2- William, el chico arcoíris
Thomas estaba sorprendido de cuan hiperactivo podía ser este chico si se lo proponía.
Si tuviera que comparar a Will con alguna especie de animal, Thomas escogería a un cachorro. Si, Will era un cachorro que había tomado litros y litros de bebida energética, un cachorro hiperactivo con hoyuelos profundos. ¿Entienden el punto?
Desde que habían llegado a la casa del más chico este no había dejado de parlotear y brincar de un lado a otro lleno de energía, con una sonrisa que podría iluminar hasta el rincón más oscuro de un alma podrida. Si a Thomas no le doliera la cabeza y no estuviese tan cansado de su voz tal vez le hubiera devuelto la sonrisa, o tal vez solo le habría dado una cachetada para callarlo de una maldita vez.
–¿No es genial?–preguntó la suave voz de Will desde atrás de él, sobresaltándolo y sacándole de un sorpresivo susto de sus pensamientos malignos–ahora tienes una casa y un amigo, ¿Estás feliz?-Will se acercó brincando como antes, posicionándose casi debajo de su nariz. Thomas le miró serio, su expresión fría le dio a Will su respuesta.
–Estoy cansado, ¿Dónde voy a dormir?–preguntó alzando una ceja.
Su respuesta hizo que la sonrisa de Will cayera por unos segundos, pero él hizo un intento por mantenerla intacta, después de todo, quería contagiarla a Thomas.
Al chico de ropa sucia y rostro triste, quería verlo sonreír.
La casa era grande, para ser un chico de 18 años que vivía solo se las había apañado muy bien, y no es como si necesitara esforzarse demasiado, William Cromwell (Si, como el famoso Oliver) era hijo de uno de los empresarios más importantes del país, decidió "independizarse" con 17 años yéndose a vivir por su cuenta. Su plan inicial era trabajar medio tiempo y estudiar para mantener los gastos de la casa que el había escogido , la cosa resulto mucho más cansada de lo que había pensado y al final la casa terminó siendo pagada por sus padres, al igual que el mantenimiento de la misma. William solo tenía que estudiar, recibir dinero semanal y seguir siendo el bebe de mamá al final del día.
Thomas no sabía mucho de la familia Cromwell, solo conocía el rostro del padre, Dave. No conocía más, bueno, ahora solo a Will.
–Hay dos recamaras arriba-mencionó Will–yo uso la izquierda, pero la derecha...
–Esa me basta–interrumpió.
Thomas subió las escaleras sin prestar ni un poco de atención a la extraña decoración de la casa, que era probablemente lo primero que notaban los invitados al llegar, de cómo las paredes iban desde azules y amarillas a rojas y verdes, como un maldito proyecto abstracto para un decorador de interiores, o como las repisas estaban llenas de artesanías raras o las fotos de Will pegadas con pedazos de cinta en la pared, sin marcos, donde se le observaba sonriendo y siendo rodeado por gente diferente en cada una.
Entonces llegó a la parte de arriba y fue a la que se suponía que sería la habitación en la que dormiría esa noche, abrió la puerta dándose cuenta de que eso no iba a ser posible.
Si creía que Will ya lo había sorprendido lo suficiente, estaba muy equivocado.
–¿Qué es esto?
–Es mi cuarto de recuerdos.
Pues Thomas no estaba seguro si de recuerdos, pero de basura tenía toda la pinta...
Literalmente estaba lleno de mierdas inútiles, que iban desde maquinas de ejercicio, pinos de navidad, macetas, juguetes y ropa, todo eso reunido en un espacio cerrado y pequeño. Fue ahí cuando Thomas se dio cuenta de que había ido a parar en casa del peor loco que había conocido en su vida.
-Parece que tendremos que dormir juntos hoy "Tommy"
¿Se estaba burlando?
Thomas gruño siendo casi perturbado por los diabólicos hoyuelos de Will que aparecieron junto a una sonrisa de lo más insinuante.
–Vamos–la pequeña mano de Will tomó la de Thomas sin aceptar protestas por parte de este y lo jalo hasta su habitación. Thomas se sintió incluso más perturbado cuando vio esta que la anterior.
Todo era de color azul, y hasta ahí no estaba tan mal, pero tenía una repisa llena de libros infantiles que variaban desde Buscando a Nemo (Que Thomas no tenía ni puta idea de que esa película si quiera tuviera libro) hasta la caperucita roja, y en serio, Thomas estaba sintiendo estar parado frente a todo un personaje sacado de algún cuento ¿era si quiera real?
–¿Por qué tienes todo esto?–preguntó pasando su dedo por el lomo cada uno de los libros, internamente rezaba que la respuesta fuera lo suficientemente buena para no agarrar uno de esos libros, Lanzárselo al niño y huir.
–Son de cuando era pequeño–Thomas alzó la mirada y se encontró con un Will sin camisa sentado sobre la cama– solían leérmelos antes de dormir.
—¿Y porque los conservas aún?
Thomas trataba de entenderlo, de verdad que si. Tal vez el niño solo había tenido una infancia traumática y ahora se empeñaba en reconstruirla ya de adulto, esa podría ser también la explicación a su comportamiento.
–¿No lo has pillado? Por lo mismo que aún conservo las cosas que viste en el otro cuarto, me gusta acumular recuerdos.
–No, te gusta acumular basura-afirmo Thomas de lo más serio, Will le recordaba ligeramente a un capítulo de la serie animada "Bob esponja" donde la criatura amarilla hacia exactamente lo mismo y terminó viviendo entre la basura, Will era su versión humana y menos cuadrada.
–No es basura si significa algo para ti-alego el castaño.
-La pizza que comí hace una semana estaba deliciosa y significo todo para mí, y aun así las cajas siguen siendo basura.
Will se levantó de su lugar y abrió uno de los cajones vacíos del closet, de esos donde se supone que guardas tu ropa interior.
–Este está vacío, es tuyo.
–Wow, es todo lo que siempre quise-habló sarcásticamente.
-Ahora tu pondrás tus recuerdos ahí, ¡haremos recuerdos juntos!-las mejillas de Will se encendieron de un rojo más fuerte que las luces de navidad y fue el turno de Thomas de bufar por décima vez desde que conoció a Will.
–¿Acaso olvidas que te agarre a puñetazos hace pocas horas? ¿O que ya no estaría en este mundo si no hubiera sido por ti? ¿O que estoy odiándote mucho ahora mismo?
William frunció el ceño y se acercó a Thomas lo suficiente como para envolverlo en un abrazo incómodo, de hecho, eso fue lo que hizo.
–No habrías saltado, porque eres un cobarde-Thomas se sintió ofendido, y estuvo a punto de replicar cuando Will volvió a abrir la boca–y no me odias, solo te frustra que ahora comenzare a preocuparme por ti y no te quitare la vista de encima, además, no he olvidado los golpes, estoy sonriendo para no mostrarte que aún me duelen en todo el cuerpo y que voy a desquitarme en un futuro no muy lejano, así que tú tampoco deberías quitarme la vista de encima.
Y Will era tan pequeño, que Thomas se sintió mal de cómo le dolieron los golpes viniendo de un enclenque como él.
–Como sea–Thomas lo apartó de sí mismo, poniendo distancia entre ambos–¿siempre eres así de raro y empalagoso?
William asintió mientras se quitaba los pantalones.
-wow, wow, detente ahí loco ¿Qué haces?
-Duermo desnudo.
Thomas frunció el ceño ¿pero que no se suponía que iban a dormir en la misma cama?
–No voy a dormir cerca de ti si estas desnudo.
-¿Por qué no? Yo lo hacía con mi novia y mi mejor amigo todo el tiempo y a ellos no les molestaba.
Thomas no supo si reír o preocuparse.
–¿De casualidad tu amigo y tu jugaban espaditas también?
Will miró hacia el techo, rascando su barbilla como si lo estuviese meditando.
–Ahora que lo mencionas...
La cara de Thomas fue un poema.
–Estoy bromeando, no me van los chicos para nada. Solo voy a cambiar mis pantalones, no quiero incomodarte–Will apagó las luces que rápidamente reemplazo con su sonrisa, esa era incluso más brillante que las luces artificiales y solo...wow–¿Me acompañas?
En serio, ¿Qué era este chico?
Thomas obedeció al instante y se tiró en la cama, no porque Will se lo hubiera pedido si no porque estaba cansado y no le quedaba de otra.
Y estaba de verdad cansado, es decir, su noche se resumió en esto: Conoció a Dave Cromwell, el padre de Will quien pagó la fianza, Will presentó a Thomas como su amigo y Thomas jura haber visto odio en los ojos de Dave. Thomas lo odio también, Will creyó que todos se habían llevado bien y prácticamente arrastro a Thomas a su casa, luego de pasar a su viejo departamento (Al cual Thomas no se atrevió a entrar) y sacar toda la ropa que pudo para que el mayor no tuviese problemas en cuanto a eso.
Will le había mencionado que podía quedarse todo el tiempo que quisiera, pero eso era algo que Thomas no tenia, tiempo.
Cerró los ojos cuando sintió la cama hundirse a su lado.
–Lamento si te pateo durante la noche–susurró William.
–No te disculpes, si eso pasa te devolveré cada una.
Will se quedo callado unos segundos y Thomas creyó que ese sería el fin de su conversación. Creyó mal.
–Practiqué karate-volvió a hablar.
–¿Y?
–Mis patadas son fuertes.
–Las mías también.
–Sí pero yo practiqué karate.
–¿A qué viene esto?
–¿Si te duelen mucho podrías avisarme? Le quiero demostrar a Alex que yo también puedo hacer daño.
Thomas apretó las sabanas con frustración.
Hasta ahora, Thomas encontraba a Will tremendamente fastidioso y entendía porque su novia lo había dejado ¿Quién querría estar con un acumulador aniñado atrae problemas como Will? Sin mencionar que tenía cara de niño y olía a dulce, teniendo esa edad no debería oler a dulce.
Exacto, nadie, pero Will ya estaba roncando y Thomas no hizo más que suspirar y quedarse dormido el también.
XXXX
Lo primero que los ojos grises de Thomas vieron al despertar fue el rostro risueño y un poco rojo de Will.
Frunció el ceño cuando se dió cuenta de que básicamente Will estaba encima de él, con sus piernas de cada lado de su cuerpo y su trasero perfectamente alineado en su miembro. Debido a la circunstancia no era de extrañar que Thomas sintiera sus pantalones apretarse más cada segundo.
Llevaba tanto tiempo sin ya saben, hacerlo...así que no, para nada extraño.
El rostro adormilado de William se lleno de vida cuando lo vio abrir los ojos.
–Buuuuuu.
Will comenzó a reír tontamente y Thomas sintió su cuerpo reaccionar ante las vibraciones, su piel se puso de gallina.
–Will...
-Te prepare el desayuno-interrumpió bajándose de la cama de un salto y saliendo de la habitación, Tom pudo respirar tranquilo, hubiera sido un problema enorme si Will se hubiese dado cuenta de su erección.
El olor de algo siendo cocinado lo despertó por completo, se levantó y se dirigió a la cocina donde se encontró a un mañanero William preparando un homelet y calentando tocino.
–Buenos días-saludó Will cuando lo vio entrar, Thomas le respondió con una mueca–este es tu plato.
Thomas ni siquiera se mostró sorprendido cuando vio que Will había dibujado una carita feliz con su homelet, el tocino y la kétchup. incluso escribió su nombre en la parte de arriba, usando la misma kétchup. Era algo que el chico haría, por supuesto.
Thomas se preguntaba hasta donde pensaba llegar Will mientras tomó el tenedor y comenzó a devorar su huevo.
–¿Te gusto?–los ojos de Will brillaron y Thomas pensó que simplemente ese niño no podía tener 18 años.
–¿Sabes que solo estoy de paso verdad?
William borro su sonrisa y pareció momentáneamente mortificado.
–No te entiendo.
–No voy a ser permanente–respondió Thomas pareciendo indiferente, sin levantar la mirada, distante, como lo llevaba siendo toda su vida–solo me quedaré un tiempo porque esto me parece interesante, un experimento interesante, y quiero ver a donde llega todo ¿Ahora me entiendes?
William suspiro asintiendo.
–Creí que si me hacia tu amigo...
–No va a cambiar nada, incluso si te haces mi amigo mi decisión seguirá siendo la misma, en todo caso yo seré tu huésped hasta que tú te canses de mi o yo me aburra de estar aquí. Te lo digo porque cuando eso suceda, lo último que quiero es que llores–bebió de su jugo de naranja y prosiguió–odio ver a la gente llorando, me pone de mal humor.
–Eres un imbécil–el mayor levantó la mirada encontrándose con la misma furia del chico que había conocido en el puente, Will podía ser todo sonrisas y brillos en un momento y en otro, tener un buen puño derecho.
Thomas se encogió de hombros dándole a entender que su opinión se la pasaba por el arco del triunfo.
–¿No te importara nada? ¿Incluso si yo llego a quererte o tu me quieres? ¿No te importara que sufra si te vas?
La risa sarcástica de Thomas inundó la cocina y para ser la primera vez que Will lo escuchaba reír no se había sentido nada satisfecho.
–No, no creo que llegues a importarme lo suficiente como para arrepentirme–Thomas le sonrió con sorna y Will abrió los ojos con sorpresa, así que Tom era ese tipo de chico, se sintió un poco decepcionado-y si sufres una vez que me vaya entonces ese será TÚ problema, no el mío.
Thomas esperó que Will volviera a insultarlo, que lo sacara de su casa, algo, que le sacara la lengua como mínimo, pero Will parecía una caja de sorpresas siempre que Tom alzaba la mirada.
–Está bien–Will estaba volviendo a sonreír–para entonces habremos juntado muchos recuerdos felices los dos y yo me sentiré feliz cuando los vea sabiendo que estuve en los últimos momentos felices de alguien, no voy a detenerte, no voy a llorar, te lo prometo.
Mucha "felicidad" en una oración, pensó con sorna.
Will apunto la nariz de Thomas y este lo aparto de un manotazo, la risa de Will sonó como campanadas y de nuevo volvía a parecer un niño.
–Porque quiero probarte, tus miedos, tus sueños, tus risas, todo de ti, quiero saber de que estas hecho–se detuvo, unos segundos, y enseguida–voy a hacer que quedes mucho tiempo, no voy a aburrirte.
Tom no le sonrió, pero asintió a cambio.
–Pero eso será luego de las clases, si no llego temprano la de español va a matarme–exclamó devorando su almuerzo y tomando la mochila que estaba en el piso minutos antes-no sé porque siempre esta atacándome, desde que su auto se incendio y yo era el único alumno con gasolina y fuego no ha dejado de acosarme-parloteó Will mientras se preparaba, Thomas asintió desinteresado–volveré más tarde, hay algunas pornos atrás de los cuentos infantiles, te las encargo–es lo último que dijo Will antes de salir por la puerta.
HOLA
A esto me refería con ser pacientes con los personajes, Will será un dolor de cabeza, se los aseguro.
Quiero agradecerles a todas las que se dieron la vuelta por mi historia y votaron, de verdad se los agradezco mucho, intentare mejorar cada día por ustedes.
Próxima actualización: martes 15 de Noviembre
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