Ame no estaba de humor, así que sólo dejó a Koko en la cama de la habitación donde lo dejó quedarse el día anterior y luego se fue.

Al uno que, aunque no quisiera hacerlo, tendría que agradecerle por haberle comprado esas cosas a la niña; después de todo la hicieron muy feliz.

— Así que, en resumen, gracias. Sigo sin perdonarte, pero Suki se puso contenta con los regalos que le diste.

— ¿Y por qué sigues enojada? De hecho, déjame volver a decirlo. Es comprensible que estés enojada, pero estás viendo con tus propios ojos que tengo buenas intenciones.

— ¿Seguro? ¿No viniste a vender a tu hija?

— No, ¿lo ves? Eso es de lo que hablo; te haces ideas locas de cosas que no van a pasar.

— Bueno, te dije que las pandillas fácilmente se convertían en organizaciones criminales pero tú no me hiciste caso, ¿y qué pasó entonces? Ajá, te metiste en algo serio y luego me dejaste sola porque pensaste que me ponías en peligro. No sé en qué estabas pensando, en serio, y luego regresas como si nada a reparar tus errores.

— ¿Qué querías que hiciera? Tú siempre dices que no se puede escapar de los problemas así de fácil; yo sólo quería hacer lo que consideré correcto.

— Es que yo no te pedí que volvieras.

Se quedaron en completo silencio después de ese comentario.

— Bueno, si te ibas a poner así, quizás no debí haber vuelto.

— No, eso lo entendiste mal.

— Pero a fin de cuentas significa lo mismo, ¿cierto? Quieres decir que no querías que volviera en primer lugar.

— No quiero decir que no quería que volvieras; sí quería que volvieras.

— ¿Y entonces?

— No contaba con que volvieras, y decidí no hacerme ilusiones.

— Eso... — se quedó analizando sus palabras. — ¿eso qué quiere decir?

— Escucha, sí me dolió cuando te fuiste y no regresaste como dijiste que lo harías, pero lo acepté rápido. Es decir, mi papá me abandonó y luego tú así que y pensé “supongo que era algo de esperarse”; supuse que si te habías ido significaba que no ibas a regresar más. Me las arreglé por mi cuenta, di a luz, crié a Suki, pude estudiar astronomía y todo lo hice sola; creo que... fui egoísta y pensé que si yo no le guardo rencor a mi papá porque él jamás regresó ni lo conocí, quizás eso sería lo mejor para Suki también... que no te conociera ni se hiciera ilusiones, que no se encariñe contigo y luego tú hagas algo que la pueda lastimar. De alguna manera, no esperaba que volvieras por eso y cuando volviste estaba confundida y enojada contigo, pero más confundida, supongo.

— Oh... yo pensé que estabas enojada porque me fui, pero ¿estás enojada porque volví y crees que me voy a volver a ir luego de que la niña se encariñe conmigo?

— Es más o menos un buen resumen. — recapituló. — Sé que tus intenciones son buenas, pero después de todo lo que pasó no puedo evitar desconfiar de ti.

— Así que, ¿ya no confías en mí?

— Justo ahora, no.

— Hmm... yo que guardaba esto conmigo. — le mostró la moneda en forma de collar.

— ¿Esa es la moneda que te di hace como 12 años? ¿Por qué la guardas?

— Creo que porque fue la primera que me diste... o porque me la diste tú, como sea, era símbolo de la confianza que me tenías y ahora dices que ya no confías en mí, entonces... ¿la quieres de vuelta?

— No parece que me la quieras devolver en realidad.

— La he llevado 12 años conmigo, creo que ahora... tiene eso de valor emocional o como sea que le digan.

— Quédatela, supongo que te la regalé y ahora es tuya. — insistió, pensando en lo raro que era que tuviera esa moneda todavía.

— Oye.

— ¿Qué?

— ¿Qué demonios pasó con nosotros? Es decir, antes discutíamos, pero eran pequeñeces sin sentido y casi siempre estábamos. ¿Por qué de pronto no puedo tener una conversación normal contigo sin pelearnos?

— Me sorprende que hagas preguntas tan obvias. — le contestó. — Las cosas ahora son diferentes; estuvimos separados y cada uno tuvo que lidiar con sus propios problemas.

— ¿Tú crees que me puedas perdonar por lo que pasó para que volvamos a ser como antes?

— Después de todo este tiempo, las cosas no van a ser como antes jamás. — le volvió a responder. — Pero sí, tal vez algún día pueda perdonarte.

— ¿Y qué exactamente es lo que hace falta para que ese día llegue?

— Algo de tiempo, y que demuestres bien qué es lo que sientes y quieres.

— Bien, entonces... creo que sólo puedo esforzarme.

— Conserva algo de dignidad; no tienes que ponerle demasiado esfuerzo.

— Pero hablo en serio cuando te lo digo; realmente quería que estuviéramos juntos otra vez.

— Las cosas no siempre salen como uno quiere. — defendió su punto. — Menos cuando le hiciste daño a alguien y luego pasaste nueve años sin ver a esa persona; la gente cambia.

— ¿Y en este caso eso quiere decir que ya no me quieres?

— Quiere decir que necesito pensar mucho en todo lo que está pasando. Suki parece estar contenta de que estés aquí, y no quiero que se decepcione.

— No la voy a decepcionar; estoy aquí para hacerla feliz y ser el padre que se merece porque... a fin de cuentas es mi hija también.

— Bien, sólo espero que cumplas con tu palabra.

— Por favor, ¿cuándo te he decepcionado? De hecho, olvídalo, me escuché a mí mismo mientras lo decía.

— Ajá.

— Pero técnicamente lo que dijiste significa que estás dispuesta a perdonarme si demuestro que valgo la pena, ¿no es cierto? Porque mi dignidad me dice que no vale la pena rogar y alguna otra parte de mí quiere intentarlo de todas formas si dices que sí.

— Como quieras; no entiendo cómo funciona tu lógica de todas formas.

— Entonces buscaré alguna cosa que pueda hacer y que demuestre que todavía me importa, como... no tengo idea, pero ya pensaré en algo.

— Bien, parece que encontraste algo para hacer mientras estás aquí. Sólo no te olvides de conseguir un empleo... legal, porque no te quiero aquí como un mantenido.

☂️ Faltan como 4 capítulos para el final porque... no quiero que se alargue mucho la historia, y 22 capítulos me parece razonable.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.