7: Purple Skin




Los malestares en Baekhyun se volvieron abrumadores, no podía pasar un día sin que estuviera letárgico y lánguido, con el estómago incapaz de aceptar cualquier alimento. Siendo ya dos semanas, el doncel hubiese pensado que cualquier indigestión vendría y pasaría, pero no fue así.

Le preocupaba que su estado se debiera a algo mucho más serio. Así que ese mismo día acudió con el médico, alguien poco conocido y con ningún nexo con su esposo.

Después de la discusión entre Chanyeol y Sehun en el consultorio, su matrimonio se volvió todavía más terrorífico. Sehun no paraba de decirle que era un inútil que seguramente convenció a Chanyeol de sus locuras. No había nada más patético que un hombre incapaz de admitir su derrota.

Lo que era todavía peor, su mal genio que se regaba por toda la casa.

Baekhyun estaba harto. De todo. De Sehun, de su familia, de Park Chanyeol, especialmente, y de sus torpes hormonas que lo llevaron a cometer estupideces.

-Así que tienes malestares -comentó el joven médico de aquella pequeña clínica a las afueras de Seúl.

-No han parado -se quejó.

-Entonces..., vómito, mareos y cansancio...

El médico, un doncel encantador llamado Choi Heechul, lucía muy nervioso, quizás porque era su primer mes dando consulta luego de la especialización donde conoció a su ahora esposo, Choi Siwon, quien fue entonces su profesor.

-¿Eres sexualmente activo?

Y Baekhyun sabía perfectamente por dónde iba el rumbo de la conversación.

-Sí, pero..., usamos protección

-Los condones fallan veces de las que se creería, y aún si utilizas un dispositivo, el cuerpo de un doncel siempre querrá salirse con la suya.

-Entonces, ¿podría estar en cinta?

-Es lo que creo. Te haremos una prueba de sangre para confirmarlo.

"¿Byun Baekhyun..., embarazado del primo de su esposo?", le increpó su conciencia con tono mordaz, duro. "Eres realmente brillante".

Pero Baekhyun se tranquilizó a si mismo diciendo que bien podría no estar en cinta. Sus malestares no eran exclusivos del embarazo. Era su única escapatoria.

El doctor Heechul le tomó la muestra y la llevo al laboratorio, y, a petición de Baekhyun, la evaluó ese mismo instante. Mientras tanto, volvió al consultorio para acompañar al joven doncel que temblaba como una ramita abatida por el viento.

-¿Te encuentras bien?

-... Es solo que..., desde hace mucho tiempo he querido tener hijos -no pudo evitar comentar con una sonrisa amplia-. No me lo esperaba.

-Pues tu esposo estará muy feliz -indicó viendo la costosa sortija que adornaba el dedo anular de Baekhyun.

Y la simple mención de Sehun trajo a Baekhyun de vuelta a la realidad.

Ese posible bebé era el fruto de su aciaga aventura con Chanyeol, el PRIMO de su esposo. Como si ello no fuera de por sí perturbador, no había la posibilidad deshacer pasar a ese niño como hijo legítimo de su matrimonio porque él mismo se encargó de decirle que sobre su infertilidad. Tampoco podría someter al bebé a vivir bajo la familia Oh. Sería un infierno que ninguno de los dos soportaría.

-Yo también estoy en cinta -comentó Heechul al ver ligeramente aprensionado a su paciente-. Tengo tres meses.

-Y tienes esposo..., alguien que seguramente te ama muchísimo -dijo y sintió envidia por ello.

Porque Sehun no lo amaba, nunca lo hizo y él fue un tonto al acceder a un matrimonio así de sórdido.

Y porque ese niño era de alguien más, alguien por quien su corazón se sacudía y apretaba con fuerza; alguien de quien desde un inicio estuvo prohibido enamorarse porque jamás podría ser correspondido.

Park Chanyeol.

-Cariño, los resultados de los exámenes -intervino un alto hombre moreno, atractivo y serio que se acercó a Heechul para entregarle una hoja membretada.

-Gracias, Siwon.

El hombre, de quien Baekhyun no supo que se trataba de otro médico, hizo el ademán de un saludo antes de retirarse. Le dio una tierna y cariñosa mirada a su esposo doncel, junto a un guiño coqueto.

Heechul se sonrojó.

Baekhyun lo vio todo sintiendo un fuerte dolor en el pecho porque él también quería eso, alguien que lo mirase con amor y adoración.

-Veamos... -canturreó mientras se disponía a leer los resultados-. Tienes un mes de embarazo. Felicidades.

El muchacho sonrió amplio, pero sus ojos no denotaron toda la alegría que la noticia le producía.

"¿Cómo se lo dirás a Sehun?", fue nuevamente su conciencia. "¿Cómo se lo dirás a Chanyeol?".




****




Luego de pensar muy bien en lo que haría, porque era obvio que no podía seguir ni en esa casa ni en ese matrimonio, regresó a la mansión. Sehun no estaba, felizmente, pero sí un ramo grande de flores rosadas que destacaban en la monocromática sala.

-Son flores para usted, Señor -indicó una de las sirvientas.

No eran de Sehun, eso era tan cierto como que las flores solo brotan en primavera.

Entonces, ¿quién?

La tarjeta que sobresalía entre todo ese rubor solo tenía unas pocas palabras garabateadas con letra terrible.

Como la letra de un médico en terremoto.

<<Lo siento. Fui un tonto>>.

Pero no era necesario que detallara el remitente. Baekhyun ya lo intuía.

Chanyeol.

-Sí, ambos lo fuimos..., y ahora seremos padres -murmuró, acariciando los pétalos de las rosas.

Se le escapó una lágrima gruesa que por varios segundos quiso retener.

Su teléfono sonó, era Chanyeol.

-Ugh, no ahora..., por favor.

Aun así, contestó luego de limpiarse el rostro y de aclarar su garganta.

-¿Recibiste mis flores?

-Mm -contestó bobamente-. Son bonitas.

-Tú eres bonito.

-¿Para qué llamaste?

-Porque no deseo que sigamos peleando. Quiero volver el tiempo..., a aquella noche cuando te tenía dormido en mis brazos -confesó con esa voz ronca, cautivadora y deliciosa-. Esa noche dijiste que podrías pasar toda la vida conmigo en una playa lejana.

Y Baekhyun lo recordaba, pero esas palabras las soltó en un momento de pérdida de juicio, cuando no sabía de los juegos de Chanyeol. Ahora era apenas diferente porque todavía lo deseaba, por muy enojado y resentido que estuviera, no podía contra sus sentimientos.

-¿Terroncito?

-Pero ya tienes a alguien con quien pasar la vida en esa playa, Chanyeol, y no soy yo.

-Eso no-

-Está bien, después de todo..., solo fue un pasatiempo, para ambos, así que es momento de que tomemos caminos diferentes.

-No quiero. No quiero dejar de verte, terroncito.

-Chanyeol, tienes un esposo..., y yo también. Ambos sabíamos que lo que sea que tuviéramos nunca podría durar.

-No tengo un esposo -gruñó.

-Díselo a Lucas.




****




Días más tarde se realizó una reunión en casa de Sehun por motivo de su último éxito empresarial. Una reunión íntima con todos los miembros de la familia Oh. En el jardín se preparaba una exquisita barbacoa; cerca estaban muebles y banquillos para quienes querían disfrutar del día caluroso junto a la alberca.

Baekhyun estaba dentro junto a Kibum probando algunos bocaditos. Los pastelitos de banana y chocolate eran los favoritos del doncel quien, por su embarazo, sufría antojos a cada hora del día. Lo lamentable era que no podía ayudarlo pues no lo sabían.

Kibum..., se convertiría en una fiera apenas se enterara. Le reprocharía el desliz y le hablaría de las terribles consecuencias, unas que Baekhyun había repasado ya en su cabeza cientos de veces. Aun así, no cambió de opinión sobre tener a su bebé.

Tampoco fue capaz de hablar del tema con Kyungsoo. No, su amigo temía el genio del Diablo y no tentaría a su suerte.

-Estás distraído -comentó Kibum.

-No, yo solo...

-No me has oído. Te estaba diciendo que Jonghyun y yo nos marcharemos a París en unos meses.

-¿Irse definitivamente?

-No, pero nos casaremos allá y luego regresaremos. Será una sorpresa para mis padres.

-Quieres matar de un infarto a tu madre -murmuró el doncel llevándose a la boca un trozo de piña bañada en mayonesa.

-Ugh, qué asco -jadeó el joven-. ¿Cómo puedes comerte eso?

-Es..., rico.

Pero, de hecho, no fue consciente de lo que estaba llevándose a la boca sino hasta que se lo recriminó Kibum. Los ojos gatunos de su amigo estaban fijos en su pequeño aperitivo, lo miraba como si fuera una cucaracha, y de pronto, al pensarlo y saborearlo bien, Baekhyun sintió asco. Con su mano sobre su boca, contuvo una arcada fuerte que estuvo por convertirse en un vómito.

-¿Estás bien?

-Yo..., mmgh, sí.

-Te pusiste pálido de repente.

-Descuida, fue un impulso. Mejor, acompáñame a llevarles estos bocadillos.

Tomó una bandeja de canapés y delicatessen con queso maduro.

-Iré a la bodega por vino, luego se los llevaré -mencionó Kibum, caminando en dirección opuesta.

Baekhyun caminó a paso firme hacia el pequeño salón de billar donde Sehun y sus primos estaban charlando entre el humo del cigarrillo y vasos de brandy. No quería entrar ahí cuando el aroma del tabaco le producía náuseas, pero la Sra. Oh le daría una larga reprimenda si no 'servía adecuadamente a su esposo'.

Iba a tocar, pero la puerta estaba entreabierta, así que se dispuso a pasar cuando escuchó algo interesante en la conversación.

-Son repugnantes -masculló Sehun-. Quiero decir, son entretenidos una o dos veces, pero no puedo siquiera concebir la idea de verlos todos los días.

Baekhyun quería saber a qué se refería, porque su marido se escuchaba ciertamente disgustado.

-Los pechos grandes son preciosos -soltó la voz burlona del primo menor de Sehun, Lay.

Oh, así que de eso era. Por ello tanto alboroto.

-Pero, si no los soportas, ¿por qué te casaste con Baekhyun? -cuestionó Taewoo, el hijo mayor del tío de Sehun.

-Fue..., un jodido desastre. Un accidente -suspiró pesadamente-. Me lo cogí y luego toda nuestra aventura se convirtió en un circo mediático. No nos quedó alternativa sino desposarlo.

El doncel torció el gesto. Aun cuando ya sabía que Sehun no sentía ni un mínimo de simpatía por él, seguía siendo dolorosamente incómodo de oír.

-Deberías divorciarte de él. Si no lo quieres, no tiene sentido que lo sigas manteniendo -escupió Lay.

-No puedo. Necesito que me de un heredero. Contraer nuevamente matrimonio es más tardado y no tengo tiempo para eso.

-... Baekhyun parece un doncel agradable -señaló aquella voz ronca que a Baekhyun ponía a temblar.

-Es desagradable verlo contoneándose por la casa siempre -soltó, exasperado-. Sus senos saltando y-, ugh, no, es horrible.

"Igual que tu maldita cara frígida cada vez que te digo algo, Sehun", pensó Baekhyun.

-¿A quién le gustaría un doncel con los pechos tan grandes?, ¿o a ti te gustan, Chanyeol?

-... Los senos grandes de un doncel son agradables para un par de folladas..., pero se vuelven aburridos con el tiempo -mencionó antes de dar un largo suspiro-. No, no me gustan. Tampoco me gustaría que mi esposo los tuviera.

-Por eso me agrada Lucas. Nunca entendí porqué se separaron. Él era perfecto para ti.

Luego de eso, Baekhyun dejó de ser capaz de escuchar esa conversación. Se quedó con aquellas palabras dichas por Chanyeol. Se apretó contra el pilar, dejó caer la bandeja en medio de un fortísimo escándalo. Ahogó un sollozo fuerte.

"Maldito seas, Park".

Escuchó aquella conversación morir y luego pasos moviéndose en su dirección. No iba a permitir que lo vieran débil y lastimado. Primero muerto.

Salió a prisas sin importarle la vajilla destrozada sobre el piso de baldosa blanca. Corrió fuera de la casa bajo la mirada de sus familiares. Llegó hasta la cochera donde tomó su Porsche blanco y salió a prisas. Estaba harto.

Finalmente había llegado a su límite con esa tonta familia. No quería saber nada de ellos ni de su insípido esposo.

Tampoco quería volver a ver a Chanyeol porque esa confesión le dio luz a su corazón. Él era un juego morboso y turbio para un hombre sin corazón.

Manejar por la desolada calle de aquel sector privado le salvó de un accidente pues sus ojos aguados no le permitían manejar correctamente. Paró frente a la casa de Kyungsoo, luego de quince minutos de viaje; sin embargo, no fue capaz de salir, no aún. Lloró y gimoteó, soltó insultos y libró a su pecho de esa agonía que parecía estarlo matando.

-Te odio tanto.

Y, aunque lo decía, todo eran palabras vacías porque la verdad era que no lo odiaba, sino se odiaba a sí mismo por permitirse jugar al amor con un hombre que no estaba interesado en participar en esa contienda.

Y pasaron varios minutos antes de que se calmara y lograra llegar a la casa de su amigo. Entró a prisa solo para tirarse sobre los brazos ajenos.

-¿Baek?

-Kyung, he sido tan tonto.

-Cariño, ¿qué pasa?

-... Estoy en cinta.

Sus palabras murieron ahí y no fue capaz de completar la confesión de su crimen.

-Sehun..., Sehun debe estar feliz. Aunque entiendo que estés así de asustado. Un hijo de ese hombre solo significa la vida entera atado a-

-No es de Sehun -gimoteó-, sino del Doctor Park Chanyeol, su primo.

El silencio abrumante, apabullante y mortal le cortó la respiración a Baekhyun. Esperaba la explosión de su amigo, gritos y preguntas. Y tuvo miedo porque, aunque sabía que se equivocó, no quería escuchar esas palabras de boca ajena.

-¿Qué has dicho? -preguntó, pero su tono fue suave y cuidadoso.

-Yo..., tuve una aventura con ese hombre.

Kyungsoo lo llevó al sofá, abrazándolo, y lo acomodó. Le acarició el pelo y esperó a que dejara de llorar para poder hablarle.

-Explícame, cariño.

-Solo pasó. Nos encontramos en su consultorio y..., él me tocó.

-Debieron seguirse viendo, ¿cierto?

-Sí, muchas veces y yo..., no pude evitar enamorarme de él. Era tan encantador y me cuidaba siempre.

-¿Kyung, cariño? -llamó Jongin, el esposo de Kyungsoo, al entrar al salón. Se detuvo de golpe al encontrarse la melodramática escena-. ¿Qué ocurre, Baek?

-Oh, Dios -gimoteó, apartándose de Kyungsoo-. Lo siento, yo-

-¿Estás bien? Luces muy triste.

-Yo...

-Espera, te traeré ese helado que tanto les gusta a los dos y unas galletas, creo que te gustan esas de chocolate -dijo y salió rápidamente hacia la cocina.

-Dioses..., Kyung, Jongin te ama mucho.

-Lo sé y yo lo amo igual -suspiró con una sonrisa amplia.

Pronto, el moreno regresó y se sentó junto a los donceles.

-Bien, Baek, ¿quién te hizo llorar y a quién debo asesinar? -fue su pregunta.

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