022

Koko fue el primero en despertar ese día. Desde que se reconcilió con Ame las cosas habían ido mucho mejor para él; ahora también dormía junto a ella en vez de la habitación alejada donde lo dejó en primer lugar.

Al poco tiempo se dio cuenta de que a ella de verdad le hacía falta la compañía, especialmente porque ella era una persona muy ansiosa. En las noches se acurrucaba con facilidad y lo abrazaba con fuerza, como si a la mañana siguiente fuera a desaparecer otra vez; era normal que estuviera agitada mientras dormía.

Supuso que estaba teniendo un pesadillas.

Si él la abrazaba de vuelta la ayudaba y se quedaba tranquila; tuvo que aprender a calmar el manojo de nervios que Ame podía llegar a ser. Se sentía mal porque fue él quien la dejó así, pero poco a poco lo estaba arreglando y ella dormía mejor.

— Ame. — la llamó para despertarla también.

— Deja dormir. — contestó, aún con los ojos cerrados.

— Ya es de día; hay como mil cosas que hacer hoy. — insistió.

— Dame 5 minutos más. — se acomodó todavía más en su lugar. — Estoy bastante cómoda aquí.

— Está lloviendo. — ella gruñó bajo. — ¿Qué pasa? Antes amabas la lluvia. — se burló.

— Sí, pero hoy es el cumpleaños de Suki y se suponía que íbamos a celebrar en el jardín.... creo que habrá que hacerlo adentro.

— ¿Hay que cambiar todo a último minuto?

— Eso parece. — abrió los ojos y bostezó.

— Buenos días, sí que te gusta dormir.

— Sí, buenos días a ti también.

— ¿Te puedes levantar? Estás acostada en mi brazo.

— Es más cómodo.

— Me va a dar un calambre.

— Te aguantas. — Koko la hizo acercar su rostro para poder besarla. — Ya pues, mucho amor.

— He estado pensando. — le cambió el tema.

— ¿En qué?

— ¿Y si me hacemos un hermanito a Suki?

— No digas cosas como esa de la nada. — lo regañó antes de levantarse de la cama.

— Supongo que eso es “no”... por ahora; aunque eso no quiere decir que no podamos practicar.

— Ya, ¿no que querías levantarte?

— No te enojes tanto por pequeñeces.

Se limitó a seguirla mientras ambos se prepararon rápidamente antes de salir de la habitación, donde Suki corrió hacia ellos apenas los vio.

— Suki, ¡feliz cumpleaños! — su mamá fue la primera en abrazarla.

— Feliz cumpleaños. — siguió Koko. — Un año más y vas a cumplir años con dos dígitos.

— ¡Sí, años con dos dígitos!

— No es tan lindo como suena, pero adelante, emociónate.

— Lastimosamente está lloviendo y no podemos hacer la fiesta en el jardín como querías, pero igual podemos mover todo aquí adentro.

— Está bien, aunque la verdad me basta con pasar el día con los dos.

— Tan tierna, es exactamente igual a ti. — Kokonoi le mencionó a Ame.

— No me creerías lo mucho que se parece a ti a veces.

— Hmm... hay menos gente de lo que esperaba. — Koko volvió a hablar. — Además de Inupi, sólo hay un par de sus conocidos y los nuestros.

— Suki en realidad no hizo muchos amigos... — ella contestó. — o ninguno; ya sabes cómo es la gente con las personas que tienen dinero. Mamá tenía razón cuando decía que iba a entender lo que hacía por mí cuando tuviera mi propia hija.

— Espera, ¿tu mamá va a estar aquí hoy? Ella no me ha visto en años y supongo que ha de saber lo que pasó.

— Ah, es cierto... creo que mamá te odia, pero tranquilo, ella sólo podrá estar aquí un rato porque tiene cosas que hacer; reza para que no te hable. — dio un par de palmaditas en su hombro.

— Sí... así que, sobre Suki-

— No intentes cambiar el tema.

— Me da algo de pena que ella no haya invitado a nadie de su edad.

— Ah, no está tan mal. ¿Cómo pensabas que pasaba yo mis cumpleaños antes de conocerlos a ustedes? Sólo tenía a mi mamá para hacerme compañía.

— Me estás deprimiendo.

— No tienes que preocuparte por eso. — Inui se unió a la conversación. — Sólo tienes que darle algo de tiempo a Suki para que haga amigos.

— Sí, estoy segura de que ella algún día va a encontrar a alguien que la quiera por como es. — agregó Ame, haciéndolo que Koko una los hilos en su cabeza y se dé cuenta de lo parecida que era la vida de Ame y la de su hija.

— Creo que lo traumaste; ahora se va a poner como loco cuando Suki conozca a alguien.

— ¿Me pueden recordar qué estamos esperando? — él volvió a cambiar el tema.

— Queríamos un pastel casero, se estaba enfriando... aunque lo decoramos cuando estaba recién salido del horno, como sea, ya podemos llevarlo.

No se apresuraron, pero habían muchas otras cosas que hacer y por eso había que llevar el pastel en cuanto se pudiera. Los pocos invitados a la fiesta los acompañaron mientras la pequeña soplaba las velas, siendo cargada por su mamá porque hizo un pastel muy alto.

— Y antes de que la niña abra sus regalos, hay que hacer lo otro que estaba programado para hoy.

— ¿Qué era? — la menor preguntó a su mamá.

— Tu papá y yo vamos a renovar nuestros votos matrimoniales.

— ¿Y eso qué significa?

— Básicamente que nos estamos casando otra vez, y quisimos hacerlo hoy porque tu cumpleaños es un día especial.

— ¡Sí, boda!

— Y yo la voy a oficiar porque puedo y porque es gracias a mí que nunca se mataron el uno al otro. — afirmó Inui. — Así que... Koko, empieza tú.

— ¿Por qué siempre yo primero?

— No cuestiones el procedimiento.

— Está bien... Ame, — empezó a hablar. — a pesar de que arruiné las cosas más de una vez desde que nos conocimos... incluyendo el día en que nos conocimos, en verdad me arrepiento por haberte causado tanto daño. No creo que pueda decir que te amé desde el primer momento en que te vi, pero estuviste ahí conmigo cuando lo necesitaba y siempre quisiste lo mejor para mí, así que te agradezco por eso. Estuve deprimido y herido por... bueno, Akane, pero gracias por tenerme tanta paciencia con respecto a ese tema. De verdad te quiero por eso, pero en especial porque nunca te ha importado el asunto del dinero o si puedo hacerlo, es decir, jamás me buscaste por eso y te agradaba por la persona que era y las intenciones que tenía; eso fue... lo que de verdad me hizo quererte, así que gracias por todo eso.

— Yo cuando te conocí pensé que eras raro y molesto. — hizo una pausa.

—...¿Y?

— Y lo eres.

— Me puse sentimental y tú me vienes con esto.

— Pero te quiero así, molesto y todo. Me causaste demasiados problemas, pero estoy feliz de que hayas sido mi primer amigo; apreciaba que pudiéramos sólo estar sentados sin decir nada y eso era suficiente. También te agradezco porque de no ser por ti quizás hubiera tardado mucho más en salir de mi casa; que hayas hecho eso me hizo confiar en ti y, cuando me di cuenta, supongo que me enamoré. Me heriste, pero a pesar de eso me alegra que hayas vuelto; no esperaba que lo hicieras y creo que eso es lo que me debería poner feliz porque al final sí lo hiciste.

— Bien, y dicho todo eso... — Inui volvió a decir. — por el poder que yo mismo me concedí, ya bésense.

Ahora estaba todo bien; hasta la niña estaba feliz de que sus padres estuvieran juntos. Por lo menos los dos habían aprendido la lección; Kokonoi pensaría dos veces las cosas antes de hacerlas y Ame dejaría de ser tan orgullosa.

Por primera vez, ella sintió que tenía derecho a ser feliz.

☂️ Es todo, gracias por haber leído la historia aunque casi no lo noté porque nadie comentó casi nada.

Como dato extra, los hurones viven de 5 a 10 años, la primera vez que apareció el hurón de Ame tenía 3 años y pasaron por lo menos 15 desde entonces, así que si se preguntaban qué pasó con Ladrón... ahora lo saben.

Y ya, no hay mucho más que decir. Esta historia también me gustó mucho escribirla, así que... nostalgia; gracias por leerla <3

Besitos en las manos, cuídense y cuídense y tomen mucha.

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