030




—Bien, ahora me siento como en una mala película de Hollywood.

Seokjin miró su atuendo y suspiró realmente alto mientras una mujer de mediana edad media su cuerpo y anotaba en una libreta color rosa. Yoongi frente a él se puso a reír y Seokjin sonrió al verlo tan contento. 

—Ese color te queda bien, espero que al hermano de Nam también. Él será el otro padrino. 

—¿Viene hoy? 

—No lo creo, no está en Rain de todos modos.

Seokjin entrecerró sus ojos y miró a su amigo antes de girarse a petición de la mujer que seguía anotado luego de decir muchos números en voz alta. 

Cuando finalmente terminó le pidió que se bajara del pequeño escenario en donde había estado parado los últimos veinte minutos y se acercó a su amigo que miraba distraídamente su propio traje. 

—¿Estás bien? Luces como si estuvieses a punto de salir corriendo. 

—Estoy bien —Yoongi alzó su cabeza —solo que… 

—¿Que? 

El hombre frente a él se encogió de hombros y rehuyó de su mirada mientras aclaraba su garganta. 

—Soy feliz, creo que nunca lo había sido tanto y como que me da miedo. 

—¿Miedo? 

—Si, ya sabes, como cuando todo está bien, cuando todo marcha perfecto. Tienes tu casa, un hombre increíble que está ahí para ti, para cuando te sientes la peor mierda… Un compañero, nunca tuve eso antes y lo tengo ahora con Namjoon y es no sé… 

—Oh, es eso. —Seokjin sonrió —pero eso no está mal, es un miedo de los buenos. Supongo que encontraste a tu persona, no muchos pueden decir lo mismo. No es tan fácil y que tengas una vida amorosa estable está bien. 

—Si —Yoongi alzó la mirada y se pasó una mano por su rostro —siento que algo va a pasar y todo lo que hemos construido se va a ir a la mierda. No sé. Dios. Me debo escuchar como un puto histérico.

—Te vas a casar, es el momento para ser histérico. 

Yoongi le sonrió y Seokjin palmeó su hombro con cariño. 

—Gracias por acompañarme, sé que no es la mejor maldita cosa para hacer un lunes por la tarde, menos después de pasar todo el día en el hospital. Te lo agradezco. 

—Soy el padrino —Jin alzó una de sus cejas. 

—Lo eres. —Yoongi suspiró —bien, creo que mejor nos sacamos esto.

Seokjin asintió y se quitó la chaqueta, luego su pantalón y cuando se iba a sacar la camisa escuchó un resoplido detrás de él. 

—¿Que?

—Todavía no contratan a los strippers para el sábado. 

Seokjin miró hacia su camisa a medio quitar y se rió —si mi novio te escuchara patearía tu culo. 

—Uh, novio. 

—Si. 

—Hombre yo aquí abriendo mi corazón para ti y tú no eres capaz de presentarme a ese novio tuyo. Pésimo amigo. 

—Lo conocerás en su momento. 

—Agh, eres una mierda presuntuosa. 

—No lo soy. 

—Lo eres. 

Seokjin rodó los ojos y cuando terminó de vestirse estaba listo para ir a ver a su hermoso novio y conocer al famoso Jung Hoseok, pero Yoongi al parecer tenía otros planes. 

🌧️

Jimin golpeó dos veces la puerta de su departamento y apenas Hoseok le abrió él le pasó una de las bolsas que traía en su mano. Su amigo tomó las restantes también y las puso sobre la encimera de su cocina y rápidamente comenzó a sacar los artículos que había pasado a comprar luego de salir del hospital. 

—Pensé que traerías a tu príncipe azul. 

Jimin negó mientras se quitaba su chaqueta —tuvo que ir a probarse su traje, el próximo mes se casa uno de sus amigos. Es el padrino de la boda. 

—Oh, ya veo. —Hoseok pegó un grito cuando sacó un paquete de galletas, eran sus preferidas y las había extrañado como un loco mientras vivía en Atsy. —Gracias, hace muchos años que dejé de comerlas. 

—No es nada, pasé por el mercado y las vi. —Jimin se metió a la cocina y comenzó a guardar los artículos, dejó otros tantos a un costado y silbó alegremente. 

—Te extrañé, Chim. 

Jimin miró a su amigo y sonrió ante la mirada triste que vio. Él también lo había extrañado demasiado. 

—Aw, yo también te extrañé, pero no te pongas a llorar ¿si?

Hoseok rodó los ojos cuando dejó un paquete de galletas de chocolate sobre la encimera. Miró el restante de alimentos y frunció su ceño —¿no compraste papas fritas? 

—Mhm no. —Distraído Jimin encendió un quemador y sacó de una de las tantas puertas del lugar un sartén mediano. Buscó el aceite y tiró un chorro para que se calentara. 

—Tú no sobrevives sin papas fritas de bolsa. 

—Seokjin es alérgico, no compro para no comer delante de él —se encogió de hombros —increíblemente no he sentido necesidad de comer. 

—¿Alérgico a las papas fritas? 

—A las papas en general y al ajo. 

—Que jodido.

Jimin se echó a reír ante el rostro consternado de su mejor amigo. —No es tan malo. Él ya está acostumbrado.

—No sé hombre, creo que jamás me podría acostumbrar a no comer papas. Esas mierdas están en todos lados y qué decir del ajo —negó con su cabeza todavía sorprendido. 

—Él lo hace bien —el rubio tomó un estuche de cartón que contenía seis huevos y lo abrió para luego ir sacando uno a uno. El aceite en el sartén hizo un chirrido y él comenzó a revolver cuando los huevos estuvieron dentro. —Que haya sido diagnosticado siendo ya adulto debe haber ayudado a mantenerse lejos de esos alimentos. Los niños son más difíciles de controlar o los adolescentes. 

Hoseok resopló —dímelo a mi, me pagan por enseñarles a adolescentes que no quieren aprender nada. Tengo alumnos que solo van a dormir a clases y me pregunto qué será de ellos en un par de años más… Ya sabes, cuando se arrepientan de haber desperdiciado sus mejores años. 

—Es una lástima, tarde se van a enterar que la educación es tan primordial como salir a follar por ahí. 

—Ni que lo digas, ya perdí la cuenta de cuantas mamadas he visto —Hoseok suspiró —cuando estaba en la universidad y me mataba trabajando medio tiempo y bailando en las calles jamás pensé que mi trabajo sería corregir comportamiento inadecuado. Esos niños viven pensando en sexo. Me hacen sentir como un virgen. 

Jimin se echó a reír fuerte y negó con su cabeza mientras terminaba con los huevos. —Saca dos tazones, no seas perezoso. 

—Estoy de vacaciones, maldito. 

—Si, si, ya te oí. Ahora has lo que te digo si quieres comer esto caliente. 

—¿Tus huevos calientes? —Hoseok alzó sus cejas. 

—Cállate. 

Jung se puso a reír pero de inmediato hizo lo que su amigo le había pedido. Sacó dos tazas, cada una tenía una letra y tuvo que morder su lengua para no ponerse a reír como un loco por lo cursi que se había puesto Jimin. 

Con todo listo el rubio llevó los huevos y los puso en medio de las tazas. Sacó el pan que había pasado a comprar a la panadería de la esquina y comenzó a comer. 

—¿Todavía te pasas horas sin comer? 

—Almorcé muy temprano y cuando como rápido es como si no comiera… Además que tomé sopa y esa mierda no alimenta tanto. 

—Cierto, prefiero la carne. 

—Yo también, cualquier cosa en realidad pero teníamos solo treinta minutos para almorzar y Seokjin conoce este lugar que es muy pequeño pero que la comida es deliciosa. Él lo vista tanto que ya saben que nada de ajos y papas para él —Jimin sonrió.

—Eres asqueroso. 

—Mentira, no lo soy. No seas amargado. 

Hoseok le dio un mordisco a su pan y luego, cuando el agua estuvo lista sirvió los tazones que había sacado. —Usaré la S

Jimin iba a reclamar pero luego ya no dijo nada y acercó su propia taza para que su amigo le sirviera. 

—¿Por cuánto tiempo te quedarás?

—Una semana, por lo que el próximo lunes me voy. No puedo quedarme más. 

Jimin hizo un puchero mientras revolvía suavemente el líquido de su taza. 

—Si me hubieses avisado no habría tomado esos días de descanso para ir a Jassel. Fue una mierda incómoda de todas formas. 

—Quería que fuese una sorpresa. 

—No nos veremos mucho es lo que quiero decir. 

—Está bien, iré donde mis padres, de hecho me quedare allá. No quiero estorbar en tu nido de amor. 

—Idiota —Jimin se rió —Seokjin vive tres pisos más abajo. Él tiene su lugar. 

—Eso está bien pero aún así me estoy quedando con mis padres, tantos años sin verlos —Hoseok hizo un ruido con su boca —mi mamá casi se desmaya. Se puso a llorar y todo.

—Menos mal no es enferma cardíaca.

—¿Cierto? Si la mato hubiese sido realmente una mierda. 

Jimin negó con su cabeza divertido por la palabrería de su mejor amigo. 

Terminaron de comer y limpiaron todo antes de dirigirse hasta la sala en donde se acomodaron en los sillones. Jimin encendió la televisión pero no la miraron realmente. 

—Entonces es el bautizo de mi sobrino, el cual yo no tenía idea que existía. Mi padre quiere que vaya, mi madre no tengo idea, lo más probable es que le de lo mismo si voy o no… Mi hermana solo me dice que haga lo que yo sienta en mi corazón y…

—¿Y?

—Y Haejoon me pidió ir, hoy me lo encontré en el hospital. 

—¿Te lo encontraste? ¿Así de la nada? 

—Ni idea, Hobi. Él apareció y me dijo que quería que fuera y en el fondo creo que debería ir, es mi sobrino, me gustaría conocerlo también. —Jimin lamió su labio inferior y luego soltó un suspiro cansado —me sentí como un extraño cuando fui a la casa. 

—No fue tu culpa. Debes dejar de recriminarte eso. Ellos podrían haberte buscado, tus padres podrían haber viajado, que sé yo. No quiero herirte más porque esto que te estoy diciendo tú ya lo sabes, pero no puedes dejarte pisotear más. Si vas a ir que sea con la frente en alto y sin aguantar ningún insulto de tu hermano. No mereces vivir de nuevo eso. Si vas a ir, debes defenderte y quizás ellos dejen de tratarte como si no existieras o como si hubieses cometido un crimen muy grande por no haberte puesto a la cabeza de la empresa familiar. 

Jimin cerró sus ojos y se hundió un poco más en el sofá. Él sabía que su amigo no quería hacerle daño, nunca lo había hecho pero sus palabras dolían porque eran ciertas. Tenía que decidir que hacer antes del sábado. 

—Seokjin está dispuesto a acompañarme. —Dijo el rubio con un nudo en su garganta porque Seokjin era lo mejor que pudo haber encontrado en Rain y no estaba listo para dejarlo. 

—Ese novio tuyo es bastante impresionante, ¿como están manejando el hecho de que te irás en unos meses más? —Hoseok miró a su amigo y cuando este le dio una mirada triste negó con su cabeza —¿no le has dicho nada?

—No, he intentado hacerlo pero —Jimin mordió su labio —tengo miedo… Su familia está cerca de Rain y no creo que quiera irse lejos. Yo no quiero vivir más aquí, no me gusta esta ciudad yo solo vine por mi padre, ya sabes, la oportunidad de trabajo se presentó pero yo jamás pensé que conocería a Seokjin… Mierda —Jimin se tapó los ojos con su antebrazo tratando de lidiar con el dolor en su pecho. 

—Amigo, mientras más te demores en decírselo va a ser peor. 

—Lo sé, solo que ahora no es el momento, tuvo una discusión con su madre y ha estado medio apagado desde entonces… Sumale a su ex novio tóxico y bueno mi problema familiar entonces no tengo muchas ganas de decirle que en un par de meses más debo volver a mi trabajo en Atsy. 

—Cierto, sueldo congelado y todo eso. 

—Si, la licencia que me dieron fue por el asunto de mi padre pero ni siquiera he podido arreglar eso. 

—Todo a su tiempo, todavía hay un par de meses y creo que como primera cosa debes hablar con tu hombre.

—Mierda —Jimin quitó su brazo —soy un cobarde de primera, pero es que cada vez que lo tengo cerca olvido que estoy aquí por poco tiempo. Él me hace olvidar y se siente bien. 

Hoseok sonrió sin mostrar sus dientes —aún así debes hablar con él, no esperes más. 

—Si, lo haré esta noche, ya que no te quedarás le diré que venga a dormir conmigo. 

—Ugh basta, ahora mismo tienes esos ojos brillantes y cara de querer ser follado. 

—Mhm si, él es bueno en eso. 

Hoseok se echó a reír y tomó un cojín para luego tirarlo en dirección al rubio —eres un descarado. 

Jimin tomó el cojín y se lo tiró de vuelta riendo como un tonto —¿que hay de ti?

—¿De mi?

—Si, alguna mariposa por algún lugar… O lo que sea que te guste este mes.

Hoseok rodó los ojos —estoy solo y no he conocido a nadie, pero está bien así, mis alumnos drenan todas mis putas energías que no es broma. 

—Bueno, supongo que eso está bien, no es como si te hubiese alguna vez perdiendo la cabeza por alguien. 

Hoseok asintió despacio mirando la televisión pero sin tomarle mayor atención. —Quizá no estoy hecho para estar en pareja. 

—O tu persona ya pasó y no te diste cuenta. 

—Tal vez… Eso es deprimente, no quiero pensar en eso. 

—Oh, está bien. —Jimin tomó su teléfono que estaba vibrando en su bolsillo y lo contestó con una boba sonrisa en sus labios al darse cuenta que era Seokjin quien lo estaba llamando. —Hola —mordió su labio cuando escuchó la voz de su novio y luego asintió aunque este no pudiera verlo —ya veo, no te preocupes, mañana será. Pásala bien… No sé, supongo que puedo esperarte. —Sonrió —bien, nos vemos. 

Jimin dejó su teléfono en la mesa de centro y miró de soslayo a su mejor amigo que tenía una mueca divertida en su boca. 

—Cállate.

—No he dicho nada. 

—Eres un idiota. 

Después de varias horas y luego de haberse tomado dos cervezas cada uno y charlar como si hubiesen pasado años sin verse Jimin se quedó solo en su departamento. Limpió y recicló las botellas, se dirigió a su habitación para dejar lista su ropa para el otro día, revisó algunos correos electrónicos y cuando daban las once de la noche el timbre de su departamento le hizo saltar en su sitio. 

Llegó a la puerta y su primera impresión fue lo atractivo que se veía Seokjin con su cabello húmedo y sus labios rosados y brillantes. 

—Hola —Jimin dio un paso al frente y le dio un beso corto en los labios, pero Seokjin tenía otros planes y lo besó profundo y húmedo derritiendo las piernas del rubio. 

—Hola —Seokjin dio un paso dentro del departamento y cerró la puerta detrás de él tirando de Jimin hacia su cuerpo. —He estado toda la tarde pensando en esto, en el momento en que te vería de nuevo. 

Sin aliento Jimin tragó saliva, el miedo recorriendo su interior ante la mirada cargada de deseo y cariño que su novio tenía para él y solo para él. 

—Bésame —susurró Jimin. La conversación con su mejor amigo todavía rondando en su mente por lo que cuando ambos cayeron a su cama él decidió que debía contarle esa misma noche, quizá Seokjin no lo tomaría de mala manera y podrían planear los futuros meses juntos.

Seokjin deslizó sus manos bajo la ropa de Jimin y este se quejó porque los dedos de Seokjin se sentían fríos sobre su piel. Cuando esos dedos fríos tocaron uno de sus pezones él gimió echando su cabeza para atrás envuelto en el placer de estar en los brazos de Seokjin. 

Sus bocas se juntaron de nuevo y Jimin pudo saborear de mejor manera la pasta dental y una mezcla de alcohol que no estaba muy seguro pero se sentía amaderado en su lengua. Sus manos viajaron por la amplia espalda de su novio tratando de quitarle la chaqueta. Quizá después de besarlo un poco más podría hablar sinceramente con él. 

Seokjin lo besó más profundo y lento mientras se movía despacio sobre su cuerpo creando toda una oleada de placer que bajaba directo hasta su pene. 

—Jin —susurró ladeando su cabeza para que Seokjin tuviera mejor acceso mientras lo chupaba haciéndolo temblar.

Seokjin no hizo caso y sus manos rápidamente encontraron la costosa camisa celeste que se había puesto esa mañana. Los botones fueron abiertos uno a uno pero no se la quitó. Abierta de par en par Jimin tragó saliva y echó su cabeza para atrás cuando el azabache trazó un delicioso recorrido por todo su pecho hasta llegar a la tinta que años atrás había sido la forma en la que él comenzó a sanar su corazón. Aquella palabra que lo animaba a amarse a sí mismo para no volver a repetir el daño que otros causaron en él. 

Enredado en los brazos de Seokjin, Jimin calló. 

Él hablaría con su novio, le diría sobre su poco tiempo en Rain, le hablaría sobre los planes que tenía en mente para que la relación no acabara. 

Él lo diría… 

Pero por mientras quería engañarse con el hecho de que tendría a Seokjin aún después de que supiera la verdad. Quería envolverse en la burbuja de amor que no quería dejar ir nunca. 

Él tenía a Seokjin ahora y no quería pensar en nada más. 

🌧️


Hoy está lloviendo en mi ciudad.
Tengan un hermoso fin de semana. Cuídense mucho ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top