011
— No, es que si lo dejamos así vamos a volver a hablar de esto en otro momento, así que bien; supongamos que tienes razón-
— Bueno, “supongamos”.
— Supongamos que me gusta Ame, ¿y luego qué? Me llevó como 5 años nada más ganar su confianza; ella en definitiva no me ve a mí como nada más que un amigo. Conociéndola, quizás se confunda o... se burle, no lo sé.
— No me digas... ¿tienes miedo a que te rechace?
— ¡No! Esto es... una suposición, ¿recuerdas?
— Bien, suponiendo que todo fuera posible... te diría que sólo empieces por invitarla a salir. Digo, ya que su mamá la deja hacerlo.
— ¿A salir como... en una cita?
— Pues sí, ¿de qué otro modo podrías hacer que sepa que te gusta sin comprometerla por completo ni decirlo directamente?
— Bueno, y... suponiendo que quiera invitarla a salir... ¿cómo... debería hacerlo?
— Suponiendo que quieras hacerlo, sólo deberías decírselo. A ella suele gustarle la gente que es directa, así que si le hablas con sinceridad ella aceptará. Por supuesto también tendrías que considerar que no deberías invitarla a salir si no te sientes para ello, pero bueno, todo esto es suponiendo que la invites a salir, pero dices que no vas a hacerlo, ¿no?
— No, no, es sólo... una situación hipotética; no es como que yo realmente... piense en invitarla a una cita, porque eso implicaría admitir que ella me gusta, y eso no va a pasar.
— Ajá...
No estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer, pero si iba a hacerlo, entonces debía hacerlo bien.
—...¿Quieres salir en una cita conmigo? No, eso hace que suene como un inseguro. — se habló frente al espejo. — Tú, yo, una cita. No, eso es demasiada confianza. He estado pensando, y creo que eres muy agradable... ¿te gustaría salir a algún lado conmigo? No, eso es muy elaborado. ¿Saldrías conmigo? No, sal conmigo. ¡¿Por qué es tan difícil?! — estaba frustrado, pero no sé le podía culpar por algo como eso. — Lo estoy pensando demasiado, ¿para qué siquiera la quiero invitar a salir...? Es increíble que Inupi haya logrado meterme ideas raras en la cabeza.
Y aún pensando de ese modo, decidió terminar con eso de una vez por todas. Si ella lo iba a rechazar, lo haría sin importar la forma en que se lo pidiera; ya le daba un poco igual. Se dirigió a la casa de la fémina y fue directamente a hablar con ella, quien estaba tranquilamente sentada en el salón principal.
— Salgamos en una cita.
Ame casi escupe el té que estaba bebiendo al escuchar eso.
— ¿Disculpa? — preguntó, sólo para asegurarse de que había escuchado bien y su mente no la estaba engañando.
—...Nada, olvídalo.
— No, nada de “olvídalo”. ¿Me acabas de invitar a una cita?
— Si te vas a poner así, entonces hazme caso y olvídalo.
— No me estoy... poniendo de ningún modo; sólo háblame claramente.
— Te hablé claramente; eres tú la que quiere que lo repita.
— Sólo necesito asegurarme de que no me estoy confundiendo; dilo una vez más.
— Salgamos en una cita.
— Ah... sí entendí bien. — su mente trató de procesar lo que había escuchado. Para ser sincera, no se lo esperaba de él y estaba algo confundida.
— Escucha, si no quieres no tienes que hacerlo; era una sugerencia y-
—...Está bien.
— ¿Qué?
— Sí, está bien, lo que sea; saldré en una cita contigo. — quiso disimular el hecho de que estaba avergonzada y con la cara roja al beber té.
— Oh, bueno... fue mucho más fácil de lo que esperaba.
— Lo hago porque ahora confío en ti, así que no vayas a hacer nada que arruine eso, por favor.
— Bien, bien, puedo comportarme por un día.
— ¿Y a dónde me vas a llevar exactamente?
Ahora sabía qué era eso en lo que había olvidado pensar.
—...¿Es una sorpresa?
— Sé que es mentira, pero lo dejaré pasar.
— Por lo menos no eres una mujer exigente.
— ¿Y cuándo piensas llevarme?
— Tampoco pensé en eso, ah... ¿mañana?
— Mañana, entonces. ¿A qué hora con exactitud?
— ¿A qué hora puedes?
— Estamos hablando de mí; siempre estoy libre.
— Cierto, entonces... ¿a las dos de la tarde?
— Está bien para mí.
Ahora, ¿a dónde demonios llevas a una persona como Ame? Ella no conoce casi nada del mundo fuera de su casa, y a pesar de que ya salió una vez con ellos y un par de veces antes... no estaba seguro de qué lugar podría gustarle.
Si le ponía demasiado esfuerzo, a ella quizás no le gustaría; no podía llevarla a ningún lugar que luciera costoso para intentar impresionarla ni nada así. Ella era una persona muy simple, pero ¿cómo impresonas a una persona tan simple y sofisticada a la vez?
Era extraño; Ame era demasiado inusual. Tenía mucho dinero, pero el mismo corazón de una persona a la que le falta.
Tampoco podía llevarla a un lugar muy simple porque parecería que no le puso esfuerzo a su cita. ¿Qué debería hacer, entonces? ¿Y para qué se esforzaba tanto para impresionarla?
Las palabras de Inui vinieron a su mente en ese momento: “¿Alguna vez has pensado en cómo sería besar a Ame?” No, en realidad jamás había pensado en eso; él nunca vio a la fémina como algo más que una amiga... y aún así acababa de invitarla a una cita.
Quizás sólo estaba confundido esa era su forma de averiguar lo que realmente sentía; eso debía ser. La invitó a salir para aclarar sus sentimientos, y que pase lo que tenga que pasar durante su cita. Sin forzar nada; dejará que las cosas fluyan y... ¿qué iba a hacer si pasaba algo importante?
Está bien, no, ni siquiera había pasado nada todavía; no se podía adelantar a los hechos.
Sólo debía... calmarse, y lo que deba pasar, pasará.
Bien, ahora debía prepararse mentalmente para el momento y pensar bien el lugar donde la llevaría. Nada más, no pensaría en la gran cantidad de posibilidades que habían y todas las formas en las que eso podía terminar; iba a estar calmado.
☂️ Tantas cosas que vienen, en fin.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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