044


🌧️

Una semana después y Seokjin todavía no podía creer lo que había pasado. Trataba de no pensar en su madre, trataba de no enjuiciar la situación porque aún no iba hasta Jassel, no quería hacerlo, pero sabía que tarde o temprano debía ir. 

Se había mantenido al tanto del día a día de la casa de su infancia, Jungkook lo llamaba constantemente y lo agradecía enormemente, su hermano había tomado las riendas de su destrozada familia. Pero a veces Seokjin deseaba no saber nada. 

Como ese día que no había contestado las tantas llamadas de Jungkook. 

—¿Estás esperando que sean las cinco para irte? 

Seokjin levantó la mirada y su boca se alzó en una mediana sonrisa para su amigo Min Yoongi. Se puso de pie y su espalda resintió el movimiento, estaba tenso, cansado y no tenía la energía de siempre. Parecía como si la situación de su familia hubiese drenado todas sus energías. 

—Estoy esperando a mi novio en realidad. 

—Uh, ¿Ya podré saber quién es? 

—Espera a tu matrimonio. 

Yoongi se rio entre dientes mientras ajustaba su uniforme —habrá una cena de ensayo. 

—¿Tengo que ir?

—Por supuesto, eres el padrino. Y no será nada del otro mundo, solo los padres de Nam y mi poca familia. 

—Está bien, enviame la información y todo eso. 

—Está bien —Yoongi se acercó hasta la expendedora de agua y sacó un pequeño vaso para luego tomarlo de un sorbo. —¿Que tal tu nuevo horario? 

—Me gusta bastante, lo mejor es no hacer turnos dobles, ni turnos de noche. Gracias por eso. 

—No fue tan difícil, al parecer eres el único médico que prefiere estar en su casa que ganando dinero extra matándose turno a turno. 

Seokjin se echó a reír, esa era una verdad absoluta. —No me hice médico para hacerme millonario y la verdad es que prefiero estar en casa. Hago mi turno y luego vuelvo donde mi novio. 

—Supongo que es una manera de vivir, aunque ya sabes que quedaste en el horario de emergencia. 

—Lo sé, no me preocupa eso, puedo venir cuando sea necesario. 

—Vi a Wang hace un rato, ¿Tiene todo listo para su viaje?

—Si, hablamos a diario, después de vivir un par de años con él te acostumbras —Jin miró la hora en su reloj y caminó hasta su casillero. Lo abrió y se quitó la parte de arriba de su uniforme. —Me contó que el dueño del departamento no quiere renovar con él una vez que vuelva por lo que tendrá que buscar un nuevo lugar para vivir. 

—No lo sabia. 

—Si, yo nunca conocí al tipo, incluso Jackson no sabe quién es ya que tratan por medio de una corredora de propiedades. 

Seokjin tomó una camiseta que había llevado esa mañana y se la puso, luego quitó su pantalón y se puso el jean oscuro y ajustado que Jimin había elegido para él dos días antes cuando prácticamente lo obligó a comprarse un montón de ropa que no necesitaba.

—¿Cambio de imagen? 

Jin negó —no, solo un novio con un buen gusto para la ropa. 

—Me recuerdas a mi cuñado, él siempre va muy vestido porque trabaja en una prestigiosa empresa de modas. 

—Un mundo fascinante —se burló Seokjin. 

—Nunca entenderé pero supongo que para algunas personas la ropa es importante, su procedencia, sus tejidos o lo que sea. Yo soy feliz con mi colección de camisetas oscuras y pantalones cómodos. 

—Yo también, la verdad es que me da lo mismo que usar, pero debo admitir que me gusta como se viste mi novio, es como elegante, ya sabes, como un regalo sofisticado. 

Yoongi hizo una mueca y alzó sus manos —no digas más, entiendo lo que tratas de decir. 

—No iba a decir nada extraño —Seokjin negó con su cabeza. Tomó su ropa sucia y la metió en una bolsa, luego abrió su mochila y sacó un poco de perfume, se echó solo en el cuello y lo volvió a guardar. Finalmente tomó su abrigo negro y cerró su casillero. 

—Ni en tus primeros días aquí te vi tan arreglado. 

—Siempre me visto bien. 

—Pero nunca te viste así de feliz. 

—No empieces —Seokjin atravesó la habitación y se paró justo al lado de la puerta. 

—No tiene nada de malo ser feliz y admitirlo, Seokjin. 

—Lo sé, solo que quiero proteger mi relación, no es que no confíe en ti, solo que esta vez me estoy asegurando de hacer las cosas como corresponde. 

—Está bien, me alegra que hayas encontrado a tu persona. 

—Yo también —Jin sonrió. Iba a abrir la puerta cuando se giró y miró a su amigo —¿Cuanto tiempo se demoraron en comprometerse? 

Yoongi alzó sus cejas pero no preguntó. Pareció meditar varios segundos hasta que respondió —a los seis meses que nos hicimos novios, ¿Por qué? 

—Solo curiosidad. 

—Si claro, voy a creerte. 

Seokjin se encogió de hombros —nos vemos mañana, no te olvides de enviarme la información. 

—Si jefe. 

Seokjin se rio y finalmente salió de la sala de descanso, como era habitual se despidió del personal y recorrió los pasillos un poco más aliviado que días anteriores, porque a pesar de que todavía seguía pensando una y otra vez en lo que había sucedido con su madre, ahora, que tenía un mejor horario contaba las horas para poder estar cerca de Jimin. Y si bien en su casa de infancia su familia se estaba desmoronando, su relación de pareja parecía fortificarse a cada nuevo problema. 

Y era realmente como un regalo el haber conocido a Jimin, Seokjin se preguntaba a diario como había vivido una vida sin él, sin ver esa hermosa sonrisa que hacía que sus ojos se volvieran dos pequeñas líneas. Sin ver su hermoso rostro y esa risa contagiosa que hacía que todo su mundo se diera vueltas y vueltas. 

Seokjin no quería pensar en los tiempos en que no tuvo a Jimin, ahora solo quería pensar en el futuro que quería junto a él. El futuro que deseaba. 

El frío aire de julio se sentía a través de las puertas de vidrio. Seokjin miró hacia los enormes ventanales y deseó poder vivir en un lugar más cálido. Al parecer había llovido todo el día haciendo que se viera todo más gris.

Sumido en sus pensamientos no se dio cuenta que su novio había llegado hasta que una gruesa bufanda fue puesta en su cuello. Jimin se paró frente a él y la acomodó. 

—Hola doctor Kim, hace mucho frío, debes cuidarte. 

Seokjin sonrió y sonrió aún más amplio al darse cuenta que ambos tenían la misma bufanda, era ridículo, nunca se le hubiese pasado por la cabeza usar ropa de pareja, pero también era algo lindo que Jimin tuviera esos detalles. 

—Hola —Jin lo tomó por la cintura y le dio un rápido beso en los labios —me encanta eso que te pones en los labios. 

Jimin sonrió coqueto y se separó lo suficiente para no dar un espectáculo en la entrada principal del hospital. 

—Creo que deberíamos irnos. 

—Tienes razón —Jin estiró su mano y tomó la de su novio. Se miraron cómplices y salieron del hospital. 

—Deberíamos pasar al supermercado. 

Seokjin hizo un puchero, odiaba ir de compras. 

—No me hagas pucheros —Jimin se rio —es necesario, no podemos seguir comiendo arroz con pollo. 

—No veo lo malo. 

—Iremos al supermercado y te haré una deliciosa cena. 

Cuando pararon a un costado del Audi, Seokjin empujó suavemente a Jimin contra la puerta del copiloto y le dio un beso. Tomó sus heladas mejillas para luego meter su lengua y suspirar encantado cuando Jimin le devolvió el beso. 

Mordió el labio inferior de su novio y volvió a sumergirse dentro de esa boca dulce. Jimin hacia pequeños ruidos que iban directo a la zona baja de Seokjin por lo que después de varios segundos se separaron antes de que las cosas se pusieran más intensas. 

—Mejor súbete, tengo el repentino deseo de comerte aquí mismo. —Seokjin lamió sus labios y comenzó a caminar para subirse a su lado del automóvil. Presionó la tecla para abrir las puertas y ambos dejaron sus mochilas en el asiento trasero para luego subirse finalmente a sus asientos. 

—Hace mucho frío —Jimin frotó sus manos. 

—Si, amaría un poco de sol ahora mismo. 

—En Atsy hay una buena temperatura todo el año. 

Seokjin presionó el botón de encendido y giró su cabeza para observar el perfil de su novio. Deslizó sus ojos por toda esa suave piel y cuando Jimin lo miró Seokjin le sonrió. 

—¿Te gustaría volver una vez que tu contrato finalice? 

—Es una posibilidad, pero quedarme aquí en Rain también lo es. 

—¿Que es lo que deseas? 

Jimin entrecerró sus ojos y se acercó al azabache —¿Que es lo que deseas tú?

—Ya te lo he dicho. Estar contigo en el lugar que sea.

—¿Estás seguro de eso? 

—¿De amarte? 

Las mejillas de Jimin se volvieron rosadas y Seokjin lo tomó del cuello para acercarlo por lo que sus narices se rozaron mientras el azabache esperaba por una respuesta. 

—¿Estás seguro de querer irte tan lejos de tu familia? 

—Las cosas ahora mismo no son alentadoras. 

—Por eso mismo, no quiero que tomes una decisión basada en lo que está pasando con tu mamá. 

—Lo sé, pero debes saber que jamás me arrepentiría de alguna decisión en la que tú estés involucrado. 

Jimin le regaló una hermosa sonrisa y luego juntó sus labios en un beso tierno y dulce que hizo que ambos cerraran sus ojos. 

—Primero debes ir a Jassel, ya luego podremos decidir ¿Si?

—Está bien, pero debemos estar de acuerdo y debes confiar en mi. 

—Confío en ti. Lo hago.

Seokjin juntó sus frentes y dejó ir al bonito rubio. Suspiró porque tenía tantas cosas en su cabeza que no sabía por donde empezar. 

—Bien, supermercado.

—Supermercado, cena y a la cama —Jimin se puso su cinturón y Seokjin copió la acción. —Estoy muy cansado. 

—Hoy también tuve un día ajetreado, pero el cambio de horario me tiene bastante contento.

—Algún día debías cambiar esos horribles horarios. 

Seokjin avanzó por el estacionamiento despacio ya que el pavimento estaba completamente mojado, incluso grandes posas se acumularon por todo el lugar y él no quería mojar a nadie que pudiera transitar por las veredas. 

—Nunca tuve alguna razón de peso para cambiar los horarios, no tenía problemas con trabajas 48 horas, incluso 72 horas sin volver al departamento, pero ahora es diferente. 

—¿Lo es? —Jimin sonrió de lado. 

—Tengo una muy buena razón para salir temprano. 

—Interesante, debe ser una razón de mucho peso. 

—Lo es —Seokjin detuvo su Audi en la portería y tomó la fría mano de Jimin, la alzó y le dio un beso en sus nudillos. —Te amo. 

Jimin suspiró y Seokjin sonrió amplio ante lo cursi que se sentía, pero no quería ser de otra manera, Jimin lo amaba así tal cual era y ese era el sentimiento más maravilloso que pudo sentir alguna vez. 

El saber que alguien te amaba sin condiciones era algo que Seokjin jamás había podido apreciar, jamás había tenido a un compañero dispuesto a dejar todo por él, entonces la idea de tener a Park Jimin a su lado en un compromiso mayor era algo en lo que estaba pensando prácticamente día y noche. 

—Te amo tanto —Jimin susurró. 

Seokjin quería alargar el tiempo y decirle muchas más cosas a su novio pero no podía, un vehículo tocó la bocina detrás de ellos haciendo que se separaran riendo. 

—Debo entregar algo —Jin metió la mano en su bolsillo y sacó una pequeña bolsa.

Seokjin bajó rápidamente, le entregó la bolsa al portero que ya era un hombre de edad avanzada y volvió a su vehículo no sin antes alzar su mano en forma de saludo a la conductora que estaba esperando detrás de ellos. 

—¿Que entregas?

—Medicamentos, el señor García ha sido el portero por muchos años, está enfermo pero no puede dejar de trabajar. Yo le consigo algunos de sus medicamentos para que no gaste su sueldo en ello. 

Dejó de llover cuando Seokjin paró en un semáforo y como el hombre a su lado se había quedado en silencio él giró su cabeza para observarlo. 

—¿Jimin? —lo llamó. 

—Me has dado una idea, cariño. 

—¿Así tan de repente? ¿Usaremos poca ropa? —Seokjin alzó una ceja y Jimin lo golpeó en el brazo. 

—Eres perverso, pero no, no tiene que ver con nosotros desnudos. 

—¿Que es? Dime. 

Seokjin volvió a retomar la marcha, el interior del vehículo estaba lo bastante cálido gracias a la calefacción y más relajado que en muchos días él puso un poco de música para hacer el andar mucho más agradable. 

—Pienso en todos los trabajadores que están pasando por lo mismo, ya sabes, lo que no tienen un sueldo elevado, aquellos que ganan un poco más del mínimo, creo que sería una excelente ayuda. 

—¿Darles medicamentos? 

—O consultas —Jimin se encogió de hombros —es increíble la cantidad de cosas que no sabemos de las personas que nos rodean todos los días. Hace dos días me enteré que la señora que hace el aseo en el área donde está mi consulta tiene lumbago y aún así sigue trabajando con dolores intensos. —Jimin frunció sus labios —¿Costará mucho que un colega la revise antes de que su molestia sea mayor? ¿O hasta que ya no pueda seguir trabajando? 

—Estoy seguro que la mayoría de los trabajadores nos piden ayuda de vez en cuando. 

—Puede ser, pero ¿No sería más digno si tuvieran la posibilidad de atenderse como corresponde y no estar pidiendo favores por los pasillos?

—Creo que los sindicatos están al pendiente de eso, ya sabes, de que sus compañeros tengan salud oportuna. 

—¿Y los empleados externos?

Seokjin divisó el supermercado que estaba a unas cuantas calles del departamento, entró en este y cuando encontró un lugar se estacionó de inmediato. Detuvo el motor y miró a su pensativo y revolucionario novio. 

—Es un buen plan a largo plazo. 

—¿Tienes a algún amigo en el directorio?

—Yo no, pero seré padrino de bodas de dos personas que si. 

Jimin sonrió y se quitó el cinturón de seguridad —necesito conocer a esas personas ¿No crees? 

—Estoy de acuerdo, ¿Cena? 

—Cena. 

Seokjin se quitó el cinturón y se bajó, delante de su Audi tomaron sus manos pero solo hasta que encontraron un carro y comenzaron a pasar pasillo por pasillo buscando las cosas que necesitaban y quizás unas cuantas cosas más que no necesitaban pero que Jimin insistía en comprar. 

—Lo necesitamos para cuando te haga mi más famosa ensalada de atún. 

Seokjin tomó la bandeja de vidrio y la puso en el carro que estaba lo bastante lleno. 

—Espero con ansias tu ensalada. 

Jimin asintió distraído mientras miraba un juego de ollas. Seokjin lo observó por varios segundos y a cada momento le parecía más acertada y correcta la idea de dar un paso más allá. Quizás era apresurado, pero estaba tan seguro de lo mucho que quería a Park Jimin como su esposo que él ya estaba planeando el momento en que lo haría. 

—¿Hablaste con Jungkook? Me llamó hoy a la hora de almuerzo. 

—No, hablé con él ayer, hoy no sentía reales deseos. 

—Entiendo, pero no lo dejes solo, sé que él ha lidiado bien con lo que está pasando pero te necesitan y no solo él, también Ryujin y por supuesto tu papá. 

Seokjin odió tanto que Jimin sacara el tema en un lugar donde no podía huir. Luego de llenar el carrito de compras habían pagado por los productos, guardado estas en el maletero y ahora ambos se encontraban en silencio dentro del Audi. 

—Sé que debo ir, pero a la vez no quiero, no quiero enfrentar a mi mamá, ni mucho menos al viejo infeliz de Taehoo. —Seokjin apretó el volante entre sus dedos. Prácticamente había orillado a su novio a que le contara todo y deseó no haberlo hecho. Sentía repulsión por ese hombre que siempre vio como un segundo padre, un hombre que había respetado y querido.

—Es tu decisión, pero por lo menos contesta sus llamadas, ustedes son unidos. Jungkook te necesita, cariño. 

—Y yo a él, es mi hermano pero también mi amigo, pero esto es más grande que yo, bebé. No sé qué hacer, por primera vez me siento tan perdido, tengo miedo. 

Seokjin sintió los labios de su novio sobre su mejilla y cerró sus ojos ante el acto. No mentía, se sentía perdido y como un niño abandonado sin saber donde pedir ayuda, donde sentirse seguro nuevamente. 

—No estás solo, me tienes a mi. —Jimin besó la sien de Seokjin y lo abrazó a pesar de que era bastante incómodo por el estrecho lugar. 

—Eso me hace feliz, eres la luz alrededor de toda la oscuridad. —Seokjin disfrutó del abrazo. Sabía que había cosas que debía hacer, quizá no hacerse cargo pero si tenía que tomar pequeñas decisiones e ir a Jassel era la primera en la lista. 

—Eres un hombre muy fuerte, estoy seguro que vas a encontrar la manera acertada de lidiar con esto y si no es así también estás en tu derecho de equivocarte. 

Jin asintió y giró su cabeza para observar los bonitos ojos de su novio. La noche ya había caído en Rain pero aún así él podía apreciar cada facción exquisita del hombre que amaba. 

—Gracias. —Fue lo único que Seokjin pudo decir.

—Estaré aquí para ti siempre. 

—Te amo por eso. 

Jimin sonrió justo en el momento que su teléfono comenzó a sonar, Seokjin lo dejó ir para que pudiera contestar, mientras escuchaba a su novio hablar sobre un pequeño paciente de 5 años él encendió el motor del vehículo y salió del estacionamiento. 

Tenía que viajar a Jassel y cuanto antes lo hiciera podía pasar al segundo ítem en su lista, el más importante, de hecho, por lo que tenía que planificar bastante bien sus siguientes meses en Rain porque ya tenía una decisión tomada. 

Solo esperaba que Jimin dijera sí a todo lo que tenía en mente. 

🌧️

Hola!! Aquí retomando la historia, espero tengan una excelente semana ❤️

Cuídense mucho 💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top