6- Bizarro
En cualquier otra ocasión, a Thomas le importaría muy poco sobre lo que William y Alex hablaran. Los dejaría discutiendo en el sofá y subiría tranquilamente las escaleras para encerrarse en su habitación y ver algo de televisión educativa, o tal vez leería uno de los muchos libros de Will (los que no hablaban de hadas y castillos mágicos por supuesto)
Pero esa no era cualquier ocasión, ellos estaban hablando tan descaradamente de él, que Thomas no podía simplemente dejarlos solos.
William seguía jodidamente enfermo ¿Podía al menos tener algo de consciencia?
Se escudaba comiendo cereal frente a ellos y fingiendo que prestaba atención al programa de televisión que se estaba transmitiendo, aunque su falta de atención era obvia, ya que estaba ahora mismo en el canal comercial.
Y nadie ve por gusto el canal comercial.
-Creo que Tom sería un buen niñero, si te cuida a ti, puede arreglárselas con cualquier niño pequeño.
Pero peor que cualquier chisme barato que podían estar hablando de él, ellos estaban discutiendo ofertas de trabajo para él sin siquiera consultarlo. Era ofensivo.
-¿Tu quieres ver a esos niños llorar?-pregunto Will descartando esa idea por completo-¿Qué te parece asistente médico?
-No, Will concéntrate, ¿Mecánico?
-Esto sería muchísimo más fácil si él nos dijera en que es bueno-suspiró el castaño viendo a Thomas expectante.
--Yo no quiero trabajar-gruño Thomas echándose un puño de cereal a la boca y derramando un poc en el piso.
-Nunca haces nada, o es un trabajo o un hobby, pero no voy a seguir teniéndote bajo este techo si no mueves ni un dedo, lo único que haces es alimentarte del dinero de mis padres y ellos ni siquiera lo saben.
Le pareció irónico, porque Will hacia exactamente lo mismo, pero no estaba en posición de decirlo, porque había una lista larga de cosas que le debía al menor. Y ahora que estaba demostrando carácter lo que menos quería es que se las echara en cara.
-Creí que no te importaba-Thomas se encogió de hombros vagamente, el sonido de un producto para aumentar los glúteos siendo anunciado en la televisión le quitaba seriedad a todo.
-No me importaba antes, pero te pasas todo el día encerrado y me preocupas.
¿Y desde cuando Will se había convertido en su especie de madre? Thomas se lo preguntaba seriamente.
-Pareciera que te escondes de algo-comentó Alex.
Esas palabras fueron las que parecieron hacer efecto en el cerebro lento del mayor, quien se puso de pie casi brincando y tirando cereal alrededor con un "oh, perfecto, acababa de limpiar" de Will como fondo, se adelanto unos pasos y les quitó el periódico de las manos.
Le dió un vistazo al papel sucio entre sus dedos, donde los otros dos chicos habían tachado y encerrado algunas opciones. Casi se ríe cuando vio que enserio apuntaban al trabajo de niñero, siendo Thomas un desastre con los niños y apenas aguantando a Will lo suficiente, no creia que esa fuera siquiera una opción.
-No necesito esto, puedo conseguir empleo por mi mismo-concluyó.
Thomas observó su vestimenta, que consistía en unos pantalones de chándal y una camiseta negra llena de leche, así que desasiéndose de su camisa frente a la mirada atenta de los otros dos jóvenes se adueñó de la que llevaba Will sin avisar, simplemente quitándosela por la parte de arriba.
-¿Entonces vas a salir?-Preguntó Will con el ceño fruncido, intentado tapar sus pezones recién descubiertos con sus pequeñas manos, con un sonrojo extendiéndose desde su rostro hasta el cuello.
-Duh, vuelvo en un rato.
Movió su mano restándole importancia, luego sintió la piel caliente y suave de Will apretarse en uno de sus brazos, no le sorprendió verlo aferrado a su cuerpo cómo siempre hacia.
-Voy solo-se encargó de informarle, Will podía ser un chicle en el zapato cuando se lo proponía.
-No importa, a Alex no le molesta quedarse sola-William anunció dándole una sonrisa con hoyuelos y luego girándose hacia Alex y casi ordenándole con la mirada que no abriera la boca.
Alex asintió desde el sillón, dándole toda la razón a Will.
-Eso te incluye, tú tampoco vienes niño.
-¿Por qué?
-Porque eres demasiado lindo, vas a llamar la atención de todos y no me dejaras concentrarme en lo que sea que vaya a hacer-mintió.
Las palabras salieron fácilmente de su boca provocando que Will enrojeciera incluso más. Había aprendido con el tiempo, que la mejor manera de desprenderse de Will era así. Siempre funcionaba, no iba a decirle que no lo llevaría por su naturaleza desastrosa, funcionó una vez más. Will se alejo sonriente y sonrojado.
-No vuelvas muy tarde, Alex me va a enseñar a hacer pasteles y temo comerlos todos-advirtió el pequeño castaño.
Thomas asintió con una sonrisa, porque a pesar de ser irritante y pegajoso Will era adorable, salió por la puerta.
La realidad era que Thomas no quería conseguir trabajo, no quería salir de casa, no quería ver personas, quería mantenerse encerrado aún si significaba tener a Will revoloteando de un lado a otro y haciendo preguntas capciosas, pero no lo sentía justo, no para el chico de hoyuelos, no era justo que se quedara y no hiciera más que dormir y mentirle.
Thomas lo apreciaba bastante, aunque no lo quisiera admitir, Will era la única persona que tenia ahora y no planeaba perderle.
Su plan era pasear un rato por las calles y ver si encontraba algo, no iba a apurar las cosas. Si no encontraba nada simplemente volvería y diría que falló, comería pastel y dormiría luego del seguro sermón de William.
Thomas siempre fue un desastre, decidió estudiar psicología dejándolo al poco tiempo, lo mismo sucedió con medicina y terminó atendiendo una ferretería y paseando perros para sobrevivir durante el último año, con un sueldo miserable y siendo reemplazado en el primer trabajo. Siempre había buscado retos, pero apuntar muy alto le traía un mal aterrizaje como resultado.
Por eso ahora era un mediocre.
Encontró algo en una cafetería más tarde, pero la descartó de inmediato con la mirada desaprobatoria del dueño, tal vez tenía que ver su actitud desganada y reacia con las personas, siempre era desagradable de todas formas.
Iba con la mirada gacha, mirando la piedra que llevaba pateando desde hace varios minutos, tan distraído, sin fijarse en como un auto se acercaba directamente a su anatomía, solo dándose cuenta por el sonido del auto deteniéndose y el dolor en su costado al ser levemente empujado. Genial, era la segunda vez que casi lo arroyan en menos de un mes y esta vez casi no salía ileso.
Un chico salió alarmado del auto. Era joven, llevaba una chaqueta de cuero cara, mucho gel en el cabello, pestañas largas y una mandíbula recta, Thomas no le daba más de 25 o 22 años con suerte.
-Mierda. Amigo lo siento, no te vi, ¿estás bien?-el chico parecía horrorizado, tocando a Tom sin su permiso. Thomas casi quiere reír por la cara del chico, asintió seriamente en cambio-en serio, yo...
-Te dije que estoy bien-interrumpió Thomas con hostilidad-pero creo que gracias al susto no podré caminar más hoy-Tom apuntó el auto del chico-Tendrás que darme un aventón.
El chico asintió despacio, viendo como Thomas se cruzaba de brazos y le miraba altanero, se dirigió al coche y estando a punto de subirse escucho a Thomas por detrás.
-¡Ay! mi rodilla.
El chico lo miró incrédulo.
-¿Qué tiene tu rodilla?
-Me duele-declaró solemne-cárgame.
Thomas se la estaba pasando muy bien observando como el chico hacia un esfuerzo por llevarlo al asiento del coche, y no lo ayudaba en lo más mínimo, por el contrario, jugaba con el cabello duro por el gel del joven, desordenándolo completamente.
Lo primero que hizo Thomas al estar dentro fue acariciar el cuero, era un auto precioso.
-¿Estás consciente de que estas herido y montado en el auto de un extraño que podría secuestrarte fácilmente?-Thomas ni se inmuto.
-¿Primero me arroyas y ahora intentas secuestrarme?-preguntó con voz agria-esto sumará muchos años en la cárcel para ti amigo.
-¿Te llevo a tu casa?-el extraño preguntó con voz suave, siendo más calmado y Thomas no pudo evitar pensar que era algo cool, tenía que serlo, con ese carro y ese look.
-Necesito empleo-fue su respuesta, mirando al conductor con escepticismo-consígueme uno y prometo no demandarte por casi matarme.
Thomas se abrochó el cinturón con gesto petulante, decidió que ese chico seria su taxi por el resto de la noche.
-¿Estás buscando empleo?-Thomas asintió mirando al chico como si este fuera estúpido, la misma mirada que le daba a todo el mundo en sus mejores días.
El chico condujo en silencio, manteniendo una pequeña sonrisa en su boca, parecía ser que Tom no era el único que tramaba algo.
-Soy Desmond, por cierto-atribuyó con voz lenta y una sonrisa de lado, definitivamente era el chico cool de cualquier colegio.
-Thomas.
-¿Acabas de mudarte?-Thomas quiso responderle que eso no era de su incumbencia, pero el chico estaba siendo muy amable al llevarlo.
-Algo así.
-¿Algo así? ¿A qué te refieres?
Y Thomas odiaba las preguntas.
-¿Te estoy fastidiando?
Thomas asintió sin mirarlo, el chico rio en su lugar.
-Está bien, no más preguntas, ahórrate las respuestas para tu entrevista.
Unos minutos más tarde el auto se detuvo frente a un bar, un club, o lo que sea que eso era. Un lugar enorme con una fila aun mas grande, luces y música saliendo desde adentro, y por el aspecto de la gente que esperaba afuera, Thomas podía decir que era de gente adinerada.
Miró a Des con una ceja alzada, el chico le sonrió mostrándole sus dientes blancos. Thomas recordó esos anuncios de pasta dental.
-¿Te parece bien atender idiotas ricos cinco días a la semana por una buena paga?
-He estado en peores situaciones.
Des sonrío de lado tomando eso como una respuesta afirmativa, unos pasos más y se encontraron en la parte delantera de la cola. A Thomas no le parecía correcto meterse, pero solo bastó con una mirada de Des para que el guardia los dejara entrar, y la satisfacción que fluyó por su cuerpo al escuchar a la gente de atrás quejarse fue tanta que tuvo la tentación de girarse y sacarles la lengua a todos.
Dentro lucia mucho mejor, la gente a pesar de estar ebrios aun se miraban sofisticados. Los vasos de colores y las luces de neón ya estaban cegándolo, se abrieron paso entre la gente y Thomas encontró todo sumamente interesante y elegante.
-Mmm princesa, como me encantaría enterrar mi cara en esos senos y hacer brrrr.
Bueno, pervertidos habría en todos lados.
Se escabulleron hacia la puerta portante del famoso "personal autorizado" donde detrás se escondían unas escaleras en forma de caracol que lo llevarían a la oficina del segundo piso, con suerte la de su nuevo jefe.
-Hey, padre-pero si Des estaba forrado en dinero, ¿Cómo es que Thomas había pasado de manos de un chico rico a otro en un par de horas?-Él es Tom.
Jaló a Thomas a su lado, Thomas se sintió pequeño bajo la mirada del hombre en el escritorio. Un gordinflón, le recordaba al actor que hacía de villano en los juegos de hambre, pero muy pasado de peso.
-Quiere trabajar aquí-se explicó, Thomas se cruzó de brazos a sus espaldas, todo eso era un poco patético.
-¿Has estado en algún lío legal?-Thomas no podía encontrarse más confundido mientras negó-entonces tienes el empleo, escoge, lunes a viernes o miércoles a domingo, de 9 a 5, no hay uniforme, usa ese gafete que está en la silla y acompaña a Desmond.
Así de simple. Thomas sonrió en grande porque no había tenido que hacer nada más que presentarse, Desmond también sonreía a su lado, y Thomas juro que lo había visto guiñarle el ojo, sea como sea, Tom lo siguió de nuevo a la planta baja.
-Mucha diversión para ti por hoy, te llevare a tu casa, después de todo, tu rodilla debe estar matándote-Thomas se sonrojó visiblemente, Des se comportaba como una perra descarada y a Tom comenzaba a agradarle.
Era extraño para el mayor llevarse bien con alguien casi de inmediato, siempre le tomaba días y en algunas ocasiones no pasaba nunca. Él se cerraba y trataba mal a todo el mundo, pero Des era descarado y gracioso y Thomas se vio envuelto en un ambiente lo suficientemente cómodo como para no ponerse hostil en el camino de vuelta a casa.
-¿Es aquí?-el tono de voz en el que Des lanzo la pregunta hizo que Tom se girara a verlo con una ceja alzada. El auto estaba detenido en la parte delantera de la casa de Will, las luces de la sala seguían encendidas por lo que Tom atribuyó que Will estaría acurrucado viendo televisión en el sofá.
-Por ahora lo es-respondió sin prestar atención a la expresión del chico que tenia junto a él.
-¿Entonces vives con Willy?-bueno, eso definitivamente llamo su atención.
-¿Lo conoces?-Tom consideró su pregunta estúpida, así que se corrigió-Obviamente lo conoces, ¿Cómo?
-Él es bastante popular en la universidad-apuntó riendo por lo bajo-es como yo, las chicas siempre van tras él, solo que en lugar de buscar follarlo, quieren adoptarlo o llenarle las mejillas de labial barato, lo que él permita primero. Es como el bebé del campus, resulta difícil no conocerlo cuando ves a las chicas jaloneándolo con ellas todo el día.
Si Will era realmente tratado como una exhibición en la escuela, Thomas entendía perfectamente porque se negaba a ir casi siempre, debía ser odioso ser tratado como un muñeco sin voz ni voto.
-¿Son amigos?
-Podría decirse.
-Entonces supongo que le alegrara verte, ha estado muy enfermo estos días-comentó mientras ambos salían del auto y caminaban a la puerta de entrada, donde al abrirla fácilmente (puesto que el chico siempre olvidaba echarle llave) se encontraron con Will vistiendo pijamas, su nariz roja y devorando cereal de colores en el sofá.
-¿Cómo te fue en... ¡Qué hace el aquí!?
Will alterado era como un gato, con los pelos de punta y la espalda estirada, gruñendo y dispuesto a arañar a quien sea. Thomas al sentir la amenaza se arrepintió por un segundo el no haberle insistido en que cortara sus uñas.
-Es Desmond, me ayudo a conseguir trabajo y dijo que son amigos así que pensé que podía entrar.
-No es mi amigo-atacó Will levantándose y dejando su tazón de cereal abandonado, parecía querer lucir intimidante inflando el pecho de esa manera, pero por supuesto que no lo haría con esa pijama de oso de una sola pieza-¿Cómo se conocieron ustedes dos?
-Casi lo atropelle hace una hora.
Will abrió los ojos como dos platos de porcelana y miró a Tom como si no se la creyera.
-¿¡Intentaste matarte otra vez!?-escandalizó.
Thomas rodó los ojos
-Claro que no imbécil, se que llorarías como una nena si te dejo ¿Ahora me vas a decir porque no te agrada Des?
Des se encogió de hombros respondiendo mucho antes que Will-Solía salir con Abigail-tomó lugar junto al chico de ojos grises, fue evidente y audible el gruñido que soltó Will desde su lugar.
-Yo la miraba llorar por ti casi a diario mientras tu ibas y follabas media ciudad-apuntó como una queja, rabioso, Abigail debía ser realmente escandalosa como para que el solo recuerdo de ella llorando pusiera a Will así.
Así que Des era el ex de la ex, conveniente.
-Siendo soltero puedo hacer lo que quiera, le parezca a quien le parezca.
Will decidió ignorarlo, incluso cuando Des se sentó a su costado en su lugar y comenzó a pasar sus largos dedos por las hebras oscuras de su cabello, él hizo lo posible por mantenerse de brazos cruzados y con el rostro inerte, aunque se moría de ganas por ronronear.
-¿Siempre es así de gruñón?-Preguntó sin apartar la mano del cabello de Will.
-Le gusta hacer berrinches si no se hace lo que él quiere, está siendo hipócrita ahora mismo, míralo, está haciendo un esfuerzo enorme por no acurrucarse y acariciarse contra ti.
-¿Es cierto Willy?-preguntó Des burlándose, sin sonar demasiado rudo, las mejillas del castaño se tiñeron rojas por la vergüenza, odiaba que Thomas lo expusiera-¿Qué es lo que quieres ahora?-presionó sus dedos contra su cráneo y recorrió su oreja despacio, sacándole un gemido quedito y volviéndolo más rojo.
Desmond sabía perfectamente que Will no lo soportaba, lo sabía desde siempre, la forma en la que le gruñía o volteaba la cara cada que él estaba cerca lo hacían todo demasiado obvio, sabía también que la razón de su "odio" era Abigail. Podía entenderlo en cierta forma, esa rubia lo fue todo para Will, ver sufrir a la persona que amas por otro quizá no era la sensación más agradable de todas, e incluso así, Des sentía un cariño extraño por el menor.
-Quiero que se vaya-gruño mirando a Thomas, luego se giró, enfrentándose a la mirada de Des-voy a estornudarte en la cara-amenazó.
-No seas grosero niño.
-El no me agrada Tom-suplicó, quitándose al chico gel de encima y poniéndose de pie.
La actitud del castaño le pareció ridícula, Thomas se pregunto hasta que punto podía afectarle Abigail como para no darse la oportunidad de conocer a alguien genial y odiarlo sin sentido. Alguien que olía tan bien como Des no podía ser mala persona.
Su expresión facial mostró todo lo que pasaba por su cabeza, si bien él ya había prejuzgado a Abigail con las pocas cosas que había oído sobre ella y decidió que le era desagradable, le parecía más desagradable ver a Will hacer lo mismo con Des, Tom se caracterizaba por ser un hipócrita.
-A mí me gusta-respondió serio, William frunció el ceño.
-Pero a ti no te gusta nadie.
-Me gusta Des.
-¿Cómo te gusta?-preguntó, su voz sonó distorsionada esta vez, volviéndose más quedita con cada palabra pronunciada.
-Como un hombre, me encanta-respondió como si fuera obvio, presionando las reacciones de Will, molesto.
-¿Qué?-jadeó mortificado.
-Sí, estuvimos toda la tarde juntos, compartimos una pajilla en nuestra bebida y me sacó a bailar.
-¿Pajilla?-preguntó débil, balanceando su peso de un lado a otro, Thomas asintió desinteresado.
El suave ceño en la frente de Will se presionó aún más, avanzo un par de pasos para tomar las manos de Thomas entre las suyas, Tom las apartó enseguida mirándolo mal por su extraño comportamiento. No iba a acostumbrarse a las muestras de cariño del más chico, principalmente porque nunca le había gustado ser tocado más de lo necesario por nadie. Su mirada molesta pareció causar una reacción en Will, quien hizo un sonido ahogado y subió las escaleras sin decir una palabra, siendo una reina del drama, pensó Tom.
-¿Tu novio está bien?-Preguntó Des entre divertido y curioso, porque sin duda, esa escena había sido entretenida.
-No es mi novio, y se molesta siempre por todo, cuando no le prestó atención o no le dejó tocarme.
-¿Pero dices que no es tu novio?-Thomas asintió-a ver, viven juntos, te cela, y parece que a Willy le hace mucha ilusión tenerte cerca, y tú eres jodidamente frío con él.
-Es difícil adaptarme a él.
-Parece que ese chico no te importa de la manera en la que tú le importas a él.
-Me importa, esto es raro para mí, eso es todo.
Des asintió sin darle la razón realmente, parecía que el único despistado en esa casa era Thomas.
-¿A qué te refieres con "esto"?
-A ser atosigado todo el tiempo por un niño, no puedo ni siquiera ir y cagar a gusto.
-Es tierno.
-Es molesto.
Des negó, levantándose del sofá y tronándose los huesos de la espalda frente a Thomas.
-Me voy, ve con él porque estoy seguro de que acabo de escucharlo hablar solo allá arriba-fingió un escalofrió mientras se acercaba a la puerta-nos vemos en el trabajo-dijo antes de salir.
Thomas caminó hasta la televisión para apagarla, el control remoto llevaba días perdido. Escuchó unos murmullos provenir de las habitaciones de arriba, sonrió, no quería creerse que Will en serio hablaba solo.
Subió las escaleras de dos en dos hasta la habitación del menor y abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido y no arruinar sus oportunidades de escuchar claramente lo que decía, pero solo lo vio alimentando a Tommy y haciéndole cariños como de costumbre, no era nada nuevo, que aburrido.
-¿Sabes que el no va a responderte?-Preguntó adentrándose a la habitación y encendiendo las luces de esta de paso, vio la espalda de Will tensarse y luego lo observó darse la vuelta, su mirada mostraba cuan molesto se encontraba con él, Thomas puso las manos al aire para aparentar inocencia.
-¿Ya se fue tu amigo?-Preguntó duro.
-No tienes que ser tan rudo Will, no te queda para nada, y él no te estaba tratando mal.
-Dijiste que te gustaba.
-Porque me gusta ¿Qué tiene eso de malo?
-Él no puede gustarte.
-¿Por qué no? Es agradable.
-Solo... no me gusta que te guste-sus mejillas volviéndose rojas lentamente.
-¿Estas celoso?
-No, es solo que, como...um...no sabía que fueras gay.
Thomas se cruzó de brazos y lo miró extraño, por segunda vez en la noche.
-No lo soy, creí que te había quedado claro.
-Pero te gusta Desmond, ¿Entonces eres bisexual?-Will abrió los ojos en toda su anchura y le miro atento.
Thomas comenzó a reír, siendo acompañado a los pocos segundos por la nerviosa y no tan alta risa de Will.
-Me refiero a como amigo, lo de hace rato fue solo para molestar, no creí que lo tomarías enserio-Will sonrió, dejando todos sus nervios de lado, Thomas juraría que vio sus ojos centelleando por un momento-eres tan ingenuo, no podría gustarme un chico nunca, es bizarro y asqueroso.
La sonrisa que Will había formado hace unos segundos titubeó, pero se mantuvo intacta un tiempo más. Thomas no menciono nada. Tampoco lo hizo cuando Will se dio la vuelta y repitió la palabra "bizarro" en voz baja.
Will se giró hacia él una vez más, con una sonrisa falsa, diciendo que estaba cansado y pidiéndole amablemente que abandonara la habitación, ni siquiera preguntó por su trabajo, o hablo de más. Thomas no lo volvió a oír en toda la noche, al menos no su voz, pero si escuchó el sonido del armario siendo golpeado repetidas veces, intentando ser discreto, y sus suspiros. Will no dejó de dar vueltas en la cama toda la noche, y Thomas no mencionó nada.
¡Gracias por los votos y los comentarios! De verdad, ustedes me levantan el animo
Próxima actualización: sabado 10 de Diciembre
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