016

— Estás mojando mi piso. — Ame le habló a Koko mientras él entraba.

— Vine mientras estaba lloviendo; no recordaba que fueras tan mala.

— Soy mala con la gente que es mala conmigo.

Estaba llena de rencor, pero él entendía eso; probablemente se sentiría igual si estuviera en su lugar, así que se limitó a seguirla.

— ¿Cómo se llama ella? — le preguntó.

— Mi hija se llama Suki.

— ¿Y cómo... cómo luce?

— Diría que tiene tu color de cabello, pero parece que te lo teñiste. Una lástima, lo único que cambiaste era lo único que tenías en común con ella.

Él ya no dijo nada más; sólo caminó detrás de ella mientras se aproximaban lentamente a la habitación donde estaba la niña. Se preguntaba cuál sería su reacción al verlo, y de pronto tuvo miedo de que ella lo odie por haberlas dejado a su suerte.

Ame también estaba demasiado enojada y temperamental, pero no podía culparla por eso.

Se detuvieron después de haber caminado un poco más.

— ¿Es aquí?

— Sí, sólo... te dejo que la veas porque también es tu hija, pero no quiero que te quedes más tiempo del necesario. — sus palabras fueron bastante claras. — Voy a entrar yo primero a hablar con ella y luego te diré cuando puedas entrar.

Entró a la habitación sin decir más, probablemente le estaba diciendo a la niña lo que estaba pasando. Se sintió mal porque la pequeña pasó su vida pensando que él había muerto; en su pequeña cabecita no cabía la idea de que su papá quisiera alejarse de ellas ni de que estuviera metido en algo tan peligroso que lo obligó a hacer. Debió ser difícil para las dos, en especial para Ame; ahora también debía estarla pasando difícil mientras le decía a su hija que su padre no había fallecido sino que se fue y ahora estaba de vuelta porque la quería conocer.

Una vez escuchó la voz indicándole que podía pasar, entro con lentitud y vio a la niña con su mirada expectante, con ligera confusión y algo de curiosidad.

No sabía muy bien qué decirle a la niña, pero necesitaba algo que cause una buena primera impresión. Además tenía miedo de la reacción que Ame pudiera tener con lo que diga porque luego seguramente lo echa de la casa a escobazos.

“Hola, soy tu papá que te abandonó antes de que nacieras; perdón por eso, pero gusto en conocerte.” Era demasiado directo.

“Soy yo, tu papá. Sé que me fui y las dejé solas, pero ahora estoy aquí otra vez y no tengo pensado volver a irme.” Mejor, pero no estaba seguro de si debería decirle eso a una niña.

“Hola, gusto en conocerte.” ¿Eso era todo lo que tenía que decir después de nueve años?

— ¿Eres mi papá? — la niña se acercó a preguntarle.

— Sí... sí, lo soy.

— Yo soy Suki. — ella entrecerró los ojos, como si lo estuviera analizando de pies a cabeza, y luego volvió a hablar. — Tú te fuiste y dejaste a mami sola.

— Pero... no lo hice porque no la quisiera; fue porque pensé que la estaba protegiendo.

— La pusiste triste. — Koko tuvo que agacharse para poder hablar con la más pequeña.

— Lo siento, ya sé que estuvo mal y que les hice daño, pero genuinamente vine hasta aquí para enfrentar y reparar mis errores.

— No lo entiendo. ¿Qué es exactamente lo que vas a hacer?

— Bueno, umm... ¿cuántos años dijiste que tenías?

— 8 y medio.

— Está bien, así que aunque no estuve los primeros ocho años y medio, ahora estaré para lo que tú y tu mamá quieran.

— No hace falta. — interrumpió la mujer. — Ya me las arreglé sin ti.

— No te pido que me perdones de inmediato, pero por lo menos déjame ser parte de la vida de mi hija.

—.... — se mantuvo en silencio, cruzando los brazos y con la mirada perdida en un rincón de la habitación; no sabía bien cómo responder a eso.

— Técnicamente nunca nos divorciamos, ¿sabes?

— Ganas no me faltaron, pero para un divorcio hacen falta las firmas de ambos y por obvias razones no sabía dónde estabas.

— Aunque sea dame la oportunidad. — insistió.

— Dije que te dejaría entrar para conocerla, es todo, y ya la conociste.

— Ni siquiera tengo a dónde ir.

— Es tu problema, yo no te dije que vinieras y esperes que te deje quedarte después de todo lo que tuve que pasar por tu culpa.

— Mami. — Suki se acercó a ella, mirándola con sus ojitos de súplica. — Yo también quiero un papá. — sus palabras la hicieron sentirse culpable; quizás estaba siendo demasiado orgullosa.

— ¿Por favor? — Koko imitó el gesto de la menor.

—...Ah, bueno. — accedió de mala gana. — Te puedes quedar, pero te mandaré a una habitación lejos de mí.

— No volver a la lluvia me basta.

— ¿Segura de que quieres que se quede, Suki? — la mayor le preguntó a su hija, a lo que ella asintió.

— ¿Se reconcilian?

— No te... puedo prometer eso, linda.

— No molestaré. — Koko afirmó. — Pero en serio quiero que sepas que si estoy otra vez aquí es porque sabía que estarías enojada y vine aún así porque quiero que me perdones y... que todo vuelva a ser como antes.

— Creo que es bastante difícil que las cosas vuelvan a ser como antes considerando todo lo que ha pasado.

Fue entonces que una pregunta llegó a la mente de Kokonoi.

— ¿Estás saliendo con alguien?

— ¿Qué? No, creo que después de que te fuiste entendí que no se puede confiar completamente en alguien.

— Y... ¿qué hay de Inupi?

— Viene aquí de vez en cuando a ayudar. — contestó. — Él también estaba algo decepcionado; no sé qué pensará  cuando se entere de que estás aquí.

— Claro... — también tenía que pensar en qué le diría a él cuando lo viera.

— Ya es la hora de dormir de Suki. — cargó a la niña en brazos. — Luego regreso contigo.

— ¿Podemos hablar de esto antes de que me obligues a ir a dormir a mí también?

— No, no tenemos nada más que hablar; creo que ya te dije lo suficiente cuando te vi en la entrada. Además, antes de que te duermas te secas porque en serio estás mojando todo a tu paso.

— Como digas, pero no... no tengo más ropa; sólo vine lo más rápido que pude.

— ¿No pensaste en nada antes de venir?

— Sólo en que quería verte y arreglar las cosas.

— Lo que sea, en la habitación hay un armario y ropa limpia que supongo que te puede servir, y si no te sirve te conformas.

Estaba siendo muy mala, pero no tanto como se imaginó que lo sería. Quizás podría tener una oportunidad de que lo perdone.

☂️ No sé qué decir hoy, vamos avanzando.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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