008

— ¿Qué?

— Te presté ese libro hace más de un año y claramente te dije que lo cuides; me dijiste que lo ibas a devolver una vez terminaras de leerlo y no lo hiciste. — recordó todo exactamente cómo pasó ese día. — Necesito ese libro de vuelta.

— Tú lo dijiste; me lo prestaste hace más de un año. ¿Cómo voy a recordar dónde lo dejé?

— ¿Lo PERDISTE? — preguntó con claro enojo en su tono de voz.

— No, no lo perdí... sólo no recuerdo dónde lo dejé.

— ¡Te dije que no lo perdieras! Ese libro es de mi mamá, ¿y si lo busca y me pregunta qué pasó con ese libro?

— No preguntó por el libro en más de un año; no creo que lo haga ahora.

— Te advertí que no podía pasarle nada a ese libro; te lo dije y me aseguraste que lo ibas a devolver.

— ¿Nos podemos concentrar en un asunto a la vez? Hace un momento estábamos bien e íbamos a pedirle permiso a tu mamá para que te deje salir.

— Pues no me dejará salir si alguien perdió su libro.

Inui observó a ambos mientras otro conflicto se formaba. Literalmente acababan de arreglar sus diferencias y ya estaban peleando de nuevo; eran peor que una pareja de esposos. ¿Qué se supone que haría ahora para evitar otro desastre?

— Espera, Koko. — el rubio recordó algo. — ¿Recuerdas el otro día cuando estuve en tu casa?

— ¿Sí?

— Te dije que tu habitación estaba muy desordenada, luego recogí un libro del suelo y me lo llevé porque olvidé que lo tenía conmigo. ¿No es éste? — de forma conveniente, él traía consigo el mismo libro que recogió antes de la casa de Kokonoi.

— Inupi fue más responsable que tú sin darse cuenta de que lo estaba siendo.

— ¿Podemos sólo irnos ya y hablar con tu mamá para dejar esto atrás?

— Lo siento, pero no. — la madre de Ame ni siquiera lo pensó antes de responder a la propuesta de los tres.

— Pero, mamá, ¿no crees que ya soy un poco grande para seguir encerrada en casa?

— Es por tu seguridad, y no sé qué pueda pasarte donde no te puedo ver.

— Nosotros estaremos con ella en todo momento si la deja salir un rato. — Inui habló.

— Sí, sí, la traeremos de vuelta a su hija sin un sólo rasguño en su cara. — acarició la cabeza de Ame como si fuera una niña.

— No lo sé, jamás había dejado que mi hija salga desde que dejé de llevarla a la escuela tradicional, y aún entonces ella no caminaba a ninguna parte; siempre me aseguraba de que estuviera a salvo.

— Se lo puedo asegurar; con nosotros está a salvo. Además, ¿qué cree que va a pasar si su hija sigue encerrada toda su vida? Sólo mírela. — Kokonoi tomó la cara de la fémina con sus manos para luego apretar sus mejillas. — Totalmente indefensa, jamás ha comido una hamburguesa y sólo tiene dos amigos. Jamás ha experimentado la dicha de salir con sus amigos y nunca lo hará si usted no la deja; es tan pequeña e inútil por su cuenta que nunca aprenderá a hacer nada en esta enorme mansión.

— Por favor, no vuelvas a cuestionar la forma en que crié a mi hija. — suspiró. — Pero... si Ame realmente quiere salir y ustedes prometen cuidarla. — la chica asintió con su cabeza, dado a que aún la sostenían y no podía responder.

— Prometemos que haremos lo que podamos para que no le pase nada. — afirmó Inui.

— Bien... pero por favor, regresen para las 8:00.

— Sí señora, le traigo a su hija las 8:00.

A ella le sorprendió lo fácil que les resultó a ellos convencer a su mamá de sacarla, pero más importante, ¡sí iba a salir! Estaba tan emocionada que apenas podía pensar con claridad.

— Por cierto, ¿qué hora es? No sé si dije que te traeríamos de vuelta a las ocho y son las siete o algo así.

— No, apenas son las 4:00. — le contestó Inui. — Tenemos bastante tiempo para salir y que Ame haga... lo que sea que quiera hacer afuera.

— ¿Qué es exactamente lo que quieres hacer?

— ¡De todo! Pero primero creo que quiero probar una hamburguesa; eso es lo primero en mi lista de cosas que quiero hacer.

— Bien, entonces prepárate y vamos afuera; sólo trae cosas que sean realmente necesarias.

Para su desgracia, Ame fue criada de forma no tan convencional, y las cosas que ella considera útiles no lo son tanto para los demás. Resulta que la madre de la fémina quería que ella supiera cómo defenderse, así que se encargó de que ella recibiera educación sobre defensa personal y compró cosas para cualquier eventualidad por si algún día su hija llegaba a salir.

Ambos chicos se quedaron en la entrada de la casa esperando a que ella saliera, y mientras tanto, ella estaba tan nerviosa que empezó a hablar consigo misma.

— Bien, calma Ame, esta es la primera vez que sales en... prácticamente toda tu vida. — se dijo mientras empacaba unas cosas en un bolso cruzado. No sabía qué iba a necesitar allá afuera, así que decidió llevarse... unas gafas de visión nocturna y un garfio volador. — Es tu primera salida de chica normal. No te preocupes; todo saldrá bien y definitivamente no pasará nada malo. — empacó un par de cosas más y se dio cuenta de que su hurón se había metido en su bolso. —...Bien, tú puedes venir también. — suspiró. — Todo saldrá bien; sólo actúa natural.

Los dos chicos se sobresaltaron cuando la puerta se abrió de golpe y Ame llegó gritando de la emoción.

— ¿Estamos seguros de que ella va a poder manejar el mundo real? — preguntó Koko mientras empezaban a caminar hacia la reja de la casa.

— Ella estará bien siempre y cuando no la perdamos de vista.

La chica se detuvo frente a la reja de su casa, la cual ya estaba abierta, y miró el exterior por un momento mientras empezaba a sentirse algo asustada. Jamás se había alejado demasiado de su casa, ¿y si de verdad su mamá tenía razón y se estaba confiando mucho?

— ¿Qué tienes? — Kokonoi le preguntó.

— Es sólo que... nunca he estado lejos de casa.

— ¿Tienes miedo?

— Koko, no seas así. — lo regañó el rubio a su lado.

— Ya, lo siento. — pensó en algo que pudiera decirle para que saliera rápido. — Si no te apresuras, no alcanzaremos a ir a comprarte una hamburguesa.

— Estoy yendo, estoy yendo.

Dio un paso fuera de la casa, sintiéndose algo extraña, y luego miró hacia atrás. Algo harto de lo lento que estaba yendo todo, Koko tomó la mano de la fémina y la arrastró fuera porque "si no, estarían ahí toda la vida".

☂️ No me tardé como un mes en actualizar esta vez. Es que ya me llegó otra vez la inspiración para esta historia.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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