3: Red Nipples




Por una razón descabellada, Baekhyun se vio envuelto en un momento tórrido e inexplicable. Chanyeol le mandó un mensaje al día siguiente que desconcertó al doncel por completo.

<<¿Aún quieres que te ayude con tu problema, Baekhyun?>>

Y no supo que responderle. El mensaje llegó a la media mañana, pero aún a las doce del día, Baekhyun no sabía qué responder. Al principio, su reacción fue de mandarlo al diablo por tal sinvergüencería, mas eso solo duró unos segundos. No pudo dejar de pensar en aquel acalorado momento que compartieron en su consultorio.

Su manera de tocarlo, sus palabras..., incluso su simple mirada. Todo ello enviaba choques eléctricos por todo su cuerpo. Sus pezones se endurecían al recordar esos largos dedos husmeando en su apretado culo.

Había tenido un sueño muy impropio la noche anterior y tuvo que esconderse en el baño a la madrugada cuando la necesidad de alcanzar el climax lo sofocó.

Claro que creyó que había sido una absoluta locura haber sucumbido ante su médico que era además el primo de su marido, pero fue algo del momento. Cuando Chanyeol empezó a tocarlo, sus neuronas murieron. Así de simple. Tal vez porque había pasado demasiado tiempo desde que sintió pasión que calmara su cuerpo, o porque el hombre realmente era atractivo y seductor.

Tenía dolor de cabeza solo por ese detalle.

Y no podía decírselo a nadie. Kyungsoo seguramente lo mataría, y Kibum le ayudaría a enterrar su cuerpo en el jardín de la casa.

Era muy joven como para morir.

Y después de pensarlo mucho, tomó la decisión de que ello no podía pasar nunca más. Tenía que hablar con Chanyeol para que no dijera nada. Seguramente él sería capaz de soltar una imprudencia frente a Sehun o frente a algún otro miembro de esa familia rígida. No podía arruinar su vida entera por un desliz.

Aun si Sehun era un terrible esposo, no era la forma de comportarse.

<<Te veré a las 7 p.m. en tu consultorio>>

Era suicida, pero debía enmendar su error inmediatamente.

Llevó su auto al estacionamiento de la clínica donde casi todas las luces de los consultorios estaban ya apagadas, pero la zona de emergencias aún brillaba y tenía a un par de personas entrando y saliendo.

Entró con mucho temor. Por el espejo del pasillo vio su ropa y entonces se cuestionó porqué escogió una camisa rosa con los hombros descubiertos y una falda con tablones que resaltaba sus muslos. Unos zapatos de tacón estilizaban aún más sus piernas.

—El Doctor Park-

—Lo espera —interrumpió ella mientras empezaba a recoger sus cosas—. Puedes pasar.

Y tuvo tanto miedo de entrar a ese consultorio.

Tomó varias respiraciones antes de cruzar el portal.

Chanyeol estaba en su escritorio, tecleando muy concentrado en su computadora. Tenía unos lentes delgados color negro que le daban un aire intelectual muy curioso. Aun así, llevaba una camisa verde arremangada y con un par de botones abiertos.

—Así que viniste. Por un segundo pensé que no lo harías.

—Necesitamos hablar.

Una suave y ronca risa sonó.

—Lo haremos. Cierra la puerta —pidió antes de quitarse los lentes y ponerse en pie.

A Baekhyun le temblaron las manos cuando cerró la puerta. El hombre le movía algo dentro que ni él sabía. Era terrible.

—Estás temblando —le dijo al oído, pasando sus manos por sus hombros con delicadeza.

—... Yo..., nosotros no debimos.

—No hicimos nada malo —le dijo y con delicadeza le dio la vuelta para verlo a los ojos. Baekhyun estaba tan sonrojado que apenas podía verlo a los ojos—. Te dejaste llevar porque tu cuerpo te lo pidió.

—Estoy casado, con tu primo.

—Y sé lo tormentoso que eso puede ser. Tú mismo dijiste que Sehun era..., muy poco satisfactorio.

—No debí decirte eso.

—Shh, Baekhyun. Si viniste aquí fue porque lo deseaste..., como yo deseé verte todo el día.

—No, yo..., quería hablar contigo sobre lo que ocurrió y-

—No ahora, precioso. Después te dejaré hablar tanto como quieras.

—No, espe-

Los labios del doncel fueron sorprendidos por la boca ajena, fue abrupto y rudo, pero no pudo negarse. Su cuerpo sucumbió demasiado rápido cuando las manos toscas de su amante le tocaron la cintura y levantaron su falda.

Sus manos apretaron esa camisa verde y subieron hasta el cuello de Chanyeol.

—Oh, Dioses —gimoteó cuando se separaron.

—Me estás volviendo loco —gruñó—. Joder, no sabes cuánto me ha puesto verte vestido así...

Con los brazos levantó el cuerpo pequeño del doncel a quien se le cayeron los tacones y con sus piernas solo pudo abrazar la cintura ajena. Su falda se levantó y reveló las bragas blancas que llevaba.

—¿Quieres que te joda?

Baekhyun gimoteó y asintió con la cabeza.

—Palabras, encanto, quiero escuchar tu voz suplicándomelo.

—Oh, Chanyeol, por favor..., hazlo, tómame.

Chanyeol le besó el cuello y devoró sus clavículas marcadas.

—Cuando veas tu cuerpo mañana, sabrás quién lo provocó.

Prometía unas marcas muy difíciles de quitar, pero Baekhyun estaba ya completamente nublado por el placer y solo atinó a responderle.

—En mis pechos..., quiero que marques mis pechos.

—Oh, joder, Baekhyun, cumpliré cada capricho que tengas esta noche.

El Doctor Park lo llevó a la camilla del otro lado del consultorio, en el mismo lugar donde el día anterior lo tocó sin reparos y lo llevó a un delicioso orgasmo.

Los senos de Baekhyun rebotaron cuando fue dejado sobre la amplia camilla, y su falda negra reveló el comienzo de sus tiernos muslos. Esa noche no estaban los soportes para las piernas, y Baekhyun lo agradeció enormemente porque así podía estar más cerca de Chanyeol.

Las manos del hombre rompieron su camisa y los botones saltaron por la habitación. Baekhyun gimoteó, y se sintió algo cohibido de nuevamente estar exhibiendo su cuerpo frente al primo de su esposo.

Llevaba una pequeña y apretada pieza de encaje que empujaba sus pechos hacia al frente, y cuando Chanyeol los vio, se relamió los labios, y sin remiendos, rompió esa prenda también.

Chanyeol tenía una fascinación por los pezones rosados de Baekhyun, descubierta la misma tarde cuando lo recibió en su consultorio.

Sacó su polla que estaba dura y mojando su bragueta. Baekhyun gimoteó y se mordió los labios con vivo cinismo al ver el tamaño de Chanyeol. Largo y grueso, con muchas venas hinchadas que esperaban inundar su culo.

Chanyeol lo tiró por las piernas hasta que tuvo la ingle suave y caliente del doncel pegada a su polla. Baekhyun jadeó por la rudeza que seguramente le dejaría una marca en su carne.

—¿Quieres saber qué fue lo que pensé el día que te conocí? —increpó usando ese tono ronco e hipnótico que volvía papilla el cerebro de Baekhyun—. Que eras el doncel más hermoso de todo ese jardín..., y que debía tenerte.

Baekhyun solo atinó a quitarse aquellos trozos de tella que tenía arriba y que eran inservibles luego de que Chanyeol los rompiera. Sus bonitos y firmes pechos bailaron frente al médico.

El hombre le quitó entonces la falda y tuvo una erótica visión de las bragas blancas que ahora eran transparentes por el líquido que las empapaba.

—¿Cómo es que Sehun no se ha rendido ante ti?

—Lo hizo..., una vez antes de casarnos y luego todo fue en picada —comentó con mofa.

—Empiezo a creer que está ciego.

Baekhyun rio suavecito. Él creía lo mismo porque, aunque arrogante, sabía que era un doncel muy atractivo y con un cuerpo precioso. Quizás era que esa loca familia con fijación por la rectitud y los donceles de cuerpo delicado, habían dañado las neuronas del heredero de oro.

El doctor Park se inclinó un poco y con su zurda se apoyó en la camilla, alcanzó la boca de Baekhyun que pedía a gritos ser devorada una vez más. Le lamió los labios y le chupó la lengua, tan sucio como podía ser, Baekhyun estaba demasiado caliente por ello.

Cuando tuvo suficiente de esos labios esponjosos y los hubo dejado hinchados, bajó hasta las tetas del doncel, las admiró con detenimiento, memorizando cada línea y curvatura, entonces las probó.

—¡Ah! —chilló agudamente Baekhyun.

Con su diestra, Chanyeol amasaba el otro pecho mientras atendía el primero con su boca, chupando y mordiendo el pezón, incluso tirando de él y luego soltándolo para que rebotara.

—Oh, Chanyeol..., ¡Sí!

El médico escupió sobre las tetas del doncel antes de darles una bofetada que las hizo saltar y a Baekhyun gritar en pleno éxtasis.

Su pequeña polla escurría presemen y manchaba sus bragas ya arruinadas.

—Eres muy escandaloso, cariño, y creo que sé cómo solucionarlo. No queremos que alguien se entere de lo que está pasando aquí.

Aunque Baekhyun hubiese prometido y jurado que trataría de controlar su voz, sabía que mentiría porque Chanyeol le estaba haciendo sentir muy bien con apenas unas caricias. No podría contenerse.

Vio, entonces, que Chanyeol se erguía y le quitaba las bragas que se unieron a su polla por un débil hilo transparente.

—Estás tan jodidamente húmedo que hundirme en ti será demasiado sencillo, pero necesito que seas silencioso, encanto, o podrían descubrirnos.

Chanyeol le puso sus bragas en la boca y Baekhyun abrió mucho los ojos. Probar su propia humedad era algo que solo en sus momentos más calientes y solitarios hacía. No le disgustó, sin embargo, y solo se dejó hacer.

Los dedos del médico pasaron por su empapado agujero y se hundieron con sencillez, dos a la vez, hasta el fondo.

—Mmgh.

—Joder.

Lo folló con los dedos un par de minutos en los que el sonido del chapoteo y de los torpes gemidos del doncel eran lo único que se escuchaba.

Baekhyun tomó sus tetas y empezó a acariciarlas, desde lo más grueso hasta sus puntas rosas, ahora algo amoratadas por las marcas que Chanyeol dejó sobre ellas. Estaba tan caliente que tuvo que bajar una mano para acariciar su polla en busca del orgasmo.

—Oh, no, cariño. Vas a correrte cuando haya llenado tu útero, ¿de acuerdo? Prometí que te ayudaría con tu problema, y lo haré.

Fue cuando Chanyeol escupió en su palma para masturbar su miembro antes de acariciar con el glande el pegajoso agujero ajeno. El doncel se removió con impaciencia, buscando el tacto ardiente de su amante.

Chanyeol le dio una bofetada en los pechos y advirtió:

—Calma, Baekhyun, o juro que me detendré.

—Mmgh...

Empujó su polla en el ajustado agujero y cuando pudo romper la presión, se hundió hasta el fondo, hasta que sus bolas tocaron la caliente piel del doncel.

—Aghh, mmgh.

Chanyeol se quedó quieto en lo que su pequeño amante se acostumbraba a su tamaño, pero su glande estaba rompiendo al muchacho, acariciando la entrada a su útero y a ese punto que le hacía delirar.

La polla de Baekhyun se agitó cuando un silencioso orgasmo lo atacó y lo dejó sin aliento.

—Oh, vaya..., eres demasiado sensible, cariño... —comentó con languidez mientras entre sus dedos recogía un poco de la corrida del doncel y la llevaba a sus labios—. Me temo que no será ni la primera ni la última vez que te correrás esta noche, Baekhyun.

Comenzó a mover sus caderas contra el ajustado canal que se tragaba su polla con gusto. Las tetas de Baekhyun se sacudían al mismo ritmo, y él solo atinaba a sujetarse de la camilla.

—¡Mmgh, aghh!

Chanyeol se incline y alcanzó nuevamente los senos del doncel, los chupó ávidamente, haciendo que su lengua danzara en sus aureolas, alternándolas una a la vez, y dejándolas completamente húmedas y enrojecidas.

—Cuando quedes en cinta, tus pechos se hincharán más..., y cuando folle tu agujero..., me gustará apretártelos hasta que escurran tanto como tu agujero.

Baekhyun chilló y su polla volvió a correrse.

—Aghhh...

Se quitó las bragas de la boca y tomó profundas respiraciones, luego alcanzó con sus manos el rostro de Chanyeol y lo besó.

—Mmgh..., ah, ah, Chan...

Las caderas del doctor Park chocaban bruscamente contra la piel empapada del doncel, y por dentro, su polla se deslizaba con rudeza por el canal que lo llevaba hasta ese útero fértil.

—Voy a llenarte, Baekhyun, ¿lo entiendes?

Y Baekhyun, nublado por las caricias y el sentimiento de plenitud, no pudo negarse. Abrió más sus piernas y le permitió llegar más profundo, le tomó de la mano y la dirigió a su pecho para que lo acariciara.

—Oh, Chanyeol..., mmgh..., agh, ah.

Chanyeol le apretó el pecho y clavó en él sus yemas, acarició el pezón y lo magulló. Le gustaba lo caliente y húmedo que estaba Baekhyun, incluso en sus pechos gordos que no dejaban de sacudirse. Pasó por ellos hasta que llegó al cuello de Baekhyun donde ejerció presión. Baekhyun jadeó y apretó los muslos tanto como su propio canal se contrajo por dentro.

El Doctor Park largó un gruñido al ser apretado por el caliente y viscoso culo de su amante. Lo embistió con fuerza mientras más presión en el blanquecino cuello ejercía. Veía con sumo placer como ese pequeño ángel lascivo se apretaba los pechos y jugaba con su polla en medio del placer.

—Oh, Chan..., voy a-, voy a-

Park profirió un gruñido y golpeó rudamente el útero del doncel hasta inundarlo de blanco, desbordándolo por completo. Baekhyun se corrió copiosamente y de su pequeña polla salió incluso agua que mojó su vientre.

—¡Aghh!

Baekhyun estaba tan arruinado. Enrojecido, lloroso y mojado. Completamente destruido por su médico.

—Tu agujero está desbordado —se mofó Park.

—¡Oh, Dios mío! —jadeó el doncel y solo entonces se dio cuenta de lo que había ocurrido—. Te corriste dentro.

—Te prometí que lo haría, ¿no es así?, ¿o conoces una forma más fácil de dejar en cinta a alguien?

Baekhyun se quejó y golpeó con su puño el pecho del hombre.

—¿Te has vuelto loco? Si quedo en cinta..., ¿qué le diré a Sehun?

—Que soy un excelente médico.

—Chanyeol —gruñó.

—Por Dios, Baekhyun, actúas como si no pudiera solucionarse. ¿Olvidas que soy médico?

—Tú olvidas que eres primo de mi esposo —mencionó con la respiración aún muy pesada.

—Cariño, a ti se te olvidó en el preciso instante en el que cruzaste mi puerta.

—Eso no-

Chanyeol lo calló acariciándole los labios, suave y dulcemente.

—Está hecho, cariño, pero debo confesar que..., necesito tenerte otra vez.

—No, eso... Ni siquiera debimos hacerlo... —puchereó.

—Oh, Baekhyun..., pero veo en tus ojos lo mucho que deseas repetirlo, ¿me equivoco?

Baekhyun se coloreó y, aunque su boca se abrió para refutar, no salió nada de ella. No podía mentirle a la cara a ese hombre después de lo que acabaron de hacer. ¡Sería aún más cínico!

Cubrió su rostro con mucha vergüenza, y pronto sintió la polla de Chanyeol saliendo de su agujero que no paraba de escupir semen. Cerró los muslos por simple acto de decencia, aunque fuese un poco tarde para recobrarla. Sobre la piel de sus piernas sintió las suaves caricias de su médico, sutiles y encantadoras que le causaron un fuerte estremecimiento en todo el cuerpo.

—Baekhyun..., ¿qué posibilidad hay de que volvamos a vernos? Y me refiero a en un lugar lejos de mi consultorio.

—N-ninguna. No podemos hacerle eso a Sehun.

—Baek, cariño, Sehun es mucho peor contigo a tus espaldas.

—... ¿Qué quieres decir?

Chanyeol largó un suspiro.

—Que no se le puede ser fiel a un hombre que nunca lo ha sido contigo, ¿cierto?

Baekhyun gruñó y apretó los puños.

—Oh, ese bastardo.

Era simplemente el sentimiento de humillación y enojo, pero no había celos, tampoco una ira furibunda o un corazón roto. De hecho, con los últimos acontecimientos de su matrimonio, se lo esperaba, pero no creyó que alguien se lo dijera a la cara.

Chanyeol, por otra parte, parecía muy feliz de poseer esa información y compartirla. Era un hábil jugador.

—Así que...

—... Chanyeol..., ¿me dijiste eso para que volviera a acostarme contigo?

—En parte, pero es verdad. ¿De qué crees que hablamos los hombres cuando no están donceles cerca?

—Aparentemente, de cómo engañar a sus esposos. Eso es despreciable. Quiero decir, detesto a Sehun y nuestro matrimonio es más frío que el polo norte, pero nunca pensé que se atrevería.

—Tampoco creería que, con un doncel como tú, te engañaría.

—Él odia mis senos. La verdad es que no me sorprende que se haya buscado a alguien de su gusto.

—Tú eres de mi gusto.

—Cállate, embustero.

—Vamos, Baekhyun, no puedes decirme que no —rogó con esa voz suave que llegó en forma de caricias a los oídos del doncel—. Si lo haces, no me quedará de otra si no hacerte cambiar de opinión. Puedo ser muy persuasivo.

—Y me encantaría que lo intentaras..., pero..., no voy a decirte que no.

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