020
Considerando lo tenso que estaba el ambiente, Ame decidió que quizás era mejor dejar a esos dos solos para que pudieran hablar tranquilamente y se llevó a Suki a otra habitación.
Por supuesto que la pequeña no se iba a rendir; ella quería escuchar lo que estaban diciendo porque sólo los vio sentarse uno al lado del otro.
— Así que... estás aquí otra vez. — empezó a hablar Inui. — ¿En dónde te metiste?
— En muchos lugares haciendo muchas cosas; conseguí trabajo porque si no Ame me echa.
— ¿Trabajo de qué?
— ¿Considerando mis antecedentes? Sólo califico como contador, pero creo que basta por ahora. ¿Y tú que has estado haciendo?
— He estado trabajando con Draken, y ya sabes, ayudando a Ame cuando puedo. Pero creo que eso último ya no va a ser necesario si tú estás aquí; aunque igual vendré de visita por diversión. — Koko se quedó callado de repente, sintiendo toda la seriedad del asunto.
—...Lo siento. — suspiro. — Yo supongo que debes estar enojado conmigo.
— Enojado no, decepcionado sí.
— Ah, es casi lo mismo.
— Tú no lo sabes porque no estuviste ahí, pero Ame la pasó muy mal cuando te fuiste. Es decir, imagina todo el estrés que le causaste y ella estaba en medio de un embarazo; las cosas se complicaron mucho.
— ¿En qué sentido?
— Pues que gracias a que te fuiste y la pusiste tan triste, enojada y decepcionada, por poco la niña no nace.
— ¿Qué? — casi alzó demasiado la voz. — Espera, ella no me dijo eso.
— Pasó muchas más cosas de las que sabes, pero en definitiva no la pasó nada bien. — afirmó, tratando de que se quede callado un momento. — Ella se lo hubiera esperado de cualquiera, incluso de mí, pero de ti jamás.
— Pero yo...
— No sé cuáles hayan sido las razones detrás de lo que hiciste, pero quisiera que lo pienses. Viniste hasta aquí, pero ¿te arrepentiste de lo que hiciste de verdad? Reconocer que fue un error no es lo mismo que sentirse mal. Quiero decir... — se detuvo un momento a pensar bien en sus palabras, considerando que Koko parecía estarse empezando a sentir culpable.
— Es que no lo pude evitar; no quería que fuera a pasar nada malo por las cosas en las que me metí y pensé... que la estaba protegiendo porque estar cerca de mí de alguna manera la ponía en peligro.
— ¿No considerste que le hiciste más daño yéndote que si te hubieras quedado con ella?
— ¿Cómo es eso posible?
— Creo que no lo pensaste lo suficiente. Te fuiste porque existía la posibilidad de que algo le hiciera daño si te quedabas, pero si te ibas, hacerle daño era un hecho inevitable, ¿y tú aún así decidiste irte?
— Pues es que-
— Por favor deja las excusas. Realmente yo no guardo ningún rencor en tu contra, a pesar de que tú y yo también somos amigos y desapareciste de la nada. No te juzgué porque tú debías vivir tu propia vida, pero lo que hiciste no estuvo bien considerando que dejaste atrás a dos personas; tuve que ayudar a Ame porque de otra forma quizás aún estaría en depresión o algo así.
— Ella dijo que lo que le molestaba no era que me haya ido, sino que no esperaba que volviera.
— Pero pareciera que no la conocieras. — afirmó. — Es Ame de quien estamos hablando; a ella no le gusta hablar de sus problemas. Siempre dijo que no le importaba no haber conocido a su papá, pero estoy seguro de que en el fondo ha estado dolida porque jamás tuvo una figura paterna. Piensa en eso y agrégale que tú también la abandonaste.
— No lo pongas así, por favor.
— Sufrió mucho, más de lo que tú te imaginas.
— ¿Entonces dices que me debo disculpar con ella de otra forma que como yo pensé que me estaba disculpando? ¿Y eso cómo es?
— Díselo, ella es comprensiva.
— Sí, pero ahora me odia.
— No te odia; sólo perdiste toda su confianza.
— Eso no me ayuda.
— Lo que quiero decir es, — él insistió. — que tengo un presentimiento y creo que Ame aún te sigue queriendo como antes; sólo necesita un pequeño empujón que la haga darse cuenta de que tú lo sientes y que la quieres también.
— Pero... no había tenido que hacer algo como esto desde hace como doce años cuando le dije que me gustaba.
— ¿Y qué hay de hace como 9 años y medio cuando le pediste que se case contigo?
— Te sorprendería, pero fue ella la que me lo pidió a mí.
— ¿En serio? Yo juraba que habías sido tú.
— Si hubiera sido yo, probablemente te hubiera pedido algún consejo.
— Sí, se me hacía algo raro que no lo hubieras hecho. — ahí se dio cuenta de que se habían desviado del tema. — Como sea, creo que hay algo que puedes hacer para demostrarle todo lo que ya te dije.
— ¿Qué cosa?
— Sé sincero, Ame es la persona más sencilla del mundo. Si tratas de exagerar tu disculpa ella quizás se ofenda, así que trata de sólo expresarte con honestidad, y tal vez un detalle pequeño no haga daño.
— ¿Eso crees? Pero sé sincero, no me estés haciendo ilusiones.
— No te estoy haciendo ilusiones; es en serio. De verdad creo que puedes volver a ganarte su confianza si te esfuerzas lo suficiente.
— Bien... — ahora había que tratar el otro tema. — ¿y nosotros?
— ¿Nosotros qué?
— Dijiste que no estás enojado, pero no sé si estás demasiado decepcionado.
— Bueno, si hubieras tratado de huir de tus errores tal vez lo estaría. — confesó. — Siendo sincero, estoy algo orgulloso de que hayas sido lo suficientemente maduro como para no salir corriendo cuando te enteraste que venía.
— Ah, sí... claro.
— Es broma, Ame te obligó ¿no es cierto?
— Sí...
— Quédate tranquilo. — puso una mano sobre el hombro del contrario. — Nos conocemos de casi toda la vida y han pasado muchísimas cosas desde entonces, contando lo de Akane, y a pesar de todas las cosas que has y el daño que causaste intencional o accidentalmente... quiero que entiendas que somos amigos y por eso quiero lo mejor para ti; es por eso que me preocupo tanto de ti y lo que haces con tu vida, pero para algo acordamos que cada quien haría lo suyo.
— ¿O sea que estás bien con que haga lo que quiera siempre que yo no esté en problemas?
— Sí, creo que lo último que querría es que te hagas daño por meterte en algo peligroso o estar del lado equivocado que quizás creas que es el correcto.
— Si lo hiciera, probablemente sí estarías regañándome.
— Y tú quizás estarías huyendo, pero me alegra que ese no sea el caso. No soporto tener que pelear contigo, ¿sabes?
— Pero lo harías si fuera necesario. — esbozó una ligera sonrisa, sintiéndose un poco más animado por la conversación.
— Sólo si fuera necesario.
— Gracias por eso, admito que te extrañé.
— Lo sé, yo a ti también. ¿Abrazo?
— Siento que esto se está volviendo un poco gay y me asusta.
— No seas así de raro, un abrazo entre amigos es normal. — casi lo obligó a abrazarlo. Casi, porque al final terminó abrazándolo por voluntad propia.
☂️ 2 capítulos para el final, ¿cómo se sienten?
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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