Seokjin se apoyó en el espejo enorme del ascensor y se talló los ojos. Sacó su teléfono del bolsillo y chequeó la notificación que había llegado segundos atrás cuando estaba frente a la puerta de Jimin. 

Era un correo electrónico, él ya lo sabía y también sabía quien le había escrito.

Abrió la aplicación y leyó rápidamente. Rodó los ojos luego de terminar y cerró los ojos para calmar los latidos de su corazón. 

Las puertas del ascensor se abrieron, pero él no se bajó, simplemente llegó hasta el tablero y pinchó el botón que lo llevaría hasta el estacionamiento subterráneo. 

Era un imbécil por caer una y otra vez. Lo sabía, estaba al tanto del daño que le hacía Taehyung a su vida, pero aún así él estaba dispuesto a herirse, aunque sea por última vez. 

***

—Pensé que ya te habías ido. —Seokjin se aferró a su vaso de whisky mientras miraba al hombre frente a él. Estaban en un lujoso bar y Seokjin se sentía tan fuera de lugar.

—Me dejaste tirado en el hotel, algo muy raro porque soy yo quien hace eso —Taehyung dijo serio. 

—Tienes a alguien más, entonces no era necesario que me quedara toda la noche contigo.

—Si, lo tengo hace unos meses. 

—Y lo engañas conmigo —continúo Seokjin calmado.

Taehyung suspiró, deslizó sus ojos por el rostro del médico y asintió despacio —contigo me siento cómodo. 

—¿Porque nunca me lo dijiste? 

—No era importante al principio, pero ahora es diferente.

—¿Diferente? 

Taehyung lamió sus labios y un suspiro realmente largos dejó escapar de entre sus labios —me voy a casar con él a fin de año. Nos comprometimos hace una semana. 

Seokjin dejó de pensar en el segundo que las palabras de Taehyung llegaron con fuerza a él. Su pecho comenzó a doler y el nudo en su garganta comenzó a picar. 

—¿Casar? —pudo decirlo y se alegró de aquello, no tenía idea como es que podía hablar todavía sin que su voz temblara, pero lo hizo. —No lo entiendo, tú siempre dijiste…

—Lo sé, no es como si hubiese cambiado demasiado mi pensamiento —Taehyung sonrió con tristeza —pero somos adultos y a veces hay que tomar decisiones que escapan de uno. Las personas no vivimos de amor Seokjin, no todos somos unos idiotas románticos que creen que el amor es para toda la vida, eso no es así, eso no existe. 

—¿Te vas a casar por interés? —Jin dejó escapar una risa baja y rota. Tan triste que era gracioso lo mucho que dolía como Taehyung había llevado su vida todos esos años. 

—Le prometí a mi padre una buena situación económica, ahora lo podré cumplir.

—Eso es una locura. Te estás condenando, pero que más da, no es mi problema —el azabache se levantó de su silla, sacó su billetera y dejó el dinero de su trago sobre la mesa ante la mirada curiosa de hombre que amaba o pensaba amar. Seokjin se sentía un poco asqueado luego de la conversación. Se puso su chaqueta y caminó hasta la salida. 

Afuera llovía y rápidamente su cuerpo fue envuelto en esa fina lluvia que hacía cosquillas en su rostro. Caminó hasta su vehículo mientras la lluvia se hacía cada vez más fuerte, pero antes de poder subir a su vehículo su brazo fue tomado con fuerza y Seokjin no tenía que girarse para saber que Taehyung había corrido detrás de él para alcanzarlo. 

—Seokjin.

Jin se detuvo y giró para poder ver al hombre que amaba desde que era un adolescente. Taehyung siempre había sido parte importante de su vida, de sus decisiones y lamentaba profundamente que en la actualidad las cosas fueran de esa manera. Que estuvieran tan lejos. 

—Te vas a enfermar. 

Taehyung agachó su cabeza y sin previo aviso apoyó su frente sobre el pecho del azabache. Seokjin quedó de piedra ante el repentino movimiento. Dejó sus manos en los costado de su cuerpo sin atreverse a abrazarlo, sin embargo quería consolarlo, pero no sabía como. 

—No te alejes de mi, por favor Jinnie. Te necesito. 

Seokjin tomó aire y con toda la fuerza de voluntad que pudo reunir él tomó los hombros de Taehyung y lo alejó de su cuerpo. La lluvia seguía cayendo sobre sus rostros pero Seokjin sabía que su ex novio estaba llorando. 

—Esto no es sano, tú te vas a casar entonces esto se terminó Taehyung. 

—¡Es que no entiendes! —Taehyung mordió su labio inferior dolorosamente —yo no lo amo. Y estoy seguro que nunca lo haré.

—Y tampoco me amas a mi. No te entiendo. 

—Si te amo, te amo tanto pero no puedo elegirte Jinnie… Yo quiero hacerlo pero no puedo porque tú estás en el mismo lugar de siempre, no avanzas y yo necesito más. —Taehyung sollozó mientras sus manos se volvían puños cerrados y la respiración se hacía más agitada. 

—¿Yo no avanzo? —Seokjin incrédulo ladeó su cabeza —¿que mierda estás diciendo? —enojado tomó el mentón del rubio entre sus dedos húmedos y fríos —¿tienes el descaro de decir eso cuando elegí mi profesión por ti? Soy un puto médico cirujano, he avanzado en mi vida, claro que lo he hecho ¿que has hecho tú estos años? Aparte de estar buscando un imbécil que mantenga tu culo flojo. 

Taehyung quitó de un manotazo los dedos que dolorosamente apretaban su mentón y alzó su cabeza para defenderse. —Eres patético Seokjin, por lo menos yo sé que es lo que quiero lograr, aunque sea de esta manera, pero tú estás atrapado en el pasado, vives y respiras lo que pasó entre nosotros hace tantos años atrás…

—Eres una mierda Taehyung, definitivamente eres lo peor que me pudo pasar en la vida —Seokjin se limpió el rostro mojado por la lluvia —pero tienes razón, me quedé atascado en el recuerdo de lo que tuvimos, porque yo sí te amé, sí quería un futuro y darte todo… Y aún sabiendo que me harás sufrir yo vuelvo a ti… Pero ya no más.

—Volverás, porque yo también lo haré, yo te estaré esperando —Taehyung sollozó, nuevas lágrimas cayendo por sus mejillas. —Yo sé que volverás. 

—No estés tan seguro —el azabache abrió la puerta de su automóvil para largarse de una vez pero no alcanzó a meterse dentro de este porque Taehyung de nuevo lo impidió. 

—¿Conociste a alguien? ¿Es eso? 

—Déjame tranquilo. 

—Solo una vez has actuado de esta manera y fue cuando tuviste ese pequeño romance con ese colega tuyo… 

—No te incumbe y ahora déjame. Vete con tu culo patético a molestar a tu futuro marido, desde ahora ya no eres más mi jodido problema y no tienes idea lo aliviado que estoy. 

Seokjin empujó a Taehyung y se subió rápidamente a su vehículo. Encendió el motor y sin esperar un segundo más salió del estacionamiento de aquel bar lujoso y se alejó del hombre que había roto por última vez su corazón. 

***

El sonido de su teléfono lo despertó, de inmediato se sentó en la cama ya que sabía, era del hospital. Sin pensarlo dos veces tomó el aparato y se lo llevó a la oreja. A medida que el sueño se iba de su sistema él se movió por la habitación ubicando su ropa. 

Jamás lo llamaban un domingo por la mañana, por lo que intuyó había algún tipo de emergencia a la cual acudir. 

—¿Doctor Kim? Aquí el enfermo Kim Seungmin de urgencias.  

—Hola —Jin salió de su habitación y saludó con su cabeza a Jackson que estaba sentado sobre uno de los taburetes de la cocina completamente vestido. —Dime Seungmin, ¿pasó algo?

—Si —murmuró el joven enfermero —en urgencias el doctor Min necesita apoyo, no pudo comunicarse con usted porque los pacientes se están acumulando y se necesita un tercer médico para hacer la guardia de este día. 

—Si, no hay problema, salgo en unos 15 minutos…

Seokjin abrió sus ojos grandes cuando su amigo le quitó el celular. 

—Soy el doctor Wang… Ajá, entiendo, si, dile al doctor Min que yo haré el turno… Si, bien nos vemos. 

El azabache recibió de nuevo su teléfono entendiendo bien poco lo que había sucedido segundos atrás. 

—¿Jackson?

—Tienes un invitado a almorzar. —Jackson rodeó la isla de la cocina y lavó el tazón en el cual había estado tomando su primer café de la mañana. 

—No tienes que ir, ¿se te olvidó que ayer hiciste un turno de 12 horas?

—No se me olvida, estaré bien, tu solo procura atender bien a mi amigo ¿si?

—Jackson —dijo Seokjin en un intento por persuadirlo de tomar ese turno, pero no tuvo éxito y simplemente su compañero de piso buscó su bolso y su chaqueta para pararse a un costado de la puerta. 

—Él te hará bien Jinnie, aunque no pase nada entre ustedes es bueno que se puedan conocer y todo eso. 

—¿Estás haciendo esto para que estemos juntos? 

—No, lo estoy haciendo porque hay una nueva doctora en la urgencia y me gustaría conocerla, seguramente estará ahí. 

Seokjin rodó los ojos pero sonrió sutilmente, no le desagradaba la idea de cocinar para Jimin y poder conocerse un poco mejor. Estar a solas con él no era para nada un mal plan para un domingo.

—Eres un tonto si crees que la doctora Kim te hará caso. 

—Quizá no, pero siempre se puede intentar ¿no? La vida da muchas vueltas, como la tuya por ejemplo, ayer estabas atado a una relación tóxica y hoy tienes la posibilidad de tener algo sano con una buena persona. Uno que no te va a utilizar, ni te va a hacer sentir mal… Piénsalo príncipe. Nos vemos mañana. —Jackson guiñó un ojo y salió del departamento. 

Seokjin dejó caer sus brazos a los costados de su cuerpo recordando lo triste que había vuelto al departamento luego de su encuentro con Taehyung, le había contado todo a su amigo Jackson y este, categóricamente como siempre, le dio su opinión y aunque él ya la había escuchado un millón de veces, su amigo volvió a decirle que debía alejarse de Taehyung. 

Y por primera vez Seokjin no rebatió nada, escuchó con el corazón dolido todo lo que Jackson tuvo que decir sobre su ex novio y la relación que tenían desde hace un año aproximadamente. 

Finalmente Seokjin le dio la razón a su amigo y prometió, como a si mismo, no volver a caer. No volver a verlo y avanzar, tratar de rearmar las piezas de su corazón roto y caminar con la cabeza en alto porque no sería el primer hombre en el mundo por sufrir un amor que no era sano, que no era bueno. 

Suspirando Seokjin volvió a la cama y se arropó hasta la nariz. Cerró sus ojos preguntándose si Jimin habría despertado y estaría quizá leyendo algún libro o cocinándose comida grasosa para luego quejarse de los kilos de más. 

Ese pensamiento le hizo sonreír y fue la antesala para que él volviera a dormir un poco más antes de comenzar a preparar el almuerzo para el rubio atractivo que vivía tres pisos arriba y que lo hacía perder todos sus pensamientos negativos para volverse todo un poco más liviano. 

***

Jin observó la pequeña cava de vino que compartía con Jackson y se decidió por un suave Carmenere ya que este era ideal para acompañarlo con la pasta que estaba haciendo y también con la salsa ácida que estaba seguro le gustaría a Jimin. 

Volvió a la cocina y revolvió la salsa lentamente, tomó una cuchara y probó, asintió cuando la mezcla de mostaza y especias golpeó su lengua. Tapó la olla, bajó la temperatura del fuego y dejó la cuchara en el lavaplatos. 

El timbre sonó a las 13:00 horas en punto y Seokjin miró su ropa, sacudió un poco la harina que había logrado caer cuando hizo la pasta y se dirigió hasta la puerta. 

Respiró profundo y abrió. Sus ojos de inmediato detallaron el aspecto del rubio y lo bien que se veía esa tarde de domingo. 

—Hola vecino, no sabía que traer, ya que ustedes no dijeron nada… —Jimin alzó la bolsa que traía y sonrió —postre. Traje helado, ¿te gusta el helado de chocolate? 

El azabache sonrió de inmediato y se movió para que Jimin entrara. Lo observó pasar y se obligó a no recorrerlo con sus ojos, después de todo Jimin era sumamente amable con él, sin dobles intenciones, entonces también debía comportarse de esa manera. 

—Me gusta el helado en general y el chocolate es mi preferido. 

—Que alivio, por un momento pensé que podrías ser intolerante a la lactosa. —Jimin dejó la bolsa sobre la encimera despejada y se quitó la chaqueta deportiva que traía. 

—Dame eso —Jin tomó la chaqueta y rozó con sus dedos los de Jimin —estás congelado. 

—Un poco, es que en esta ciudad es muy difícil encontrar taxi, sobre todo si es domingo. 

—Deberías comprar un automóvil, ¿sabes manejar? —el azabache colgó la chaqueta en el colgador junto a la suya y volvió hasta donde estaba el rubio. 

—Sé manejar pero me gustan más motocicletas. 

—Wow —Jin quería ver eso. Jimin arriba de una motocicleta, quizá vestido de negro… 

—No creo que compre alguna u otra cosa, no es necesario. 

Jin volvió de sus pensamientos poco puritanos y asintió lentamente —vas a gastar una fortuna en taxis. 

—Siempre puedo encontrar a alguien que me transporte gratis —sonrió coqueto porque quería medir las reacciones de Seokjin. Había pasado toda la noche pensando en él y había decidido que podía distraerse un poco… Solo un poco hasta volver a Atsy.

¡Bueno que diablos! Seokjin había logrado interpretar esa indirecta descarada y sonrió de lado. Luego se acercó lo suficiente al rubio y miró esos ojos hermosos que le habían gustado desde el primer momento en que los vio. 

—Me ofrezco voluntario a ser tu chófer. 

Jimin lamió sus labios y Seokjin observó el movimiento de esa lengua y deseó tenerla dentro de su boca. Él no quería que Jimin se transformara en un repuesto a Taehyung, él seguía amando al imbécil que la noche anterior lo había destrozado, pero tampoco quería negar que le atraía Jimin. 

—No lo pienses tanto. Solo hazlo. 

Seokjin atrajo al rubio hacia su cuerpo y su brazo atrapó la cintura del otro. Tan pequeña. Tan manejable que su boca se hizo agua pensando en las miles de posibilidades que podría tener con Jimin. 

Miró una vez más esos ojos marrones hermosos y luego esos labios brillantes que estaban tan cerca de los suyos y tal como dijo Jimin él cerró sus ojos y no pensó en nada más mientras juntaba su boca con la del rubio exquisito que se abrió para él en el momento que sus labios se encontraron. 

Al principio fue sutil, conociéndose mientras ladeaban sus cabezas para encontrar un mejor ángulo. Seokjin jugó con el labio inferior del rubio haciéndolo suspirar y luego se retiró para poder mirarlo. Sus ojos se encontraron y fue Jimin quien envolvió sus brazos en el cuello ajeno para luego ponerse en puntas de pies para poder llegar a esos labios que lo habían besado tan bien. 

Seokjin ahora usó ambos brazos para rodear el cuerpo delgado de Jimin y sus bocas volvieron a encontrarse. Seokjin lo atrajo todo lo que pudo hasta que ambos cuerpos estaban completamente pegados y cuando Jimin acarició los cabellos de su nuca fue cuando el beso escaló un poco más. Sus lenguas se unieron haciendo que la temperatura de la cocina aumentara unos grados. 

Cuando el azabache se dio cuenta que prácticamente tenía a Jimin en el aire decidió completar el movimiento y lo tomó de la cintura para luego sentarlo sobre uno de los taburetes de la isla, luego se puso entre su piernas y sus manos acunaron las mejillas ajenas para volver a besarlo nuevamente. 

Jimin no sabía donde poner sus manos porque francamente no se esperaba sentirse de esa manera por un beso. En algún momento pensó que Seokjin lo besaría y luego volverían a conversar de cualquier otra cosa y él se sentiría frustrado...

No era el caso y Jimin estaba a unos segundos de sacarse su maldita ropa y ponerse en cuatro para ser follado por ese hombre que lo estaba probando codicioso y tan malditamente bueno que lo tenía duro mientras mordía sus labios y bajaba sus manos por su pecho. 

Seokjin dejó la boca del rubio y prácticamente se obligó a parar. Estaba a nada de quitarle la ropa y ese no era el motivo por el cual Jimin estaba en ese lugar. 

Su caballerosidad se había ido al carajo. 

Miró los labios rojos y húmedos del otro y lamió los propios. Se alejó un poco y se rio bajito —lo siento, estoy seguro que no te esperabas esto. 

Jimin recobró su aliento y mordió su labio ligeramente. Dolía, pero de una buena manera. —No lo esperaba pero quería que lo hicieras. Te vuelvo a repetir, no pienses tanto.

—Si bueno, últimamente pierdo mis pensamientos coherentes cerca tuyo. 

El rubio médico echó su cabeza hacia atrás cuando una risa nerviosa lo invadió. Luego llevó sus manos hasta la camiseta ajena y las deslizó por el pecho del más alto. 

—Dame de comer, muero de hambre.

Jin estuvo de acuerdo, él también tenía mucha hambre, quería volver a probar al rubio descarado por lo que asintió de inmediato y se acercó hasta el oído de su colega, vecino y al parecer copiloto en el futuro y susurró: 

—Te daré lo que pides solo si después me das de comer tú a mí. 

Jimin tragó saliva y un quejido salió de sus labios. El perfume del más alto penetró en sus cosas nasales y él movió su cabeza afirmando con entusiasmo porque lo deseaba. 

Deseaba a Kim Seokjin y nada en el mundo le iba a impedir probarlo y darle de comer tal y como él lo había pedido. 

***

Gracias por leer y comentar, sepan que lxs amo por eso.

Cuídense y espero leernos pronto
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