002
— ¡No puede ser, mira! ¡Está lloviendo! — la chica tomó a su amigo del brazo para arrastrarlo hasta la entrada al jardín de su casa.
— ¿Por lo menos me prestas una sombrilla? Yo no juego en la lluvia como tú.
— Toma. — le entregó una que ya tenía preparada de antemano; sabía que él diría eso. Ella, por su parte, se puso su impermeable y botas antes de que ambos salieran al jardín, donde ella inmediatamente comenzó a correr por todas partes seguida de Kokonoi.
No había muchas cosas en las que coincidieran, pero de alguna forma lograban llevarse bien.
— El jardín de tu casa es muy grande. — mencionó él.
— Es lindo, ¿no? Tiene muchísimas flores, y cuando llueve aquí suele haber barro. Desearía poder ensuciarme, pero no soy un animal; después de todo como mujer tengo que mantener algo de decencia.
— No te hagas la refinada ahora.
— Es que mamá se enoja si me ensucio mucho mientras juego en la lluvia. — confesó. — Como sea, ¿ha pasado algo interesante en tu vida?
— No mucho, ¿y qué hay de ti?
— Menos, mi vida es demasiado aburrida; no sé porqué la gente piensa que tener dinero es genial. Tengo taaantas responsabilidades, y nunca puedo hacer lo que quiero; todos en ésta casa siempre están tratando de hacer y decidir todo por mí para que no tenga que preocuparme por nada, pero yo también quiero decidir sobre mi vida.
— ¿Y qué quieres hacer con tu vida?
— ¿Hm?
— ¿Qué es lo que quieres hacer con tu vida cuando seas adulta?
— Ah... en realidad no lo había pensado; la mayoría de la gente espera que sea artista como mamá, pero a mí eso no me apasiona tanto...
— ¿Cómo quieres decidir sobre tu vida si no sabes lo que quieres?
— Deja de juzgarme, estoy pensando... ¡astronomía! ¡Puedo estudiar astronomía!
— ¿Astronomía?
— Me encanta estudiar las estrellas y constelaciones, además de la luna y los planetas, las galaxias y todo el universo; también tengo el conocimiento necesario de matemáticas para estudiarlo. Es algo que me gusta; creo que es una carrera que va mucho conmigo.
— Pensé que serías meteoróloga o veterinaria.
— Ay, pero la meteorología es aburrida.
— Yo desearía tener tu vida; se ve realmente cómoda y pareciera que tienes todo resuelto.
— No, tú no quieres ésto.
— Sí, sí lo quiero. — volvió a afirmar él. En ese momento, una de las mucamas llegó has donde ellos estaban con una sombrilla.
— Señorita Ame, su madre me pidió que le dijera que no se quede más tiempo en la lluvia; se va a resfriar. — informó.
— Ya vamos. — habló antes de caminar de vuelta adentro seguida de Kokonoi.
— No entiendo cómo puedes odiar ésto, Kimura.
— No me tienes que llamar por mi apellido, ya nos conocemos desde hace un tiempo; puedes decirme sólo Ame. Y no lo odio, sólo es... algo aburrido vivir entre tantos lujos sin tener el derecho a divertirme y vivir mi vida como yo decida, ensuciándome y juntando cosas que encuentro en el suelo junto a mi fiel hurón compañero.
— Suena como si quisieras ser una aventurera. — dejó la sombrilla en su lugar una vez estuvieron adentro.
— Ah, eso también sería lindo, pero tristemente no es una profesión. — habló mientras se volvía a quitar el impermeable y las botas.
— Ame. — una mujer, quien el chico supuso era la madre de Ame, se puso frente a ellos y notó la presencia del menor. — Oh, tú debes ser el amigo que siempre viene a visitar a Ame.
— ¿Habla japonés? — pensó en voz alta.
— Por supuesto que hablo japonés; ¿cómo podría vivir y trabajar en Japón si no lo hiciera? — contestó con obviedad.
— Cierto...
— Me alegra mucho que te tomes el tiempo de venir a visitar a mi hija; ella no ha tenido un sólo amigo en toda su vida.
— ¡Mamá! — la fémina se sonrojó de la vergüenza.
— La mayoría de las personas suelen acercarse a ella por el dinero, pero tú no eres así ¿o sí? — cuestionó, esta vez se oía mucho más seria y parecía que lo estaban juzgando con la mirada, cosa que lo hizo asustarse un poco.
— No, señora, por supuesto que no. — su voz tembló levemente al responder; quizás estaba más asustado de lo que creía.
— Bien, entonces... espero que ustedes dos puedan seguir siendo amigos y mi hija no tenga que quedarse sola; aunque es muy independiente va a necesitar algo de compañía a veces.
Poco a poco, unos pocos años fueron pasando; siguieron viéndose de vez en cuando sin alejarse mucho de la casa de la chica por petición de la madre de la misma, y lograron volverse un poco más cercanos.
— ¿Un libro sobre cómo hacer dinero? — la pelirroja cuestionó lo que le estaban pidiendo.
— Iba a ir a la biblioteca hoy, pero pensé en preguntarte a ti primero y luego ir allá para leer. La biblioteca de tu casa es enorme, así que pensé que podrías tener algo que me sirva.
— Hmm... — pensó por un momento. — creo que tengo algo, déjame ver.
Aprovechando que estaban en la biblioteca, la chica caminó hacia la escalera que reposaba sobre uno de los estantes y subió; buscó el libro en el que había pensado durante unos minutos y luego volvió a bajar la escalera para entregarle el objeto a él.
— ¿Éste?
— Sí, ese es un buen libro; al menos eso dice mamá, y ella es millonaria. Dijo que aprendió muchas cosas con ese libro, así que te lo voy a prestar, pero me lo regresas cuando termines de leerlo. — el contrario asintió.
— Gracias; no creo que tarde mucho leyéndolo.
— Irás a la biblioteca, ¿verdad? Anda, ve, pero no te vayas a dormir ahí ni nada por el estilo.
— ¿Quién se dormiría en la biblioteca?
— Una persona muy cansada, quizás. No soy nadie para juzgar los hábitos de la gente. Escucha Koko, ese libro es muy importante para mí mamá, así que necesito que me prometas que lo vas a cuidar como si fuera tu propia vida o la que va a sufrir las consecuencias soy yo.
— ¿No tienes permitido prestar los libros de tu biblioteca o algo así?
— Sí los puedo prestar, pero obviamente mi mamá se enojará si alguien los daña; por eso te estoy pidiendo que lo cuides.
— Está bien, tranquila; lo traeré intacto.
☂️ Luego viene lo interesante.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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