en el cielo nublado y oscuro igual que su humor los últimos días. 

Taehyung normalmente disfrutaba de una bella tormenta veraniega de esas en las que la lluvia eliminaba el calor tan denso y pesado típico de la estación, cuando podía caminar debajo del agua sin usar un paraguas porque sabía que no iba a enfermarse, cuando un delicioso aroma a tierra mojada y agua se impregnaba en sus fosas nasales y podía simplemente pasar un rato agradable porque no había truenos ni relámpagos que le erizaran la piel. Sin embargo, estaba tan cansado que lo último que necesitaba era una tormenta, pero ahí estaba caminando sin rumbo bajo la lluvia, pateando rocas y suspirando como si eso fuera a servirle de algo. Ponerse de mal humor no arreglaría las cosas entre él y su hermana con quien había discutido por teléfono esa mañana, no le levantaría la nota del trabajo de Lingüística que había desaprobado, no le serviría para recuperar el libro que parecía haber perdido en alguna parte de la universidad, tampoco lograría que Seolhyun dejase de ilusionarlo para después burlarse de él al dejarlo plantado en la supuesta cita que tendrían ese día, y ciertamente no detendría la lluvia. Nop, nada ganaba con enfadarse, y aún así no podía dejar de sentirse frustrado porque en realidad su ánimo venía mal hacía tiempo, desde que se había mudado a Seúl unos meses atrás y las cosas comenzaron a cambiar y se salieron de su control.  

-Qué estupidez -bufó, pateando una lata con fuerza-. ¡Esh, me voy a volver loco!

-Parece que alguien está de malas, ¿eh?

Taehyung se detuvo en seco durante unos segundos antes de reaccionar, y volteó con el ceño fruncido mirando en todas direcciones hasta dar con el dueño de aquella voz. Estaba bastante seguro de que le hablaban a él porque no había absolutamente nadie más en la calle además de él... y aquel chico que lo miraba apoyado en una pared a unos pocos pasos de distancia. Y la expresión en el rostro de Taehyung cambió totalmente apenas vio al chico, porque demonios, era Jung Hoseok. En una situación normal Taehyung tal vez habría sido capaz de responder como un ser humano normal, incluso hasta hubiera sido amistoso porque estaba en su naturaleza querer llevarse bien con todo el mundo a pesar de estar de mal humor o de no conocer a la otra persona, pero al ver a su amor platónico de meses parado ahí, iniciando una conversación con él, se quedó totalmente en blanco mientras observaba aquel rostro alargado y de pómulos marcados que tanto le atraía.

Hoseok en verdad era lindo. Joder, era mucho más que lindo. La frente parcialmente oculta debajo de mechones de cabello negro que caían desordenados a causa de la lluvia, ojos oscuros y pequeñitos mirándolos fijamente con un brillo de diversión, labios carnosos adornados por un lindo lunar en la parte superior... mientras más lo veía, más detalles encontraba, y mientras más detalles encontraba, más le gustaba lo que veía. Y aunque había admirado al chico muchas veces a la distancia, nunca lo había tenido tan cerca, nunca se había quedado a solas con él, y en realidad nunca había tenido la oportunidad de intercambiar palabras más allá de los "lo siento, no te vi" que se podrían haber dicho alguna vez al chocar en los pasillos de la universidad. La idea lo hizo sentirse demasiado nervioso. 

-¿Mal día? -preguntó Hoseok al notar que tenía su atención.

Taehyung sólo pudo asentir con la cabeza, sintiéndose de repente como un acosador al haberse quedado mirando al chico sin pestañear. Hubiera querido decirle "mala vida", pero se contuvo, y en lugar de eso se aclaró la garganta, llevándose una mano a la nuca para rascarse el cabello y volvió a asentir con la cabeza con un poco más de entusiasmo.

-He tenido mejores -logró pronunciar finalmente. 

-¿Quieres hablar de ello? -sugirió el chico, ladeando la cabeza-. Tal vez te sientas mejor si lo haces.

-¿Por qué querrías escuchar los problemas de un extraño? -interrogó Taehyung con los labios abultados, y luego notó lo que acababa de decir-. Espera, no es que sea extraño, no quise decir eso... me refería a que... uh, tú y yo nunca antes... somos como desconocidos... 

Buen momento para enredarte con las palabras, genio. Taehyung recordaría agradecerle más tarde a su talento de hablar sin pensar por hacerlo quedar como un idiota frente a Jung Hoseok en menos de cinco segundos de conversación, todo un nuevo récord. Lo peor de todo era que el mayor estaba riéndose a carcajadas de él, y Taehyung quería convertirse en un topo para hacer un hoyo enorme en la tierra y hundirse allí para siempre. Pelear con Taeguk, desaprobar el trabajo de Lingüística, perder el libro que había pedido en la biblioteca, haber sido plantado otra vez por Seolhyun, haberse mojado hasta el alma en la lluvia... y ahora, humillarse frente al chico que más le gustaba en su universidad. ¿Podía pasarle algo más ese día? 

-Tienes razón, somos como desconocidos -dijo finalmente el chico una vez que dejó de reír-. Pero podemos presentarnos y dejar de serlo. Después de todo, vamos a la misma universidad, ¿o no?

-S-sí, es cierto -balbuceó Taehyung, demasiado aturdido-. ¿Pero por qué estarías interesado en conocerme y saber de mis problemas?

-Tal vez a mí también me gustaría hablar con alguien sobre los míos -respondió el chico después de pensárselo, encogiéndose de hombros-. O puede que sea increíblemente simpático y quiera llevarme bien contigo y ser tu amigo -prosiguió, ganándose una risita de parte de Taehyung-. También es posible que disfrute dándole esperanza a una persona cuando la necesita, como tú ahora.

-O tal vez simplemente estás un poquito loco -aventuró Taehyung, fingiendo una mueca pensativa. Ya no se sentía tan molesto en ese momento-. Quiero decir, ¿por qué estarías parado en una esquina en medio de una tormenta si no es por eso?

-Tal vez estoy loco, sí -coincidió Hoseok entre risas. Tenía una risa divertida, contagiosa... preciosa-. ¿O tal vez soy un ángel y mi misión es ayudarte y por eso estoy aquí? 

-Puede ser, sí -murmuró Taehyung en asentimiento-. ¿O eres un asesino y planeas matarme? 

-Woah, hombre, cálmate -dijo el pelinegro, alzando ambas manos-. ¿Acaso tengo la pinta de un asesino?

-Si la tuvieras no serías uno muy bueno. 

El mayor soltó una nueva carcajada, y Taehyung se sintió muy complacido por hacerlo reír de esa manera con un comentario tan estúpido. Hoseok tenía una risa ruidosa y exagerada, aplaudía y se sacudía mientras reía como si Taehyung le hubiera dicho la cosa más graciosa de la historia y no una tontería. Y se veía lindo cuando reía porque sus pómulos se notaban aún más, sus ojos desaparecían por completo, su nariz se arrugaba de una forma tierna y enseñaba todos los dientes, enormes y blancos. Y antes de siquiera pensarlo, Taehyung también ya se estaba riendo aunque no estaba muy seguro de qué. El mal humor le parecía algo bastante lejano en ese momento si había logrado sacarle esa carcajada tan auténtica a Jung Hoseok luego de mantener una conversación relativamente prolongada con él sin entrar en pánico, sin avergonzarse (tanto) y sin salir corriendo como un cobarde.  

-Eres gracioso -dijo Hoseok luego de calmarse, dedicándole una sonrisa-. Te llamas Taehyung, ¿verdad?

-Sí, Kim Taehyung -contestó Taehyung, regresándole el gesto.

-Yo soy Hoseok -se presentó el mayor, innecesariamente porque Taehyung por supuesto que sabía su nombre-. ¿Qué tal si entramos a una cafetería y hablamos un poco, eh?

*****

Más de 40 minutos, Taehyung y Hoseok ya habían pasado más de 40 minutos hablando dentro de esa cafetería mientras bebían dos enormes tazas de chocolate caliente y comían unas galletas de vainilla. Taehyung se sentía en una nube en ese momento porque todavía no podía creer su suerte: estaba sentado a solas en una cafetería con Jung Hoseok, conversando cómodamente sobre toda clase de cosas, riendo juntos de las mismas tonterías, hablando sin parar porque ninguno de los dos permitía que se crease un silencio incómodo entre ellos... Le encantaba el poder hablar tan tranquilamente sin que se sintiera forzado, la conversación fluía sin problemas porque Hoseok era una persona fácil de llevar, y eso al menor lo tenía muy contento. Eso y el simple hecho de que fuese Jung Hoseok y no otra persona en la Tierra, claro está. 

Taehyung nunca había imaginado que tendría tantas cosas en común con Hoseok, estaba muy sorprendido. Los dos venían de otra ciudad y se habían mudado a Seúl para estudiar, a ambos les gustaba leer toda clase de libros y hacer maratones de películas durante los fines de semana, también los dos sentían un gran interés por la música aunque de distintas maneras: Hoseok bailaba, Taehyung tocaba el saxofón. Y coincidencias así, infinitas. Todavía no habían encontrado nada en lo que no estuvieran de acuerdo, y Taehyung no podía dejar de sonreír. Por supuesto que era imposible no sonreír en compañía de Hoseok, si el chico estaba haciendo chistes o payasadas todo el tiempo, sacándole más de una carcajada. 

-¿Cómo es que nunca habíamos hablado hasta ahora? -soltó Hoseok de repente, echándose hacia atrás en su silla-. De saber que eras tan agradable te hubiera buscado antes, créeme.

-Lo sé, eso hubiera estado bien -coincidió Taehyung, jugando con sus manos debajo de la mesa. Estaba conmovido y nervioso al mismo tiempo.

-Desde ahora quiero que me hables más seguido, ¿de acuerdo? 

-Sí, de acuerdo -aceptó Taehyung, sonriendo sin poder evitarlo-. Te hablaré un día de estos.

-¡Esta noche! -exclamó Hoseok, señalando el teléfono del menor sobre la mesa-. Ya tienes mi número en ese aparato, más te vale usarlo bien.

Taehyung soltó una risita mientras asentía con la cabeza, totalmente seguro de que cumpliría con su palabra y le hablaría esa misma noche a Hoseok. Si el mayor lo pedía no iba a resultar para nada raro si lo hacía, ¿verdad? No iba a quedar como un loco, ni un acosador, ni iba a parecer muy desesperado si el mismo Hoseok acababa de pedirle que le hable más tarde, ¿cierto? Sí, le hablaría. Llegaría a casa, chillaría de emoción un rato, tal vez escucharía jazz y comería una gelatina para festejar el haber conseguido el número de Hoseok, y luego de eso le hablaría. 

-¿Te sientes mejor? -inquirió el mayor, inclinando la cabeza-. ¿Cumplí con mi misión de darte esperanza y mejorar tu día?

-Sí, me siento mejor, gracias -respondió Taehyung con total sinceridad, sonriendo sin enseñar los dientes-. En serio, estaba teniendo un día pésimo hasta hace un rato. Te lo agradezco mucho. 

-Era mi trabajo, soy tu ángel, ¿recuerdas? -bromeó el mayor, haciendo reír suavemente a Taehyung-. ¿Ahora quieres contarme lo que pasó, Tae? 

Taehyung no respondió de inmediato, sino que apoyó los codos sobre la mesa en la que estaba su taza vacía y usó sus manos como soporte para su cabeza. Su humor había cambiado tanto en ese rato que había pasado con Hoseok que tuvo que hacer un pequeño esfuerzo por rememorar los motivos por los que se sentía desanimado anteriormente. Claro que no tardó mucho en recordarlo todo, y no pudo evitar suspirar profundamente al mismo tiempo que desviaba la vista del chico que se encontraba sentado frente a él para dirigirla hacia la calle.

Afuera seguía lloviendo, y llovía fuerte. Aunque él estaba refugiándose de la lluvia en esa cafetería junto a Jung Hoseok, afuera seguía lloviendo desde temprano. Al igual que Taeguk seguía enojada, el libro seguía perdido, su trabajo seguía desaprobado, su familia y su único amigo seguían en Daegu, la universidad seguía siendo más difícil de lo que había pensado, vivir solo en la capital no era tan genial como esperaba, y la lluvia no se había detenido en absoluto, ni por un minuto. Esa sensación de comodidad que sentía estando con Hoseok en esa cafetería se esfumaría tan pronto como pusiera un pie fuera de ella y sintiera la lluvia cayéndole de lleno encima recordándole todas las cosas que no estaban yendo bien ahora. Una vez que saliera, volvería al modo lluvia.   

-Está lloviendo mucho -dijo finalmente mientras miraba las gotas caer por la ventana, aunque no hablaba del clima.

-Día lluvioso en todos los sentidos, ¿eh? -concluyó Hoseok, asintiendo con la cabeza-. Me ha pasado, es normal. 

-En realidad no fue sólo un día -murmuró Taehyung, suspirando-. Desde que llegué a Seúl está lloviendo. 

-Es que Seúl siempre te recibe con lluvia, supongo. Cuando apenas me mudé el año pasado yo también la pasé muy mal -comenzó a contar Hoseok, ante la mirada sorprendida de Taehyung-. Extrañaba a mis padres y a mi hermana, a mis amigos, a mi perrito Mickey... y no tenía amigos aquí porque la gente no es como en Gwangju, se reían de mi dialecto. Para peor, mis notas eran muy malas, estaba tan deprimido que no podía concentrarme en estudiar. 

-¿De verdad? -cuestionó el menor, sin dar crédito a lo que oía-. ¿Y qué hiciste?

-Nada -respondió Hoseok, encogiéndose de hombros-. Esperé a que el tiempo hiciera lo suyo, traté de acostumbrarme hasta que lo logré. 

-¿Cómo te acostumbraste?

-Conocí a unos amigos que estaban dispuestos a meterse bajo la lluvia conmigo -respondió el mayor con simpleza, sonriendo-. Después de eso las cosas mejoraron, y la lluvia se detuvo. Pero no importaba si llovía de vez en cuando porque había alguien que aceptaba mojarse también, ¿entiendes lo que digo?

Taehyung guardó silencio después de asentir con la cabeza y se quedó pensando en las palabras de Hoseok, sin saber muy bien qué debería decir. No quería admitir frente a Hoseok que, a pesar de considerarse la persona más sociable y amistosa del universo, todavía no había logrado hacer ningún amigo en el tiempo que llevaba viviendo en Seúl. ¿Cómo podría haberlo hecho, si todos lo consideraban raro y también se burlaban de su notorio dialecto de Daegu? La única persona con la que se había relacionado era Seolhyun y aparentemente nada más quería jugar con él, con lo cual Taehyung concluyó que era menos patético si decía que no conocía a nadie antes que decir que estaba tan desesperado por acercarse a alguien que caía como un tonto cada vez que la única chica que le hablaba le ofrecía una falsa amistad. Estoy hablando con Hoseok después de tanto tiempo, se decía, no puedo arruinarlo

-La lluvia en algún momento tiene que detenerse, ¿sabes, Taehyung? -pronunció Hoseok después de un rato de silencio, regresándolo a la realidad-. Y después siempre sale el sol, por más cliché que suene. Vivir aquí es genial pero tienes que tomarte un tiempo para adaptarte y hacer amigos.   

-¿Y si el sol no saliera en meses, Hoseok? -cuestionó Taehyung en un hilo de voz, mordiéndose el labio-. ¿Y si la lluvia tardara demasiado tiempo en detenerse? Yo no tengo a nadie que se meta bajo la lluvia conmigo. 

-Créeme, en algún momento parará de llover -dijo el mayor con una sonrisa enorme (preciosa) adornándole el rostro-. Pero si sigue lloviendo por mucho tiempo... ahora me tienes a mí, ¿de acuerdo? 

-¿Aunque esté lloviendo mucho?

-Aunque esté lloviendo mucho -repitió Hoseok, afirmándolo sin dejar de sonreír-. Está bien, a mí no me importa mojarme.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top